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Quiero darte algo especial por Misaki Heartfilia

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Notas del fanfic:

Disclaimer: los personajes no me pertenecen a mí, sino a Kishimoto-sensei, pero la historia es 100% mía así que, no al plagio

Géneros: humor (?, romántico y cursi a más no poder
Advertencias: fujoshis metiches con su club de fans

Notas del capitulo:

Misa: hola, por fin terminé el one-shot que debería de haber publicado el día 10 pero que por diversos motivos, no pude

Este fic, traté de hacerlo tierno y con algo de humor (ninguna de las dos cosas, es mi fuerte, puesto que lo mío, es el drama y hacer sufrir a los personajes cofcofamoreneltiempocofcof) y espero que les guste además de que es para el festival n.n

¡A leer se ha dicho!

Quiero darte algo especial

 

Sasuke Uchiha, como nunca, estaba sufriendo un enorme quebradero de cabeza. Era 6 de octubre, lo que significaba que faltaban 4 días para que sea 10. Pero eso era algo lógico si uno contaba los días, el problema no era ese, sino, que eso significaba que faltaban 4 días para el cumpleaños número 21 de su adorado Naruto, quien era su novio desde hace 4 hermosos años. Él quería hacer algo especial ese día, ya que Naruto siempre le sorprendía con cada cosa en su cumpleaños, sobre todo en el último del Uchiha en el que Naruto preparó una gran fiesta en complot con los amigos y la familia, y obvio, sumándole una grandiosa noche post-fiesta. Ahora, al ser el cumpleaños del rubio, él también quería que Naruto pasara ese día a lo grande.

Francamente, él no quería recurrir a “ella” pero no le quedaba de otra, puesto que él no era de esas personas románticas que dan regalos cursis, pero era una ocasión especial que él, por muy frío que fuera (aunque con Naruto la cosa fuera muy distinta) quería demostrar el buen novio que era. Por eso, a final de cuentas, se decidió por marcar el número de la chica, y en cuanto le contestaron desde la otra línea, supo que había cometido un error, pero que ya era tarde y pensando en que si de verdad quería impresionar a su rubio, tenía que hablar con ella, aunque las ideas habituales de ella, afectaran muy a menudo su pobre salud mental.

 

***********

Sasuke ya ni sabía bien por qué estaba ahí, estuvo muy tentado de dar la media vuelta e irse por donde llegó. Sin embargo, el ver la puerta abrirse mostrando del otro lado, a una mujer con una sonrisa de oreja a oreja, sabía que ya no tenía oportunidad de escape. Pero, entonces pensaba en su amado Naruto, y se decía a sí mismo, que lo hacía por él, porque se merecía algo maravilloso en su cumpleaños y que él solo, no podría idear. Por eso, aceptó la muda invitación de Sakura a entrar en su casa.

Cuando entró y se dirigió al salón de la casa, con la pelirrosa ojiverde detrás suyo, no se extrañó el ver a otra chica sentada muy cómodamente en el sofá mientras bebía una taza de té, la cual, después de darle un sorbo, dejó en el platito sobre la mesa para levantarse y darle a él un gran abrazo de oso que casi lo asfixia. A veces la prima de su Naruto solía ser “demasiado” (y eso era decir poco), entusiasta, con ellos en particular, Sakura solía ser más… pensándolo bien, en realidad, ambas eran iguales.

—Jamás pensé que llegaría el día en que Sasuke Uchiha viniera a pedirnos ayuda —dijo la pelirroja inmediatamente después de soltar a Sasuke, prácticamente, gritándole con la voz chillona que puso.

—En primera, yo no pedí tu ayuda, sino la de Sakura y en segunda, no sé qué haces aquí porque yo no te he llamado —respondió Sasuke muy calmadamente.

—Sasuke —Karin puso una expresión trágica, como si eso en verdad le hubiera dolido profundamente—, que malo eres. Yo vine con toda la buena intención del mundo cuando Sakura me dijo que querías hacerle algo especial a mi primo por su cumpleaños ¡a mi primo! —repitió recalcando claramente esto último sin quitar la voz de “chica dolida”.

Sasuke solo rodó los ojos. En el fondo, agradecía que Naruto no se pareciera en ese sentido (porque tenían varias cosas en común) a Karin.

Sakura, quien se había mantenido en silencio todo ese rato (cosa ya de por sí, muy extraña) decidió carraspear para llamar la atención de Sasuke y Karin.

—Bueno, vamos a lo que nos trae aquí —hizo un ademán con la mano para que se sentarán, cosa que los tres hicieron—. Sasuke-kun quiere hacer algo especial por Naruto —puso una sonrisa pícara—, pero no sabe qué. Por eso, hoy nos dedicaremos a cocernos los sesos por una buena idea, algo que sea original e inolvidable. El hecho de que llamara a Karin, fue porque ella conoce muy bien a Naruto, y tres cabezas piensan mejor que dos ¿no te parece Sasuke-kun?

—Sí, tienes razón —concordó.

—A decir verdad, yo ya tengo una idea, solo necesito que me ayuden a complementarla más.

— ¿Y qué es? Cuenta, cuenta —la instó Karin con la curiosidad a flor de piel.

Sakura sonrió, pero era de esas sonrisas que no te dicen nada bueno. Y Sasuke lo sabía, conocía demasiado bien esa sonrisa como para saber que Sakura se traía algo diabólico entre manos. Pensó, en que todavía tenía una oportunidad para salir huyendo pero… a la final, algo le dijo que no.

 

*************

Bueno, debía reconocer, que aunque Sakura fuera de esas mujeres que tenían ideas extrañas, a pesar de eso, solían ser muy beneficiosas, y mucho más si Karin ayudaba en esas ideas.

Todavía recordaba cuando todos eran apenas unos críos de 16 años, y Sakura se le confesó a él. Claro que, había tenido que rechazarla ya que por aquel entonces, ya sentía cosas por Naruto (aunque no lo reconociera) y no quería crearle falsas ilusiones a su amiga, por lo que puso una estúpida excusa de que no le interesaban para nada las cosas relacionadas con el amor, cosa que Sakura por supuesto no creyó en lo absoluto. Ahí fue donde empezó todo el problema. Sakura no tardó en averiguar que le gustaba Naruto y decirle con una sonrisa “tú también a él le gustas, solo que es algo tonto como para darse cuenta” y no supo cómo, ni cuándo, pero se encontraban los tres (junto con Karin) en complot para que Sasuke y Naruto se confiesen y se hagan pareja. Tardaron meses, entre malditos y descabellados planes por parte de ambas mujeres, intentos más que fallidos de confesión por parte de Sasuke y un Naruto que no ayudaba mucho que digamos. Hasta que, un día como cualquiera, Karin tuvo la brillante idea de que el Uchiha llevara a su adorado primo (porque así Karin se refería a Naruto) al parque de diversiones dado que éste, había manifestado la ilusión de querer ir, y Sasuke no se la pensó dos veces y lo invitó a ir los dos juntos. Se podría decir, que esa fue su primera cita indirecta, puesto que Sakura y Karin, los seguían a ambos a una distancia prudencial, cosa de la que Sasuke no se enteró hasta ya pasado un tiempo. Pero volviendo a lo del parque, aquel fue el escenario perfecto para una confesión, un Naruto más que feliz, más el ambiente que da la famosa rueda con vista a la ciudad. Aquello podía verse de lo más cliché, pero para ambos fue especial, ya que Sasuke se confesó y fue correspondido, sellando ambos, su amor con un gran beso.

Desde aquel día, si bien, como toda pareja, habían tenido sus altos y bajos, seguían juntos, amándose cada día más, si es que podían. Por eso, como él ya sabía, las ideas de esas dos mujeres habían sido en muchas ocasiones, descabelladas, pero que ahora había sido simplemente fenomenal. El parque, al cual habían ido aquel día, venia dos veces al año a la ciudad y solo en una ocasión más, habían podido ir nuevamente. Y justamente ahora, para el cumpleaños de su dobe, el parque estaría ahí, así que la idea de Sakura fue bien simple, “llevar a Naruto al lugar de la primera cita para rememorar algo hermoso”, según palabras de la pelirrosa y Sasuke y Karin, no pudieron estar más de acuerdo. Al final, Karin fue asignada en impedir que los padres de Naruto monopolizaran al rubio todo ese día (y ella poseía un gran don del convencimiento, y eso Sasuke y Naruto lo sabían con creces) mientras que Sakura, conseguiría los boletos de entrada.

Finalmente, el 10 de octubre había llegado. Según por palabras de Naruto dichas la noche anterior que hablaron por celular, sus padres querían hacer un almuerzo en familia, que era obligatorio, pero que después le dejarían libre para que saliera con “el adorable Sasuke-kun” como le decía Kushina a su yerno por lo que habían quedado en eso, aunque Sasuke omitió la parte de hacia dónde iban a ir.

Sasuke, después de tanto buscar la ropa adecuada y soportar las burlas de su hermano mayor, Itachi, por fin se pudo decidir por cual conjunto escoger, el cual consistía en una camisa negra remangada en los brazos y abierta hasta el segundo botón, unos pantalones blancos con un cinturón café, unos mocasines negros y una chaqueta de cuero negra por si le daba frio. Según él, se veía como todo un galán de Hollywood, cosa que su rubio ameritaba al 100%. Así que, cuando ya estuvo listo, agarró las llaves de su auto y se dirigió a la casa de su rubio amor.

Cuando llegó, la verdad, decir que se extrañó que su suegra lo recibiera entre besos y abrazos asfixiantes, sería decir una gran mentira, ya que así eran siempre los recibimientos de la madre de Naruto, cada vez que iba a su casa (que no eran pocas) y viceversa, su madre Mikoto, también solía comportarse así con Naruto. A Sasuke ya hasta se le hacía, que sus madres pertenecían al mismo club que tenían Sakura y Karin, junto a otro montón de chicas locas (a su juzgar), el famoso club de la universidad llamado “I Love SasuNaru” nombre que él aun no lo entendía y prefería no querer entender, aunque su rubio sí que lo hiciera. Cuando Kushina acabó con los recibimientos, lo invitó a pasar a que esperara en el salón alegando que el lento de su hijo, aun no estaba listo. Allí ya le esperaba su suegro, Minato Namikaze. Quien quiera que viera a Minato y Naruto, dirían que eran como dos gotas de agua. Naruto había sacado la apariencia de su padre y la actitud de su made; una grandiosa combinación.

Tras unos largos y eternos (según Sasuke) 15 minutos de incómoda charla de parte de su suegro diciéndole que siempre debían usar el famoso condón, por fin Naruto bajó las escaleras, ya listo. A Sasuke solo le bastó una mirada para apreciar que Naruto había estado (igual que él) buscando algo genial que ponerse. Al final, su rubio se decidió por un poleron color naranjo con el dibujo de una espiral en negro, unos vaqueros azules y unas zapatillas negras, también cargaba una chaqueta blanca en la mano.

—Hola Naruto, te ves hermoso —Sasuke se levantó del sofá en el que estaba y se acercó a Naruto quien de inmediato adoptó un leve tono carmín en el rostro debido al comentario de Sasuke.

— ¿Tú crees-ttebayo? —le preguntó Naruto por si acaso.

—Claro que sí. Tú siempre te ves hermoso —le sonrió y Naruto sintió que no podía sonrojarse más hasta que el pequeño gritillo de Kushina, los distrajo.

—Awwww que lindos.

Minato tosió disimuladamente para luego decirles:

—Será mejor que se vayan antes de que Kushina decida no dejarles partir —dijo esto último de forma que solo ellos escucharan.

—Tiene razón. Vamos Naruto —Sasuke le tiende la mano a Naruto y éste la acepta. Justo cuando se iban a dirigir a la salida y despedirse, Kushina les gritó:

— ¡Esperen! —Ambos voltearon a verla— Falta la foto del recuerdo —enfoca una cámara hacia ambos (que Sasuke no sabe de dónde ni a qué ahora sacó) —. A ver, júntense un poco más —los dos lo hacen y Kushina les toma la foto—. Ahora desde otro ángulo…

—Kushina —Minato le habló—. Con una foto basta, sino, no los dejarás salir nunca.

—Está bien-ttebane —bajó la cámara de forma resignada.

—Entonces nos vamos —dijo Sasuke—. Adiós Minato-san, Kushina-san.

—Adiós papá y mamá —se despidió Naruto y ambos adultos, los despidieron.

—Menos mal que tu padre nos dejó escapar —dijo Sasuke mientras entraban en el auto del azabache y Naruto soltó una pequeña risita.

—Oye teme ¿A dónde iremos? —preguntó Naruto luego de acomodarse el cinturón.

—Ya te dije que es una sorpresa.

—No es justo-ttebayo —hizo un puchero y se cruzó de brazos.

—Ya dobe, deja de ser tan infantil y compórtate.

—No me digas dobe, teme.

Sasuke prefirió callar y empezar a manejar. Lo único que esperaba, era que Naruto no siguiera con el berrinche por todo el camino. A quien engañaba, Naruto lo iba a joder todo el trayecto. De verdad que soportar a Naruto con sus berrinches, era un gran reto, pero que él ya había superado muchas veces, o, eso esperaba.

Cuando estaban a una calle del parque, Sasuke decidió parar el auto, cosa que a Naruto le pareció muy extraño, ya que se encontraban en una calle que solo tenía edificios, no había nada interesante por los alrededores. Grande fue su sorpresa, cuando Sasuke cogió una venda y le pidió que se la pusiera, para crear más “misticismo”, según él. Y Naruto aceptó. Sea como sea, esperaba que lo que Sasuke le tenía, fuera algo realmente maravilloso.

Cuando Sasuke ya le hubo puesto la venda, emprendió marcha en el auto nuevamente, y no tardó mucho en aparcar en el estacionamiento del parque, así que se giró hacia Naruto y le dijo que lo esperara hasta que le quitara la venda por lo que Sasuke bajó del auto y le abrió la puerta a Naruto, le desabrochó el cinturón de seguridad y lo ayudó a salir guiándolo durante un pequeño trayecto.

—Ya llegamos —le dijo y le desató la venda para que Naruto viera en qué lugar estaban.

—Esto… —Naruto no sabía describir con detalles lo que veía.

—Hoy —empezó a explicar Sasuke—, vamos a hacer una réplica de nuestra primera cita. Quiero que vuelvas a disfrutar de aquel día como lo hiciste la primera vez, no, esta vez, quiero que sea mucho mejor y me esforzaré en que así sea.

—Sasuke —Naruto se tiró en sus brazos de forma sorpresiva—. Eres un teme tan cursi.

—No soy cursi —Sasuke se zafó del abrazo de Naruto y se cruzó de brazos—. Mejor entremos antes de que me arrepienta.

—Teme, se supone que es mi cumpleaños, y lo primero que haces, es amenazarme-ttebayo.

—Ya dobe, lo siento. Ahora ¿podemos entrar? Lo único que hacemos aquí parados es perder tiempo.

—Tienes razón ¡vamos-dattebayo! —Naruto le cogió de la mano y se lo llevo a rastras. A esa hora, el sol comenzaba a ponerse, para dar lugar a una pequeña cantidad de estrellas visibles en el cielo.

Al llegar a la entrada, el encargado les exigió los boletos de la entrada, que Sasuke no tardó en mostrar por lo que no tuvieron problemas para entrar. Ya dentro, vieron como la gente disfrutaba de las diferentes atracciones, sin pensar que detrás de un bote de basura, se escondían dos mujeres, cada una con cámara en mano, no tardando ni un segundo en captar una foto de ambos chicos tomados de la mano mientras caminaban.

—Y bien ¿A dónde te gustaría ir primero? —le preguntó Sasuke a Naruto.

—Mmm… —Naruto miró a su alrededor buscando aquel juego, el primero que habían tomado esa vez— al barco pirata —señaló cuando lo vio.

—Entonces, allá vamos —Sasuke le sonrió y lo llevó hasta allá.

Después de andar en el barco pirata, comieron (más bien, solo Naruto) algodón de azúcar y una manzana confitada, después fueron a la casita del terror, la cual Sasuke aprovechó al máximo para abrazar a su rubio quien se aferraba cada vez que algo lo asustaba, luego, fueron a la montaña rusa de la cual salieron muy mareados, posteriormente comieron ramen y fueron a un puesto en donde te ganabas un premio lanzando los aros. Allí, Naruto vio a un pequeño zorrito naranja que le fascinó de inmediato, ya que tenía todo lo que a él le gustaba, dado que él amaba los zorros y, era naranja, el cual era su color favorito por lo que no dudó ni un segundo en pedirle a Sasuke que se lo ganara.

—Así que quieres ese zorrito ¿no? —le preguntó el azabache.

—Sí-ttebayo —chilló con emoción.

—Bien, deme los aros —pagó y el hombre encargado le explicó que tenía tres aros, o sea, tres oportunidades para meter los aros en el cubículo correspondiente del premio que quería—. Ese zorrito, ya es tuyo dobe —dijo seguro y lanzó. Primer intento, fallado. Segundo intento, también fallado—. Éste si entra —tercer intento, fallado—. Deme otro —pagó un nuevo juego y nuevamente, los falló—. Deme otro —volvió a pagar y lo volvió a fallar una y otra vez, tanto, que Naruto comenzó a desesperarse al ver que Sasuke estaba perdiendo la paciencia (y gastando mucho dinero, cabe decir)—. Deme otro —pidió, pero Naruto le paró.

—Sasuke, déjalo, ya no importa. A este paso te vas a quedar sin dinero.

—Eso no importa. Tú querías ese peluche y siendo tu cumpleaños, haré lo que sea para conseguirlo.

A Naruto simplemente le enterneció lo dicho por su novio, pero no iba a dejar que se siguiera comportando de manera tan cabezota.

—Ya olvídalo Sasuke. No importa, en serio —le sonrió.

—Soy patético. Ni siquiera puedo ganar un simple peluche —se pasó la mano por la cabeza revolviéndose los cabellos en señal de frustración.

—Claro que no. Ahora mejor vayamos a otro lugar. La noche se está acabando y todavía nos falta por recorrer.

—Está bien, vamos.

Justo cuando ambos se dieron la vuelta para irse, el hombre del juego les habló, conmovido por el gran amor que se veía, se tenían los dos.

—Oigan —ambos se voltearon a verlo—. Usted joven, lo ha hecho demasiado bien y con esfuerzo, creo que se tiene más que ganado el peluche —dijo mientras cogía el zorrito y se lo extendía a Sasuke.

—Pero… —quiso decir Sasuke.

—Pero nada. Pueden cogerlo.

— ¿De verdad? —preguntó Naruto, curioso, pero a la vez emocionado.

—Claro —afirmó y Sasuke se lo recibió dándoselo a Naruto.

—Gracias-ttebayo —agradeció Naruto abrazando al pequeño peluche.

—Muchas gracias —agradeció también Sasuke.

—De nada —ambos sonrieron y se despidieron para seguir disfrutando de lo poco que les quedaba de noche.

Después de eso, se subieron a un par de atracciones más para dirigirse a la última y más importante: la rueda.

Cuando ambos estuvieron ya en ella, vieron como el paisaje de la ciudad nocturna, se alzaba ante ellos de manera majestuosa, con aquellas luces de colores provenientes del parque mezclado con los de los faroles de la ciudad.

—Es hermoso —dijo Naruto apreciando la vista con entusiasmo.

—Sí, pero no tanto como tú —Sasuke se acercó y abrazó a Naruto de la cintura atrayéndolo hacia él.

— ¿De verdad? —Naruto depositó su cabeza en el hombro de Sasuke.

—Claro que sí. Que eso no te quepa duda —le dio un tierno beso en la cabeza.

—Gracias Sasuke, por hacer de este día tan especial.

—De nada dobe. Era algo que tú te merecías.

Ambos se quedaron ahí, apreciando la vista y disfrutando de la compañía de la persona que más amaban además de que, era viernes, y a ellos aún les quedaba una larga noche por disfrutar.

Mientras tanto, en la salida del parque…

—Estoy segura de que las chicas pagarán una buena ganga por estas fotos —dijo Sakura mientras miraba las fotos en su cámara.

—Sabía que este negocio nos iba a hacer ricas. Mi tía y la señora Mikoto ya me encargaron que les de unas fotos —dijo Karin y ambas mujeres sonrieron de manera cómplice para entonar el camino a casa. Ya esperarían que fuera lunes para llevar la fotos al club “I Love SasuNaru” y disfrutarlas al máximo, eso sí, sin que Sasuke o Naruto supieran de su existencia, sino, estaban más que muertas.

Fin

Notas finales:

Misa: esa Sakura y esa Karin metiches XD

ojalá y haya sido de su agrado, si es así, me lo hacen saber en un review *w*

por cierto, tuve que hacerme otro face ya que el otro me lo cerraron u.u así que, por si acaso lo dejo

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Bueno, nos vemos hasta la conty de Amor en el tiempo, juro que el capi lo tengo casi listo y perdonen la tardanza u.u

Bye bye


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