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Inevitable Fecha. por wearkagain

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Notas del capitulo:

Muy buenas noches a todos los lectore, hoy siendo 11-11-2014; escribo este pequeño one shot dedicado a nuestro espadachín. Espero lo disfruten y no crean haber perdido su tiempo.

Besos y aquí les dejo.

(Todos los personajes de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda)

Inevitable.

 

Despertó como un día cualquiera, pero algo raro sucedía. Conociendo a su propio capitán, este lo hubiera levantado a gritos y abrazos, pidiéndole que jugara con él y luego lo arrastraría para desayunar. Ciertamente se sentía bien, había dormido plácidamente y sin molestia alguna. 

Miro a su alrededor y noto que ciertamente estaba solo, nadie ocupaba sus lugares en su habitación –De solo hombres-. Se rasco la nuca y luego paso su mano perezosamente sobre su rostro, desperezándolo. Se levantó con lentitud y puso los pies en el frío suelo. Bostezo, sí, aún estaba cansado.

Camino hasta el closet propio donde estaba siempre su ropa –Poca que era –, y comenzó a mirar que usar. Según la arpía no tocarían tierra hasta dos semanas, y solo llevaban cinco días en alta mar.

 Tomo sus ropas habituales y agarro una toalla que por sugerencia del estúpido cocinero, cada quien debía de tener sus artículos de aseo personales; aquello no lo entendió, todos eran hombre –Bueno excepto Robin y Nami –y todos poseían la misma anatomía… apartando a Chopper y a Brook. Bostezo nuevamente y gruño por lo bajo; no podía dormir más, tenía que entrenar.

Salió de la habitación y parpadeo al ver que nadie estaba en el prado del Sunny, y es más, si quiera había escandalo alguno, ¿Lo habían dejado solo?...No, no había tierra en ninguna parte. Miro a su alrededor y solo noto la sombra del cocinero ir de allí para halla en la cocina –Gracias al ojo de buey – como siempre, de seguro él sabría algo.

Luego recordó que Sanji se había vuelto tan pulcro que no dejaba que nadie entrara a su santuario a menos de que se encontrase aseado y sin una pizca de sudor, ¿No podía haber sido más específico diciendo que solo lo mencionaba a él?, se levantó de hombros y se dirigió a la torre de vigía. Primero entrenaría y luego tomaría un baño… luego saquearía la cocina y se llevaría consigo tres botellas de sake, tal vez cuatro, ¿Era un pirata no?

Subió hasta el nido del cuervo y dejo las cosas sobre uno de los sofás. Ajusto su faja y se acercó a una de sus pesas de tamaño monstruoso, la levanto como si nada, y comenzó a calentar.

*

*

*

-¡Diablos! –Vocifero y lanzó el jabón por la ventanilla –Mierda… que…asgh… -Rechino los dientes y apretó el puente de su nariz –Maldito cocinero pervertido idiota bastardo afeminado cejas de sushi –Maldijo en todo su esplendo al cocinero; ¡¿Cómo osaba poner un jabón olor a coco en el baño masculino?! Por la culpa de ese rubio había esparcido aquel jabón en su abdomen hasta que el olor llego a sus fosas nasales y lo notó.

Profirió otras maldiciones y colgar a la horca al que invento jabones con olor, era un desquiciado si no tenía suficiente con las colonias. Abrió la llave y dejo que el agua callera sobre su cuerpo, tomo otro bote que había allí, pero esta vez sí se asesoró de que no se tratase de otro con toque dulzón.

No decía nada; vació un poco sobre su mano y lo olfateo, nada. Sonrío y comenzó a enjabonar su cuerpo dado por hecho que el cocinero le iba a reñir por haber mandado a bolar su pasta.

*

*

*

Bajo del nido del cuervo ya vestido y una vez toco el prado, unos brazos se envolvieron en su contorno.

-¡ZORO!

-Capitán… -Recibió de lleno al pelinegro contra su espalda y suspiro, sí hubiese sido hace dos años, los hubiera mandado a volar… como siempre lo había hecho. Agradecía que esta vez tuviese más fuerza y que su capitán dejase de mandar a la gente volando –Sobre todo a él –por los aires y luego se estrellara con lo que fuera.

-¡Zoro! –Esta vez se sorprendió al ver al pequeño reno agarrar su pierna y quedarse allí como sanguijuela.

-Chopper.

-¿Te bañaste? –El menor abrió sus ojos con sorpresa; “Es Chopper, es Chopper, es Chopper…”.

-¡Zoro-san! –Miro su otra extremidad, viendo a Brook colgado de su tobillo… algo extraño estaba sucediendo.

-Zoro vamos a la cocina, quiero probar el súper desayuno de Sanji, ¡Vamos, vamos! –Su capitán se zarandeó en su cuerpo y solo con un gruñido intento dar dos pasos, pero los otros dos lo inmovilizaban. Se quedó estático un momento y prosiguió a dar pasos cortos y pausados. Llego hasta el inicio de las escaleras y luego gruño nuevamente al ver que sí subía, Brook se golpearía contra cada escalón.

-Chicos no puedo con ustedes encima –Hablo, pero parecía que le ignoraban –Luffy, Chopper, Brook –Les llamo y luego se dio cuenta, que los tres se habían quedado dormidos sobre su cuerpo.

Son nakamas, es mi capitán, es el músico… nakamas…”

-¿Qué sucede ahí? –Levanto su mirada encontrándose a la pelirroja que le veía desde arriba –Oh Zoro, buenos días –Su espina dorsal se congelo; la navegante le estaba sonriendo, demasiadamente tierna -¡Muchachos despierten o les pondré una tasa de interés! –Grito y como arte de magia los tres soltaron al espadachín y corrieron directamente a la cocina, gritando y riendo.

Zoro suspiro y agradeció con la mirada a la pelirroja, que nuevamente le sonreía. Todo estaba extraño ese día, sí que sí.

-Vamos, o se comerán tu poción –Eso lo recordó y como bala corrió pasando de la mujer y abriendo la puerta de la cocina, encontrándose con un campo de batalla. Todos intentaban proteger sus platos de Luffy, gritos iban y venían, y varias veces Luffy recibió patadas sobre su cabeza que concluyentemente no lo detenían.

-Oi, marimo de mierda.

-Cocinero pervertido.

-¡Sanji! ¡Carne!

-¡Esto es el desayuno!

Suspiro y se sentó en su lugar, notando que ni plato había. Una vena sobresalió en su frente y estaba dispuesto a gritarle a su capitán. Más fue su sorpresa al ver como el rubio ponía un plato delante de sus ojos.

Onigiris, huevos revueltos, tocino, salchichas y pan tostado.

Escucho una risilla y volteo a ver a la arqueóloga quien bebía un café y le miraba con aquella mirada de saberlo todo. Trago saliva un tanto nervioso y se fijó en el cocinero, que nuevamente gritaba a Luffy.

-¡Quiero! –Vio la mano de su capitán acercarse a su plato. Más un pie lo detuvo.

-¡Que te he dicho de robar el desayuno de los demás!

-¡Pero Sanji!

-¡Nada de peros!

-¡Cállense! –El recinto quedo en silencio y notaron a la navegante en el umbral, conteniendo sus ganas de golpearlos a todos –Excepto Robin y Franky que instintivamente ignoraban a los demás, y Zoro porque era recién llegado –y calmar aquel cuchitril.

-¡Nami-Swan es tan linda cuando se enoja! –El peliverde arrugo el rostro mientras comía parte de su tocino. El cocinero bailoteaba alrededor de la pelirroja y la acompaño hasta su lugar, llevándole su desayuno.

-Gracias Sanji-kun –Cerró sus ojos con molestia e ignoro lo demás, concentrándose solo en comer.

-Parece que ya estamos todos presentes –Río el ciborg mandando miradas fugitivas a las dos señoritas y estas solo se miraron traviesamente.

-No lo ha notado –Murmuro el cocinero pasando a su lado y depositando más café en la taza de la morena y dejando un jugo de naranja a su pelirroja amada.

-No, está al tanto de la situación… yohohoho –Río Brook dejando su taza de té en la mesa y observando al espadachín.

-Que despistado –Murmuro Ussop riendo por lo bajo y también mirando a su compañero. Chopper asintió con sus palabras y solo río aplaudiendo.

-Gracias Sanji… pero creo que nuestro capitán debería de decir algo –Esta vez hablo Robin mirando al pelinegro, quien solo asintió y agarro su sombrero de paja.

El peliverde solo escuchaba y no sabía de quien estaban hablando, siguió con lo suyo hasta que sintió algo sobre su cabeza que le hizo girar la mirada. Luffy le había puesto su sombrero de paja y le sonreía como siempre.

-Feliz cumpleaños… Zoro –Abrió su ojo con sorpresa, ¡Eso era!

-¡Feliz cumpleaños! –Rieron los demás llegando a su lado y abrazándolo. Las chicas se acercaron y besaron sus mejillas. Franky palmeo su espalda con cuidado y le sonrió divertido, Ussop paso su brazo tras su espalda riéndose y diciéndole lo despistado que era, Chopper volvió a saltar pero esta vez a sus brazos con lágrimas en los ojos y diciéndole que le quería mucho, el peliverde solo abrazo al renito de agradecimiento, Brook se acercó y diciéndole feliz cumpleaños prometió esta noche tocar hasta que sus músculos se cansaran… pero claro, él no tenía músculos. Luffy río y despeino su cabello y por ultimo vio al rubio quien fumaba su cigarrillo le miraba y le decía “Feliz cumpleaños marimo de mierda” entregándole una botella de sake.

-¡SANJI, HAZ UN FESTÍN AL HONOR A NUESTRO NAKAMA! –Profirió Luffy mirando a su cocinero y sonriendo como nunca.

-A la orden capitán –Río y les dio la espalda dispuesto a cumplir las órdenes, claro, porque un banquete era un banquete y conocía en gusto de los hombres ante tal celebración. Comer hasta reventar y beber como un ocaso.

*

*

*

Toda la tripulación estaba en su labor de adornar el barco, Robin  y Nami preparaban adornos para poner en todo el barco y a la vez preparar sus regalos para el espadachín, porque debían e admitir que aunque vivieran con hombres que les importaba regalar o recibir regalos, ellas eran mujeres y les gustaba siempre premiar a sus nakamas en sus días. Chopper, Ussop y Franky preparaban fuegos artificiales y miles de artefactos con los cuales divertir a toda la tripulación; claro que Chopper si deseaba regalarle algo a su amigo ya que este siempre lo protegía y se preocupaba por él como la arqueóloga. Sanji en la cocina preparaba de todo y preparaba las botellas de sake y ron que serviría en el centro del prado del Sunny, Brook componía canciones relevantes que contaba las historias de sus peleas y sobre todo las del espadachín, sin duda alguna quería que todos bailaran al compás de sus canciones, Luffy en cambio miraba todo y acompañaba a su segundo al mando  quien dormía plácidamente en la cabeza de león.

Luffy había premiado así a su espadachín principal, porque su puesto era su puesto y nadie se lo arrebataba. Pero esta vez haría una excepción.

-Gracias –El menor miro al moreno quien reía y miraba el cielo, despertando de su siesta.

-No hay de que, eres nuestro nakama de todos modos –Le sonrío y también de dispuso a ver el cielo azul que les cubría.

-No Luffy, agradezco el hecho de que me hayas salvado, me hayas convertido en tu nakama, que hayamos tenido aventurar por doquier y hayamos conseguido a nuestros compañero –Río –Sí no hubieras aparecido ese día, estaría ejecutado –Carcajeo sentándose y rascándose el ojo.

-Bueno tienes razón –Miro hacia atrás notando como sus amigos se movían de un lugar a otro –Se están esforzando.

-No lo necesitan.

-Somos familia, por eso mismo lo hacen.

-Sí.

-¿Qué quieres de regalo?

-¿Ah?

-De mi parte.

-Nada, no necesito esos compliques.

-Venga Zoro, eres mi mejor amigo, debe de haber algo que quieras.

-Bueno… -Vio al menor abrir sus ojos esperando una respuesta –Necesito llegar a una isla pronto, según tengo entendido podría necesitar a alguien que afine mis espadas.

-Eres un mentiroso –Hizo un puchero.

-¿Ah?

-Te he visto haciéndolo tú mismo, no permites que nadie las toque –Lo señalo acusadoramente y Zoro supo que vagamente podría ocultarle algo a su capitán.

-Está bien… es…

*

*

*

Los preparativos estaban hechos; Franky ayudo a Sanji a sacar la mesa y poner el gran festín allí. Las chicas habían decorado muy bien el barco y tenían sus regalos preparados para dárselos a Zoro, Chopper les comentó de qué trataba el suyo. Ussop preparo unas bengalas que lanzaría al cielo y Brook estaba preparado para tocar el feliz cumpleaños. Esperaron un momento y vieron al espadachín aparecer con Luffy saliendo a la cubierta.

Habían pensado bien, Luffy mantendría ocupado al peliverde.

-¡Feliz cumpleaños! –Gritaron e iniciaron a cantar la canción mientras que el espadachín no sabía que cara poner a sus nakamas. Terminaron de cantar y Sanji junto con Ussop bromearon poniéndole al espadachín por lo menos cuarenta años de edad; ganándose una maldición y unos cuantos bastardos por parte del aludido.

-Felicitaciones Zoro –Luffy alzó su botella y sus nakamas le acompañaron mirándolo fijamente -¡Kanpai!

-¡Kanpai! –Y vertieron el líquido en su garganta.

Los fuegos artificiales volaron por los aires y Brook entono una sonata comenzando la celebración. Nami y Robin se acercaron al moreno y entregaron sus regalos, ansiosas de que los abriera, Chopper no se quedó atrás.

-No debían.

-Cállate y ábrelos –Reprocho la pelirroja.

-Vamos espadachín-san –La miro, ya hace tiempo había dejado de llamarle así.

-Zoro, el mío también –Sin más suspiro y recibió los regalos abriéndolos con pereza. Robin le había regalado un nuevo juego de botas –Que por cierto si se le estaban desgastando –por lo que agradeció, Chopper le había regalado un muñeco de madera… ¿Parecido a él?

-Awww –Dijo con ternura la pelirroja y Robin solo sonrío con afecto. Zoro miro al menor quien le miraba con los ojos brillantes esperando que dijese algo.

-Muchas gracias Chopper, lo atesorare –Le dijo y el menor solo salto de felicidad.

-Lo hice yo mismo, no le pedí ayuda ni a Ussop o Franky; pero no digas esas cosas tan tontas cabroncete –Bailo allí mismo y lo vio corres hasta Ussop diciéndole algo.

-Muy bueno de tu parte –Murmuro la navegante –Ahora el mío que no tengo mucho tiempo –Rechisto y abrió la cajita encontrándose una nota; “Te bajo lo que me deben a un treinta por ciento” junto con una bolsita llena de berries –No digas nada, me dolió más a mí darte eso –Lloro fingidamente y agarro a Robin llevándosela a celebrar.

-Je –Tomo la bolsa y la guardo en su abrigo. Fue a su habitación y deposito los otros dos presentes, riendo al ver su “replica” y dejando las botas al lado de su cama.

*

*

*

Todos bailaban, parloteaban, comían y gritaban como nunca. Zoro bebía junto con Franky grandes cantidades de Sake, observando a Ussop, Chopper y Luffy bailar estúpidamente sobre la cubierta. Robin bebía poco a poco ayudando con su fruta a los otros dos usuarios a que no cayesen al mar. Brook tocaba y reía, bailando de un lado a otro. Sanji estaba pendiente de la navegante quien por lo visto estaba siendo arrastrada por el licor y de vez en cuando tropezaba, a lo que el rubio la ayudaba y la depositaba sobre la mesa para que no se tambaleara, pero ella era terca y volvía a levantarse ansiosa.

Todos estaban común y corriente, hasta que Luffy llamo al cocinero para que trajese el pastel.

-Pero Nami…

-No te preocupes Sanji, yo la cuidare –Propuso la arqueóloga también usando su poder en la pelirroja y sujetándola para que se sentara y reposase.

-Gracias Robin-chwan –Gesticulo y se dirigió a la cocina donde poseía un pastel enorme no muy dulzón para el feriado.

-Zoro –El menor se acercó a su espadachín y le dijo algunas cosas en su oído, haciendo que se levantasen y caminaran también a la cocina. Robin se percató de ello y por alguna razón, utilizo su poder para ver de qué se trataba.

*

*

*

Sanji observo el pastel y rebusco entre los cajones unas pocas velas que pondría sobre este. Mientras estaba en eso no sintió cuando dos personas entraban a su templo y se sentaban en la mesa. Una vez encontrada las velas se giró y se quedó observando a su capitán y al espadachín allí mismo.

-¿Qué hacen aquí?

-Solo quiero dar el regalo de Zoro.

-¿Ah?

Más sin embargo vio como el menor estiraba sus brazos poniéndolo en medio. Sanji se giró con velocidad, más fue el impacto de ver como el pastel le cubría el rostro.

-¡Luffy! –Escucho un grito y luego cayó de culo al suelo con rastros de pastel en su rostro. Llevo su mano a la cara y aparto un poco de crema de su ojo, preparado para patear a su capitán.

Lo vio saltar y huir por la puerta de la cocina. Se levantó y se giró, para luego comenzar a reír.  Zoro tenía su rostro lleno de pastel y lo que quedaba de este sobre la mesa. Río con ganas y tomo un trapo para limpiar su rostro.

-Puré de marimo –Río burlón y se acercó al espadachín, dispuesto a limpiar la crema batida; más la mano del moreno lo detuvo y le vio como apartaba un poco de su rostro.

-Esta dulce.

-Lo rebaje, lo más que pude –Dijo –Suéltame, hay que quitar todo esto y luego matar a Luffy por dañar mi obra maestra.

-No.

-¡¿No?!

El peliverde le rodeo la cintura y lo atrajo hasta él, sentándolo sobe sus piernas y mirándolo al rostro.

-Quiero quedarme así.

-Que…qué inventas marimo –Intento alejarse, más el espadachín propuso más fuerza –Zoro… suéltame joder.

-He dicho que no. Es mi cumpleaños, cállate.

-Serás…

-Cejas de sushi –El rubio resoplo y dejo de hacer fuerza. Vio como el moreno dejaba descansar su rostro sobre su hombro y respiraba pausadamente.

-Mi traje se ha estropeado.

-Puedo arreglarlo –Se sobresaltó al sentir la mano del peliverde bajar por su espalda y tocarle el trasero. Se tensiono.

-Ni lo pienses marimo –Reprocho jalándole el cabello con suavidad.

-Venga, es mí día.

-No.

-Por favor.

-Que no.

-Sanji –Ronroneo mordiendo el lóbulo de su oreja y se estremeció. El rubio suspiro, sabía que terminaría cediendo, pero es que… ¡Todos estaban afuera esperándolos!

-Más tarde.

-No, lo quiero ahora –Río.

-Pareces un niño pequeño.

-Solo quiero lo que es por derecho mío.

-¿Desde cuándo lo soy?

-No te hagas cocinero de mierda.

-Zoro, nos están esperando afuera –Intento hacerlo recapacitar y luego sintió como suavemente el espadachín lo soltaba.

-Más tarde –Lo miro a los ojos; sonrío y paso su dedo por la línea que enmarcaba en su ojo. Se acercó y deposito un suave beso allí y luego rodeo con sus brazos su cuello. Besándole los labios con ternura.

El peliverde acaricio su espalda y movió sus labios con la misma lentitud, comenzando a proporcionarle más fuerza y lucidez. Sanji gimió intencionalmente dejando que el segundo a bordo adentrara su lengua en su cavidad y comenzara a degustarle.

Sí, estaba dulzón.

Las manos de Zoro le apretaron sus caderas y allí fue cuando decidió separarse. Sabía que sí seguían con eso, el moreno no se iría hasta haber tenido lo suyo. Se levantó del espadachín y busco en los bolsillos del pantalón su cigarrillo.

-¿Qué hacemos con ese pastel?

-No lo sé. Pero… tendremos que salir y  llevarlo para luego culpar a Luffy.

-Ja.

-¿Por qué dijo que regalo?

-Le dije que te quería a ti como regalo –Dijo sin más.

-¡¿Le dijiste que?!

-Venga, Luffy no pasara de creer que es solo para discutir.

-Por ese lado tienes razón… joder. Venga, límpiate y yo iré a dejar esto –Señalo lo que quedaba del pastel y lo cargaba entre sus brazos –Lleva las velas; por lo menos sóplalas –Remarco saliendo de allí y dejándolo solo.

Sonrío con picardía, agarrando las dichas velas y saliendo de allí. Observando como todos no perdían de vista aquel pastel deformado y como Nami regañaba a Luffy. Se río y bajo de allí listo para soplar las velas y claro, su deseo.

Tener al cejas de sushi empotrado y gimiendo bajo él.

 

Fin.


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