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Secretos de ramen por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Tal como lo prometí, y a pesar de que tengo el dedo índice derecho lastimado, aquí les traigo un nuevo oneshot y mi aporte al bombardeo sasunaru organizado por Takaita Hiwatari XD (Kyuu: Y por el dedo incapacitado, quizá el único aporte ¬¬). Perdonen las faltas de ortografía, pero esto de teclear con una sola mano resultó lento y algo difícil, prometo en estos días revisar el fic. Esta idea (y las escenas que aparecen) la tenía desde hace mucho por una imagen que vi en Facebook y ahora que la escribí puse algunas referencias sobre el final del manga (Kyuu: Capítulo 699, Higa-chan sigue afirmando que después de eso todo fue consecuencia del Tsukuyomi Infinito). Como siempre esperaré sus comentarios con saludos, flores, felicitaciones, jitomatazos, cebollazos, amenazas y demás (Kyuu: Golpes no, con los que ella sola se provoca son más que suficientes u.u). En dos viernes les traigo la continuación de El precio de tu corazón, mientras tanto: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Los personajes pertenecen al rey del trolleo, Kishimoto. La idea se me ocurrió cuando vi una imagen donde señalaban al dueño de Ichiraku con la leyenda (en inglés) “Este hombre sabe todos los secretos de Konoha”.

Dedicatoria: Para todos aquellos que formen parte del “Bombardeo sasunaru”.

SECRETOS DE RAMEN

 

Era un día normal y tranquilo en la aldea de Konoha. Teuchi-san, dueño de Ichiraku Ramen, preparaba todo para iniciar la jornada en su local. Desde que la guerra terminó había muchas cosas que arreglar, pero a veces los ninjas se daban el lujo de tener un día relajado como aquél. Fue algo sorprendente que entre sus primeros clientes no se encontrara cierto rubio, sino que se trataban de Yamanaka Ino, Nara Shikamaru y Akimichi Chouji, conocidos como el equipo Ino-Shika-Chou.

-Tsk, ya deja de ser tan problemática, Ino.

-Debes ayudarme, Shikamaru. Tú eres más cercana a ellos.

-Siendo así deberías pedirle ayuda a Naruto, no a mí.

-¿Bromeas? Él es demasiado torpe y para nada sutil.

-Buenos días, Teuchi-san –saludó el Akimichi mientras sus amigos discutían

-Buenos días y bienvenidos, Chouji-kun. ¿Por qué pelean tan temprano?

-Mmm… cosas de mujeres. Ino y sus locas ideas.

-¡No son locas! –protestó ella- Cualquier chica se esforzaría para conquistar al hombre que le gusta. ¿No está de acuerdo, Teuchi-san?

-Eh, sí, claro.

 

Mientras cocinaba su pedido el hombre no pudo reprimir la sonrisa al pensar que Ino tenía un buen punto, pero en su caso estaba exagerando. Las ventajas y desventajas de tener un negocio como el suyo eran que en ocasiones escuchaba cosas que preferiría no saber. Por ejemplo ese día en que sin querer se enteró que la fantasía de Ino era hacer un trío con Sai y el último Uchiha y que además deseaba llevarlo a cabo en su próximo cumpleaños. Afortunadamente sus dos amigos y compañeros de equipo se habían rehusado a ayudarla y ella por sí misma no hacía ningún movimiento. Teuchi estaba convencido de que si lo intentara, se llevaría una enorme decepción.

 

-Eres muy injusto, Shikamaru –seguía quejándose la chica cuando ya estaban comiendo sus fideos-. Yo siempre te ayudo con Temari para que puedan estar a solas.

El Nara se atragantó con la comida y la miró de forma fulminante mientras sus mejillas se coloreaban de carmín. Ese había sido un golpe muy bajo, pero no iba a demostrárselo.

-No sé de qué hablas, Ino.

-Por favor, la forma en que se miran es demasiado evidente. No sé por qué no te declaras de una vez y listo.

Chouji rió un poco ante sus palabras, igual que Teuchi. El dueño del local sabía perfectamente que en realidad Shikamaru y Temari ya eran novios, pero muy pocas personas (Chouji) conocían esta información de boca de ellos, ya que al joven genio le preocupaba la reacción que tendría la familia de la rubia. Kankurou y Gaara (el actual Kazekage) eran dos personas centradas y responsables, sin embargo al parecer poseían una vena sobreprotectora hacia su única hermana que no les permitiría tomar con buen agrado saber que ella mantenía una relación con el flojo estratega de Konoha. Teuchi pensaba que quizá el temor de Shikamaru era que esos dos intentaran asesinarlo como mínimo.

 

Un rato después de que ellos se marcharon, quienes aparecieron para almorzar eran el ninja copia Hatake Kakashi en compañía de Sai. Desde que el pelinegro pasó a formar parte de su equipo, ellos dos se fueron volviendo más cercanos pese a que el mayor nunca fue maestro del Anbu, pero aún así se ganó su respeto y aprecio.

-Es bueno verlos a ambos –dijo el cocinero-, han estado muy ocupados últimamente.

-Como Kakashi-sensei será el Rokudaime Hokage, es entendible que debe asistir a un montón de juntas y reuniones –comentó Sai, sonriendo

-Pero es agotador –suspiró el mayor-, no tengo tiempo para nada. A veces extraño mi relajada vida privada.

-Lo que sucede es que extrañas pasar tiempo con algunas personas, ¿o no, Kakashi-sensei?

-Cofcof, claro que extraño a mis amigos y a mis alumnos.

-Oh, pero yo no me refería a ellos.

-… Mejor comamos antes de que se enfríe, ¿cierto, Teuchi-san?

-Por supuesto, el ramen caliente sabe mucho mejor.

El hombre contemplaba a sus clientes, divertido por la forma en que el único ojo visible del Hatake fulminaba al otro. Pero vamos, que si se le prestara un poco de atención a la rutina que Kakashi anteriormente mantenía, no sería difícil adivinar lo que pasaba. Según lo que Teuchi tenía entendido gracias a la estridente voz de Maito Gai, al parecer el ninja copia solía rondar mucho por la academia ninja para observar (y en ocasiones conseguir un intercambio de palabras) a cierto maestro de piel morena y con una cicatriz cruzándole el rostro. Todo indicaba que Kakashi estaba sumamente interesado en Umino Iruka, pero no se atrevía a concretar aquellos sentimientos y en su lugar prefería rondarlo. ¡Si hasta a las aguas termales había ido a espiarlo! Según palabras de la propia Kurenai. Pero si de acosadores se trataba…

-¿Y qué hay de ti, Sai? –preguntó el Hatake un rato después- ¿Cuándo tendrás otra misión en Suna?

-Parece que muy pronto.

-Últimamente has estado yendo mucho allá. Bueno, tú y Shikamaru, siempre envían a alguno de ustedes dos.

-Es como si fuera una especia de competencia –sonreía el chico-, aunque últimamente Shikamaru ya no parece tan insistente. Quizá le pasó algo bueno… o se dio cuenta que no puede contra mí, jeje.

-¿Eh?

 

Teuchi no podía negar esas palabras. Por la información que había escuchado en su local, al parecer después de la guerra Sai comenzó a sobornar con sake a Tsunade para que lo enviara a las misiones que involucraban visitar Suna. ¿La razón? Todo indicaba que cierto comandante pelirrojo había causado un gran impacto en él y por eso quería verlo siempre que tuviera oportunidad. Lo malo es que el joven Nara también tenía en Suna alguien a quien visitar y por eso (de acuerdo a lo que escuchó que el propio Sai le platicó a su amigo de ojos azules en una ocasión) ellos dos competían por ver quién lograba convencer (sobornar) a Tsunade para encargarse de la misión. Volverían rica a la mujer a este paso. Mejor que el pelinegro se apresurara en conquistar a Gaara o terminaría en bancarrota.

 

A la hora de la comida finalmente apareció su cliente número uno en compañía de su mejor amigo y compañero de aventuras: Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke. Desde que el moreno volvió a establecerse en la aldea era muy común verlos uno al lado del otro, al parecer de verdad estaban intentando recuperar todos los años perdidos.

-¡Hola, viejo! –saludó el rubio con alegría mientras tomaba asiento

-Ya me parecía extraño que no pasaras hoy por aquí –sonrió el cocinero

-Es que el teme y yo hemos estado ocupados desde temprano haciendo papeleo –se frotó el estómago-. Pero ya me estaba muriendo de hambre.

-Eres un glotón, usuratonkachi –dijo el azabache

-Claro que no, baka. Disfruto los placeres de la vida.

-Sí –sonrió de manera presumida-, eso me queda bastante claro.

Quizá fue el tono de su voz o la expresión con que lo dijo, pero el rostro de Naruto se puso todo rojo. En cuanto salió del shock le lanzó una mirada asesina que no intimidaba para nada al otro.

-Jajaja, ya, tranquilos, chicos, aquí tienen. Disfruten su comida, no quiero que me destruyan el local.

-¡Gracias, viejo! –decidió ignorar al moreno y se puso a comer felizmente

Sasuke sólo reviró sus ojos ante la actitud tan infantil del rubio y también se dispuso a comer con más calma. Teuchi lavaba algunos utensilios de cocina cuando vio cómo el Uchiha colocaba algunos trozos de carne en el tazón de su acompañante, quien lo miró de forma interrogante.

-No tengo mucho apetito y a ti te encanta la carne –dijo como si le diera igual, pero con el rostro hacia un lado para que no vieran su expresión

-... –el Uzumaki sonrió ampliamente por tal gesto- ¡Muchas gracias, teme!

El hombre mayor no pudo reprimir la tierna sonrisa al ver la interacción entre esos dos ni las miradas tan cariñosas que se dedicaban aunque trataran de disimularlo. Quizá engañaban al resto del mundo, pero a él que había observado a Naruto desde niño, era imposible. Teuchi se dio cuenta casi de inmediato por la forma en que se trataban cuando creían que nadie los miraba y los comentarios que a veces se les escapaban a esos dos chicos en Ichiraku: ellos estaban estúpidamente enamorados del otro y en realidad ya mantenían una relación en secreto.

-Dobe, come con más educación. Pareces muerto de hambre.

-¡¿Qué dijiste, bastardo?!

Teuchi soltó la carcajada. No importaba la clase de relación que llevaran, sus peleas jamás cesarían, eran parte de sus personalidades y formas de conocerse. Él sabía que ellos dos ya habían pasado por mucho dolor en sus jóvenes vidas y quién sabe qué clase de problemas vendrían cuando el resto del mundo supiera que estaban juntos. Por eso de todo corazón deseaba que pudieran ser realmente felices.

 

Fue entrada la noche cuando ingresaron las dos últimas clientas del día: Haruno Sakura y Hyuuga Hinata. El hombre se sorprendió al verlas ahí, puesto que cuando acudían a su local, cierto rubio solía estar involucrado.

-Bienvenidas, chicas.

-Buenas noches, Teuchi-san –saludaron ambas

Mientras él servía sus platos, fue imposible que no escuchara la conversación que ellas mantenían, sobre todo cuando salió un nombre que conocía muy bien.
-¿Estás segura, Sakura-san? –preguntó la morena, sonrojada

-Claro que sí, Hinata. Estoy segura que Naruto aceptará encantado la bufanda que tejiste para él.

-P-Pero...

-Tienes que ser directa o ese baka nunca se dará cuenta, es demasiado despistado. Además no quieres que nadie te tome la delantera, ¿verdad?

-Cierto... ¿Y qué hay de ti?

-Yo no me he rendido. Estoy segura que un día Sasuke-kun aceptará mis sentimientos y los corresponderá.

Teuchi no pudo más que sentir pena por ellas, pues no tenían idea de que sus amados ya habían encontrado a su otra mitad desde años atrás (sólo que les tomó tiempo darse cuenta).

-Aquí está su ramen, chicas. Que lo disfruten.

-Gracias.

Sí, lo lamentaba por ellas, pero siendo sincero Naruto y Sasuke ya habían sufrido demasiado y merecían más que cualquier otra persona ser felices.

 

Quizá podría darles algunas pistas cuando escuchara algo que atentara contra su relación... A Sasuke, claro, debía coincidir con la Haruno en que Naruto era muy despistado. Seguro que el último Uchiha sabría qué hacer (sólo esperaba que no atacara la aldea). Los ninjas solían olvidar la discreción y el sigilo cuando estaban en Ichiraku y hablaban de temas sumamente personales. Tener un local de ramen donde se enterara de todo lo que pasaba por Konoha representaría muchas ventajas que aprovecharía por el bien de esos dos chicos. Claro que también estaría expectante a lo que pudiese ocurrir con el resto de sus clientes y presenciaría en primera fila cómo resolvían sus situaciones. Serían muy entretenidas de observar, o mejor dicho, de escuchar.

 

FIN

THE END

OWARI


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