No...no podía ser...
Era un humano.
Pero.....como....
Se llevo una mano hacia el liso antebrazo, resbalando los dedos y finalmente raspando un poco con las uñas.
Al instante sintió un pequeño ardor y una marca roja sobre la piel morena.
-(1)Kuso...-murmuro antes de desplomarse otra vez en la nieve. Observo otro rato los remolinos que surcaban el cielo gris y triste, llevando consigo pequeñísimos puntos blancos, como apresurados.
Cerro los ojos y se dejo llevar por el suave sonido ululante del viento.
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Diablos....una luz se escabullía por sus ojos, obligándolo a despertarse.
Con un gruñido los abrió lentamente, descubriendo que la luz del sol le dañaba los ojos, así que coloco un mano a modo de visera.
Una mano.
Entonces no había sido un sueño.
Se incorporo y quedo sentado sobre la mullida nieve. Miro a su alrededor, y se sorprendió de ver una roca gigante con forma circular a unos metros, por donde salía agua a chorros, y no solo eso, árboles por doquier, arbustos...todo rociado por la nieve de la noche anterior.
Intento levantarse otra vez...pero perdió el equilibrio nuevamente. El pálido sol y el cielo casi blanco inundaban todo.
Cayo arrodillado sobre la nieve apretando los dientes, todavía con esa horrible sensación en el estomago, como si hubiera dado una vuelta completa dentro de el.
Se recostó sobre la mullida nieve, y al instante se quedo dormido, mas por frustración que por cansancio.
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Ya cállense........no soportaba el ruido que había a su alrededor.
Había murmullos por todas partes que le taladraban los oídos, como si se oyeran diez veces mas.
Abrió los ojos lentamente, y mientras lo hacia los murmullos aumentaban.
Por ahí escucho algunos gritos y chillidos pero no le presto atención, además de una especie de golpeteo y lucecitas por todas partes.
Se encontró rodeado de personas, casi todas mujeres con la misma ropa, que lo miraban atentamente y cuchicheaban con la de al lado.
Reían y tenían la cara roja. ¿Tendrían algo?....bah...a el que le interesaba.
Se incorporo, y ahora podía distinguir bien que eran esas luces, eran una especie de aparatos grises que largaban destellos.
¿Que diablos?....
-Que moreno guapo....
-Si...mira sus músculos
-Su piel bronceada....y esos ojos...¿serán lentes de contacto?
-Y mira su cabello blanco...es muy guapo...
Murmullos y mas miradas sobre su cuerpo. Intento levantarse, aquellas miradas lo hacían sentirse un bicho de circo y le molestaba.
Al intentar levantarse oyó algunos gritos emocionados y mas exclamaciones.
Todo a su alrededor se movía, como si el suelo que pisara girara muy rápido bajo suyo.
Otra vez ese molesto revolcón en su estomago.
Miro alrededor. Todos prestaban atención a sus movimientos, pero no tenían ninguna intención de ayudarlo o acercarse, estaban presentes, solo observaban como las cosas transcurrían, parados donde estaban, seguros de lo que había frente a ellos, encerrados en su propio mundo y sin intenciones de salir; indiferentes pero a la vez interesados....pero de ellos mismos, de sus propias ideas y pensamientos....que egoístas eran los humanos.
Idiotas.
Resbalo y trastabillo en la nieve, cayendo de bruces. El no necesitaba la ayuda de ninguno de esos inútiles fisgones...
Si....sigan mirando y carcajeándose de la vida de otros, por mas miserable que sea.
De entre la multitud se abrió una pequeña brecha, pero estaba demasiado ocupado tratando pararse, cuando escucho unos pasos amortiguados cerca.
A su lado sintió un peso liviano y una vocecita.
-Tsume!
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Que diablos hacia ahí...ese ruido molesto le taladraba la cabeza. Bocinazos, chillidos y rechinidos.
Lo único que le gustaba de ese lugar era ese vago olor a lluvia limpia que flotaba por el sucio callejón....le recordaba a algo pero no podía precisar que...
Su cansada mirada vago por el oscuro piso, mirando perdidamente cada grieta y pedazo de moho adherido a las viejas baldosas.
Que diablos hacia ahí....se preguntaba por millonésima vez.
Vagamente recordaba haberse arrastrado, raspándose las piernas hasta divisar casi en el fondo del oscuro pasadizo una manta raida y despellejada que uso para cubrirse el cuerpo desnudo azotado por el cortante viento frío.
Con asombro había observado su piel sedosa, blanca y brillante como la misma luna, su cabello castaño oscuro, enredado y desordenado.
Ya hace mucho había dejado de lado su orgullo, por necesidad, por supervivencia, pero no pudo evitar sentirse una sucia alimaña, igual de despreciable que los humanos.
El era un humano.
¿Como había llegado ahí?....pregunto a la nada por millonésima una vez.
Llego a la conclusión de que de nada servia estarse quejando por nada.
Una suave lluvia de copitos de nieve descendía con lentitud por la estrecha línea, por donde se podía ver el cielo triste y gris.
Estaba muy liviano, le gustaba esa sensación, no había nada que hacer, nada que buscar....no tenia ningún propósito...estaba en paz con el mundo.
Quería correr...
Correr y disfrutar de la libertad que nunca había podido conseguir...vivir esa sensación.
No lo impulsaba esa curiosidad, no escuchaba esa voz que le decía algo que ya no recordaba.
Cotinue??