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Mi enemigo, mi veela por Mia Phantomhive

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Notas del capitulo:

Holiii a todos!!!! *salta y cae con los brazos en L* un pajarito me dijo que  alguien queria que apareciera la pareja Sebastian x Ciel y como no interfiere en la trama *se encoge de hombros* decidi que tendrian un poco de aparicion pero solo un poc ¿Eh? *guiña el ojo*

Ciel: ¿Cuando diablos piensas decir que yo... *se queda callado ya que Mia le puesto una cinta en la boca*

Mia: no hagas spolier antes de tiempo anata *sonrie dulcemente*

Ciel: ¡Mmhp!

Mia: ¡Sebastian!

Sebastian: Si, señorita

Mia: llevate a Ciel a su dormitorio y *sonrie perversamente* tratalo con se debe.

Sebastian: por supuesto señorita *se inclina y se lleva Ciel como un costal de papas mientras Ciel patalea*

En una zona desconocida de Gran Bretaña un rubio platinado estaba dando vueltas por su oficina. Se lo podía ver que estaba muy ansioso. El estaba realmente desesperado, estaba tan desesperado que decidió tirar su orgullo por el retrete y enviarle una carta a su hermana. No la había visto en años y no sabia como ella reaccionaria ante su carta. El sabía que tenía que tenerla de su lado si o si, ya que ella era la única que podía orientar a su hijo sobre la situación que le estaba sucediendo.

Por lo cual aria todo lo posible para que ella lo perdonara y aceptara ayudar a Draco.
Sabía que sería prácticamente imposible pero lo intentaría.

Lucius sintió que su oficina estaba más luminosa que de costumbre por lo cual alzo la mira para ver cuál era el motivo. Se sobresalto al observa que había en medio de la habitación un ser plateado, que se asemejaba bastante a un ángel, observándole. Lucius pensó que esa criatura le parecía conocía de algún lado pero no recordaba de donde. Pero Lucius no pudo pensar más en ello ya que desde un lugar indefinido de la sala empezó a escuchar una voz femenina.

“Lucius ire a tu casa por lo cual levanta las protecciones ahora mismo por unos segundos. Ten lista mi habitación, aunque sé que no la usare por mucho tiempo. Avísale a Dumbledore sobre este asunto ya que yo tengo que estar cerca de Draco. No, Lucius, se lo que estas pensando, aun no te perdono. Hago esto solamente por mi ahijado. Recuérdalo”

Después de esas palabras el Patronus de su hermana se esfumo.

Lucius pensó que se trata de una alucinación, pero sabía que no era así. El ya no recordaba demasiado la voz de su hermana por lo cual al volver a escucharla le hizo volver algunos recuerdos. Pero los espanto rápidamente de su mente y procedió a hacer lo que le dijo su hermana. Dejaría de lado sus sentimientos y recuerdos sobre su hermana por un tiempo, ahora lo más importante era su hijo.

Toco el anillo de su familia con la varita y murmuro un hechizo, de esa manera la barrera que había en su mansión y a los alrededores se desvanecería por unos minutos hasta que su hermana llegara, después de que ella entrara en la mansión se volvería a activar.

De repente Lucius escucho un grito de asombro por lo cual se dirigió hacia allí rápidamente. Se habia olvidado que Mia era bastante rápida cuando quería.

*******

Mientras tanto en una zona cercana a la oficina de Lucius, una Narcissa Malfoy veía consternada como una alta y polvorienta persona salía de la chimenea del Salon Familiar.
Ella se quedo estática viendo como la figura se lanzaba un hechizo de limpieza y revelaba el cuerpo de su cuñada. Narcissa no cavia en su asombro, nunca pensó que su esposo llegaría a tal límite.

Vio como su cuñada caminaba como si fuera la dueña de la casa y le dirigía una mirada de superioridad. Narcissa no pudo evitar devolverle la mirada, ya que ante todo estaba su orgullo y una Malfoy no se permitía ser pisotear por otros.

Y así las encontró Lucius. Ambas rubias se estaban enviado miradas mortales y no se dejaban ceder por nada del mundo. El sabía que si no las detenía el problema pasaría a algo mayor que unas simples miradas. Por lo tanto el carraspeo para llamar su atención pero ninguna quería ceder ante la otra por lo cual el decidió llamar a su esposa. Si ellas se querían matar que lo hicieran luego.

-Bueno Cissa veo que ya viste a nuestra invitada y desde ya te informo que se quedara con nosotros- dijo Lucius mirando fijamente a su esposa para que supiera que ella no se podía negar.

-Lo entiendo. Bienvenida a nuestra casa, Miaya. Espero que sea lo suficiente cómoda para ti –dijo fríamente Narcissa con una falsa sonrisa en sus labios.

-Gracias por vuestro recibimiento. Espero no causarles grandes inconvenientes. Pero como ya te informe Lucius yo estar aquí unos pocos días después me trasladare al colegio para estar cerca de mi ahijado- le respondió Mia con una chispa juguetona en sus ojos. Ella remarco fuertemente las últimas dos palabras.

-¿Qué tal si hablamos con más calma en otro lugar? Cissa, por favor, dirige a Mía al Salón de Te Interno mientras llamo a Draco- dijo Lucius.

Narcissa hizo lo que su esposo le pidió sumisamente, sabía perfectamente que Miaya tendría que estar aquí por el bien de Draco, pero igualmente no la soportaba. El desprecio le venía naturalmente al igual que a Mia.

Mia se parecía demasiado a Sirius, aunque Mia si fue seleccionada a Slytherin, pero ella no era una persona fría y calculado como debería ser una Malfoy. Ella siempre fue una persona sentimental y excéntrica todo lo contrario a su hermano Lucius.

Esa era la única explicación más o menos razonable, según Narcissa, que ella podía dar.

*******

Tanto Cissa como Mia hicieron una pequeña tregua silenciosa por unos días. Por lo cual Lucius al aparecer en la sala junto con un confundido Draco las encontró rígidas como tablas mirando al infinito.

“Por lo menos no se están arrancando los cabellos” pensó Lucius aliviado.

Draco está confundido ya que el no conocía a la chica que estaba sentada al lado de su madre mirado a un lugar indescifrable. Era bonita, el lo admitía, pero era entrañable que sus padres hubieran invitado a alguien a su casa estando él en “esta situación”.

Lo que le resulto aun más extraño era que la joven tenía el mismo color de cabello y piel que él y su padre, ya que solamente su familia tenía esas características. Que el recordara tanto su padre como su abuelo eran hijos únicos.

Mia le devolvió la mirada con cierta curiosidad. Su sobrino había crecido mucho desde la última vez que lo vio, se había vuelto una pequeña copia de Lucius aun que Draco aun conservaba ciertas fracciones aniñadas y sus músculos se marcaba debajo de su ropa. Sus cabellos rubio platinado le caían libremente hasta los hombros.

Ella sentía que algo resurgía en su pecho, un sentimiento calido y suave. Lo reconoció al instante, ella sentía orgullo y cariño por el niño que ahora era un adulto o mejor dicho iba a serlo.

Lucius interrumpió la línea de sus pensamientos en ese momento.

-Draco te presento a una antigua conocida mia, se llama Miaya. Ella está totalmente capacitada para ayudarte en tu pequeño problema-dijo Lucius intentando pasar por alto la mirada fulminante de su hermana. A Lucius no le agradaba la idea de contarle a Draco sobre su relación consanguínea con Miaya.

Mia en esos instantes esta maldiciendo de todos los modos posibles en su mente a Lucius. ¡Como se atrevía a no contarle a Draco algo tan importante!

Draco sentía que algo no le estaban diciendo pero decidió pasarlo por alto por ahora, ya después el averiguaría de que se trataba. El estaba totalmente seguro de que ya la había visto antes.

-Lucius te estás olvidando del un pequeñísimo detalle- dijo Mia mientras le lanza su versión de una mirada Malfoy.

-Detalles sin importancia, querida- dijo Lucius con una tensa sonrisa.

-Perdonen lo que voy a decir pero… ¡¿Qué detalle sin importancia ni que ocho cuartos?! Yo quiero que Draco sepa que soy su tía y madrina. No me importa que tan avergonzado estés de mí-vocifero Mia. Sus ojos eran prácticamente llamas verdes.

-Se trata de un detalle sin importancia, querida-dijo Lucius fulminando con la mirada a su hermana.

Los hermanos empezaron una batalla de mirada que se prolongo varios intantes hasta que Lucius se dio cuenta que su hijo no había dicho nada. Por lo tanto el decidió cortar la batalla y dirigir su vista a su hijo para ver que sucedía y Mia lo imito.

Draco estaba parado pero parecía que no iba durar mucho tiempo así, ya que todo su cuerpo temblaba y su rostro estaba desprovisto de color.

Narcissa lanzo un chillido de sorpresa al ver el estado de su primogénito, ella había estado demasiado ocupada observado la pelea de los hermanos Malfoy para darse cuenta de lo que le sucedía a Draco.

-Lucius ve y habla con Dumbledore adviértele sobre la condición de Draco y dile que Harry Potter está en peligro. Narcissa ve y pídele a los elfos una poción tranquilizadora y la comida favorita de Draco- dijo Mia con un tono que no aceptaba replica. Fue hacia su sobrino, le lanzo un Desmanius y antes de que su cabeza tocara el piso le lanzo un hechizo levitante, ya que ella no podía llevar fácilmente a Draco en brazos.

Observo que Narcissa la observaba asustada y le dijo:- Si no hago esto su magia empezara descontrolarse y causara un gran desastre.

Mia empezó a caminar hacia la entrada con cuidado de que Draco no se chocara con nada y subió unas escaleras por la que estaba casi segura que la dirigían a la segunda planta del lado este donde seguramente estaba ubicada la habitación de Draco.

*******

Mia no sabía cuánto tiempo había pasado desde que estaba buscando la habitación de Draco, pero ya se estaba cansando. Se suponía que en el ala este era donde se colocaban a los hijos cuando ya estaban los suficientemente grandes, pero parecía que su hermano había decidido cambiar eso.

Ella ya se estaba dando por vencida cuando descubrió a un elfo saliendo de una habitación.

Ella intento poner la mejor pose imponente y se aclaro la garganta para que la viera el elfo domestico.

-¿Qué desea la Ama Mia? Doley hará cualquier cosa por la Ama- dijo el elfo con una voz chillona mientras hacia una profunda reverencia, tan profunda que su gran nariz toco el piso. Mia jamás se acostumbraría a eso.

-Eh… dime donde está la habitación de tu amo Draco. El necesita descansar.- dijo ella haciendo énfasis en la palabra descansar.

El elfo le señalo la puerta que estaba al lado de ella y después le pregunto si quería algo más a lo cual ella negó frenéticamente y le dio las gracias. Ella entro rápidamente a la habitación y cerro tras de sí, claro, siempre teniendo cuidado de la integridad de su ahijado.

Ella no quería ser la causa de un infarto por parte de un elfo solamente por a verle dado las gracias.

Observo la habitación del joven, era grande y espaciosa, como cualquier habitación de la mansión, y estaba pintada con colores negro y plateado. Su cama era tanto o más grande que la que ella tenía en su casa, estaba perfectamente tendida y tenía sabanas de seda negras.
Ella aparto la sabana superior y luego cuidosamente coloco a Draco en su cama. Tapo al adolescente y se sentó a su lado. Empezó a acariciar de manera cariñosa sus cabellos en un intento por disipar sus dolores.

Jamás pensó que de una manera tan rápida se activara la empatía. De esa manera Draco sufriría mucho. La esperanza de vida de Harry Potter era muy baja.

Empezó a recordar cuando a ella le paso lo mismo, fue como si toda su piel se quemara.
Mia negó frenéticamente para sacarse esas ideas de la cabeza. Ella tenía que centrarse en Draco, solamente en el.

Intento solamente concentrarse en acariciar el cabello del más joven. Su cabello parecía plata liquida con un toque de luz de sol. Su rostro estaba tenso ya que había pesadillas acechando en su mente, dichas pesadillas que Mia anhelaba desvanecer con todas sus fuerzas.

De seria sacarlas de esa cabecita con tan solo soplar en su oído.

Pero bien sabía que no podía, aunque quisiera.

******
Mia seguía acariciando los cabellos de Draco cuando un toque en la puerta la desconcentro de su labor.

-Adelante-dijo Mia mientras aparta sus manos y se sentaba mejor en el borde de la cama.
Observo que Narcissa entraba en la habitación acompañada de un elfo domestico que sostenía una bandeja con varias chuchería. Todas eran de chocolate o con chocolate.
Ante esto Mia arque la ceja interrogativamente, ya que no recordaba que Narcissa y Lucius fueran muy dados a los dulces.

Después ella recordó que SI había alguien en esa familia que era una alocada del chocolate: ella misma.

Luego pensaría en eso. Sería un buen material para el futuro
.
-¿Cómo esta?- pregunto Narcissa con una expresión de inquietud.

Mia la miro intentado refrenar sus ganas de responderle con una frase mordaz.

-No ha ocurrido nada nuevo. Tenemos que esperar a ver cómo reacciona cuando despierte.
Tuvimos suerte de que este ataque fuera tranquilo-dijo Mia mientras miraban con preocupación el rostro dormido de Draco.

Narcissa se puso lívida, si ese ataque fue leve no se quería imaginar cómo era uno grave. Jamás había estado conviviendo tan cerca con un veela.

Mia sonrio levemente sin una pizca de alegría al ver el rostro de Narcissa.

Esto sería duro pero había que sobrellevarlo.
Notas finales:

Espero que les haya gustado! y recuerden que por cada comentario Draquilin recibe un momento romantico con una Harry poco tolerante al alcohol *mueve su cejas de manera sugestiva* El que entiende, entiende. Ciao!


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