El Instituto Privado Ouran posee uno de los mayores y mejor equipados gimnasios del mundo, además de numerosas canchas al aire libre y una piscina olímpica. En los vestidores del gimnasio, los estudiantes del salón 2-A se cambiaban para su clase de deportes.
Hikaru y Kaoru, ya en sus uniformes de deportes, estaban sentados junto a la ventana, esperando a sus compañeros, cuando escucharon voces que venían desde afuera.
- ¿Qué habrá pasado con Shibuya?- pregunto una voz masculina – Ya hace 3 días que no viene a clases.
- Es extraño – dijo otra voz – Shibuya-kun es demasiado responsable para faltar a clases. Lo que sea que le suceda, debe ser grave.
- ¿No lo saben? – exclamo una tercera voz, esta vez de una chica – Kaede-kun tuvo un altercado con Yumi Kasen. Lo que paso . . .
"Estos últimos días, Kaoru a estado preocupado por ese artista, Kaede Shibuya. Lo ha estado desde que no lo encontró ese día. No me lo ha dicho, pero se que recuperó casi todos los pedazos de los dibujos de ese chico, y que espera verlo para devolvérselos. Estoy preocupado por él." Hikaru miro a su hermano con preocupación, y vio que estaba angustiado por lo que acababa de oír. Decidido, tomo a Kaoru del brazo y lo jalo fuera de los vestidores.
- ¡Anímate, Kaoru, la clase de deportes va a empezar! – Hikaru cerro la puerta de los vestidores y después dijo, mas serio – Si tanto te preocupa, pídele a Tamaki-sempai que nos lleve a visitarlo, pero no te quedes así.
- Hikaru – dijo Kaoru, sorprendido. Luego sonrió.
- ¡Eso es! – gritó Hikaru, levantando los brazos. Al hacerlo, golpeo un bastón, que choco con una repisa, de donde una pelota voló hasta estamparse en la cara de un muchacho rubio que iba entrando al gimnasio.
- ¡Aw! ¡Mi nariz! – se quejo el rubio, tapándose la cara.
- ¡Lo siento, fue un accidente! – se disculpo Hikaru, acercándose al rubio – En seguida te llevo a la enfermería.
- No te preocupes, ya estoy bien – dijo el rubio, descubriendo su rostro.
Ambos se miraron, y de inmediato se reconocieron.
- ¡Tú! – gritaron al mismo tiempo.
- ¡Aw, mi cara! – se quejó Yuuichi, tapándose con la mano.
- Lo siento mucho, Konda-kun – dijo el rubio, sarcástico – Seguro lo hiciste a propósito, como venganza por lo de la cafetería.
- ¡Lo hiciste a propósito! ¡Lo sabia!
- ¡No! Bueno, tal vez lo del pudin si, ¡pero el resto no! ¡Sabia que no hibas a creerme!
- ¡Mentiroso!
- ¡Idiota!
- ¡Cállense! – les chillo Kaoru, cansado de sus peleas – ¡Dejen de comportarse como cavernícolas!
- Kaoru tiene razón – dijo Hikaru, seriamente – Debemos resolver esto como hombres.
- Solo hay una forma de resolver esto – sentenció Yuuichi, también serio.
- ¡Una carrera! – exclamaron al mismo tiempo
Mientras todos sus compañeros los veían competir, un chico se acerco a Kaoru.
- ¿Por qué compiten?
- No tengo idea – contesto – Creo que ni ellos mismos lo saben.
- ¡Gané! – gritaron Hikaru y Yuuichi al mismo tiempo – ¡No, yo gané!
- Llegué medio segundo antes que tú – afirmó Yuuichi.
- No es cierto, yo llegué antes.
- Necesitamos otra competencia.
Ambos miran a su alrededor y ven unas cuerdas que cuelgan del techo.
- ¡El primero en llegar arriba, gana!
Siguieron compitiendo (y empatando) durante toda la clase de deportes. Como quedaron empatados, Hikaru y Yuuichi acordaron reunirse después de clases para elegir el ultimo desafío que resolvería el conflicto
- Pero, Hikaru, ¿y el Host Club? – pregunto Kaoru – ¡Kyoya-sempai te matará!
- ¿Host Club? – preguntó Yuuichi – ¿Qué es un Host Club?
- No te importa – respondió Hikaru, cortante – Y no te preocupes, Kaoru, ya me las arreglare yo con Kyoya-sempai.
- No hace falta, podemos enfrentarnos después de "tu club".
- ¡No te burles del Host Club! – exclamó Hikaru.
- Si, si, lo que digas – contesto Yuuichi, sin prestar atención a lo que decía Hikaru.
- Suficiente, ustedes dos – los freno Kaoru antes de que volvieran a discutir – Tenemos que ir a clase, así que andando.
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Después de clases, Hikaru, Kaoru y Haruhi conversaban animadamente mientras se dirigían al Host Club.
- Entonces tú y Yuuichi-kun van a juntarse después de Host Club para terminar su competencia, ¿no? – pregunto Haruhi, recién informada de lo sucedido en la clase de deportes.
- Competencia no, Haruhi, pelea – corrigió Hikaru
- ¿Y porque se pelearon?
- Fue por…por…– Hikaru trato de acordarse, pero no lo consigue – ¡Eso no es lo importante! Lo importante es que después del Club pondré en su lugar a ese presumido y tienes que estar ahí.
- ¡¿YOo, por qué!?
- ¿Cómo que por qué?, para apoyarme.
- Pero no quiero ir.
- Haruhi,– intervino Kaoru, condescendiente – sabes que te arrastraremos aunque no quieras no quieras ir. ¿Por qué no lo haces mas fácil para todos y aceptas?
Haruhi los miro feo un rato y luego suspiró.
- Bien, iré. "Desgraciados manipuladores"
El Host Club esta abierto
El Host Club funcionaba casi como siempre. Los chicos atendían a sus clientas en sus respectivas mesas, excepto los gemelos. La mesa de Hikaru y Kaoru Hitachiin estaba vacía, excepto por una joven de primer año.
- Yo tampoco voy a quedarme – dijo la joven a los gemelos – Las chicas decidimos castigar a Yumi Kasen por lo que le hizo al amigo de Kaoru-kun. Solo vine a avisarles.
Y se fue, dejando a los gemelos sorprendidos, confundidos y (solo un poco) asustados. "Nuestras fans están locas".
- Bueno, esto facilita nuestros planes – dijeron al mismo tiempo mientras veían perversamente a Tamaki.
El rey del Host Club atendía galantemente a las adorables doncellas que lo habían escogido, ignorando las dos sombrías presencias a su espalda. Las sombras pasaron desapercibidas hasta que tomaron a Tamaki (una de cada brazo) y se lo llevaron corriendo.
- ¡En seguida se lo devolvemos! – gritaron los gemelos mientras se llevaban a Tamaki.
- ¡Se puede saber en que diablos estaban pensando! – los regaño Tamaki en cuanto lo soltaron.
- Lo sentimos, pero Kaoru necesita pedirle algo – explico Hikaru.
- Verá, es que estoy preocupado por Kaede Shibuya y quería pedirle si puedo faltar al Host Club mañana para ir a verlo.
- Así que es eso – dijo Tamaki, pensativo – Entonces mañana iremos todos a visitar a Kaede-kun. Como miembros de este Host Club es nuestro deber atender a la tribulaciones de un alma sensible y atormentada como Kaede Shibuya. Kyoya, investiga la dirección de Kaede Shibuya. Mañana cerraremos el Host Club y visitaremos a nuestro compañero.
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Cuando Hikaru, Kaoru y Haruhi llegaron a las puertas del colegio, había una pequeña multitud esperándolos.
- ¿Qué es todo esto? – pregunto Kaoru señalando a la multitud.
- Después de lo de la clase de deportes, todos insistieron en venir – explico Yuuichi.
- Bueno, a lo que vinimos – dijo Hikaru – Debemos escoger una competencia.
- Algo en lo que no se pueda hacer trampas – añadió Yuuichi.
- Y donde solo pueda haber un ganador – completó el moreno.
Hubo un momento de silencio, durante el cual los espectadores intentaban imaginar que clase de reto loco y peligroso escogerían los contendientes.
- ¡Videojuegos! – gritaron Hikaru y Yuuichi al mismo tiempo, provocando que todos los demás se fueran de espaldas.
Lo siguiente que se vio fue una caravana de limosinas negras dirigiéndose al árcade.
Una vez en el árcade, rubio y moreno salieron corriendo, cada uno por su lado. Examinaron cada videojuego, buscando un reto digno de sus habilidades, hasta detenerse frente a la misma máquina.
- ¡Este! – señalaron ambos un juego de Apocalipsis Zombie.
- El primero en morir, pierde – exclamó Yuuichi, tomando la pistola del player 1.
- Que sobreviva el mejor – acordó Hikaru, aceptando el puesto de player 2.
- Así será – respondió el rubio mientras el juego daba inicio.
Estuvieron cerca de 2 horas disparando, volando los sesos de cada zombie que se cruzaba por sus pantallas, hasta la etapa final. A ambos les quedaba solo una barrita de vida, y estaban rodeados por una horda de zombies hambrientos.
- ¡Vamos, Hikaru-kun! – grito una chica de la multitud.
- ¡Tú puedes, Hikaru! – lo animó otra
Pronto, todo el grupo animaba a Hikaru. Yuuichi se distrajo por el ruido, tardó un segundo más en cargar su pistola y fue devorado por un zombie. Hikaru siguió jugando, hasta que perdió 15 segundos después.
- ¡Noo! – gritó Hikaru – Bueno, por lo menos te gané. ¡Te gané!
- Sí, ganaste – dijo el rubio – Felicidades.
- Espera, ¿qué? – dijo el moreno, confundido.
- Felicidades – repitió Yuuichi – Tengo que irme. Nos vemos mañana.
Mientras el grupo iba a celebrar la victoria de Hikaru, Kaoru se apartó un momento e intercepto a Yuuichi.
- Lo dejaste ganar – aseguró Kaoru.
- ¿Perdón?
- A mi hermano, lo dejaste ganar, ¿Por qué?
- Me cansé de competir por algo que ni siquiera recuerdo – respondió el rubio, pensativo – Nos vemos mañana.