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Estoy a tu lado por Roronoa Misaki

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Notas del capitulo:

Hey chicos!! Esta vez no he tardado tanto como la anterior, pero igual fue mucha espera, ¿no? Me disculpo por eso y yo sé que es demasiado desesperante pero no puedo hacer más, he estado bastante ocupada últimamente, aunque espero que eso cambie pronto, que si no me volveré loca Dx

Una cosita más, con respecto al nombre del padre de Killer (que saldrá en éste capítulo) Pues todos somos conscientes de que en OP no todos los nombre son japoneses -venga, que la mayoría no lo son- y pues tal es el caso del padre de Killer, igual que pasa/pasará con otros personajes de mi creación, espero que esto no les moleste :D 

Bueno, sin más que decir los dejaré para que lean :3

[CAPÍTULO 3 – SOBRELLEVANDO TENSIONES]

«Skypea»

Muchas gracias, Cavendish.

El nombrado le sonrió al mayor amablemente. No hay de qué dijo mientras le entregaba el vaso de agua y una pequeña pastilla: un analgésico que el doctor había recomendado en caso de que se presentaran dolores para que le ayudara a disiparlos aunque fuera un poco.

Killer entró en la habitación cargando un pequeño bolso deportivo que contenía un poco de ropa la que había llevado al hospital y le dedicó una sonrisa a su padre después de que este tomara su medicamento. Cavendish apretó la mandíbula y desvió la mirada de su amigo: maldita sonrisa más falsa no podía tener, si el chico se estaba muriendo por dentro desde que el doctor le había pedido hablar con él antes de que salieran del hospital. Cavendish no sabía exactamente qué le había dicho, pero su amigo le había comentado algo acerca de que la operación que le practicaron a su padre meses atrás para extirpar el cáncer pancreático no había funcionado en su totalidad, puesto que éste había logrado esparcirse un poco, y la quimioterapia que habían estado utilizando desde entonces tampoco estaba dando muchos resultados. Cavendish estaba casi seguro de que aquello no era todo lo que le habían dicho, pero no quiso preguntar más al ver la mirada abatida de Killer. Y él sabía que el enfermo era el mayor, pero todo esto estaba acabando también con el chico, y Killer, por más fuerte que pudiera ser, no podría seguir soportándolo, se derrumbaría tarde o temprano. Al final parecía que no quedaría nada de ambos.

Cavendish dejó el vaso en el buró que estaba junto a la cama y ayudó al mayor a recostarse, pese a sus insistencias de que él podía hacerlo solo, para el chico no era ninguna molestia; le había tomado cariño durante ese tiempo que llevaba conociéndolo. El hombre se recostó suavemente sobre la almohada y cerró los ojos, suspirando con alivio ante la comodidad de algo que no fuera una cama de hospital.

Killer se acercó a la cama después de haber acomodado la ropa del bolso en el armario, y colocó una mano en el hombro de su amigo a modo de agradecimiento mientras miraba a su padre; el hombre que antes había estado lleno de energía, de felicidad, el hombre fuerte y trabajador que él conocía desde que podía recordar estaba ahora oculto y enterrado bajo el rostro pálido y algo demacrado, la delgada figura de su cuerpo que parecía poder llegar a romperse con cualquier toque, y los ojos cansados que en ése momento no podía ver, pero que ya conocía bastante bien. David Travers había dejado atrás su aura llena de vitalidad.

¿Necesitas algo más? ¿Quieres que te traiga algo? preguntó a su padre después de observarlo por unos segundos.

El mayor abrió los ojos y miró a su hijo, parado junto a la cama, escrutándolo lo mejor que pudo, no gustándole mucho lo que encontró: un chico que tenía una triste y vacía sonrisa en su rostro, con sus ojos Killer había recogido su fleco con unos broches, por lo que su rostro estaba a la vista en su totalidad completamente ausentes de brillo alguno.

Cavendish, ¿podrías dejarme a solas con mi hijo un momento?

Por supuesto, David contestó el chico con cortesía. Miró a su amigo y le dio un ligero apretón en el hombro antes de dirigirse hacia la puerta. Estaré en la cocina, por si necesitan algo.

Killer escuchó la puerta cerrarse y rodeó la cama, consciente de que su padre quería hablar de algo que podría considerarse importante si le había pedido al chico que se retirara, y se sentó a su lado. ¿Qué sucede, padre?

Hijo, sé que todo esto no es fácil para ti, pero últimamente estás muy… apagado. Dime, ¿sucede algo que no me hayas dicho?

El menor apretó los dientes, tragando saliva con la mandíbula tensa, haciendo un esfuerzo por no desviar la mirada hacia cualquier otro lado. Su padre siempre había sido muy observador, aun cuando él no se percatara de ello, y lo conocía mejor que nadie, a veces llegaba a pensar que incluso lo conocía más que él mismo. Por un momento pensó en decirle la verdad, la razón de que estuviera tan poco entusiasta desde hacía algunos días, pero no era algo con lo que tuviera que preocupar a su padre, así que tomó su mano y le dedicó una pequeña sonrisa que esperaba le saliera más sincera para tratar de tranquilizarlo.

No es nada, padre, sólo estoy algo cansado. Ya sabes; la Universidad.

Claro, la Universidad repitió David en un tono decepcionado que dejaba en claro que no le creía esa explicación, pero que no preguntaría más si es que su hijo no deseaba contarle.

Te dejaré para que descanses, avísame si necesitas algo.Killer se levantó de la cama y esperó el ligero asentimiento de su padre antes de dirigirse hacia la puerta, pero se detuvo con la mano en la perilla de esta al escuchar que el mayor le llamaba, volteándose de nuevo hacia él. ¿Sí?

Hijo, ningún pensamiento es «nada» mientras mantenga nuestra mente preocupada, pero seguirá estando así hasta que hagamos algo para remediarlo.

Killer se quedó quieto por unos segundos, sorprendido por las palabras de su padre, repitiéndolas en su cabeza varias veces para tratar de comprenderlas por completo. Esbozó una sonrisa ladeada, pero sincera, y asintió. Gracias, padre.

Salió de la habitación y cerró la puerta, quedándose ahí por tres segundos exactos antes de cruzar el pasillo de regreso a la cocina, donde encontró a Cavendish preparando un par de tazas de café. Se acercó a él y terminó de preparar una de las tazas. Sintió la mirada de soslayo que le envió su amigo, y sabía que probablemente estuviera mordiéndose la lengua para no preguntar algo que no era de su incumbencia, lo cual agradecía, al menos por el momento no quería hablar de eso.

Maldita ironía que no lo dejaría pasar de ello ahora. Mientras él y Cavendish tomaban cada uno su café en la mesa del comedor, hablando sobre trivialidades, su celular comenzó a sonar con insistencia en su bolsillo.

«Llamada entrante: Kid»

¿Quién es? preguntó Cavendish al ver la mirada entre sorprendida y preocupada del otro chico.

Killer no respondió a su pregunta y se puso en pie, alejándose un poco antes de contestar.

¿Kid? Era extraño que recibiera una llamada del pelirrojo, generalmente era él quien le llamaba cada que podía, a menos que algo pasara que pudiera orillar a Kid a buscarlo por su cuenta.

Hola hermano. ¿Cómo estás? le contestó la voz del chico desde el otro lado, podía escuchar el sonido de lo que parecían ser herramientas en uso a lo lejos como ruido de fondo.

Bien, podría decirse, pero ¿por qué has llamado?

¿Que no puedo llamar a mi mejor amigo porque lo extraño y quiero saber si sigue vivo?

Kid dijo Killer con voz acusadora.

Bien, sabía que no estarías muerto, sólo estaba exagerando un poco. 

¡Kid! ¡Deja de hacerte idiota y dime qué demonios pasa!

Vale, ya, está bien. Diablos, qué desesperado. Killer soltó un gruñido, pero antes de que pudiera maldecir a su amigo éste volvió a hablar. Lo vi hoy.

Definitivamente Killer no estaba preparado para eso. De hecho, era justo ése el tema que quería evitar. Deseó haber dejado que Kid siguiera haciéndose el idiota por horas, pero ya lo había hecho hablar, ahora no podía hacer nada.

¿Dónde? preguntó con voz baja, un poco vacilante.

En el taller, vino en la mañana acompañando a Luffy. Hablamos un poco. Me preguntó por ti.

¿Qué le dijiste? preguntó apresuradamente.

Lo que me pediste, que no había hablado contigo en un tiempo. Supongo que me creyó.

Bien. Killer tragó saliva. Sentía como si su corazón de repente se hubiera cambiado de lugar y estuviera retumbando incesante dentro de su cabeza, aturdiéndolo. ¿Co-cómo está?

¿No te parece un poco extraño que me preguntes eso acerca de TU novio? Killer se quedó callado, un poco desencajado por el comentario. Kid suspiró desde el otro lado. Está triste, mucho. Sigo sin comprender por qué no puedes siquiera llamarle un momento.  

Digamos que no… no quiero preocuparlo. Él no quería que, si llegaba a llamar a Sabo, éste se diera cuenta de que le pasaba algo, que su comportamiento o incluso su voz llegaran a delatarlo, tenía la sensación de que sería así.

Pues yo creo que lo preocupas más así.

De todos modos, ¿por qué te molestas en decirme esto, Kid?

¿Cómo que por qué? Eres mi mejor amigo y sé que él es muy importante para ti ”sobre todo ahora” pensó Kid para sí , y me preocupa lo que pueda pasarte si lo suyo… pues, termina.

El corazón de Killer se encogió por un momento al pensar en que podría estar causando que su relación con Sabo se fuera derechito al olvido. No era eso lo que él quería, ni por asomo, amaba al chico tanto como no creía posible, pero no tenía la seguridad de poder hablar con él sin derrumbarse por completo.

Yo… ¿de verdad crees que eso podría pasar?

Kid tardó un poco en responder, lo que sólo hizo que el pecho de Killer se sintiera cada vez más pesado. Yo sólo sé que el chico parece estar volviéndose loco por no saber nada de ti, o por lo menos lo atormenta pensar en el por qué.

Killer cerró los ojos, y se pasó la mano por entre el cabello cuando la imagen de un triste y preocupado Sabo apareció en su mente, torturándolo. Intentaré… intentaré llamarle en cuanto pueda.

Suerte con eso. Bueno, yo tengo que irme, estoy en el taller y tengo trabajo qué hacer.

Claro, entiendo. Cuídate. Ah, y Kid…

¿Sí?

Gracias hermano.

Después de haber cortado la llamada con el pelirrojo se quedó mirando su celular por lo que parecieron eternos minutos, sintiendo que pesaba en su mano más de lo que nunca había hecho, antes de dejarlo caer en su bolsillo y regresar al comedor con Cavendish.

o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o

«Sabaody»

El silencio inundó la habitación mientras los tres hermanos asimilaban las palabras que acababan de escuchar, repitiéndolas en su cabeza como si no estuvieran seguros de haber escuchado bien.

¿De verdad? preguntó de repente Luffy, rompiendo el silencio del momento con su voz nerviosa y tensa. Sabo, que estaba sentado a su lado izquierdo, estiró su mano para tomar la de su hermanito, apretándola un poco mientras él mismo estaba en espera de más información.

Marco asintió como respuesta, pero Ace podía notar que su novio estaba en guardia, como si estuviera pensando la mejor manera de decirles algo que sabía que no les gustaría, y un alarmante pensamiento cruzó por su cabeza.

Lo atraparon, ¿cierto?

Marco mordió el interior de su mejilla, mirando al pecoso con detenimiento. No sabía con exactitud cómo reaccionaría, pero podía imaginarse que no sería de buena manera. Pues, en parte, sí…

¿A qué te refieres con «en parte»? preguntó Sabo, confundido.

Está muerto habló por primera vez Garp, mirando a los tres con seriedad, encontraron su cadáver por las afueras de la ciudad.

Ace se enderezó en su sitio al escuchar esto, mirando a su abuelo con incredulidad, pero, más que nada, con un resentimiento que no iba realmente dirigido a él. ¿Cómo murió?

Ace…

¿Cómo murió? repitió el chico con insistencia, puntualizando las palabras con un toque de impaciencia, interrumpiendo lo que fuera que Marco apenas comenzaba a decir.

El mayor supo que no había más que contestar a su pregunta, y cerró los ojos exhalando el aire con pesadez y pasándose una mano por el cabello. Un tiro en la cabeza.

¿Un tiro en la cabeza? repitió el pelinegro, apretando sus manos en un par de puños temblorosos de ira, y se levantó de un salto de su asiento. ¿¡Un maldito tiro en la cabeza!?

Ace, cálmate. Sabo se puso en pie y colocó una mano en el brazo del otro, pero éste se apartó de inmediato, mirándolo con recelo.

¿Que me calme? ¿¡Cómo quieres que me calme si el muy cabrón se escapó de prisión, donde debería de haberse podrido por el resto de su asquerosa vida, y se libra de todo recibiendo un único y maldito tiro!?

Ace dijo Garp con su voz alta y autoritaria.

El aludido se giró a mirarlo con la furia rugiendo en sus ojos, como si se estuviera quemando por dentro. Apretó la mandíbula y se dio media vuelta, tomando con brusquedad su mochila la cual había dejado en el suelo junto al sofá y echándosela al hombro mientras salía de la habitación con grandes y pesadas zancadas. Al cabo de unos segundos se escuchó un fuerte y estridente portazo en el segundo piso.

Marco suspiró agachando el rostro. Quería ir con él, ayudarlo a que se tranquilizara un poco o por lo menos dejar que despotricara contra todo y se desahogara, pero sabía que lo que en ese momento necesitaba era estar solo y buscar tiempo para que se le enfriara la cabeza. Miró a Luffy, el pequeño apenas y se había sobresaltado por la reacción de su hermano; permanecía con la mirada en la mesita de centro, pero Marco no podría decir con exactitud qué era lo que pasaba por su mente en ese momento, puesto que su rostro había quedado por completo inexpresivo, y no parecía estar cerca de reaccionar.

Sabo volvió a tomar asiento, seguía tenso por la reacción de Ace y aunque comprendía su punto y entendía a la perfección cómo se sentía, pues él mismo también pensaba que la muerte rápida y con probabilidad no muy dolorosa de Kurohige era una completa injusticia deseó que su hermano se hubiera controlado un poco más, preocupado por cómo podría afectarle su comportamiento a Luffy. Se deslizó por el sofá hasta quedar a un lado de su hermano menor y rodeó su cintura con un brazo. Como toda reacción Luffy apoyó la cabeza en su hombro, sin hacer ningún comentario.  

No sabemos quién pudo haberlo hecho continuó explicando Garp. Marco se sorprendió, una vez más, del profesionalismo de su superior; hablaba del tema como si estuviera tratando con cualquier otro caso en lugar de uno que involucraba directamente a su familia, Kurohige tenía muchos enemigos, ya cuando estuvo en prisión se vio involucrado en bastantes peleas, y muchos hicieron intentos de asesinarlo, así que no podríamos asegurar quién fue, al menos no hasta ver adónde nos lleva la investigación que procede.

¿Tú tienes algún sospechoso en la mira, abuelo? preguntó Sabo.

Si tuviera que hacer suposiciones en éste momento, me inclinaría a pensar que fue orden de Sakazuki. Kurohige era uno de sus hombres, y lo traicionó sin chistar buscando protegerse a sí mismo, no me extrañaría que quisiera buscar venganza y, desafortunadamente, estoy casi seguro de que aún tiene gente por ahí que podría cumplir con esa petición.

Sabo asintió sin decir más. La verdad no quería seguir hablando del tema, al menos no por el momento, ya era suficiente información por un día. Miró a su pequeño hermano, que seguía recargado contra su cuerpo sin mediar palabra, y acarició su cabeza para llamar su atención, logrando que levantara un poco el rostro para mirarlo. ¿Quieres que te acompañe a tu cuarto, Luffy?

El menor se quedó callado un momento, como pensando en la propuesta. ¿Podrías mejor llevarme a casa de Law? pidió por fin, y Sabo se alegró de que su voz no sonara temerosa, ansiosa o algo por el estilo, era su misma voz de siempre cuando le pedía algo que no sabía si le querrían dar.

Pues… Sabo miró a su abuelo, interrogativo. El hombre asintió y el rubio esbozó una pequeña sonrisa. Claro Luffy, vamos.

Ambos adolescentes se levantaron del sofá y se despidieron de los adultos antes de salir de la sala y después de la casa. Garp se quedó observando el lugar que sus nietos habían estado ocupando durante la última media hora. Él debería sentirse, de cierta forma, aliviado al saber que Kurohige ya no podría lastimar más a Luffy, pero había algo que no lo dejaba relajarse ni bajar la guardia. Llevaba meses pensando en ello, y ahora que había pasado esto, no podía dejar de darle vueltas en la cabeza a las palabras que Sakazuki le había dicho cuando habló con él en Shin Sekai, en diciembre.

—Si en realidad temes por tu nieto, yo no me preocuparía por Kurohige.

El mayor se detuvo ante sus palabras y se giró hacia él nuevamente. —¿A qué te refieres?

—Créeme cuando te digo, que él no es tu mayor problema, ni yo tampoco.

¿Señor?

La voz de Marco lo sacó de sus cavilaciones. Tomó su saco del reposabrazos del sofá y se incorporó de pie mientras se lo colocaba. El rubio también se levantó.

Regresaré a la oficina. Puedes quedarte aquí si quieres, tómate el resto del día.

Entendido, señor.

Garp asintió a modo de despedida y salió del lugar. Como supuso, Sabo había tomado el coche para llevar a Luffy donde su novio. Se hizo una nota mental de proponerle al chico que se quedara con el vehículo a partir de ahora, aunque sabía que no lo aceptaría con facilidad si él mismo no tenía en qué transportarse, así que tendría que arreglar eso también. Comenzó a caminar, pasando el sendero de la entrada a la acera y dirigiéndose a la izquierda. Después de unas cuantas casas cruzó la calle, acercándose a un coche blanco que estaba estacionado, del cual salió un hombre vestido con pantalón de mezclilla y una camisa manga corta. Uno no creería que un hombre que se veía tan normal llevara un par de armas escondidas en sus ropas.

Señor dijo el hombre a modo de saludo en cuanto él estuvo junto al auto.

Vamos a la estación, Takahashi indicó Garp abriendo la puerta del copiloto.

Como ordene. Takahashi volvió a entrar en el auto y en cuestión de segundos estuvieron camino a Marine Ford. Escuché las noticias sobre Kurohige, señor.

Vaya, de verdad que nada se les escapa, siempre encuentran la manera de correr los rumores.

Pero es verdad, ¿no?

Sí, Takahashi, es verdad.

¿Querrá que cambiemos algo en la vigilancia?

Garp recargó su codo derecho en el borde de la ventana y apoyó la cabeza en su puño, pensativo. Desde que todo el asunto de la fuga había comenzado él le ordenó a un par de sus hombres que, sin que sus nietos se dieran cuenta, vigilaran de su casa y el instituto donde estudiaban no era como que creyera que realmente Kurohige se apareciera por ahí tramando algo, pero era mejor prevenir que lamentar pero ahora que estaba muerto…

Él no es tu mayor problema.

Voy a pedirte que vigiles un poco más de cerca a Luffy, Takahashi, sólo por unos días.

Entendido, señor.

Sólo sería unos días, si nada había pasado hasta ahora, era poco probable que en verdad sucediera algo.

o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o

Los árboles y las casas pasaban con velocidad frente a la atenta mirada de Luffy, que se había quedado viendo por la ventana desde que subiera en el coche, desviando toda su concentración a los colores que corrían borrosos conforme avanzaban.

Oye, Luffy llamó Sabo mirando de reojo a su hermano. Ya estaban casi llegando a la casa de Law y le preocupaba un poco la actitud tan callada y tranquila que tenía.

¿Hmm?

Yo, emm… ¿es-estás bien? preguntó el mayor con nerviosismo, no estaba acostumbrado a tratar con un Luffy tan ausente, como en ese momento parecía estar su hermanito si es que ni siquiera se había percatado de que ya se estaban estacionando frente a la casa de su novio.

El chico se quedó tanto tiempo en silencio, sin ningún tipo de reacción, que Sabo pensó que tal vez había hablado demasiado bajo y su hermano no había alcanzado a escucharlo, pero entonces Luffy apartó su vista de la ventana y se quedó mirando la manera en que jugueteaban los dedos de sus manos sobre su regazo.

Yo… sé que todos han estado preocupándose por mí estos últimos meses, intentando protegerme, y yo se los agradezco pero… no soy débil, y no quiero sentirme como si lo fuera, y sé que si no fuera por ustedes en realidad yo no estaría aquí justo ahora, pero no puedo seguir refugiándome por el resto de mi vida.

»Comprendo por qué Ace reaccionó como lo hizo, y tal vez esperaban que yo hiciera lo mismo, o que me afectara de otra manera, pero, en realidad no lo hace. No me interesa Kurohige, ni buscar venganza por lo que me hizo. Si acaso, me tranquiliza saber que ya no estará allá afuera para hacerle lo mismo a otros, pero a mí no me importa cómo o por qué murió, ni lo que sea que haya pasado con él. Nada de eso puede cambiar el pasado, ni remediarlo, y no tengo intención de quedarme estancado en algo que simplemente no vale la pena.

Luffy…

Tú y Ace me lo han dicho muchas veces continuó el menor, levantando la mirada hacia su hermano y dedicándole una resplandeciente sonrisa, el presente es lo que importa, ¿no?

Sabo se quedó observando, sin palabras, a su pequeño hermano menor mientras éste bajaba con rapidez del coche y corría al encuentro de Law, quien acababa de salir por la puerta de su casa. El oji gris lo recibió en un fuerte abrazo, si acaso un poco sorprendido por la repentina visita, pero se veía feliz de tener al chico a su lado, al igual que Luffy se veía feliz de estar con él. Luffy se puso de puntas, rodeando el cuello de Law para poder plantarle un beso, y entonces Sabo sonrió, asimilando por primera vez que su hermano ya no era tan pequeño.

Tienes razón, Luffy comentó al aire mientras encendía el coche y se alejaba del lugar, sin necesidad de cruzar palabra alguna con los otros dos, porque Luffy estaba bien, algo que él mismo ya le había dejado claro, y no lo necesitaba ahí, al menos no ahora, tienes toda la razón.  

*.*.*.*.*

Law bajó la escalera con la intención de ir hacia la cocina por un vaso de agua y después volver a su cuarto, pues aún no había terminado con su tarea y prefería desocuparse de ella pronto, pero al llegar al último peldaño vio por la ventana que había un coche estacionado en la acera frente a su casa, un coche que ya conocía bastante bien. Sin pensárselo se acercó a la puerta y salió de la casa, dando unos cuantos pasos fuera antes de que el chico que se encontraba en el asiento del copiloto volteara y lo mirara, entonces Luffy salió con rapidez del vehículo y casi corrió hacia él.

No podía negar que le sorprendió un poco el que su novio lo visitara tan repentinamente, y que nada más llegar frente a él lo abrazara con fuerza, hundiendo la cabeza en el hueco de su cuello, pero eso no evitaba que él le regresara el abrazo con la misma fuerza, apretándolo contra su cuerpo. No se percató de la silueta que los observaba, oculta a uno de los lados de la ventana que estaba tras él, antes de que desapareciera por el pasillo hacia la última habitación.

Cuando Luffy se separó de él, tan sólo un poco, le dedicó una sonrisa, de esas que hacían parecer al menor como una radiante luz que había aparecido en su vida para indicarle dónde estaba el camino que debía seguir, y se colocó de puntas, rodeándole el cuello con los brazos para acercarlo a él y poder besar sus labios. Law no tardó en rodear la cintura del otro y responder el gesto. 

Se sentía bien, que Luffy lo buscara de esa forma, que lo abrazara tan fuerte y lo besara con ese amor desbordante que parecía rodearlos a ambos en un aura de seguridad. Por alguna razón había pasado los últimos días creyendo que Luffy ya no se le acercaba tanto como antes, que el chico estaba distanciándose poco a poco, que ya no le demandaba tanta atención de su parte como solía hacer, y eso sólo lo hacía preocuparse acerca de su relación. Pero ahí, con el chico entre sus brazos mientras sentía como jalaba ligeramente de su cuello tratando de acercarlo aún más, esas preocupaciones se disiparon de su mente, al menos por ese momento, dejando sólo un sentimiento de tranquilidad y confianza. Luffy estaba ahí, seguía ahí, seguía amándolo tanto como siempre, como él mismo lo amaba.

¿Ha pasado algo? preguntó cuando se separaron del beso.

Luffy se encogió de hombros. Te lo cuento después, ¿sí? Ahora sólo quiero pasar un rato tranquilo contigo.

Pues, supongo que entonces eso está bien.

Law le plantó un rápido beso en los labios antes de que ambos entraran en la casa y cerrara la puerta, dispuesto a otorgarle a Luffy ese rato tranquilo que le había pedido.

o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o

¿Ace? Marco tocó la puerta de la habitación un par de veces. Había esperado un rato para darle tiempo al chico de que se calmara un poco, pero tenía que hablar con él, y sabía que el coraje no se le pasaría pronto, al menos no por completo. Tocó de nuevo, pero tampoco recibió respuesta, por lo que decidió entrar.

Ace estaba tumbado en su cama, con un brazo cubriendo sus ojos. En el resto de la habitación había ropa y cosas tiradas y desparramadas, y Marco imaginó que sería consecuencia del estado de ánimo de su novio.

Lo siento dijo de repente el pecoso, atrayendo su atención. El rubio cerró la puerta y se acercó a la cama.

¿Por qué?

Me descontrolé un poco allá abajo. Ace seguía sin mirarlo, cubriendo su rostro, y aunque Marco lo entendía no le agradaba mucho hablar con él cuando ni siquiera parecía que lo estuviera escuchando, pero en lugar de decir algo al respecto se sentó a su lado, recargando la espalda contra el respaldo de la cama, y estiró un brazo para comenzar a acariciar su cabello azabache con suavidad.

Nadie te culpa por eso, estabas en todo tu derecho de reaccionar así.

Ace negó con la cabeza, muy despacio puesto que no quería que Marco terminara con las caricias, le ayudaban a tranquilizarse un poco. Sé que debí haberme controlado, pero… apretó su mano en un puño, tan fuerte que Marco pensó que podría terminar encajándose las uñas en la piel, me enfurece; pensar en lo que ese miserable le hizo a mi hermano y…

Que no haya pagado por ello completó el rubio.

Nueve años en prisión no son suficientes, no comparado con todo el sufrimiento de Luffy.

Marco agachó el rostro, mordiéndose el labio inferior. Sabía lo que le pasaba, Ace se sentía impotente por todo lo que había pasado, y él mismo también se sentía demasiado frustrado. Perdón Ace, no pude cumplir mi promesa.

El nombrado por fin retiró el brazo de su rostro y miró hacia el otro, sorprendiéndose un poco al verlo en esa posición tan derrotada.

Te prometí que lo atraparía y que lo encerraría de nuevo, pero no lo conseguí.

Ace estiró su brazo y posó su mano sobre la mejilla de Marco, logrando que el mayor girara el rostro para mirarlo. No era tu responsabilidad.

Lo era. No sólo por mi deber como policía, sino que también por ti. Tú eres mi pareja, Ace, cualquier cosa que te afecte o te dañe, por pequeña o grande que sea, yo debería poder ayudarte a superarla. Para eso estoy aquí, para ayudarte, apoyarte y, si es necesario, consolarte.

El menor se acercó para plantarle un beso en la mejilla y después se acurrucó en su cuerpo, colocando la cabeza en su pecho y abrazando su abdomen. Sólo necesito tiempo para tranquilizarme. La vida no es justa, hace mucho tiempo que lo determinamos, y a veces lo único que podemos hacer es aceptarlo.

Marco dejó salir el aire con pesadez y abrazó al chico, besando la superficie de su cabello. Desafortunadamente, es todo lo que nos queda hacer en esta ocasión.

Y quiero que quede claro, Marco, que todo este asunto no era algo que estuviera en tus manos, que no te culpo de nada y que es más que suficiente para mí que ahora estés aquí a mi lado, ¿de acuerdo?

Sin poder evitarlo una pequeña sonrisa se formó en los labios de Marco, aunque no sabía si era de alivio, tranquilidad, alegría o alguna otra cosa, pero en realidad no le importaba mucho. Apretó un poco más el abrazo y esta vez no se conformó con sólo besar el cabello de Ace, sino que tomó su barbilla para levantar un poco su rostro y rozar sus labios con suavidad y calma. De acuerdo.

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«Martes, Mayo 20»

Desdobló el periódico que llevaba en manos y se lo extendió al hombre rubio que tenía frente a él, sentado en aquella silla de madera como si en realidad se tratara del trono de un rey. Doflamingo colocó una pierna sobre la otra y se dedicó por unos momentos a leer la noticia de la página que se mostraba, con los labios ligeramente fruncidos en señal de concentración.

Interesante… se han tardado bastante en encontrarlo, ¿no? se escucharon algunas risas de los que estaban presentes, pero él, como siempre, se limitó a asentir mientras veía cómo el rubio dejaba caer el periódico al suelo. La noticia que se alcanzaba a apreciar era tan sólo una pequeña explicación del descubrimiento del cadáver del prófugo conocido como Kurohige en las afueras de la ciudad, junto con un recuento de los crímenes que había cometido y su escape de prisión. No se sabía quién podría haberlo asesinado, pero, según la noticia, la policía estaba encargándose del caso.

Doflamingo se levantó de su silla y caminó hasta la ventana que se encontraba detrás, que resultaba ser también la única en la habitación, parándose junto al borde y observando el cielo nublado y completamente gris que se presentaba esa mañana.

¿Quiere que prosigamos ahora, joven amo?

No desesperes, aún no es el momento, pero se acerca. Ahora que han encontrado a Kurohige, Garp no tendrá más razones para preocuparse de la seguridad de su nieto, y cuando baje la guardia… bueno, ahí es donde entramos nosotros sonrió con malicia y volvieron a escucharse las suaves risas inundando la habitación por unos momentos antes de cesar. Aun así, voy a encargarte que te mantengas alerta y vigiles bien al chiquillo. Puedo contar con que podrás hacerlo estando tan cerca de él, ¿no, Vergo?

Por supuesto, joven amo. 

Continuará...

Notas finales:

Y bueeenooo, eso es todo por hoy :3 Espero que les haya gustado y, ya que andan por aquí, se tomen unos momentitos para mandarme su opinión, venga, que no tardan nada ;) Les aseguro que los contestaré tarde o temprano :D 

Bueno, pasando a informar un poquito de la trivia, por el momento van en empate entre portgas117 Ariel-chan, con tres puntos cada uno ¡Pero no se rindan que aún no termina! Aquí las respuestas de las preguntas del cap pasado:

1.-¿Quién atendió a Marco y Ace en el restaurante que cenaron la noche que se conocieron? Makino
2.- Killer encontró un objeto que le pertenecía a Sabo y devolverselo fue la razón de que hablaran por primera vez, ¿qué objeto era? La billetera de Sabo
3.- ¿Con quién habló Sanji cuando estaba confundido acerca de sus sentimientos hacia Zoro? Con Nami
4.- ¿Qué estaba haciendo Luffy en la habitación de Law cuando éste lo encontró, la primera vez que fue a su casa? Oler su almohada.

Ahora sí, ya es todo por hoy :D Muchísimas gracias por haber leído, nos vemos la próxima, cuídense mucho! 

Misa-chan

*.*.*.*.*

5.- ¿Qué matería imparte en la Facultad de Psicología la Doctora Kureha?

6.- ¿Dónde estaban Zoro y Sanji cuando Sanji le confesó sus sentimientos, y por qué estaban ahí?

7.- ¿Cuál fue la primera pareja en formarse?

8.- ¿Qué le regala Law a Luffy cuando están en la feria?

(12:27 a.m. Hora México)


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