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Créeme por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

Hola queridos lectores. Regreso de entre los muertos (¿? Me había tomado unas vacaciones largas de esta página porque necesitaba un respiro y recuperar mi inspiración y sí que costó, pero heme aquí otra vez.

Para los nuevos, bienvenidos, y para los que esperaban la continuación desesperadamente, lamento haberme tardado años. Espero no se hayan olvidado de esta historia que tiene un final muy cerca, mi primer actualización del año 2019, yeah.

(Personajes de Masashi)

 

 

El accidente de Naruto cambió muchos sucesos irremediablemente. Traumatismo de cráneo, fractura del brazo izquierdo y pierna derecha, eran algunas de las lecciones más importantes que presentaba. Una semana estuvo inconsciente, Kushina y Sasuke se turnaban para no dejarlo solo en ningún momento. Y cuando sus ojos finalmente se abrieron y observó a las dos personas en la habitación, sus palabras marcaron un antes y un después.

—¿Quiénes son?

Su mejor amigo, quién había tenido razón en cuanto a Sakura, quién le había expuesto sus profundos sentimientos, había perdido la memoria producto del golpe en la cabeza. El diagnóstico médico no era muy alentador, pero lo más importante, era que Naruto estaba vivo y en unos meses podría ser dado de alta. Sin embargo, estar con él no fue fácil, especialmente para su madre quién no acababa de asimilar el accidente y la pérdida de memoria. Todos los días lo visitaba con una sonrisa y llevaba los álbumes donde salía de niño con su difunto padre Minato. Y aunque el tiempo siguió su curso, ella no perdió la esperanza… ni tampoco él.

Cinco años después

 

—La reunión se pospondrá para la semana próxima, lamento las molestias-cortó la llamada.

Sasuke suspiró exhausto y se dejó caer por completo en el respaldar de la silla observando su gran oficina. Para bien o para mal, continuó con su vida y como era de esperarse, su padre le tenía un lugar privilegiado dentro de su compañía publicitaria. Con veintiocho años, aún seguía sintiéndose encariñado a su mejor amigo, eso no podía cambiarlo y aunque le dolía verlo completamente diferente al niño que conoció, no podía apartarse de él. No aún.

Abrió su cajón dejando expuesto un pequeño obsequio de cumpleaños. En cuanto se desocupara iría a visitar a la señora Kushina, tras el accidente del blondo, Sasuke nunca dejó pasar un día desde que le habían dado de alta, y lo visitó hasta la actualidad. Pero Naruto, ahora tenía su propio departamento y era muy independiente. Sus pensamientos ya no eran los mismos, al año del accidente, dejó a su madre para vivir solo. Kushina lo llamó llorando comentándole de su repentina decisión, sin duda, Naruto ya no era el mismo.

En su corazón todavía albergaba una vaga esperanza de que su rubio recuerde su pasado, su amor por él, y así, había permanecido soltero estos años. Pero las acciones de Naruto le mostraban lo contrario, y se preguntaba, ¿hasta cuándo?

Una llamada a su celular personal lo exaltó. Contestó rápidamente cuando vio el número.

—Señora Kushina, ¿Sucedió algo?

—Oh, Sasuke, lamento molestarte-se escuchaba muy preocupada—Naruto me dijo que vendría al medio día y son las cinco de la tarde, no atiende a su móvil, temo que le haya ocurrido algo. ¿Lo has visto?

—No. Todavía sigo en la empresa. No se preocupe, iré de inmediato a su departamento, seguro se quedó dormido, le llamaré en cuanto lo vea.

—Gracias, muchas gracias.

—Adiós.

El azabache no lo pensó demasiado y se fue de su trabajo en su auto, un audi negro. Sasuke visitaba el departamento cada vez que podía hacer un hueco en su apretada agenda y los fines de semana. Cuando llegó al tercer piso y se plantó en su puerta, tuvo un mal presentimiento pero buscaba no tomarle importancia. Llamó a la puerta tantas veces como su paciencia alcanzaba y  no hubo sonido alguno de adentro. Giró el picaporte sabiendo que estaría abierta, y en efecto, entró sin problema. La sala parecía en completo orden e imaginó que podía estar descansando en la habitación. Naruto trabaja en un bar, de día dormía y de noche trabajaba hasta la madrugada. Era compresible, aunque una mala organización en su vida diaria.

—Naruto…-su mente permaneció en blanco al atravesar la puerta entreabierta. Su amigo dormía plácidamente, sí, pero no estaba solo. A cada lado suyo, había una mujer aferrada a su cintura, Sasuke sintió que le daba una horrible jaqueca. Tratando de no perder la calma, puso las manos en el cobertor y lo tiró a un lado dejándolos completamente expuestos. Desnudos. Acto seguido, abrió las cortinas dejando que la luz de sol se filtrara y molestara en sus rostros.

—¡Levántate!-rugió. Su calma se acabó en cuestión de minutos.

—¿Qué…-una de las muchachas entreabrió los ojos—¡Oh, cielos!-se apresuró a levantarse de un salto y recoger su ropa regada a un lado de la cama—Lo lamento. Bebí demasiado anoche-completamente avergonzada, salió a medio vestir a la sala.

Su compañera también la imitó, aún somnolienta.

—Dis-disculpe…-susurró. No se atrevió a mirar su rostro.

—Tks…-y el dueño del apartamento, se quejó al abrir sus ojos y recibir al señor sol de frente—No grites…-susurró.

Sasuke frunció el ceño, pero bajo la voz.

—Son las cinco y media, ¿Cuánto más piensas dormir? Mira…-se acercó lo suficiente hasta estar a su lado—Entiendo que tu trabajo nocturno te dejé así de agotado, pero tienes una vida aquí, además del laboral. Se suponía que hoy, visitarías a tu madre, y te encuentro así, Naruto.

A esas alturas, nada de lo que hiciera el ojiazul le sorprendía. El pelinegro nunca lo supo, pero en algún momento y lugar, se levantó un escudo en su interior, ese escudo le impedía sufrir demasiado, el dolor rebotaba. Había soportado cosas peores que esta en estos años. ¿Qué más podía herirlo?

—Ahh… mi cabeza-rodó hasta llegar a la orilla y sentarse sobre la cama—Mi madre sabe que me levanto tarde, no le prometí nada-le recriminó.

—¡Dijiste, que irías a verla! ¡Hoy es su cumpleaños! Estaba preocupada por ti-Sasuke estalló.

Escucharon la puerta del departamento cerrarse, finalmente solo ellos estaban allí. Sinceramente le costaba manejar sus emociones con el blondo, respiraba agitado.

 —Aaargg, no me grites, maldición. ¡Me estalla la cabeza!-le respondió de igual manera.

—Ve a bañarte y vístete, iremos con la señora Kushina. ¡Rápido!-salió de la habitación sin escuchar una respuesta.

—Sí, papá…-su burló.

Sasuke se debatía entre llamar a la pellirroja o ir directamente a su casa. Miraba su móvil indeciso, entonces, el golpe agudo inundó su pecho.

—Aaargg…-soltó su celular, el azabache perdió el equilibrio. Era un horrible mareo, y solo bastó un golpe más estrujando su corazón para dejarlo caer completamente inconsciente al piso.

El rubito se sintió rejuvenecido tras una larga y agradable ducha, ya listo para salir, se acercó a la sala y se estremeció.

—¡Sasuke!-se tiró al piso y lo tomó del rostro—¡Sasuke, reacciona!-tocó su mejilla sin signo alguno—¡Dios mío!-notó rápidamente el móvil a su lado, podría llamar a emergencias pero tardarían en llegar, lo más sensato era llevarlo él mismo.

No lo pensó dos veces, hurgo en el bolsillo trasero del pantalón de Sasuke hallando las llaves de su auto, cargó a su amigo con bastante dificultad en su espalda y tomaron el ascensor, al llegar a la salida mucha gente lo observaba pero no tenía tiempo de dar explicaciones. Acomodó a Sasuke a su lado y emprendió una carrera por su vida, nervioso y aterrado.

Media hora habrá transcurrido, lo cierto es que no tenía noción del tiempo. Sasuke estaba siendo tratado y él esperaba ansiosamente sentado a un lado de su habitación, temblaba ligeramente y todavía no comprendía lo ocurrido. Había sido tan repentino. Y entonces levantó la vista y halló a su madre venir a su dirección y su fachada de chico duro se desmorono.

—No sé nada aún…-sollozó, aferrado su mamá.

Kushina lo abrazó compresiva y preocupada también por la salud de Sasuke. Su hijo lo había llamado con la voz muy, muy temblorosa. Desde el accidente, Naruto no había mostrado tal vulnerabilidad. Lucía como su niño de siempre, una enorme nostalgia la invadió.

—Todo estará bien-palmeó su espalda—Tranquilo, hijo.

—Perdón, mamá, perdón… me quedé dormido. Lamento no haber ido, feliz cumpleaños…-murmuró entre hipidos.

—Ssshh, no te preocupes. Estoy aliviada de que estés bien y la vida de Sasuke es más importante que mi cumpleaños, podemos festejarlo otro día-le animó con una sonrisa.

—Sí…-se secó su ojos con el dorso de la mano, y una sombra negra se plantó entre él y su madre. El blondo fue arrinconado contra la pared.

—Uuughh…

—Itachi, por favor, no te alteres-el semblante del mayor de los Uchiha era peligroso, venía con intenciones de lucha contra su hijo.

El pelinegro soltó los hombros del rubito y lo dejo ir, intentando recuperar el control.

—Aléjate de mi hermano-habló furioso—¡Ya no quiero verte junto a él, tú le haces daño! ¡No pueden estar juntos!

—¡Yo no le apunté con una arma para que se quedara a mi lado!-contratacó, también molesto por su maltrato—Sasuke es libre de hacer lo que le plazca, y sin embargo, anda pendiente de mí todo el tiempo. ¡Yo no lo obligué!-gritó cansado emocionalmente—¡No lo obligué!

Naruto salió huyendo del hospital, Kushina no pudo detenerlo e Itachi permaneció inmóvil junto al cuarto a la espera de noticias.

—Mi hijo…-murmuró—Aunque no lo demuestre, aprecia mucho a Sasuke, por favor, no lo alejes de él-suplicó.

Itachi suavizó la mirada y suspiró.

—Lo siento-se disculpó—Sé que pasó por mucho, pero debe entenderme a mí también, Sasuke es mi hermano y no dejaré que Naruto lo arrastre a un sinfín de dolor. Ya pasaron cinco años, es suficiente, ¿No lo creé? Mi hermano tenía la esperanza de que su hijo recuperaría la memoria y todo volvería a ser como antes, yo también lo creí… por la felicidad de Sasuke, aguardé. Pero ya no esperaré más por un milagro, mi hermano debe retomar su vida. Conocer a alguien que realmente lo valore y lo ame. Temo que su hijo no es un buen candidato.

Kushina solo pudo guardar silencio con lágrimas surcando su rostro, porque aunque dolía escucharlo, tenía razón. Sasuke era una persona maravillosa que solo merecía felicidad, él cargaba con una gran culpa a pesar de no ser el responsable de ese accidente y había tratado a su hijo con todo el cuidado posible.

—Solo quiero saber cómo está Sasuke.

Itachi asintió  en silencio. No pasó mucho que un doctor y una enfermera salieron de la habitación.

—¿Familiares?

—Soy su hermano, por favor, dígame su estado.

—Su hermano tiene insuficiencia cardiaca, ingresó aquí con la presión demasiada alta.

—¿Mejorará?

—Con medicación y una buena calidad de vida, estará bien, no se preocupe.

Kushina sonrió aliviada.

—¿Puedo verlo?

—Está dormido, pero puede entrar si lo prefiere. Si me disculpa, tengo otros pacientes, regresaré más tarde para revisarlo y darle el alta.

—Se lo agradezco, doctor.

En cuanto el médico y la enfermera se alejaron, la pelirroja habló.

—Me retiro tranquila, avísame cuando se retiren por favor.

—Se lo haré saber, señora Kushina, gracias por venir.

Ella solo sonrió y se fue, e Itachi entró para estar con su hermano.

Naruto llegó en taxi a su departamento y se lanzó a su cama para lamentarse. Sus pensamientos estaban revueltos. Como detestaba a Itachi, detestaba a todos… estaba cansado de todo. Si tan solo pudiera recordar algún fragmento de su pasado, quizás algo en él cambiaría.

—¿Qué mierda…-lloró de golpe—… esperan de mí? déjenme en paz… déjame ir Sasuke…-sus ojos se aguaron en incontables lágrimas y hundió su rostro en la almohada para apagar su molesto llanto.

Sasuke debía rendirse con él. Sea lo que sea que hubieran tenido en el pasado, ya no existía.

 

 

 

 

 

Mi nombre es Sasuke Uchiha, y el hombre que amo se olvidó de mí. Porque no creí en sus palabras, lo lastimé y ahora, estoy pagando el precio.

Y aunque lo amo, ya no puedo soportarlo un segundo más, perdóname.

 

Perdóname, Naruto.

 


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