Rodando en mi cama no logro conciliar el sueño. Cuesta admitirlo pero necesito de sus “dulces nocturnos”. Una semana que me ha castigado y hoy simplemente ya no puedo aguantar más sin el por lo que buscare endulzar mi noche en el cuarto de servicio.
Ha pasado una semana desde que el dejo de acompañar mis noches. Mi cama se hace realmente enorme sin su presencia. Recordar sus caricias y besos me hace abrazar la almohada mientras pienso en como podre lograr dormir esta vez.
Mirando el techo de mi habitación las ganas pueden mas y me levanto de mi cama vestido solo por una camisa blanca larga de manga larga y mi ropa interior.
Merodeo por los largos y oscuros pasillos hasta que llego a las habitaciones de servicio. Por ser el mayordomo principal su habitación esta mas retirada de la de los otros asi que me acerco lentamente.
No se si dormirás o mataras el tiempo de alguna forma.
Sin decir nada tomo la perilla de la puerta y abro lento para encontrarte acostado sobre tu cama leyendo. Tu mirada carmesí me estremece y te hago frente cruzando mi mirada con la tuya. Tus labios intentan decir algo pero guardas silencio en cuanto entro y cierro la puerta poniendo seguro a la misma. Supongo que mi cuerpo ya no responderá a lo que diga la razón ya que me acerco a tu cama mientras tú te sientas en el bordo de ella mirándome fijamente.
-que es lo que le trae por aquí? –escucho decir de tus labios pero no respondo. En cambio me acerco a ti poniéndome entre tus piernas y abrazándote por el cuello. Siento tus cálidas manos rodear mi cintura y observo tímidamente tu situación: al igual que yo solo una camisa te cubre junto con tu ropa interior. Hago el cuello de tu camisa a un lado y beso tímidamente tu piel, nunca te quitas nada cuando vas y me sirves pero esta vez también quiero saborearte yo.
-C…Ciel…-murmuras mi nombre con tu voz grave mientras acaricias mi espalda algo fuerte. Me separo un poco y te miro a los ojos mientras desabotono tu camisa y te observo. Veo nervios en tu mirada y eso me divierte por lo que lo hago aun más penoso para ti subiéndome sobre tu cuerpo con una pierna en cada costado.
-porque..
-porque necesito mis dulces Sebastian- atino a decir y te beso tiernamente tomando tu rostro.
Inconscientemente mi cuerpo pide algo mas al moverme sobre el tuyo lentamente haciendo que gruñas en mis labios, ¿acaso estoy tentándote a pecar esta noche?
Mire que venir a buscarme por culpa de su deseo. Es un niño algo malcriado pero esta iniciativa solo me hace desearlo más. Sus leves movimientos en mi cuerpo hacen que empiece a excitarme, y sus labios, un dulce néctar que ya pedía hacen días. Pero si lo que usted quiere son sus dulces, le mostrare el mejor festín, uno que ni siquiera ha probado aun.
Tomo su cadera y giro para dejarlo debajo de mí. Ahora le enseñare lo que es realmente la lujuria y el pecado presente. Sujeto sus muñecas con una mano y las aprisiono sobre la cama mientras bajo mis labios a su cuello. Escucho leves quejidos de su parte y patalea un poco haciendo que su rodilla roce mi entrepierna. Que amo más tramposo.
-Se…Sebastian…-lo escucho decir mi nombre y bajo a su pecho lamiendo con y jugueteando con sus botones rosas. Mi mano libre baja su ropa interior y acaricia su miembro el cual ya está despierto. Veamos hasta dónde puede llegar su cordura. Me agacho y empiezo a lamer suavemente mientras dulces gemidos salen de su boca. He soltado sus manos por lo que siento como acaricia mi cabeza queriendo que vaya más rápido.
-aahhhh…por favor…ahh mas!- aumento la velocidad y le hago venirse dentro de mi boca sintiendo ese exquisito sabor suyo.
-Sebas…tian…por favor- ahora incluso me ruega, hasta dónde quiere llegar mi joven amo?
-que desea?
-n..No no me hagas decirlo demonios!
Aun en su estado es tan arrogante, pero aprovechare y cumpliré su deseo. Me pongo entre sus piernas y lo beso ahora con más pasión. Mi lengua entra y explora esa linda cavidad suya mientras sus manos aprietan mis hombros algo fuerte.
-tendré que dejar sus labios un rato, joven amo-digo ante su mirada confundida y ataco su cuello nuevamente mientras dos de mis dedos aun con algo de su semen acarician su entrada y entran lento.
-aaah! Du…duele!- murmura entre dientes abrazándose más a mí. Pero solo debe acostumbrarse.
-relájese- susurro a su oído mientras muevo mis dedos lento dentro de usted.
-n…Sebas..Ahh!- sus palabras quedan inconclusas por lo que está soportando.
Lo giro aun sin sacarlos de usted y tomo su cadera levantándola un poco. Saco mis dedos los cuales reemplazo por mi lengua. Veamos ahora que tanto aguanta.
Ah! Es un dolor agudo que recorre mi espalda. Pero ahora sentir tu lengua entrar y salir se vuelve excitante. Mis manos se aferran a tus sabanas intentando callar mis gemidos.
Pronto siento tu mano masturbándome…doble tortura para mi alma, pero te necesito dentro, aunque sea la primera vez que llegaremos tan lejos necesito que entres con urgencia.
-Maldición Sebastian!..Ahh! ya hazlo! –ordeno mientras mi miembro vuelve a palpitar ahora en tu mano.
-como usted ordene mi lord- escucho de repente tu voz en mi oído y sosteniendo mí cadera un dolor me consume mientras besas mi espalda y siento como si fuera a partirme en dos.
Empiezo a entrar en usted, en ti, estas demasiado estrecho a pesar de las atenciones de antes e intento calmarte con dulces besos mientras escucho como te quejas.
Por fin logro entrar por completo. Esta sensación. Tu calidez y estar tan apretado hacen que me excite más. Pero quiero verte. Lentamente te tomo y te giro para mirar tu rostro. Totalmente sumiso, sonrojado y unas gotas de sudor pegando tu cabello a tu frente.
-puedo seguir? –pregunto a lo que solo asientes sonrojado y tomando mi rostro para besarme nuevamente. Jugando con tu lengua tomo tus piernas y empiezo a moverme lentamente. Tus gemidos son callados por mis besos pero provocan que me mueva más rápido. Quiero hacerte sentir por completo y que grites mi nombre cuando toque tu punto más sensible, pero me empujas y me obligas a salir dejándome confundido.
No quiero solo recibir, maldito demonio, debo castigarte por tantos días sin ti. Te hago recostarte y bajo a tu cadera mientras con ambas manos te masturbo, mi cara queda sonrojada al ver tu tamaño pero no puedo retroceder a lo que quiero.
-veamos…a que sabe…-digo mientras paso mi lengua, empezando a lamer tu miembro ante tu mirada atónita.
-boc..Chan- incluso tu voz se quiebra. Con nervios chupo la punta y empiezo a meterlo lentamente, es demasiado grande para mi boca y eso provoca que empieces a gemir.
-a..Ahh Bocchan…s..Siga…-dices tomando mi cabeza y empujando un poco más. Asi comienzo con un vaivén mientras mis manos lo sujetan y mi lengua lo recorre.
-aaah…m..Me vendré Bocchan- gimes mientras siento un liquido caliente en mi boca haciendo que lo saque de ella. Te miro algo sonrojado y lamo algunos restos en tu miembro hasta que tomas mi rostro lamiendo mis labios, probando asi tu esencia.
-ahora permítame terminar…-dices y me pones en cuatro entrando en una sola estocada. Giro leve y puedo ver como tus ojos ahora son de demonio. Tomas fuerte mi cadera y empiezas a penetrarme cada vez más fuerte y más adentro.
-aaah! Sebas…ahh!- mi mente está en blanco. Tus estocadas son fuertes, rápidas, casi quitándome el aliento.
-m…mas Sebastian! Ahhh! –inconscientemente digo eso, y siento como te acercas a mi oído mientras sigues penetrándome.
-yes…my lord- lames mi cuello y muerdes fuerte haciéndome sangrar.
-aaah! Duele!- subes sobre mi y tomas mis manos contra la cama. Solo siento el golpe de tu cadera en mi cuerpo. Ya no puedo más!
-aaah! Sebastian!!- grito tu nombre mientras me vengo apretándote más.
-Ci..Ciel…-escucho tu voz ronca mientras ciento un calores dentro de mí.
Lentamente te bajas y me recuestas a tu lado. Cierro mis ojos por el cansancio y te dedicas ahora a quitar con tu lengua los rastros de semen y sangre en mi cuerpo.
En cuanto te acuestas a mi lado te abrazo y te beso tiernamente.
-no vuelvas a dejarme tanto tiempo.
-no podría ahora Bocchan…-susurras besándome nuevamente y acomodándome en tus brazos.
Realmente la mejor noche después de tantas solo.
Y endulzaste mi noche como jamás lo había probado.
Mi dulce tentación.