Jötunheim el sexto mundo, reino donde habitan los gigantes de hielo, Ymir el rey de los gigantes había ocupado el trono de nuevo cuando Laufey el anterior rey fuera asesinado a manos de su hijo Loki quien a pesar de ser un traidor por tal acción seguía siendo heredero al trono.
Amora completaría había viajado por la mayoría de los nueve mundos en busca de poder, de criaturas que le ayudaran en su venganza, era tanto su odio tanta su sed por tenerla que incluso en los reinos donde su relación con Asgard era “positiva”, llego a encontrar marginados que le tenían odio a la ciudad dorada, ahora caminaba por las frias tierras de Jötunheim.
-“Loki no tiene una buena relación con su propia raza…el mato a su padre y ese es un buen motivo para llevarme algunos gigantes”- pensó mientras caminaba hasta unas grandes puertas de hielo, en ella dos gigantes la vigilaban y al ver como Amora se acercaba los dos gigantes alzaron sus armas hacia ella.
-¡¿Qué quieres aquí bruja?!- le pregunto uno bruscamente acercándosele con su lanza.
-Quiero hablar con Ymir, tengo unas propuestas que le podrían interesar-
-¡No queremos ninguna propuestas de ustedes los asgardianos!- le grito a Amora el otro gigante - ¡Largate!
Amora desesperada uso la mejor arma que tenía, la que siempre le funcionaba y obtenía lo que quería: la seducción. Cinco minutos después caminaba por un largo pasillo de hielo que conducía a la sala del trono.
Varios gigantes la observaban desde las sombras y llegando al frente del trono pudo ver a Ymir sentado en el, Ymir era un gran gigante viejo, tenía una larga barba y era puro hielo a diferencia de los demás gigantes que tenían la piel azul.
-Ymir, rey de los gigantes de hielo- menciono Amora haciendo una pequeña reverencia.
-Haz seducido a mis hombres para entrar y como siempre lo consigues… ¿Qué te trae a Jötunheim Amora la encantadora?- dijo tranquilo, hacía mucho tiempo que no se veía un asgardiano en sus tierras y eso era sorpresa ya que siempre que pisaban su tierra traían conflictos, aunque no debía dejarse llevar pues ella era también una asgardiana, tranquila pero lo era.
-Yo vengo por una negociación- dijo tentadora- sé que muchos de ustedes desean algo desde hace tiempo y yo se los daría…pero también quiero algo y si me lo dan pues…-le sonrió coqueta.
-Tus artimañas de seducción no funcionan en mi- sentencio enojado Ymir- aparte… ¿Qué es lo que nosotros deseamos? mi pueblo está en paz por ahora-
-Puede que lo esté –susurro con una sonrisa en su cara, levanto su rostro y miro a todos los gigantes que se encontraban en la sala y pronuncio fuerte y claro- la cabeza de Loki Laufeyson- al solo pronunciar el nombre Amora el ambiente se tensó y obtuvo la atención de varios gigantes, ante este resultado sonrió con satisfacción Amora.
Loki Laufeyson asesino de Laufey, gran monarca para los gigantes, Loki los guio a Asgard para tomarla y asesinar a padre de todo pero justo antes de ponerle la mano encima los traiciono y termino matándolo a sangre fría, laufey no quería tanto a Loki y sentía vergüenza por su hijo por ser de muy baja estatura y Loki no le tenía mucho aprecio aparte de que casi destruía toda Jötunheim.
Al final se entregó a Loki a los gigantes para pagar sus crímenes pero en cambio el próximo rey de Asgard negocio con ellos para pactar una tregua a través de Loki en el cual prestara sus habilidades y servicios como agente para los gigantes, a final de cuentas tenía derecho al trono, tenía sangre real.
-Loki Laufeyson nos sirve a nosotros desde hace tiempo, nos hace trabajos para el futuro de Jötunheim ¿Para qué lo querríamos muerto?- pregunto un poco curioso Ymir.
-Yo sé que varios gigantes querían al antiguo monarca, por lo que se fue el mejor al mando y el mejor esposo…-volteo a ver hacia un gigantes que se encontraba cerca del trono a escondidas- se ve, se siente que quieren venganza ¡Él casi destruye su querida tierra! ¿Y lo perdonan así de fácil?...es injusto- dijo tentativamente mientras veía a cada gigante.
-No lo queremos- demando Ymir- Laufey fue un buen rey pero también llevo a la guerra a Jötunheim y yo por ahora busco la paz, sé que muchos lo quieren muerto ¡pero es un riegos!, Loki tiene un gran papel en Asgard, esposo de Thor Odinson y padre de los herederos de Asgard- dicho esto a Amora se le retorció el estómago pero también se llevó una sorpresa, no sabía que había herederos de ese par…- ¡Una guerra! Jötunheim es pequeña ahora y jamas la aguantaría-
-Yo tengo el poder para que ustedes ganen dicha guerra, que no creo que se lleve a cabo, tengo aliados poderosos que fácilmente se podrían infiltrar en la casa de Odin, podrían destruirlo, podrían matar al mismo Thor- Amora lo miro a los ojos para hacerle presión.
-¿Por qué unas asgardiana quisiera eso?, llevaría tal vez la destrucción de su propia casa- dijo curioso y un poco confundido Ymir.
-Tengo razones, conflictos más que nada y no es con Asgard si no con Loki y Thor, yo quiero venganza quiero verlos sufrir tanto para que pidan misericordia y no me importaría si Asgard cae con tal de cumplir mi venganza- dijo con furia en sus ojos.
Ymir se quedó pensativo ante este comentario, ¿Podrían matar a loki? Sí que podrían, pero eso desataría una guerra con Asgard, Loki pronto seria la “reina” de Thor Odinson, matar a la realeza de Asgard era un gran problema que como consecuencia tendría talvez guerra con los otros mundos, no había muchos gigantes para poder soportar una guerra y lo que menos quería era perder a todo el pueblo y todo por un simple deseo de venganza.
Ymir volteo su mirada a Amora, se veía odio, tristeza en ella…ansiaba la muerte talvez.
-No te prestare ningún poder o fuerza, se de los actos de Loki y pienso que su muerte sería un castigo justo sin embargo se de las consecuencias que traerían su muerte a Jötunheim así que vete Amora la encantadora que no encontraras ningún poder aquí y si intentas insistir te matare y pondré tu cabeza en mi trono como adorno- Demando Ymir con sabiduría y acto seguido Amora dejo la sala.
A la salida del palacio de Jötunheim pudo sentir la presencia de alguien, volteo a ver quién era y grande fue su sorpresa. Una gigante de hielo de pelo largo color negro, contenía grandes pieles de animales y joyas, tenía un porte elegante y unos rasgos familiares.
-¡Asgardiana, Soy Farbauti viuda de Laufey…las cosas que has dicho allá en la sala real me interesaron mucho- le dijo firme la gigante y Amora se quedó sorprendida al ver y conocer a la madre de Loki.
-Tu hijo es Loki…- dijo desconfiada.
-Dijiste que lo querías ver sufrir…yo busco venganza más no su muerte, a diferencia de mi Esposo yo si lo ame y jamás me avergoncé de él pero al ver su traición, el cómo asesino a mi amado y su padre…el cómo destruía su propio hogar…- dijo muy enojada y apretó sus puños después de unos minutos se relajó- todavía le tengo un poco de aprecio pero mucho rencor- miro directamente a Amora.
-¿Qué es lo que quiere…?- le pregunto un poco confundida.
-Yo como ex reina todavía tengo cierto poder, te daré un poco y te ofrezco 1000 gigantes de hielo, quiero que lo hagas sufrir pero no lo mates- le dijo muy seria, Amora no podía creerlo la propia madre de Loki ofreciéndole poder para hacerlo sufrir.
-Su hijo es un mentiroso y en especial con las mujeres- desvió su vista y entristeció un poco- le hare pagar por todo, lo hare sufrir hasta los extremos, le quitare todo lo que ama- dijo con veneno en sus palabras- pero no lo matare-
-Está bien- acepto y se fue. Laufey era su esposo y se lo quito, Jötunheim era su hogar y casi lo destruye…no podría perdonarlo.