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Achromatic Habit por YisusCraist-Of-Yaoi

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Notas del capitulo:

Leí sus reviews !Mil gracias por el apoyo! Me emociona mucho estar compartiendo esta historia con ustedes avisando que se actualizará los martes. Gracias a la idea de alguien tendrá otro capitulo más, la verdad es que mi disco interno no funciona y olvidé por un segundo a Zakki que es seiyuu de Haru y Sakurai así que habrá un extra de ellos al terminar la historia. Mientras disfruten la locura de estos dos.

Makoto actuó tan rápido como pudo llamando a la ambulancia que por suerte llevaban para los conciertos y estaba estacionada en caso de emergencia. Subieron a Takao revisándolo y pese a pensar en que se trataba de un desmayo por cansancio le llevaron al hospital a prisa. Makoto subió al automóvil con ellos mientras buscaba en el móvil de Takao contacto con algún integrante de la banda y llamó a prisa.

—Buenas noches, mi nombre es Makoto Tachibana…—dijo el castaño a pesar de que el sonido de las sirenas afuera casi no le dejaban escuchar.

—Tienes el móvil que Takao perdió —dijo Kasamatsu —si es una broma ahórratela.

—No, no cuelgue…no es broma, están llevando a Takao-san al hospital. Se desmayó detrás del escenario y la ambulancia lo lleva. —comentó desesperado mientras intentaban reanimarlo —les pasaré los datos.—entonces algo pasó, algo que heló al castaño. Takao empezó a quejarse y justo en la zona de su entrepierna una mancha de sangre se vislumbraba tiñendo las cobijas de la camilla.

—…duele…—susurró con los ojos cerrados mientras se tocaba bajo el ombligo. Los paramédicos se miraron entre si e indicaron al conductor ir rápido, era una emergencia. Takao estaba perdiendo sangre y aquello no era un simple desmayo. Makoto salió de su trance y le pasó los datos a Kasamatsu para después colgar, tomar la mano de Takao y sentir como este la apretaba —duele mucho…

—Tranquilo…Takao-san… —le acomodó los cabellos azabaches destapándole la frente, él ardía en fiebre y eso empeoraba la situación.

Apenas llegaron al hospital le depositaron en otra camilla y a prisa fueron a urgencias donde los médicos empezaron su labor. Makoto se detuvo de golpe tras esa puerta que cerraron ante sus ojos donde los doctores harían su trabajo. El castaño sintió temblar sus manos, ponerse nervioso como nunca, unas ganas inmensas de llorar tras ver el dolor del otro casi como si pudiera sentirlo. Un escalofrío recorriéndole la espalda mientras se sentaba en una de las sillas de la sala de espera. Recordó que había dejado a sus compañeros sin decirles nada, era la segunda vez que hacia eso y ambas veces fue a causa de Takao aunque ahora no era por una 'situación agradable'.

Pasaron veinte minutos en los que él seguía solo en aquella fría sala hasta que el móvil de Takao sonó regresándolo a la realidad. Tomó el mismo y vio que la pantalla decía el nombre de "Himu-chan".

—¿Bueno?—habló Makoto.

—Aquí Himuro Tatsuya. Soy compañero de Takao —dijo hablando más tranquilo que el primer chico con el que habló y ¡claro que lo conocía! Le encantaba esa banda ¿Cómo no conocer a cada integrante?

—Sí, aquí Makoto. Sigo en esperas de noticias pero el doctor no ha salido —quiso omitir el hecho de la sangre y de Takao sufriendo, no era el indicado para decirlo.

—Vamos lo más rápido que podemos pero nos topamos con un embotellamiento. Si puedes ver a Takao dile que no se desespere que tarde pero llegaremos —Makoto suspiró, sus amigos seguro pensaban que era un simple desmayo o tal vez era solo Himuro quien siempre hablaba con calma y profesionalismo.

—Ya, yo le digo solo…procuren no tardar—tomó aire. Colgó la llamada y recargó la cabeza en la pared mirando al techo con pesadez mientras sus dedos jugaban con el teléfono, entonces al volver a verlo miró el fondo de pantalla una foto de un peliverde con lentes bastante atractivo a lado del azabache, él sonreía, el otro no tanto pero el brillo en los ojos de Takao era hermoso por lo que Makoto solo pudo emitir una sonrisa. Aquella mueca de felicidad extrema en el cantante le hizo sentir una paz interna, seguro amaba mucho a aquel peliverde como para sonreírle de esa manera. —Eres muy afortunado…

No tuvo prejuicio ante los actos de Takao pues a como apuntaban las pruebas había sido infiel y cosas como esas suceden. Entendía que al otro le preocupase que no dijera lo ocurrido, lo notó en su mirada y expresiones, seguro no quería conflictos en su relación. Realmente era afortunado de haber encontrado el amor y ser correspondido en cambio él tenía una historia más deprimente.

—¿Familiares de Takao Kazunari? —Makoto se puso de pie guardando el móvil en el bolso y fue hacia el médico.

—Ellos no tardan en venir…yo fui quien le trajo —el doctor le miró.

—¿Es su amigo?

—…algo así, creo —mintió un poco, necesitaba saber si él estaba bien —¿Cómo está?

—Requiere de una transfusión de sangre inmediata … ha perdido mucha y es posible que tengamos que someter a una cirugía… —Makoto se quedó en un leve impacto.

—Yo puedo donar… ¿Pueden revisar si soy compatible? Yo…quiero ayudar —el doctor asintió y le indicó el banco de sangre para iniciar el proceso de transfusión, por suerte Makoto podía donar sin problemas y a pesar del cansancio y demás por ser un caso urgente aceptaron la donación.

Tan pronto salió del banco de sangre se encontró con los miembros de la banda reunidos en la sala de espera y dudoso fue hacia ellos sosteniendo el algodón en su antebrazo a causa del piquete. Se paró ante ellos y ellos le miraron.

—Mucho gusto, soy Makoto Tachibana— los integrantes le miraron, el tipo de verdad era alto y se caía de bueno ¿De dónde había sacado ese hombre Takao? Ante el silencio que era más por sorpresa que por otra cosa Makoto siguió hablando — el doctor no me dio información clara…

—¿Qué te ha dicho? —el primero en preguntar fue Reo yendo hacia el castaño.

—Que necesitaba sangre y tal vez una cirugía —dijo sincero y los demás empalidecieron ¿Tan grave era el asunto? —ya he donado así que deben estarle haciendo la transfusión en un momento y…

—¿No te dijo nada más?— Makoto negó.

—Lo lamento, solo le darán información a familiares…—dijo cabizbajo.

—Él no tiene familiares aquí…supongo que por consiguiente nosotros deberíamos saber que le pasa ¿no? —todos estuvieron de acuerdo y decidieron esperar. Makoto lo hizo por su preocupación, nadie se lo impidió puesto que gracias a él su amigo estaba siendo salvado pero la duda de sobre como ellos se conocían quedó al aire.

El doctor salió de urgencias buscando nuevamente a los familiares de Takao. Este les informó de la situación, Makoto no pudo escuchar nada pero nunca olvidaría la rabia de sus compañeros, como Kasamatsu gruñía golpeando la pared mientras que el resto suspiraba con desolación. Makoto bajó la cabeza pidiendo a quien le escuchara que Takao saliera de esta, fuera lo que fuera necesitaba estar bien. Llegada la media noche llamó al hogar que compartía con los de Iwatobi para informarles que estaba bien, no les dijo lo ocurrido con Takao puesto que tal vez querían mantenerlo en secreto y no profundizó en detalles diciéndoles que tal vez no iría a dormir. Regresó con los otros chicos que ya cabeceaban mientras esperaban respuestas, ahora Kise se había unido y Miyaji caminaba de lado a otro a punto de hacer un hueco en la tierra.

Llegadas las dos de la madrugada el doctor salió nuevamente quitándose el cubre bocas dio las buenas noticias, todo estaba en orden aunque Takao debería quedarse en observación y por la mañana realizarían otros exámenes además de una serie de preguntas.

—¿Por qué preguntas? —dijo Sakurai. El medico suspiró metiéndose las manos en las bolsas y espetó sin consideración.

—Lo que su amigo intentó es ilegal y hasta no saber qué clase de sustancia ingirió no podemos emitir juicio. Es posible que se meta en líos con algunas organizaciones pro-vida — Makoto escuchó eso y quedó más confuso ¿Qué cosa pasaba con Takao que ahora daba un giro a la legalidad y demás cuestiones? Posiblemente la ingesta de drogas, o al menos ese fue su primer pensamiento.

—Gracias Doctor, nosotros estaremos al pendiente —el medico asintió partiendo para que luego el rubio escandaloso empezara a lanzar pequeños gritos suplicantes.

—¿Qué le pasa a Takaocchi? No entiendo nada de nada …dimelo por favor —le suplicaba a Kasamatsu. Este miró a los demás integrantes y por ultimo a Makoto.

—Yo solo quiero saber si estará bien—preguntó algo intimidado ante la mirada del otro.

—Desde hace rato me he estado preguntando algo …—dijo haciendo de lado a Kise. Ya con la mente más fría y encajando todas las piezas de su rompecabezas mental Kasamatsu llegó a una conclusión y sin temer se puso frente al castaño —tu tenías el móvil que Takao 'perdió' hace un par de semanas.

—¿Eh? Sí, yo solo quería devolvérselo…—dijo sacándolo de su bolsa y entregándoselo al moreno pero este lo rechazó.

—¿De casualidad no lo olvidó en el hotel donde se hospedaron?—miró juzgándolo, Makoto sudó frio mientras los demás miraban al joven frente a ellos con sorpresa ¿Acaso aquel chico era con quien Takao se había ido? Acaso él…

—No, me confunde con alguien más…Takao-san no…—Kasamatsu lo tomó del cuello de la camisa y con fiereza lo jaloneó haciéndolo retroceder.

—Deja de querer engañarme, si te liaste con él o no ya no es algo que Takao pueda mantener en secreto —dijo gritoneando y llamando la atención de otros trabajadores del hospital.

—Kasamatsu, detente —le pidió Himuro intentando separarlo de Makoto al cual tenía fuertemente aprisionado por la camisa.

—Ahora dime claramente ¿Te acostaste con Takao? —dijo frunciendo el entrecejo. Makoto le miró firme y después bajo la mirada. Tenía una promesa con el otro pero aquellos eran sus compañeros de grupo. —tch…

—Basta, Kasamatsu…independientemente de eso no fue su causa lo ocurrido… —dijo Reo —lo que Takao hizo fue su responsabilidad además…gracias a Makoto él está estable y recuperó la sangre perdida…

—Como sea…—soltó al alto que estaba muy confuso. — Ahora ¿Dónde está el bastardo de Midorima? Que solo me alegraré al ver su cara cuando sepa lo que pasó.

—No digas esas cosas, Kasamatsu —le dijo Sakurai y este empezó a reír irónico.

—¿Quieres saber que paso? —dijo pasando de su compañero de banda yendo nuevamente hacia Makoto —pasó que le hiciste un favor —ahora si el castaño no entendía — que nos hiciste un favor a todos.

—Oh dios, alguien deténgalo que de tanto lio le va a tronar el cerebro —dijo Himuro puesto que el acto de Kasamatsu estaba cayendo en lo bizarro.

—Yo no entiendo que hice…—susurró Makoto.

—Que Takao intentó abortar…un bebé de dos semanas…eso pasó —dijo dándole un par de dedazos contra el pecho. Makoto tardó en enganchar las ideas hasta que la palabra bebé se clavó haciéndole abrir los orbes, retroceder y a causa del impacto y pérdida de sangre por donarla terminó cayendo al suelo desfalleciendo. —Ay genial, solo nos faltaba esto.

—¡Santo cielo!—gritó Reo —¿Cómo le dejas caer así la noticia? —dijo yendo a auxiliar a Makoto.

Se sintió sumergido dentro de una memoria, de un recuerdo confuso donde sus emociones diversas retumbaban como abejas en el panal. Susurros, jaleos, besos, mordidas y placer. Recordó a Takao debajo de su cuerpo con las manos en sus hombros, más específicamente sus desordenados cabellos azabaches que le hicieron sentir melancólico. Recuerda haber besado estos y olerlos, era diferente, esa persona no era a quien amaba y sin embargo quería imaginarlo así. Takao rio en medio de todo y clavó sus orbes grises en los del otro para acariciarle las mejillas susurrando que amaba el verde de sus ojos. Jamás le habían dicho algo tan dulce pero dolió de cierta forma escucharlo pues en los ojos de Takao también había lágrimas, en su expresión había tristeza. Makoto aferró su cuerpo desnudo hacia él, el más bajo no se lo impidió rodeándolo y poniendo sus brazos en la espalda ancha del castaño. Sollozos, gimoteos débiles que poco a poco desaparecieron ante la súplica de que continuara, Makoto jamás olvidaría esas palabras "Haz algo para olvidarme de todo, quiero fingir que esta noche solo existimos los dos" pues eso es algo que él también deseó.

Lo siguiente que pudo recordar Makoto después fue que un olor muy fuerte le penetraba las fosas nasales. Las figuras a su alrededor eran cada vez más claras y finalmente fijó su vista en el chico rubio de orbes dorados que intentaba reanimarlo. Le dolía la cabeza, se había estampado en el suelo, claro. Seguía aun recostado sobre el mismo mientras aclaraba lo ocurrido. Apenas había llevado a Takao al hospital, este estaba muy grave, le donó sangre, entró en cuestiones legales por cosa de un intento de aborto de un hijo que según todos era de él… un bebé de dos semanas. Se sentó de golpe haciendo que el rubio retrocediera hasta caer de sentón.

—El be…—se detuvo avergonzado y los integrantes le miraron fijo. En sus ojos había cansancio. Sakurai ya se había dormido desde hace unos minutos. Kasamatsu suspiró ya más calmado y miró al castaño.

—Están bien… —dijo cruzado de brazos — solo los tienen en observación…lamento lo dicho y no debí darte la noticia así quien debió hacerlo fue Takao…

—Me tomó por sorpresa… de hecho aún no puedo creerlo …—dijo tallando sus cabellos castaños.

Necesitaba un poco de tiempo, aire, pensar. No todos los días descubrías que ibas a ser padre y menos que el otro padre era alguien a quien admirabas mucho. Peor aún era que Takao tenía una relación y entonces en su mente pasó aquella mirada azul haciendo un estrago. Haruka, ahora si todo estaba perdido, si llegó a tener una esperanza esta se había escapado entre sus dedos. El doctor volvió a salir totalmente agotado, claro, había pasado toda la noche ahí atendiendo al cantante.

—Doctor ¿Ya podemos verlo? —preguntó Kise.

—En un momento. Les debo decir que a partir de ahora tienen que cuidar mucho de él, será un embarazo de alto riesgo de hecho es muy probable que deseche al producto pasado el mes…—comentó serio —lo que ha ingerido le ha ocasionado un gran daño y, aunque sigue vivo es muy probable que tenga secuelas.

Todas esas palabras más que tranquilizar a Makoto le preocupaban por que un hombre normal se aliviaría de saber que un hijo indeseado podría no nacer pero el castaño no era así, se preocupaba por el estado de Takao y ¡Santo cielo! ¡Sería padre! Fuese la causa que fuese debía estar feliz y a su vez preocupado. Necesitaba hablar con el azabache, necesitaba hablar con tantos ahora. No sabía por dónde empezar, que hacer, como actuar, que decir. Y así pasó los minutos en silencio sentado en una banca hasta que les permitieron entrar pidiéndoles que no hicieran mayor ajetreo.

Al entrar vieron a Takao acostado viendo al techo, después les miró a ellos con una sonrisilla. Los chicos le respondieron igual menos Makoto que de cierta forma se sentía fuera de lugar rodeado de tanta celebridad, era como estar en una especie de sueño o pesadilla, no podía asegurarlo ahora.

—Ya, se lo que piensan ¡Eres un monstruo! El doc me lo dijo con la mirada pero ¡Hombre! ¿Qué iba a saber yo? —dijo entre risas — Fui muy inconsciente ¿No? Pero ya caché, estoy en cinta. Apuesto que me veré muy sexy estando regordete y…—unas pequeñas lagrimas caían a sus costados. Todos los deseos de reprenderle por sus actos se desvanecieron ante aquella escena. Takao se cubrió los labios llorando lastimero, debían entender sus sentimientos puesto que, como él decía, tal vez desconocía de su estado.

—Hey, hombre. No llores, el doctor dijo que estaba vivito y eso es un milagro —dijo Miyaji tallándole los cabellos mientras todos le rodeaban.

—Si pero le jodí la vida, dijo que igual no se formaría bien si llegaba a sobrevivir. Estoy muy asustado…mucho… —dijo poniendo sus manos en el rostro para después destaparlo libre de lágrimas pero con los ojos rojos. —me jode que me vean débil pero ahora si la he cagado ¿No?

—Y bastante, no es como cuando olvidas la tapa del baño arriba o confundes los cepillos de dientes ¡Un hijo! —dijo Kise riendo —que cosa tan hermosa, Takaocchi. No te felicito a ti pero se fuerte por esa criaturita ¿Bien? Ahorita las cosas se ven oscuras pero yo prepararé a estas fieras que tienes como compañeros para que te traten bien. ¿Escucharon? Él andará muy sensible así que todos deben de poner de su parte.

—Yukio-chan~ —dijo mirando a Kasamatsu quien no había hablado en todo el rato.

—La jodiste, Takao…pero al menos con tu hijo Kise dejará de insistir en que yo tenga uno —dijo dándole un golpecito en el brazo.

—Eso no, ahora debemos darle un compañerito de juegos al de Takaocchi —lo abrazó por la cintura entre las risas de todos. Entonces el azabache miró al castaño quien estaba casi a los pies de la cama. Sonrió, Makoto respondió la sonrisa y en ella hubo como una especie de click en complicidad.—Ya hombre, dile algo que todos sabemos que fue este muchachón quien te desempolvó el asunto.

—Más tacto, Dios.—dijo avergonzado Takao —igual necesito hablar con él a solas… este es un asunto algo serio. ¡Sí! ¡Yo, Takao, me pondré serio! Así que muevan el trasero señores. Nos vemos afuera.

Dijo aplaudiendo. Todos entendieron que así debía de ser y que esos dos tenían un asunto que atender, un lio gordo. Se quedaron en silencio en medio de la habitación, Makoto tomó una silla arrastrándola hasta quedar a lado de la cama donde Takao reposaba. Hubo un silencio donde no supieron cómo empezar hasta que el azabache hizo lo suyo.

—Siento esto… debí cuidarme más adecuadamente o no arrastrarte… tienes motivos para desistir y yo entenderé. —dijo con una media sonrisa. Takao lo sabía, fue su causa en parte salir en cinta, de poner más cuidado eso no habría pasado y más aun no habría tenido ese percance.

—También es mi culpa, no piense que soy esa clase de persona que culpa a los donceles de salir en cinta. Un embarazo siempre es cosa de dos… así que tiene mi apoyo —dijo haciendo una pequeña reverencia, Takao emitió una risa divertido ante los formalismos del otro y le despeinó los cabellos.

—Hombre, no seas tan formal. Háblame de tú que ya me conoces de todo y debe haber confianza… vamos a ser padres después de todo ¿No? —Makoto se incorporó y asintió algo tenso. Ser padres, es algo que no pensó en escuchar pronto pero que algún día esperó escuchar aunque en labios de otro azabache. Entonces recordó la foto del celular de Takao, estaba en peor situación y, por no ser su asunto, prefirió no tocar el tema.

—Cualquier cosa que necesites no dudes en pedirlo y… no sé qué más decir todo esto es nuevo para mí… —dijo riendo y rompiendo el ambiente tenso que había, Takao rio también.

—Todo también es nuevo para mí pero iremos viendo como nos va… —asintieron en un acuerdo pacífico, de los pocos que había en esos casos pero por algún motivo ellos encajaban bien no solo por sus coincidentes tonos de voz si no que sus destinos cruzados, vivencias y actitudes harían de ese instante un parteaguas para restablecer sus vidas.

Makoto volvió a ver a sus compañeros hasta un día después de lo ocurrido regresando a casa aunque esta vez ni tiempo tuvo de llevar un pastel pero si la inesperada noticia. No sabía la reacción de los chicos, tal vez debería empezar por decirle a Rei pero este le reprendería como nunca. Tal vez debía decirle a Nagisa pero este empezaría a llorar de emoción y por Haruka, pues el asunto era muy distinto, este tal vez no diría nada. Entró a casa, ya era muy noche y todos estaban dormidos en sus camas individuales. Caminó a paso lento hasta llegar a su cama, sentarse y quitarse los zapatos, mejor esperaría al día siguiente. Al menos ese fue su plan hasta que Nagisa empezó a levantarse tallándose los ojos.

—Mako-chan ¿Eres tú? —dijo en un puchero somnoliento.

—Sí, soy yo…perdón por despertarte…vuelve a dormir —susurró.

—¿Estás bien? —preguntó haciendo que Rei empezara a despertar entre pequeñas quejas.

—Más o menos… tuve un par de asuntos que atender…

—Makoto-senpai… nos tuvo preocupados…—se quejó el otro que aun acostado escuchaba la plática en medio del rubio y del castaño.

—Lo lamento, chicos. —bajó la vista en medio de la noche hasta que sintió que Nagisa se aproximaba sentándose en su cama y abrazándolo tiernamente.

—Mako-chan no sabemos qué problema tengas pero somos tus amigos ¿Si? Cuentas con nosotros— dijo el chico aferrado a su amigo. Makoto suspiró y asintió revolviéndole los cabellos.

—Voy….voy a ser papá…—susurró. Rei abrió los ojos sentándose de golpe y Nagisa le observó impresionado ante la revelación —me acabo de enterar y … de verdad a pasado tanto que yo… —el castaño bajo la vista temblando, hasta en ese momento el peso de todo el problema cayó en sus hombros y sintió la realidad golpearle.

—Mako-chan, no llores…—dijo Nagisa —son maravillosas noticias, serás papá. Habrá un pequeño corriendo de aquí y allá… serás un gran padre, ya nos cuidas como uno.

—No puedo justificar sus actos pero tampoco juzgarlo deliberadamente Makoto-senpai porque sé que es un gran hombre y se hará cargo de su responsabilidad. Cuenta con nosotros —dijo entre susurros puesto que el último integrante dormía o al menos eso pensaba. Haruka había escuchado todo y aquello le había encogido el corazón.

Ante sus ojos Makoto había cambiado demasiado. Meterse con un tipo, ser padre. Esas cosas no eran propias del castaño, algo lo estaba cambiando y eso no le gustaba para nada a Haruka.

Apenas habían llevado a Takao a su casa cuando al instante siguiente estaba llegando en taxi a casa de Kasamatsu hecho un mar de lágrimas. Apenas Kise abrió totalmente agotado por el ajetreado día cuando le invitó a pasar asustado del llanto de su amigo. Le ofreció agua, Kasamatsu despertó ante el escándalo y vio a Takao quien no podía ni hablar. Seguro había soltado la bomba y todo había salido mal.

—No solo eso, el imbécil estaba en nuestra casa con ese gnomo rojo de bosque. No lo tolero, no me agrada como lo mira. Nos hemos peleado y le dije que estuve en el hospital y él ni enterado, que estaba embarazado de otro y aun así no quitó su expresión de ogro echándome de la casa. ¿Saben cómo me sentí? Si me lo merecía pero que me ridiculizara frente a ese tipo fue una patada en el hígado. Los odio a los dos. —decía iracundo.

—Calma Takaocchi, acabas de salir del hospital —decía acariciándole los cabellos.

—Yo te lo he dicho y me decepciona que no se hubiera molestado. Hombre ¿De verdad tiene alguna emoción ese tipo?— dijo Kasamatsu.

—Apuesto que cuando nació ni siquiera lloró, solo miró a todos los enfermeros con un puchero tsundere —bromeó Kise haciendo reir a Takao —agradece que tu bebé seguro saldrá rechonchito y sonriente como tú.

—Eso es bueno, mira que no aguantaría saber que mi hijo fuera como Shin-chan… suficiente tengo de él como para verlo en mi pequeño —dijo ya más tranquilo.

—¿Vez? Esa es la actitud que me gusta. Los sujetos como él no deben dejar crías. Anda, lávate la cara y mañana será un nuevo día —le dijo Kasamatsu guiándolo al baño mientras el otro asentía y antes de entrar se asomó por la puerta. Aun sus ojos estaban enrojecidos pero había una pequeña sonrisa en sus labios.

—Gracias chicos —dijo para después entrar y abrir la llave quitándose toda esa pesadez con lo cálida del agua. Kise cayó en el sillón exhausto y el otro suspiró. Mucho querían a su amigo y le apoyaban incondicional pero al menos gracias al drama de su embarazo no deseado la pesadilla llamada Midorima Shintarou había llegado a su final. Kasamatsu estaba más tranquilo por ello.

Al día siguiente, muy temprano, Takao se levantó del sillón cama que habían acondicionado para él. Descarado sería echarlos de su propia cama y pese a las insistencias de sus amigos prefirió quedarse ahí. Buscó su teléfono y empezó a revisar unos números aun acostado hasta que vio aquel contacto que decía "MakoMako" marcándolo. Era un número de casa así que seguro las propias palabras del castaño seguro alguien más contestaría pues vivía con otras personas.

—Buenos días. ¡Aquí Nagisa! —dijo el rubio con emoción al teléfono. Takao se talló la frente y rio un poco.

—Hola, soy Takao. Busco a Makoto~—hubo un silencio muy leve y escuchó al rubio gritar.

—¡Mako-chan! Te busca MamiTakao —aquello arrancó una risa del azabache al escuchar que el chico al otro lado del teléfono ya sabía lo ocurrido y para suerte del otro se lo habían tomado con humor.

—Buenos días, Takao-san —dijo Makoto agitado quien había ido corriendo al teléfono— ¿Todo bien?

—Algo de esto, algo de aquello. —dijo hablando como si fueran amigos de toda la vida, el trato era llevarse bien por el bien de ambos y del bebé — sé que ayer nos vimos pero ¿podríamos vernos hoy?

La verdad es que todo era un pretexto para olvidar un poco el mal trago de ayer y para despejarse. Además no quería ser una carga para sus amigos, debía salir un poco por su cuenta en vez de quedarse deprimido llorando en las almohadas, hacerse de un apartamento, olvidar un poco lo pasado y ver hacia un futuro. Hacer amistad con el padre de su hijo era buena idea, igual era un tipazo y ni que decir de que se caía de bueno.

—Bueno, hoy tengo ensayo de la banda y…

—Wow wow wow, ¿Tocas en una banda? —dijo sentándose con cuidado algo sorprendido mientras veía a Kise y Kasamatsu salir de la habitación de ellos.

—Más bien canto —dijo Makoto avergonzado. A pesar de haber abierto dos conciertos para la banda de Takao ellos no estaban ni enterados quienes eran ellos. No se sorprendía, después de todo su banda era muy joven e inexperta y además de aquella primera vez en que se encontraron en ese bar donde fue arremetedoramente besado por el bajo y el segundo encuentro fuera del escenario no dio para aclarar ese punto.

—¿Podría ir a escucharte? Digo si no hay problema —preguntó mientras sus amigos se miraban entre ellos confusos.

—Eh, claro. Te doy la dirección de mi casa… —dijo y la emoción de Takao creció ¿Qué clase de música cantaría Makoto? Era una enorme coincidencia que el padre de su hijo también fuera cantante, uno con cual compartir ese gusto. A diferencia de Midorima con quien no compartía ninguna cosa. Negó con la cabeza, las comparativas no iban al caso, Makoto era su amigo o algo así el otro era su exnovio y aquella palabra aun le dolía, exnovio.

Notas finales:

¿Que les está pareciendo? Me he divertido con la forma de hablar de Takao y sus amigos, tan relajados y cómicos, un contraste a los de Iwatobi que apenas y hacen bromas pero saben como divertirse igual, pronto los verán juntos.


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