Saqué el delgado falo de mi boca, saboreé un poco y luego la volví a abrir para que otra persona me diera a degustar su cuerpo.
¿Cómo terminé con los ojos vendados, las muñecas atadas entre mis muslos, completamente desnudo y sólo esperando saborear a los demás?
Sencillo.
Prueba para saber qué sentido tienes más desarrollado, o eso fue lo que hicimos en la clase de Psicología esta mañana.
Durante la tarde hice mi tarea y adelante los reportes que tendría que entregar para la semana de parciales.
Luego llegó la noche, junto con el resto de mis amigos, amigos sexuales, cabe aclarar, ya teníamos organizada para hoy algo como un orgía.
Era, porque entonces Niel quien también está en mi curso propuso que para hacer algo más emocionante, por qué no veíamos qué tan desarrollado teníamos el sentido del tacto o del gusto.
Todos decidimos qué sería interesante, entonces cerramos todas las ventilas, las persianas las corrimos, cerramos la puerta con llave y nos aseguramos de que otro estuviera vigilando en el pasillo por si algún maestro aparecía.
En la Universidad Internado Larú estaban prohibidas las relaciones sexuales, más por supuesto, si éstas eran entre el mismo sexo.
Pero después de follar con todas las facultades tanto de mujeres sentí un vacio, algo no me daba el placer que yo les entregaba y ninguna quería que le diera por el otro lado. Así fue como empecé a descubrir las sensaciones del maravilloso y excitante mundo gay.
No me considero como tal, me puedo decir bisexual porque ya he probado “almeja y pepino” dirían los demás. Pero creo que por estar más penadas las homosexuales son las que me resultan más placenteras.
Tampoco tengo una pareja estable, las que intenté tener no duraron más de una semana, cuando mucho trece días así que decidí que lo mío era divertirme. Por eso mismo tengo muchos amigos y amigas sexuales, aunque prefiero fomentar más con los chicos que con ellas. Niel por ejemplo, es uno de ellos, con quienes puedo tener mis momentos calientes sin nada de por medio, él también los tiene conmigo, lo que vuelve todo más excitante es que sea en donde sea, sucede.
A veces los compañeros nos han visto tras los arboles, otras sólo ven los zapatos de ambos en los cubículos de los baños, otras sólo oyen nuestros gemidos en su habitación, incluso en la biblioteca lo hemos hecho, al fin de todo, la bibliotecaria tarda mucho en dar en cuál pasillo es.
Muchos creen que Niel es mi pareja, pero si lo fuéramos no duraríamos más de los trece días porque es muy complicado convivir con él. Se molesta porque la comida tiene poca sal y me reclama, ¡como si yo la hubiera hecho!
Aunque un Niel molesto es sexo duro, prefiero que esté tranquilo cuando lo hacemos.
¿Parafilias? He probado al menos doscientas de las trescientos cincuenta que tengo en mi diccionario. Si sigo así también me aburriré del sexo. Pero este tipo de experimentos son los que me encantan.
Inicialmente probé los falos de todos, en cinco segundos intenté grabarme las características, sabor, textura, grosor y los nombres de ellos, claro, luego aleatoriamente, espero, me están dando a probar. Si atino a la mayoría seré el Rey del Gusto.
Porque el mejor mamador suena muy mal.
Así fue como termine degustando de otro amigo, su miembro era pequeño pero largo, su glande llegaba a rozar con mi campanilla provocándome alguna arcada, pasé mi lengua por el tronco, no se sentían venitas y tenía el sabor amargo.
Cuando salió de mi boca dije el nombre de quien recordaba tenerlo así y acerté. Me aplaudieron pero también insultaron, algo que disfruté desde luego.
Un miembro más se acercó a mí, abrí mi boca que tuve que separar más mis labios para que entrara por completo, tiene que ser de algún mayor, su glande era suave igual que el resto de su miembro, tenía algunas venitas marcadas y un sabor agrio, intenté llevarlo más adentro de mi boca hasta que tocó mi campanilla, entonces retrocedí para sacarlo.
Mis labios iban haciendo presión cuando lo retiré de mi boca que pude escuchar un gemido, pero no estoy seguro de quién pueda ser.
Me animé a decir un nombre más, pero no acerté.
Otro más se coloco frente a mis labios, los abrió dejándolo pasar. Entró de manera violenta que casi me provoca vomitar. Era delgado y de buen tamaño, solo que este sabio dulce, un ligero sabor dulce, rocé mi lengua contra el glande para saborear más, luego retrocedí para sacarlo de mi boca.
-Niel.- susurré.
-Correcto.- contestó.
Uno más se puso delante de mí, lo supe por el aroma a semen, abrí mis labios y éste entró a mi boca lento, la mano en mi barbilla y la otra en mi cabello hizo que elevara mi cabeza así pude abrir más mi boca y ese miembro me penetró aun más.
Era grueso pero no tanto, sentí venitas marcadas y la circuncisión del mismo se me hizo graciosa, retraje la lengua para sentir el orificio uretral, lo embestí un par de veces para hacer gemir a la persona y reconocerlo.
Sus manos manipularon mi cabeza, me estaba penetrando pero no me opuse a la idea, el sabor del semen me ayudaría a reconocerlo más fácil.
Me dediqué a disfrutarlo, es tonto decir que se me hace familiar porque todos aquí han pasado por mi cuerpo o yo por el de ellos, pero tenía algo que me gustaba y no era el sabor. Quizá porque fue el único que me tocó el cabello.
Las embestidas se volvieron más fuertes que tuve que comprimir los ojos, igual los tenía vendados pero fue una manera de aliviar la presión que sentía, ese miembro salió de mi boca para sentir como caían disparos de semen caliente sobre mi cabello y cara.
Asomé la punta de mi lengua para rescatar un poco del semen, al probarlo no lo reconocí.
-¿Quién era?- preguntó Niel cerca de mí.
-No lo sé.- contesté moviendo mis manos atadas entorno a mi miembro.
-De todos modos llevas más de quince aciertos.- se acercó a descubrirme los ojos, pero al hacerlo me vi rodeador del resto de chicos masturbándose y mirándome. Abrí mi boca y los miré a todos por intervalos diferentes.
Al desatar mis manos las estiré para masturbarlos y que me entregaran su semen más rápido. Pronto sólo me senté sobre mis pantorrillas y cerraba los ojos cada que uno eyaculaba sobre mí.
-Conocía a chicas traga semen, pero tú, Taemin, las dejas cortas.- abrí mi boca para mostrarles que ya no había semen dentro, no dejaba de estimularme y de cierta manera cada que me bañaban con su esperma lo hacía con más rapidez.
Uno de ellos me empujó de los hombros, haciendo que cayera sobre mi espalda, tomó mis tobillos para jalarme, sentí su glande cerca de mi esfínter anal, luego comprimí los ojos porque estaba entrando en mí.
El resto no perdió tiempo de mi posición ya que mis manos fueron ocupadas por sus miembros igual que mi boca, el tonto de Niel se había subido a mi pecho para embestir mi boca, eso no me permitía ver quien me había tomado primero, pero sentía como mi cuerpo cedía ante él.
Succioné el glande de Niel, masturbé con mayor frenesí los miembros en mi mano, los glandes en mis mejillas se frotaron con más intensidad incluso la persona que me embestía aumentó su potencia.
Sentí mi interior llenarse de su semen, luego mi garganta, mejillas en general todo mi cuerpo quedó cubierto de semen. Entreabrí los ojos porque me había caído cerca de ellos, después de que Niel bajara de mi cuerpo lo reconocí.
-Minho.- susurré mirando cómo se ponía su ropa. Intenté sentarme pero otra persona llegó a penetrarme como él lo había hecho. –¡Minho~!- él me miró por encima de su hombro. De nuevo me atacaron los falos de los demás obstruyendo mi boca y ojos para mirarlo.
Vi que movió sus labios, luego sonrió y salió de la habitación.
No me defino como una “puta” como me llamó, yo diría “alguien que disfruta de su sexualidad”.