Cap. 3.- Celos de cumpleaños.
Infortunadamente no encontró a Estados Unidos en su casa, pensó mejor ir a casa de México, al fin y al cabo estaba cerca así podía asegurar sus sentimientos acerca del de cabellos hermosamente negros como la noche. Y de nuevo estaba pensando en el... ¡Mierda! Eso no podía pasarle a él, por todos los diablos. Lanzó un suspiro desesperado, a ver cuando se le ocurría dejar de pelear con su mente acerca del latinoamericano, era un desperdicio de tiempo pensar en ese chico aunque se la pasarán muy bien cuando estaban juntos.
En cuanto llegó a la casa del moreno, la cual consistía en una hacienda hermosamente labrada con extensos jardines, llamó a la puerta esperando cuando escuchó unas risas estridentes que sólo podían provenir de cierta nación y entre su desconcierto y su furia miró a Estados Unidos.
-¿Quién es gringo?- la voz de México se escuchó desde otra habitación.
El rubio por su parte sólo lo miraba curioso, para luego gritarle:
-I'm sorry Alexander, is Scotland!
-I needn't presentation
-Ok! Alex ¿Lo dejo pasar?
-¿A quién? ¡Además te he dicho que no me hables en ingles con un carajo!
-But...
Pero antes de que siquiera terminara de hablar el pelirrojo lo empujó para abrirse paso dentro de la casa.
-quítate cerdo emancipado.
-Hey!
Pero la queja de Alfred quedó en el aire al ver que Alistar ya estaba a medio corredor que con pasos apresurados se dirigía al encuentro del dueño de la casa, así que sonrió, esto se veía interesante.
Alistar por su parte llegó hasta la cocina donde Alejandro preparaba sus alimentos.
-Hey!
Saludó desinteresado intentando apartar ese cúmulo de sentimientos que abrazaron con fuerza su pecho al ver la sonrisa de alegría sincera que adornó el rostro del chico al verlo.
-¡Alistar, compadre! ¿Que haces aquí?-Dejando lo que estaba haciendo se acercó al invitado- ¿quieres algo de comer, de beber?
-hahahaha Alex don't forgot the hero- el rubio hizo acto de presencia pasando sus brazos por los hombros del moreno- I'm your best buddy!, best buddy!, buddy! Hahahaha
Con su risa estridente acercó más a Alejandro a su cuerpo provocando el enojo de las otras dos naciones, Alistar estaba a punto de golpear a su homólogo cuando Alejandro lo hizo por el.
-¡Asuputamadre Alfredo! ¡Yo no soy tu amigo! Solo por infortunio territorial te tocó nacer junto a mi- y le lanzó un plato con buñuelos que estaba preparando como cena llenándolo de azúcar, molestándole aún más por no darle con algo más duro y además perder su bocadillo-¡Ha! ¡Te odio, ahora sal de mi casa!
El anfitrión ahora comenzó a lanzar cucharas, cosa que alegró al invitado inesperado.
-but... But I love you my sweet honey! You're my special person! And!... I love you so, so, so, so much! My life, I'm your hero and you are my...
-Stop!- bramó con furia el escocés exhalando humo, si el tonto ese estaba o no enamorado de Alejandro muy poco le importaba solamente quería matarlo por todas las tonterías que le estaba diciendo a "SU"... Amigo, valla, esa palabra sonaba algo vacía cuando se refería al de cabellos negros, había algo que no le gustaba del todo. Decidió mejor actuar y tomó por el cuello de la chaqueta a Alfred, que seguía chillando cosas inentendibles para llevárselo arrastrando hasta la salida de la hacienda donde aseguró el portón con el pesado candado poniéndole llave, que había tomado sin permiso. El se encargaría de alejar a cualquiera que intentase propasarse con el latino y ya tenía en la mira a cierto cerdo emancipado con cara de idiota.
Aún disgustado regresó a la cocina donde Alejandro lo esperaba ya con todo en orden y la mesa dispuesta para cenar pero con el mal humor que tenía no probó bocado, cosa que no le disgustó al mexicano era mejor estar por la paz durante algún tiempo, y sólo se dedicó a beber pero no para embriagarse.
-¿Qué estaba haciendo ese gordo aquí?-cuestionó interesado aunque no se le notara encendiendo otro cigarrillo .
-el imbecil ese quiere que célebre mi cumpleaños con él en una cena romántica, valla cabron, en todo este tiempo no se ha dado por vencido -sabía que Escocia nunca iba a preguntar aunque se muriera de la curiosidad-cada año intenta convencerme de que en mi cumpleaños me la pase con él, te admito que antes era tentador.
-pues te prohíbo que vallas con él-Alistar explotó golpeando con la palma de sus manos la mesa.
Alejandro por su parte sólo pudo echarse a reír, sino conociera a su amigo diría que estaba celoso, pero claro eso era remotamente imposible.