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Itai Onna por YasuAmaya

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Notas del capitulo:

¡He vuelto!

M: bienvenida otra vez, Yasu.

T: hacía mucho que no pasabas tanto tiempo en A-Y.

Y: es verdad... Eso me hace feliz X3 Btw, ¿y Yui?

M: ya está durmiendo. No es horario para que una bebé esté despierta.

Y: oh, cierto... Yo también debería irme a dormir... En fin... ¡Lectoras! ¿Cómo están? No estoy tardando tanto con las contis últimamente, ¿no?

T: ¿Y B.A.P.?

Y: vienen al país el mes que viene.

T: ¡B.A.P., no B.A.P!

Y: ahhhh... Las cosas que puede hacer un punto... Eh... Creo que ya me está viniendo la inspiración para ese fic. Así que no creo que tarde mucho con la conti... Bueno, sí, porque se me acercan los exámenes XD Pero creo que podré terminar el año con una conti más de B.A.P.... Pero esto es IO, así que vamos a hablar de IO. Aunque solo fue un capítulo, por lo que no tenemos mucho tema de conversación XDDDDD Muchas gracias a quienes leyeron el primer capítulo y a quienes dejaron review.

M: es bastante tranquilo este capítulo... Lo que significa que dentro de poco tendremos drama y sangre, típico de Yasu.

Y: lo de la sangre es seguro XD Y lo del drama también, no lo negaré XDDDD ¡Basta de charla! Vamos a lo que nos compete.

M: ¡A leer!

T: sepan disculpar si hay errores.

La habitación estaba a obscuras. Apenas entraba la luz del sol a través de las cortinas cerradas. Todo estaba en silencio y muy tranquilo. Pero aún había algo que no estaba del todo bien.

 

De a poco, Miku comenzó a abrir sus ojos y reconoció el lugar donde se encontraba. “Mi habitación… Estoy en mi cama”. Se pasó una mano por el rostro, intentando despertarse. “Entonces todo fue un sueño”. Eso le llenó de alegría y esbozó una sonrisa. “Después de todo, las brujas no existen”.

 

Dio media vuelta, dándole la espalda a la pared, y se llevó una enorme sorpresa. “¡Hay una persona en mi cama!”. Se sentó rápidamente, tocándose el pecho.

 

— ¿Eh?—inspeccionó mejor esa zona de su cuerpo, y se dio cuenta— Sigo siendo mujer… No fue un sueño… Entonces… esta persona es…— comenzó a zamarrearle de un lado a otro— Takuya… Takuya, despierta.

—Nnh…— se quejó— Déjame seguir durmiendo, Mariko.

— ¡¿Quién es Mariko?! —preguntó el vocalista, con su voz chillona.

— ¡Ah!— Takuya se despertó, exaltado, y se sentó— ¿M-Miku-san?   

—Dejaré pasar lo de esa tal Mariko por esta vez…— pasó encima de su compañero, para salir de la cama, y fue directo a abrir las cortinas.

 

La luz diurna llenó por completo el lugar, permitiéndole a los músicos poder ver mucho mejor. Así notaron que se encontraban en una habitación bastante familiar: era idéntica a la del vocalista, solo que un poco más femenina y ordenada. Peluches por todas partes, incluso pósteres de quien parecía ser un cantante famoso. En un costado, un tocador pintado de blanco con un enorme espejo, repleto de maquillajes, perfumes y accesorios variados. También había un perchero de donde colgaban bolsos, carteras y un abrigo, y, a su lado, una guitarra.

 

Evidentemente, era el cuarto de una chica.

 

—Qué bonito lugar— comentó el mayor.

—Me recuerda a tu habitación… solo que ordenada.

— ¡El muerto se ríe del degollado!

— ¡Oye!—se tapó los oídos—Controla un poco tu voz. Me dejarás sordo.

— ¿Tan rara es mi voz? — preguntó con preocupación, tocándose el cuello.

—Sí.

—Oh, no… ¿Qué voy a hacer si no puedo cantar?

—No podrás cantar si no recuperas tu cuerpo— se sentó, apoyando sus pies sobre el piso—. Y yo no podré tocar la guitarra…

—Esa bruja nos condenó a esto… ¿Qué haremos ahora?

—No lo sé…— se detuvo a pensar un momento— La bruja nos dio de beber esa pócima porque habíamos discutido.

—Cierto… Eso afectó la energía entre los universos… Entonces, si dejamos de pelear y trabajamos como compañeros, ¡podremos volver a ser hombres!— dijo con una expresión muy tierna.

—Sí. Debe ser eso.

—Ji, ji, ji, ji…— se acercó a su compañero y lo tomó de las manos— Vamos a esforzarnos juntos, Takuya— sonrió con encanto. El menor se le quedó mirando con extrañeza por unos segundos, aunque nada malo.

—Sí— concluyó con una sonrisa igualmente encantadora—. Hagamos nuestro mejor esfuerzo, Miku-san.  

 

 Y con eso, acordaron en dejar de discutir y trabajar juntos para regresar a la normalidad.

 

Luego, comenzaron a echar un vistazo en el lugar; les llamaba mucho la atención que esa habitación fuera tan parecida a la del vocalista. Lo primero que revisaron, fue el armario, repleto de ropa.

 

— ¡¡KYAA!!

— ¡Miku-san!

—Perdón, es que… ¡Mira toda esta ropa!— sacó algunas perchas con vestidos— ¡Qué bonitos!

—Creo que ya te está gustando ser mujer.

—No es eso. Me gusta la ropa bonita— se paró delante del espejo—. Ya que tendré cuerpo de mujer por tiempo indefinido, lo aprovecharé. ¿Cuál debería usar? Hum… ¿Cuál te gusta más, Takuya? ¿El celeste o el de rayas azules?

—Cualquiera te quedará bien.

—Ay, no lo digas así… ¡Ayúdame! 

—Eres bonita. Cualquier cosa te quedará bien— le dijo sin mucho interés, y continuó revisando la ropa.

 

Miku no le respondió nada; se había quedado callado, mirándole. Eso le pareció extraño al guitarrista, quien se volteó para verlo una vez más. El mayor tenía las mejillas sonrosadas.

 

— ¿Qué tienes?

— ¿En verdad… te parezco bonita? — preguntó con timidez. Takuya no podía creer la reacción de su compañero.

— ¿Por qué te pones así de repente?— dijo con algo de vergüenza— No eres una chica de verdad.

—Lo sé.

— ¿Entonces?

—Es raro… que me digas algo así— soltó una risita—. Puede sonar tonto, pero al decirme eso, por un momento, no sentí tan malo ser mujer.

—Miku-san…

—Tú también eres muy bonita, Takuya… Si en verdad fueras mujer, creo que hasta te pediría para salir.

—No me gustan los hombres— apartó el rostro, ruborizado.

—Ja, ja… Ya lo sé— se le acercó y lo tomó del brazo, para hacerlo parar delante del espejo—. El celeste te quedará bien.

— ¿Tú crees?   

—Ajá. Vamos, quítate el pijama y pruébatelo.

—De acuerdo…— comenzó a desabotonar la camisa de su pijama.

— ¡Mejor no! — le dijo Miku, con la cara roja.  

— ¿Eh?

—Creo… que deberíamos ir a comprar ropa interior.

— ¿Ropa interior de mujer?

—Sí. No debe ser cómodo andar sin ella. Por algo las mujeres la usan.

—Hmm… Sí— tocó sus pechos—. No quiero ver esto todo el tiempo.

—Estás bien dotado, Takuya, tanto como hombre como mujer.

— ¿Es eso un cumplido? — lo miró con mala cara, y rubor en sus mejillas.   

—Es envidia— con su mano derecha, tocó uno de los senos de su compañero.

—Ah…

— ¡Es enorme!

— ¡Miku-san!

— ¡¿Por qué las mías son pequeñas?!— y se tocó sus propios pechos— No es justo— dijo con un puchero.

— ¡No vuelvas a hacer eso! — se cubrió el pecho con ambos brazos.

—Te dejo tocar las mías si me dejas tocar las tuyas.

—Toca tus propias tetas. No dejaré que toques las mías.

—Qué malo eres…

 

De pronto escucharon un sonido extraño: era como si alguien estuviera rasgando la puerta. Miku miró a Takuya con mucha emoción. Y no tardó en ir a abrir.

 

—¡¡Nyappy-chan!!— tomó al pequeño can con sus manos y lo levantó— Me alegro tanto de verte, mi prince-... Príncipe… ¡Es macho!

— ¿Eh? ¿Nyappy también cambió de sexo?

— ¡Sí!— le acercó el perro al menor— ¡Míralo! Tiene un amiguito.

—OK, OK… Ya lo vi. Aléjalo.

— ¡Esa bruja también embrujó a mi amada Nyappy-hime!

—Nadie embrujó a tu princesa— dijo la bruja. Los músicos se sorprendieron de verla debajo del marco de la puerta—, porque esa nunca fue tu princesa.

— ¿A qué se refiere con eso? — le preguntó el vocalista, frunciendo el ceño.

— ¿Ya no recuerdan lo que sucedió?

—Lo que sucedió…

—Estábamos en mi casa— habló Takuya—, usted hizo algo raro con sus manos… y caímos en un agujero.

— ¿Estamos dentro del agujero?

—No. Pero ya no están en su universo.

—¿¿Ah??

—Bienvenidos a XC-10.

— ¿Es decir, que ya no estamos en la Tierra?— cuestionó Miku. 

—Este es la Tierra de XC-10.

— ¿Cómo? — preguntó el menor.

—Creo que no entendí eso.

—Verán… XC-10 es el universo hermano de AC-10, de donde ustedes son originarios. Todo es idéntico a como ustedes lo conocían… La única excepción es que todas las personas que en AC-10 son hombres, aquí son mujeres y viceversa.

— ¿Por eso dijo que nos enviaría a un lugar donde a nadie le parecería extraño que Miku-san y yo seamos mujeres?

—Así es. Todo es exactamente igual al lugar de donde ustedes provienen: los edificios, las ciudades, todo. Solo que aquí ustedes son mujeres.

—Eso explica por qué este lugar se parece tanto a mi habitación.

—Esta es tu habitación en este universo, Miku-kun. Todo lo que está aquí es tuyo.  

— ¡Qué genial! Podré usar esos vestidos tan lindos.

— ¿Ya te está gustando ser mujer, Miku-kun?

—Ah… No… Pero creo que me veré bien con esta ropa.

—Ja, ja, ja… Takuya-kun, es mejor que tú también te pongas algo de ropa. En tu departamento debes tener mucha también.

—Sí.

 —Espere un momento— la detuvo el mayor.

—Dime.

— ¿Cuándo piensa regresarnos a la normalidad y a nuestro universo?

—Ah, eso… Hmm… Quizá cuando me aburra.

— ¡¿Qué?!

—Diviértanse, niñas— salió de la habitación.

— ¡Espere!

 

Miku fue tras ella, pero ya no estaba; había desaparecido sin más. A los pocos segundos, Takuya le hizo compañía. Este echó un vistazo a todo el lugar.

 

—Si todo es igual a como lo conocíamos, ¿eso significa que An Cafe también existe?

—Ah… No había pensado en eso.

 

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

—Sujétame. Creo que me desmayaré— se llevó el dorso de su mano a la frente.

—No seas exagerado, Miku-san.

—Takuya, tu departamento es muy ordenado en este universo… Y huele tan rico.

—Es cierto.

— ¡Veamos si tu habitación es igual de linda!

 

El departamento era pequeño, al igual que en AC-10. A medida que se dirigían hacia la habitación, contemplaban todo a su alrededor. Cuando llegaron al cuarto, se sorprendieron de cuán femenino era el lugar. Los colores pasteles predominaban, también había un montón de peluches, varias carteras y cajas de zapatos. Y el tocador repleto de maquillaje no podía faltar. Miku sugirió rápidamente revisar el armario; había mucha ropa también. 

 

—Ponte esta camiseta, Takuya- escogió una prenda color crema, con un estampado en marrón.

—Hmmm... Nunca creí que fuera tan complicado escoger ropa.

—Sí. Ahora entiendo por qué las mujeres siempre se quejan diciendo que no tienen qué ponerse, cuando en verdad tienen un armario que desborda.

—Entonces tú siempre fuiste mujer— el mayor hizo un puchero—. Ja, ja...

— ¿De qué te ríes?

—Es muy tierno cuando haces eso.

—Ahora te parezco tierno, ¿eh?— volvió a repetir el gesto.

—OK... Ya es muy raro.

— ¿Por qué?

—Porque en serio pareces una chica.

—Oh...— dijo con picardía— Takuya se pone incómodo porque ahora soy mujer, ¿eh?

—Es raro, eso es todo. Me costará acostumbrarme verte así... Hmmm… Supongo que también me costará acostumbrarme a mi propio cuerpo.

—Sí. A mí también me costará acostumbrarme a tu cuerpo— le tocó los pechos con ambas manos.

— ¡Ah!

—Son tan grandes y mullidas— hizo un poco de presión con sus manos.

— ¡Ah! ¡Basta!

— ¿Me dejarías usarlas de almohada?

— ¡No!— lo detuvo— ¿Quieres que yo te haga lo mismo o qué?— le preguntó escandalizado.

—Oh, no hay problema— se levantó la camiseta, dejando sus pechos al descubierto—. Toca todo lo que quieras— la cara del guitarrista se puso roja por completo.

—Olvídalo. Son muy pequeñas para mi gusto.

—Qué malo eres.

— ¿Te molestaría salir? Quiero cambiarme de ropa. La camisa que me prestaste ya está cortándome la circulación.

—Solo quieres presumirme que tienes más tetas que yo— dio media vuelta—. Al menos yo tengo más trasero—se pasó ambas manos por su retaguardia.

—De acuerdo, Mikulón-san, tú ganas en esta. Ahora sal para que me pueda cambiar.

—Ya— salió de la habitación, moviendo exageradamente sus caderas.

—Pues, sí. Tiene buen trasero. 

 

El guitarrista se desvistió y buscó el conjunto de ropa interior nuevo que había comprado. "Es raro usar esto", pensó mientras se miraba en el espejo. "Me da algo de pena ver mi propio reflejo. No parezco yo mismo". No le iba a resultar nada sencillo acostumbrarse a su nuevo cuerpo. "De la noche a la mañana, he cambiado... Ahora todo se ve tan diferente". Tomó la camiseta que el mayor le había dicho que usara y se vistió con ella.

 

—Takuya— entró su compañero de pronto.

—Oye, aún no termino.

—Pues apresúrate. Me acaban de avisar que tenemos ensayo a las cuatro.

— ¿Eh? ¿Ensayo?

—Sí. Con Antic ♥ Café.

 

Miku también aprovechó para cambiarse de ropa, y, una vez que ambos estuvieron listos, pensaron que sería buena idea salir a comer algo, antes de ir a encontrarse con el resto de la banda. Así que fueron a un restaurante que solían frecuentar.

 

— ¿Cómo crees que será el resto? — preguntó Miku, para luego llevarse un poco de fideos a la boca.

—No lo sé. Se supone que también son mujeres, ¿no?

—Ajá. Espero que ninguna sea muy bonita o podría llegar a enamorarme.

—Miku-san enamorado de Teruki-san— rió.

—Ja, ja, ja... Eso sí que sería extraño.

— ¿No te sucede que ahora ves con más claridad todo?

— ¿Eh? ¿Cómo?

—Hmmm... No lo sé. Pero ahora le estoy prestando más atención a otras cosas. Como el tipo de ropa que usa la gente, o los accesorios.

—Ah... Sí, sí. También me di cuenta de eso. Te miran tanto hombres como mujeres.

—Sí... ¿Será que ahora también pensamos como mujer?

—No lo sé. ¡Pero aún me gustan las mujeres!

 

Miraron a un costado, dos féminas se les habían quedado mirando de manera rara. Dijeron algo entre sí, tomaron sus pertenencias y se levantaron de la mesa. Takuya se llevó una mano a la frente y soltó un suspiro.

 

—Ay, Miku-san... Eres mujer ahora. Queda muy raro que digas que te gustan las personas de tu mismo sexo.

—Eso es homofobia. ¡Me acaban de discriminar!— se escandalizó— Pues nunca les daría una oportunidad a ninguna de esas perras.

—Mejor terminemos de comer para ir a reunirnos con la banda.

 

Una vez que acabaron de almorzar y pagaron por la comida, se pusieron en marcha hacia el estudio. Ambos estaban intrigados por saber cómo serían sus compañeras, si serían iguales a Teruki, Kanon y Yuuki, o diferentes. Las mujeres ya de por sí son muy distintas a los hombres.
Llegaron al estudio, y sus nervios aumentaron. Se pararon frente a la puerta del cuarto de ensayos, pero no se animaban a entrar.

 

—Recuerdo— habló el guitarrista— que me sentí así el día de mi primer ensayo con An Cafe— el mayor sonrió con dulzura.

—Eres un guitarrista genial, Takuya— le acarició el cabello—. Me alegra haberte escogido a ti.

—Miku-san... — el nombrado lo tomó de la mano— ¿Q-qué...?

—Si no estuvieras conmigo, dudo mucho que hubiese podido venir— le dijo con una expresión llena de ternura—. No me dejes, ¿sí? — la manera del vocalista de decir esas cosas, había impresionado a Takuya.

—No te dejaré solo, Miku-san— lo sujetó de la mano con más fuerza—. Así como tú tampoco lo hiciste cuando la bruja abrió aquel portal— Miku sonrió ampliamente.

—Vamos, Taku.

 

Por fin, se decidieron. Abrieron la puerta y caminaron con paso firme, mientras por sus mentes pasaban las mismas preguntas: ¿qué clase de personas serían sus compañeras? ¿Podrían llevarse bien con ellas? ¿Qué clase de música hacía Antic ♥ Café? Y muchas más.
Sus nervios se calmaron, cuando vieron a una pelinegra de cabello corto, durmiendo en un sofá, abrazando un enorme peluche de Kitty. Miku y Takuya se acercaron a ella, intrigados, con sigilo, ya que no querían despertarla. Aquella chica estaba profundamente dormida, tanto que hasta roncaba. Sin dudas, les había recordado a alguien.

 

— ¡Es Kanon!— exclamó Miku.

—Incluso en este universo le gusta dormir.

—Ja, ja, ja... ¿Crees que también sea otaku?

—Hmmm... No sería Kanon-san si no fuese otaku.

 

Y en ese preciso momento, la puerta se abrió, e ingresó en el lugar una chica de cabello negro, largo y sedoso. Al ver a Miku y Takuya, les regaló una sonrisa. Así se dieron cuenta de quién se trataba.

 

—Buenas tardes, Miku-chan, Takuko-chan.

—Buenas tardes— le respondieron.

—Vaya... — se acercó— ¿Otra vez, Non-chan?— se llevó ambas manos a la cadera— Dios... Estas dos son un completo desastre.

— ¿Dos? — preguntó Miku.

—Kanon y Yuukikko. Seguro se quedaron con los videojuegos toda la noche. Ah... Ya no sé qué hacer con estas chicas.

 

Tras reír un poco y conversar, aquellos hombres atrapados en cuerpos de mujeres, se enteraron de varias cosas. Primero que Antic ♥ Café también se encontraba en medio de los preparativos para celebrar su décimo aniversario, así que todas estaban muy emocionadas. También fueron conociendo un poco sobre sus compañeras: Tariko, Kanon y Yuukikko. Pero, lo que más les llamó la atención, fue el hecho que las canciones de An Cafe fueran las mismas tanto en AC-10 como en XC-10, con algunas variaciones ya que era una banda de chicas, pero eran mínimas; eso les había quitado una enorme preocupación de encima. Sin embargo, pronto se enfrentarían a varios problemas.

 

—Llegas tarde, Yukikko.

—Lo siento, Tariko-san. Mi secador de cabello no funcionaba.

—Oh... Se te inflará todo— comentó Kanon.

— ¡Lo sé!

—Tengo algunos broches en mi cartera que solucionarán ese problema, no te preocupes.

—Gracias, Kanon. ¡Me salvaste la vida!

—Se preocupa tanto por su cabello... — comentó Takuya por lo bajo.

— ¡Qué envidia!— dijo Miku— Aquí no usa peluca y el cabello rubio le queda bien. 

—Miku-san...

— ¡Encima tiene bucles!— tomó un mechón de su propio cabello— ¿Cómo crees que me quedarán las extensiones, Takuya?

—Eh... Creo que deberíamos comenzar con el ensayo, ¿no?

— ¡Cierto!— miró a sus nuevas compañeras— Chicas, ¿cuándo comenzamos a ensayar?

—Miku está muy animada hoy— comentó Kanon. 

—Seguro es porque seré yo quien pague la cena de todas.

—Ja, ja... Tú te lo buscaste, Yuukikko— se burló Tariko.

 

Dicho eso, comenzaron a preparar todo para ponerse a ensayar; pronto tendrían un importante evento, además que debían solucionar todo para sus próximos lanzamientos y el tour que se avecinaba. No tenían mucho tiempo que perder.

 

Cuando ya estuvo todo listo, cada quien se posicionó en su lugar, frente al gran espejo que les permitía ver sus propios movimientos. Tariko dio el puntapié inicial, y comenzó a sonar "AROMA". Miku siempre se emocionaba con esa canción y ponía mucho empeño a la hora de cantarla; estaba impaciente por que comenzara su parte. Miraba a Takuya con fascinación, algo habitual, mientras esperaba que llegara el momento de hacer sonar su voz. Hasta que finalmente llegó. Afiló la mirada, tomó aire, y dejó escapar las palabras.

 

—En aquel entonces, yo era feliz cuando tú estabas a mi lado…— sintió algo raro en su abdomen— "Esto no está bien". No necesitaba palabras, pero quería una prueba de que éramos amantes…— frunció el ceño—"Mi voz es distinta... Me cuesta mucho controlarla".

 

Miró a Takuya, con evidente preocupación. Este puso una cara poco feliz. Eso hizo preocupar mucho más al vocalista. "Lo estoy haciendo mal". Intentó calmarse, de lo contrario no podría continuar. Carraspeó un poco la garganta, puesto que le resultaba bastante incómodo y no se sentía a gusto; era un tanto doloroso. Volvió a tomar aire y afirmó su abdomen, con mucha dificultad. Sujetó el micrófono fuertemente, con ambas manos.

 

—Las cosas malas comenzaron a parecerme las más hermosas… "Estoy gritando"— los vasos sanguíneos resaltaron sobre la piel de su cuello, a la vez que su cara se puso roja y su voz se quebró—. No puedo... — tragó en seco, tocando su cuello— Yo… ¡Paren!

 

Todas dejaron de tocar ante el pedido de Miku. Se sorprendieron mucho al verle así, con la cabeza baja y con cara de preocupación. "No es mi voz...”. Descendió su mano por su cuello, hasta llegar a su pecho y luego al abdomen. “No es mi cuerpo... Tampoco es mi banda... ¡Este no soy yo!". Se puso de cuclillas y abrazó sus piernas. Takuya, al verle así, hizo la guitarra a un lado y se acercó a su compañero, apoyando una mano en su espalda.

 

—Miku-san, ¿estás bien?— le preguntó con tono dulce.

—No puedo cantar, Takuya— respondió, con lágrimas en los ojos.

—Entiendo— miró a la baterista—. Tariko-san, Miku-san no se siente bien. La acompañaré al baño, ¿está bien?

—Sí. Llévala, por favor, Taku-chan.

—Sí. Vamos, Miku-san.

 

Le ayudó a ponerse de pie, y luego caminaron hasta salir del cuarto de ensayos. A toda prisa, fueron hasta el baño –y por poco entraron al de hombres–, para que Miku pudiera lavarse la cara y tranquilizarse, tras haber soltado algunas lágrimas. Este se estiraba los mechones de su cabellera castaña clara, mientras su compañero intentaba calmarle, con palabras de aliento. Pero Miku estaba muy alterado. Era evidente que ese cambio tan radical le estaba superando.

 

— ¡Lo hice horrible! ¡Asqueroso!

—Fue... diferente.

—Esos altos... ¡Grité en lugar de llegar a la nota correcta!

—Estuviste fuera de tono desde el comienzo.

— ¡Estúpida voz nueva! No puedo controlarla... — dijo, mirando sus manos temblorosas— Es... muy distinta. Ni siquiera sé cuál es mi rango vocal ahora.

—Con algo de práctica seguro lo harás mejor.

—Eso espero— suspiró pesadamente—. Gracias por acompañarme, Takuya.

—No sé cómo te sentirás, ya que para tocar la guitarra solo necesito mis dedos y no han cambiado tanto— se rascó la nuca—. Solo puedo intentar animarte... Aunque no se me ocurre bien de qué manera hacerlo— sus mejillas se sonrojaron.

—Takuya... — le regaló una sonrisa— Eres muy dulce.

— ¿Ah?

—Si la bruja no nos regresa a la normalidad, ¿te gustaría salir conmigo?

— ¿Q-qué?

—Es que no me gustan los hombres, y no cualquier mujer querrá estar conmigo... Pero tú eres diferente— la cara del menor se puso roja.

—Aunque tengas cuerpo de mujer, sigues siendo hombre... Y eso... No lo sé— el vocalista hizo un puchero—. N-no hagas eso.

—Acabas de rechazarme.

—No... Es que...

—Ja, ja... No te preocupes. Entiendo a qué te refieres— le revolvió el cabello—. Hay que buscar la manera de volver a la normalidad.

—S-sí.

—Pero ahora debo descubrir cuál es mi rango vocal y controlar mi voz.

—Seguro podrás hacerlo.

 

De pronto, la puerta del baño se abrió, y Tariko entró en el lugar, un tanto preocupada.

 

— ¿Estás bien, Miku-chan?

—Ah... Sí, Tariko-san, estoy bien— le sonrió para tranquilizarla.

— ¿Segura?— le tocó la frente— No tienes fiebre... ¿Te duele la panza?

—No. No es nada.

—Hmmm... Luces algo... triste.

— ¿Eh?— la pelinegra miró a Takuya.

— ¿Pasó algo malo hoy, Taku-chan?

—N-no. Nada.

—Bueno... Miku-chan, puedes ir a descansar si no te sientes bien.

—Quiero ensayar, pero... – suspiró con pesadez– No estoy... inspirada.

—Lo entiendo. No te preocupes. Podremos continuar el ensayo sin ti.

—Lo siento— dijo, agachando la cabeza—. "Incluso en este universo arruino las cosas".

—Ya, deja eso. Todos tenemos días malos— le revolvió el cabello—. Volvamos a ensayar, Takuko.

—Ah, sí.

 

La baterista y “la guitarrista” caminaron para salir del baño, para regresar al cuarto de ensayos. Sin embargo, Miku no dejó que Takuya fuera muy lejos, tomándolo del brazo.

 

—Miku-san...

— ¿Nnh? ¿Qué ocurre, Miku-chan? — le preguntó Tariko.

— ¿Puedo quedarme a ver el resto del ensayo?

—Ja, ja... No tienes que pedir permiso para eso.

—Pero...

— ¿Qué clase de líder hace eso?

—¿¿Líder?? — preguntó, más que sorprendido. La baterista le miró raro.

— ¿En serio estás bien, Akane?

—¿¿Akane??— cuestionaron los menores.

— ¿De qué se sorprenden? No es la primera vez que llamo a Miku por su nombre.

— ¿Y Takuko cómo se llama?

—Takara Nuguishi. ¿Por qué preguntas eso ahora?

—N-no... Por nada... Eh... ¡Que siga el ensayo!

 

Regresaron al cuarto de ensayos, y así la banda continuó practicando, aunque sin vocalista. Mientras tanto, Miku echó un vistazo a su documentación. "Akane Tsukiyama. Nacida el cinco de enero de 1984 en Sasebo, Nagasaki... No me había dado cuenta de estas cosas. Solo las agarré y guardé en mi bolso". Era tan extraño todo. "Misma fecha de nacimiento y mismo lugar... Lo único que cambió fue mi sexo... Y mi nombre. Pero no me siento el mismo de siempre".

 

—Quizá sea… porque yo ya no soy yo.

 

Volvió su mirada a la banda que estaba tocando. "Es tan An Cafe, pero al mismo tiempo tan diferente". Su atención se centró en Takuya. "Qué envidia. Aunque él también haya cambiado, aún puede cumplir con su parte". Ver al guitarrista tocar le llenaba de tranquilidad. "Eres genial, Takuya. Me haces sentir realmente orgulloso y afortunado... Es como si él siguiera siendo el mismo aunque en otro cuerpo". Soltó una risita. "Seguro conseguirá un montón de pretendientes".

 

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Alrededor de las nueve de la noche, dieron por finalizado el ensayo y fueron todas juntas a cenar. Kanon y Tariko aprovecharon para pedir de todo, ya que sería Yuukikko quien pagaría la cena; la pobre ya estaba pensando en que no podría comprar el par de zapatos que tanto le había gustado en una tienda. Miku y Takuya, por su parte, se sentían un tanto abrumados, puesto que las chicas hablaban demasiado, incluso más que sus compañeros, o, mejor dicho, más que Teruki.

 

—Y yo que creía que Teruki-san hablaba mucho— comentó Takuya.

—Ajá… Tariko-san habla hasta por los codos— le siguió su compañero.

—Ja, ja, ja… ¡En serio! No les miento— aseguró la rubia de rizos, sobre algún tema en particular.

—Ja, ja, ja… Iré contigo la próxima vez, Yuukikko— le dijo Kanon.

—Solo quieres ir para ver al peluquero, Non-chan. Admítelo— Tariko le dio unos codazos con suavidad.

—N-no… No es por eso… En verdad creo que necesito cortar mi cabello.

—Ja, ja, ja… Lo que digas.

—Por cierto, Tariko-san— Yuukikko—, ¿fuiste al médico por ese presunto quiste de ovario?

— ¿Qué es un quiste de ovario?— le preguntó Miku a Takuya.

—Apenas sé qué son los ovarios— respondió.

—Me hice varios estudios. La persona que me hizo la ecografía dijo que a simple vista no tengo ningún problema.

—Oh, eso es bueno.

—Sí.

—Ajá. Pero esperaré a ver qué me dice el médico.

—Quizá sea la menopausia.

— ¡Pfff!— ante ese comentario por parte de Kanon, Miku casi escupió todo su jugo.

—No seas tonta, Kanon— le dijo Yuukikko—. Tariko-san aún es muy joven para eso.

—Solo fue una hipótesis.  

—Ja, ja, ja…— la mayor de la banda miró a Miku y Takuya— ¿Por qué están tan calladas hoy? Bueno, de Takuko no me sorprende. Pero, ¿qué tienes, Miku-chan?

—No es nada.

—Miku y Takuko han estado muy pegadas todo el día— opinó Kanon.

— ¿Eh?— preguntaron los aludidos.

—Sí, es cierto. Yo también lo noté—dijo Yuukikko.

—Ah… Es que…— el guitarrista miró a su compañero.

—Es que estamos trabajando en algo juntas.

—Oh…

—Ya.

— ¿Una canción nueva?— preguntó la baterista.

—Así es.

—Qué bien.

—Las composiciones de Miku-san y Takuko son las mejores— comentó la rubia.

—Ajam.

—Es bueno saber que están trabajando juntas, chicas— les dijo sonriente la mayor—. Miku-chan, ¿me acompañas al baño antes de que traigan la comida?

— ¿Eh? ¿No puedes ir sola?— las tres se le quedaron viendo de manera rara. Ni él ni Takuya entendían la razón— Je, je… Sí, te acompaño. “¿Las mujeres siempre van juntas al baño?”.   

 

Mientras Miku y Tariko fueron al baño, Takuya se quedó con las otras dos chicas. “Me recuerdan tanto a Kanon-san y Yuuki-san. De cierta forma, me hacen sentir como siempre, pero, al mismo tiempo, es distinto porque son mujeres… No sé de qué hablar con ellas”. El guitarrista bebió un poco de agua, y notó como sus nuevas compañeras cuchicheaban entre sí y le miraban; eso fue demasiado incómodo. “¿De qué están hablando?”. Las otras dos continuaban con su charla y reían. “¡¿De qué se ríen?!”. Eso hizo que se pusiera nervioso.

 

— ¿Q-qué es tan gracioso?— les preguntó.

—Ah, es que…— Yuukikko miró a la pelinegra, con picardía.

—Hay un hombre bien parecido que te ha estado mirando hace un buen rato.

— ¡¿Eh?!— su cara se puso roja.

—No es para nada disimulado.

—Te está mirando en este preciso momento.

 

El guitarrista se volteó lentamente, para dar con la mirada de aquel sujeto. El hombre en cuestión, era bastante alto, de cabello negro y corto; usaba traje y camisa, sin corbata, muy elegante. Sostenía una copa con vino tinto en su mano, de manera muy provocativa. La forma en que le miraba, bastante sensual, hizo poner mucho más nervioso a Takuya, quien rápidamente volteó la mirada, y se quedó duro, incapaz de moverse. Aquel hombre sonrió como todo un galán y se marchó.

 

— ¡Kyaa!— exclamaron las dos.   

— ¿Ya se fue?— preguntó el guitarrista, avergonzado.

—Sí.

—Pero qué poco decidido— dijo la pelinegra—. No se animó a invitarte ni un trago.

—Ay, mi ex era igual.

—Hiciste bien en romper con él, querida.

—Lo sé… Aunque era tan guapo.

—Ja, ja, ja… ¡Eso es lo de menos!

“Me siento tan fuera de lugar. No entiendo a las mujeres”.

—Takuko, no te pongas mal por ese sujeto— le dijo Kanon.

— ¿Eh?

—Sí— continuó la rubia—. Parecía de esos tipos que solo buscan mujer por una noche. Y tú te mereces algo mucho mejor que eso.  

— ¡Exacto! Eres nuestra amiga, así que no cualquier sujeto puede jugar con tu corazón.

—Yuukikko-san, Kanon-san…— eso le hizo sentir mucho mejor— Gracias.

—No agradezcas, pequeña.

—Para eso son las amigas.

—Sí. “Quizá no sea tan malo ser mujer por un tiempo”.

 

Mientras tanto, Miku seguía con Tariko en el baño de demás. La baterista había comenzado a retocar su maquillaje, así que el vocalista, para no levantar sospechas, decidió imitarla, cosa que no se le complicaba nada, puesto que estaba acostumbrado a maquillarse. “¿De qué podría hablar  con ella? No sé nada sobre su vida, y no puedo hacerme una idea conociendo a Teruki”.

 

—Eh… Me gusta ese color de brillo labial— señaló el que la mayor se estaba poniendo.

—Oh, es el nuevo brillo de KOSE que promociona Yasu Hayashi— lanzó un beso al espejo—. ¿Quieres probarlo?— se lo ofreció.

—Ah… Sí— lo aceptó y comenzó a pasar el brillo por sus labios.

—Miku-chan tiene lindos labios.

— ¿E-eh?— se ruborizó.  

—Ha pasado tiempo desde la última vez que los probé— la cara de Miku se ponía cada vez más roja—. Ja, ja, ja…— suspiró— ¿Sabes? Me alegra ver que decidiste acercarte más a Takara.

— ¿Qué?

—Desde que volvimos a reunirnos el año pasado, estuviste comportándote un tanto fría con ella.

— ¿En serio?

—Ajá.

—Oh… N-no tenía idea.

—Takuko es una chica bastante sensible, aunque es fuerte cuando lo necesita… Un tanto ingenua también, pero muy dulce.

—Lo sé. “En realidad, no… Pero debo decir que sí”.

—Estuvo bastante preocupada por ti todo este tiempo.

—Ya veo… “Takuya siempre es muy bueno conmigo…”— entonces recordó lo que les había sucedido el día anterior—. “Y yo… lo traté de una manera horrible”. ¿Qué podría hacer para disculparme?

—Creo que hablarlo con ella será suficiente. Que vea que te preocupas y no quieres perder su amistad.

—Sí… Es buena idea. Lo intentaré— le brindó una sonrisa—. Gracias por tu consejo, Tariko-san.

— ¿Qué harías sin mamá, eh?

—Ja, ja, ja…

Notas finales:

M: apareció el resto de la banda.

T: fue bastante tranquilo.

Y: lo sé. Pero esto llevará su tiempo. Por cierto, no soy una experta en técnicas de canto, pero por las cosas que entiendo de anatomía y fisiología, hombres y mujeres usan distintas técnicas, por decirles de alguna manera, para cantar; además que las cuerdas vocales son muy distintas y todo eso. Por esa razón es que Miku no puede controlar muy bien su voz. No sé qué tan difícil puede ser, pero hay una personita (llamémosle Mayu -hola, Mayu, te amo (?)) que me dijo que hasta le cuesta controlar su voz después de haber estado resfriada, así que, supongo, no debe ser sencillo para Miku poder cantar ahora que es mujer... Eso me sonó raro XD 

M: es todo raro en este fic -w-

Y: lo sé XD Bueno... Actualicé como había prometido que haría. Así que pondré fecha... Bueno, no fecha, porque después no cumplo XD Así que solo diré que la conti vendrá en diciembre. Sí, sé que falta mucho, pero se vienen los exámenes y hay que estudiar XDDDD 

T: el próximo fic que Yasu actualice en un par de semanas será "Lelio".

Y: así será... Bueno, eso fue todo por hoy. Espero que les haya gustado, y pueden dejar review, si gustan. A mí me gustan los reviews XD ¡Nos vamos!

M: ¡Nos leeremos!

T: cuídense.

Y: Bye bye!!


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