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Cuenta cuentos personal. por Naruke

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Notas del fanfic:

¡Hola gente! 

Es un gusto volver a pasar por estos lugares, espero que les agrade este One-shot que, sinceramente, me costó trabajo escribir.

De igual forma este Fanfic va dedicado a una gran amiga y escritora:Naru o mejor conocida por estos rumbos como TokiitaNaruLoveBK.


Así mismo este Fanfic forma parte de los aportes para el Bombardeo SasuNaru.


Sin más que decir disfruten de este sencillo Fanfic con contenido lemonoso.

¡Saludos!

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son de su respectivo dueño.

Título: Cuenta cuentos personal


Categoría: Humor.



Pareja: SasuNaru.


 



Capítulo Único.


En su vida nunca creyó, incluso cuando era niño, que los cuentos fueran tan magníficos, así como tampoco creyó posible que aquellos reinos lejanos, caballeros, dragones, seres mágicos y cosas imposibles en la vida real pudieran tener tanto impacto en él, y más porque al ser él un joven de porte arrogante, serio e intimidante mas no por eso poco galante, no se creería posible que su mayor afición era eso; Los cuentos.


Pero se preguntaran, ¿Cómo es que aquel joven de diecinueve años gustaba de esas historias infantiles? Y aun para agregarle más gracia al asunto les diré que ese chico es perteneciente a la respetada familia Uchiha, bien conocidos por su arisca forma de ser, mostrándose ante la mayoría de la sociedad como seres tan altivos e inalcanzables, presumiendo, pero sin perder su elegancia, la gran inteligencia y destreza que tienen en cualquier cosa que hagan y él, Sasuke Uchiha, no era la excepción.


Pero entonces siendo él… ¿Cómo es que goza tanto de los cuentos? Pues todo esto se debe a cierto personaje en su vida, a un chico menor que él, de personalidad alegre y divertida que no duda ni dos segundos para mostrar una gran sonrisa y expresarse como a él le viene en gana. Un chico que hace de su vida una aventura y borra de su rostro, por un momento, sonrisas y miradas arrogantes para volverlas cálidas, en ocasiones ¡demasiado cálidas!


¿Su nombre? Naruto Uzumaki, estudiante de preparatoria e igual Cuenta Cuentos en uno de los Centros Comerciales más frecuentado por las familias de distintos sectores sociales, en algo tenía que desahogar ese gran don que tenía para envolver a las personas con sus historias tan llenas de magia.


¡Ah! Y que no se nos olvide,  también es novio desde hace poco más de dos años del arrogante Sasuke Uchiha.


Ya empezamos a agarrar el hilo del porque aquel gusto del menor de los Uchiha por los cuentos, ¿no? Ya que al ser su novio un experto en la magia de inventar, contar, narrar, envolverte y adentrarte a un mundo muy lejos del que conocemos es inevitable que él no haya caído en aquellas dulces garras de las historias ¿infantiles?


Pero, ¿cómo no hacerlo? Si al final al azabache era a quien le contaba las mejores historias por muy sencilla que esta fuera, adentrándolo, en un modo más literal, a esos mundos creados por su alocada mente.


Y si aún no entienden las razones de Sasuke por el gusto a los cuentos en unos momentos lo entenderán...


La noche había caído sobre la ciudad, pasando ese día con gran velocidad para ambos jóvenes. En esos momentos Naruto se encontraba en la casa del azabache en son de visita. Cada uno se encontraba perdido en su mundo, uno viendo la televisión mientras que el otro se mataba la cabeza estudiando, maldiciendo el instante en que decidió entrar a estudiar Medicina.


El de enigmáticos ojos azules ocasionalmente desviaba su mirada del televisor hacía la mesa en la que su arrogante novio se encontraba estudiando y memorizando tantas cosas que él simplemente no entendía ni tenía la intención de hacerlo para luego regresar su atención al televisor con una sonrisa burlona. Le daba gracia como en el rostro casi imperturbable del joven Universitario se formaban gestos de enojo, frustración, escepticismo mientras avanzaba por su dulce tarea de leer el texto que estaba plasmado en las hojas de ese grueso libro.


El tiempo siguió pasando y los padres de Sasuke no llegaban, mientras que ambos seguían con lo suyo. Aunque aquella situación le estaba empezando a hartar y aburrir con creces al blondo, ya la televisión no le entretenía y la visión de los gestos de Sasuke no le daba gracia, así que procedió a perderse en sus aburridos pensamientos en los que una telaraña de incoherencias se tejía, recostándose en el cómodo sillón de la sala que quedaba un poco cerca de donde el azabache estaba.


Siguió tejiendo pensamientos de una importancia realmente mínima hasta que de un golpe se cortaron, haciendo que se incorporara rápidamente volteando a ver con algo de susto al Uchiha menor.


-¿Qué paso ‘ttebayo?- le pregunto el rubio desde donde estaba al escuchar un estruendoso sonido, viendo como este se agarraba sus cabellos negros con frustración, jalándolos, escupiendo miles de maldiciones en todas sus formas posibles, para voltearlo a ver con una mirada digna de un loco causando un pequeño escalofrío en su cuerpo.


-¡Pasa esto!- dijo con voz ronca Sasuke, señalando con furia el libro de gruesa pasta que estaba tirado a unos cuantos metros de él y que había sido víctima de un arranque de furia por parte del moreno.


-Tranquilo-dijo Naruto dirigiéndose hacia donde el otro estaba. Sasuke había acabado con la poca reserva de paciencia que tenía.


-¿Cómo me voy a tranquilizar?-expreso con enojo el otro- Es estresante.


Un suspiro escapo de los labios de Naruto al estar junto al otro, ¿Qué podía hacer para calmarlo? Realmente los humores de Sasuke eran demasiado explosivos. La respuesta vino a él con gran velocidad.


Haría lo que se le daba mejor; contarle un cuento. Una sonrisa que solo conocía Sasuke se formó en sus labios, volviéndose su mirada más brillosa.


-Qué tal si…-comenzó a hablar el menor ganándose la atención del otro que le miraba con duda y con rastro de frustración en su mirada ónice.


-¿Si, qué…?


-Si te cuento un cuento- terminó de decir aun con esa sonrisa que maravilló al otro junto con esa última frase.


-Me parece excelente- automáticamente cualquier rastro de enojo o frustración desapareció de él, levantándose de su asiento siguiendo a su escandaloso novio hasta la sala, ¿Qué cuento tocaba hoy? Se preguntaba.


Sasuke se sentó en el sillón quedando Naruto de pie. Su duda sería resuelta en esos instantes.


-Este cuento es muy corto y sencillo pero te gustara-comenzó a hablar Naruto con suave voz-esta es la historia de un niño y un unicornio, que en una noche fría y tranquila como esta se encontraron.


-¿Cuento nuevo?-interrumpió el Uchiha haciendo que el otro le mirara con un deje de molestia pero contesto su pregunta asintiendo con la cabeza-Que honor el mío ser el primero en escucharlo.


-Siempre lo eres, idiota.


Sasuke no pudo evitar que en sus delgados labios una ligera sonrisa se formara- Continua Naruto.


-Entonces como decía…- el joven rubio retomo su narración ante la indicación de su novio, haciendo algunos ademanes con sus manos y cambiando el tono de su voz a uno más suave y agradable al oído.


-…la historia inicia en un lugar muy lejos de aquí, tan lejos que la humanidad ignora su existencia. Este lugar al estar fuera del alcance de la monstruosa mano del hombre moderno es realmente un paraíso; praderas de un vistoso y colorido verde se extendían a lo ancho del lugar decoradas de forma tan sutil por millones de flores de distintos tipos y colores, flores tan hermosas que uno creería que tal belleza no podía ser real. Ríos, lagunas, montañas, animales. Todo era absolutamente majestuoso que no alcanzan las palabras para describírtelo o simplemente no existen las palabras para hacerlo. Este lugar era habitado en su mayoría por animales y seres que nosotros conocemos como míticos y que un principio, muchas eras atrás, habitaban junto con los humanos. Pero los seres humanos no sabemos apreciar las grandes bellezas que se nos dan, así que antes que estos seres, así como algunos animales, dejaran de existir, buscaron un lugar donde vivir con tranquilidad, donde pudieran vivir a salvo, llegando a ese lugar. Pero no solo ese lugar era habitado por ellos, sino que una escasa población de humanos vivía ahí. Nunca se supo cómo llegaron o cuando lo hicieron, pero al vivir en un mundo tan lejos del trabajo, el estrés, la contaminación, violencia y más, eran personas de corazones nobles y respetuosos de cada cosa que allí había…


-Unas vacaciones allá no harían daño…-dijo pensativo el mayor, interrumpiendo de nueva cuenta a su pareja quien solo se quedó callado viéndole con cierto rencor al interrumpirle. Este solo soltó un suspiro, recostando más su cuerpo en el sillón, para volver a hablar-… No es que no me esté gustando, pero ya termina con los preliminares, pasa a lo importante, ¿sí?


Inflo una de sus mejillas en un gesto de enojo resaltando aún más las traviesas marquitas que tenía- Teme impaciente…


-Complace a tu público- el tono burlón del azabache hizo que Naruto tuviera ganas de propinarle un buen golpe, más opto por ignorarlo, inhalando un poco de aire cerrando sus ojos, recobrando ese punto de inspiración perdido, continuando con el cuento, adelantándose un poco a la historia llegando al punto en que lo bueno estaba por comenzar… o eso intentaba.


-Como decía, en ese lugar se vivía armoniosamente. Pero a pesar de eso, algunos seres míticos se mostraban distantes o cortantes con los humanos, recordando y aun teniendo en mente los actos crueles que eras atrás casi los llevaba a su extinción, entre esos seres se encontraban y destacaban los Unicornios. Seres realmente majestuosos que custodiaban con gran recelo aquel paraíso por lo cual solían mostrarse hostiles ante los humanos, no querían que por culpa de estos su hogar se volviera tan podrido como todo el resto del mundo, pero al estar siempre vigilando ya no disfrutaban de las bellezas del lugar, su actitud a lo largo de los años se volvía más y más hosca, ocasionando que los asombrosos cuernos en sus cabezas se tornaran opacas y débiles, sin esa magia de vida, ya que presa de su orgullo y rencor no absorbían la energía que los habitantes humanos les ofrecían por medio de las emociones que proyectaban, ya que esto, valga la redundancia, era su principal fuente de energía-hizo una pausa para mirar directamente a su único espectador- Y es aquí teme donde va a hacer acto de presencia nuestro querido niño humano.


-Ya era hora-le dijo con una sonrisa de lado, enviándole una mirada profunda que tenía oculto un deseo incontrolable de hacer callar esa deliciosa boca con un fogoso beso, mas sería paciente, dejaría que Naruto continuara; cautivándolo, envolviéndolo y adentrándolo a la historia como solo él podía hacerlo.


El Uzumaki simplemente intento evitar esa mirada que le provocó un ligero sonrojo en sus bronceadas mejillas, para así proseguir con su cuento- El encuentro de estos dos sucedió en una noche tranquila y fresca como esta; humanos, animales y seres míticos dormían con gran armonía cobijados por la delicada luz de luna-hizo una pequeña pausa, alzando una de sus manos que tenía su dedo índice levantado-menos un niño, este corría con júbilo sintiendo un cosquilleo en su pies descalzos por el césped, era la primera vez que salía de su casa a esas horas y se sentía genial. Siguió corriendo con alegría por el lugar, hasta que sin darse cuenta y sin querer evitarlo se encontraba adentrándose en el pequeño bosque rodeado por inmensos árboles, sus pasos cada vez se hicieron más lentos, observando con atención, por primera vez en ese momento, su alrededor. Siguió caminando y caminando, encontrando solo más y más árboles que se ocultaban en las penumbras de la noche, hasta que, sin saber cómo, llego al claro del bosque que era bañado por la luz plateada de la luna, dándole un toque mágico, provocando en el niño gran fascinación, pero grande fue su sorpresa cuando su vista se enfocó en el punto central de ese claro, donde se concentraba más la ligera luz, un Unicornio que parecía dormir plácidamente. En ese momento no supo qué hacer, era la primera vez que veía uno así de cerca, con paso nervioso e intentando no hacer ruido se acercó. Quería conocerlo más, verlo más de cerca y permitirse cautivar por la majestuosidad de ese ser.


Con cada palabra entonada en el último párrafo el menor se fue acercando con pasos lentos y sensuales hasta su novio que en ningún segundo le quitaba la mirada de encima.


-El niño se acercó lo suficiente al Unicornio que era poseedor de un pelaje tan oscuro como esa noche pero tan diferente a su vez, cada pequeña fibra del cuerpo de ese ser desprendía misterio y eso lo atraía. Cuando estuvo a unos centímetros del Unicornio, se detuvo, sentándose en el frío y húmedo césped a causa del roció, para así poder observarlo mejor-a la par que contaba esto con una sonrisa traviesa conjugada con movimientos  provocativos, se sentó en las piernas del azabache quedando cada una de sus piernas a los costados de este, con la deliciosa idea en mente de por fin incluir a Sasuke en el cuento.


El Uchiha no dijo nada, recibiendo con gran placer al de ojos azules en sus piernas, dejando que sus manos vagaran a las caderas del menor, claro, sin desaprovechar la oportunidad de rozar accidentalmente algún otro lugar de ese deseable cuerpo.


-Prosigue-índico el mayor depositando un corto pero ardiente beso en los labios del niño rubio que lo volvía loco.


Naruto haciendo uso de su ya escaso auto control, continúo.


-El niño al sentarse y observar con ojos curiosos y maravillados al ser frente suyo, sin poder detenerse acerco su nerviosa mano hasta él, sintiendo una cálida sensación recorrerle cuando hizo contacto con el pelaje del mítico animal. Le acariciaba con suavidad y temor, no muy seguro de lo que hacía-así como las manos del niño viajaban por el pelaje del Unicornio las suyas hacían lo mismo en el cuerpo totalmente irresistible del menor de los Uchiha, aunque muy distante a acariciar con temor o nerviosismo, Naruto lo hacía con cierto grado de experiencia, deslizando sus dedos por el cuerpo de su novio, repartiendo caricias que provocaban en Sasuke una gran carga de pasión.


-Al cabo de unos segundos- siguió contando sin dejar de tocar y acariciar el cuerpo contrario- el niño perdió el temor y con mayor confianza acariciaba al Unicornio, sin darse cuenta que este había abierto los ojos y lo miraba con gran seriedad, más no hizo nada y dejo que el niño continuara, de alguna forma le agradaba el cálido contacto de ese pequeño humano que no sabía de dónde había aparecido. El niño siguió acariciando a ese ser, hasta que su inocente mirada dio con el débil y opaco cuerno, que sin poder evitar le atrajo y le lleno de más curiosidad, su mano en cuestión de segundos se dirigió ahí, tocando el cuerno, y fue en ese justo momento, en el que los ojos del niño dieron con la mirada oscura y seria del Unicornio, causándole miedo, mientras que este sentía una grata sensación recorrerle su cuerpo hasta concentrarse en su cuerno, que para sorpresa de él y susto del niño, empezó a emitir un ligero brillo. El Unicornio por primera vez, en su aún corta vida, sintió la energía de un ser humano y vaya que era algo magnifico. El niño aún seguía asustado y sujetando el cuerno del Unicornio, cuando sintió que este se movía levemente y una voz grave pero juvenil en su cabeza resonó; “Niño”, fue lo que escucho. El Unicornio se quería comunicar con él, pero no contó con la reacción asustadiza del pequeño humano que provoco que se enojara…-dijo Naruto con cierta malicia lo último, sus manos que antes viajaban traviesas por el cuerpo Sasuke ahora se habían detenido en cierta parte que era cubierta por la mezclilla del pantalón, dando caricias poco pudorosas haciendo que el otro sintiera todo el placer centrarse ahí, disfrutando con gran deleite el cuento hasta que escuchó esa última palabra, ¿A qué se refería con eso?


-¿Enojado?-pregunto con esfuerzo el azabache sintiendo las sacudidas de un placer demencial cubrirle lenta y tortuosamente.


El rubio dejo escapar una cantarina risita como respuesta, para seguir en su tarea de adentrar al azabache en el cuento.


Sasuke a pesar del descontrol hormonal que estaba teniendo a causa de su muy sensual novio, la duda seguía con él y no se callaría…


-¡Naru...!- pero su protesta y dudas quedaron ahogadas en su garganta, siendo retinadas y olvidadas por los jugosos labios de Naruto en un demandante beso, donde sus lenguas entrelazadas creaban la danza perfecta acompañadas por la bella sinfonía de aquellos suspiros y gemidos que dejaban escapar a propósito.


Las traviesas y más que atrevidas manos del menor jugueteaban sobre la tela del pantalón con el miembro semi erecto del moreno, quien con desesperación, cegado por la lujuria,  le estrujaba el trasero y no dejaba que este se separara de sus labios; asfixiándolo en besos, separándose ocasionalmente solo para bajar a la exquisita curvatura de su hombro para besar, succionar y morder queriendo escuchar con gran satisfacción los pequeños gritos cargados de placer que el chico exclamaba.


Poco a poco, sin saber cómo ni cuándo, el rubio se había deshecho del pantalón de Sasuke, quedando este en esos bóxers negros que le estaban derritiendo y en los que un bulto se asomaba, exigiendo atención.


Su deseosa lengua relamió sus hinchados  y rojos labios, mirando fijamente con su azulina mirada ese bulto que traslucía en la tela negra, y sin hacer esperar más a Sasuke con movimientos gatunos se deslizo por las piernas de este hasta quedar hincado. La vista para Sasuke fue de suma excitación aumentándole puntos a su erección.


Los roces que daba Naruto sobre la tela en la que su miembro erguido hacía bulto, eran tan lentos que le enloquecían. Le estaba torturando y de eso era más que consciente el no tan ingenuo rubio, quien se divertía con los gruñidos que daba Sasuke por sus leves caricias. Naruto lo disfrutaba, disfrutaba verlo tan necesitado de sus caricias, de su contacto, de su cuerpo.


Por lo cual era momento de darle a Sasuke lo que exigía entre gruñidos…


En un movimiento inesperado y rápido, dejando atrás la suavidad de aquellas caricias, su mano se abrió paso entre la tela negra tomando el erecto pene del azabache, quien sin poder evitarlo soltó un gutural gemido, sintiendo su sangre arder en su interior, fuertes corrientes invadían su cuerpo, tensándolo.


-Naruto…-fue lo único que pudo pronunciar con voz ronca y amenazante pero ocultando tras esa palabra un ardiente deseo.  La calidez de la mano de Naruto sobre su miembro seguía ahí, sin soltarlo, jugando con él, provocándole. De un momento a otro su bóxer había quedado en el olvido, ¿cómo?, a quien le importaba.


Los sentidos de Sasuke se vieron nublados por una gran corriente de placer cuando sintió el movimiento de la acanelada mano de Naruto que subía y bajaba por toda su longitud, dando ocasionales besos o lamidas en la punta de su pene, escuchando el de ojos celestes con gran regocijo los muy mal disimulados gruñidos y gemidos de placer.


Las lamidas y besos ocasionales cada vez se hacían más frecuentes, hasta llegar el momento en que se le hizo imposible al rubio no seguir deleitándose con el saladito sabor que se mezclaba con su saliva. Su mano paso a acariciar los testículos del Uchiha, mientras su fogosa boca engullía con deleite ese pedazo de carne ardiente y duro. Sintiendo el palpitar de este en su garganta y unas manos intranquilas sobre su rubia y rebelde cabellera queriendo imponer un paso rápido y salvaje.


-¡Agh…! ¡Naruto!-dejo escapar el joven pelinegro en un ronco gemido. La boquita del rubio era una maravilla, todo él era una maravilla. Naruto sentía que los movimientos en su cabeza cada vez eran más rápidos, sintiendo ahogarse, atragantarse con el duro miembro y el intoxicante sabor del pre-semen invadir su garganta.


Sasuke sentía alcanzar el cielo, para él no existía nadie más que él y su Naruto, sus sentidos estaban totalmente embrutecidos y la lujuria reinaba en él. Empezaba a perder fuerzas y deliciosas sacudidas invadían su cuerpo, el final estaba cerca, lo sentía, lo sabía. Pero entonces, ¿Por qué al estar a punto de tocar el paraíso este se esfumo?


En la garganta de Sasuke un  ronco gemido de placer quedo ahogado, sintiendo la confusión pintarse en su rostro y un dolor poco soportable en sus partes bajas que ya no sentían el calor y humedad de la exquisita boca del ojiazul.  A cambio de eso sintió una cantarina risa taladrar sus oídos, el causante de eso era un Naruto que había caído de bruces al suelo al impedir que su amado llegara a su tan deseado orgasmo. La mirada confusa e irritada de Sasuke se posó sobre él.


¿Qué había pasado? Era lo que se preguntaba el más joven de los Uchiha, sintiendo como su paraíso se había alejado de él.


El rubio de cabellos rebeldes no pudo retener otra burlesca risa cuando su azulina mirada vio la molestia pintada en el rostro de Sasuke.


-Naruto-pronuncio Sasuke en un siseo peligroso, exigiendo con esa simple palabra una respuesta ante tan abrupta acción y de paso acallar esa burlona risilla.


Las risas del joven ojiazul fueron cesando en cuestión de segundos, más la sonrisa burlona que adornaba juguetonamente su rostro seguía ahí, mofándose en silencio del actual estado de Sasuke: adolorido y con un palpitante problema entre sus piernas.


-Oh, perdón-hablo el rubio una vez controlada su risa, haciéndose el inocente- yo solo quería que supieras el porqué del enojo tan irracional del Unicornio con el niño…


La voz de Naruto cada vez se escuchaba más como un susurro lejano, su mente estaba en otra parte, analizando la pequeña explicación que le había dado sobre el muyjustificable enojo de aquel Unicornio que no era nadie más que él. Rápidamente saco una conclusión: Naruto se estaba burlando de él. Y que mejor forma de hacerlo que dejarlo con semejante erección.


Sasuke sintió un desagradable sabor recorrer su garganta, era un sabor amargo, era el sabor de sentirse humillado y burlado por su noviecito, el cual seguía moviendo sus labios, parloteando e intentando dar explicaciones convincentes de lo que había hecho. Explicaciones que a él poco le importaban y que ni siquiera escuchaba.


Después de todo no había ninguna explicación lo suficientemente buena para justificar el estado tan ardiente en que lo había dejado.


¡Oh, no! Nadie, ¡Ni siquiera Naruto! Podía jugar de esa forma con él y si quería hacerlo…que se preparara para las consecuencias. Fue el pensamiento vengativo del joven azabache quien en su mirada un nuevo brillo apareció.


Un brillo entremezclado con lujuria, diversión y venganza. Era su turno de enseñarle a ese niño el verdadero poder de un Unicornio.


Una sonrisa prepotente se dio paso en sus labios.


El cuento aún estaba por comenzar.


… … …


Naruto seguía hablando sin parar, justificándose, moviendo sus brazos de un lado a otro, haciendo expresiones graciosas, intentando calmar el instinto agresivo, siempre activo, de Sasuke. Tan concentrado estaba hablando que ignoro como el rostro adolorido y enojado del Uchiha iba adquiriendo una expresión de indiscutible perversión ante los pensamientos que se iban formando en su cabeza.


-… A esto se le llama interacción. Quise que interactuaras conmigo y el cuento. Quería que te sintieras en el papel del Unicornio, esa es mi forma de hacerte parte de la historia y…- la sonrisa y palabras de Naruto quedaron al aire, abandonados en un leve soplido de intriga al sentir una rara sensación recorrer su cuerpo, algo parecido a un escalofrío pero sin llegar a concretarse como uno. Eran aquellas sensaciones que despertaban como un sexto sentido, activando una alerta dentro de nosotros de que algo extraño o malo sucedería.


Y fue en aquel momento en que su mirada de deslumbrante azul puso real atención al joven de cabellos oscuros quien con prepotencia y malicia le dedicaba una sonrisa en silencio. Una pequeña pero muy perversa sonrisa que le erizo los bellitos de su cuerpo.


Él era la fuente de tan extraña sensación. Con nerviosismo paso saliva por su garganta.


El cuento… Aún continuaba y desconocía el rumbo que tomaría.


… … …


 


-Oh, ¿esa es tu forma de hacerme parte de la historia?- pregunto Sasuke con voz enronquecida, conteniendo el deseo que le quemaba por dentro, sosteniendo aun en sus labios aquella sonrisita al ver como Naruto daba inconscientes pasos hacia atrás al verlo levantarse de su asiento, mostrando su aun erecto pene, para continuar hablando- Pues ¿sabes? Yo también tengo una forma de adentrarme en la historia y te la voy a mostrar.


Aquellas palabras sentenciadas por la vibrante voz del moreno alarmaron aún más los sentidos de Naruto, quien, a pasos insignificantes se alejaba del otro joven.


La satisfacción crecía dentro de él al ver la reacción del ojiazul, despojándose de la playera que cubría su fornido pecho, siendo esta la única prenda que restaba por quitar de su cuerpo.


-Sasuke…- soltó Naruto con bochorno, al sentir como su cuerpo chocaba con suavidad con el mueble de madera en el que estaba la televisión y ver como este se acercaba a paso lento pero peligroso hacía él. Muy diferente era que él iniciara con las sesiones intimas a que Sasuke lo hiciera o en este caso, continuara.


Quizá se podía llegar a comparar como un enfermo sexual o violador al caminar tan campante por la sala de su casa en total desnudez con el firme propósito de ir por aquel rubio de angelical apariencia que se pegaba aún más al mueble, intentando en vano escapar de él. Pero no era su culpa el parecer un demente sino era lo que provocaba aquella criatura angelical que no era más que un diablillo travieso que debía hacerse cargo de sus actos y con algunos impuestos.


Ese caminar lento de Sasuke le volvía loco, le dejaba sin aliento, el deseo provocaba que su mente y cuerpo entrara en un estado de estupefacción, sin poder hacer más que arremolinarse lo más que podía contra la madera. Dio un respingo al ver como el azabache ya estaba enfrente de él a menos de un metro de distancia, acorralándolo solo con su presencia, sobresaltándolo con su enronquecida voz.


-¿Sabías que los Unicornios aman vengarse?-inquirió Sasuke ensanchando más su sonrisa- ¿No?- dijo, sin esperar respuesta- Ahora lo sabes.


En cuanto pronuncio lo último se lanzó contra el rubio, atrayéndolo en un fogoso abrazo, sintiendo una dolorosa satisfacción al momento en que su miembro despierto hacía contacto con el cuerpo de su Cuenta Cuentos personal, y como este se sobresaltaba dejando escapar un placentero suspiro.


Naruto se sentía derretir entre aquellos brazos. Aquello provocaba estragos en su ser, y más, al sentir aquel duro y caliente miembro contra él, a penas separados por la tela de su ropa. Sentía como  a un paso acelerado se adentraba a un terreno de total placer que le hacía enloquecer, pero que al mismo tiempo era peligroso. Sasuke quería venganza y él ya había caído en su trampa sin poner resistencia.


Pero, ¿Cómo resistirse ante aquel desvergonzado rozar del cuerpo de Sasuke contra el suyo? O ¿Cómo resistirse a aquellos labios que de un momento a otro se encontraban devorándolo en un beso voraz, salvaje? O simplemente, ¿Cómo resistirse a Sasuke Uchiha?


Fácil.


No había forma de resistirse, Sasuke lo tenía en sus manos.


… … …


Ambos devoraban con gran pasión la boca del contrario, mordiendo ocasionalmente los labios del otro. Sus lenguas danzaban a un ritmo salvaje y húmedo, buscando cada uno imponer su propia danza. Las manos de Sasuke que antes se encontraban quietas en la cintura de Naruto,  ahora recorrían la piel que estaba resguardada debajo de la ropa.


Sus manos viajaban por todo aquel apetecible cuerpo con cierta brusquedad, tocando zonas que bien sabía enloquecían a Naruto, dejando en algunos tramos de su cuerpo pequeñas, circulares y rojizas marcas ocasionadas por sus dedos. Así siguieron por unos minutos más, devorándose los labios y  tocándose con fiereza, como si aquel día fuera el último que se vieran.


Pero aquella magia se vio sustituida por la incertidumbre en el rubio, cuando Sasuke con rapidez, en cuestión de segundos, se separó de sus labios y dejo las caricias de lado, para darle vuelta, quedando la espalda del menor contra su pecho y su redondito trasero contra la dureza de su miembro. Esto ocasiono en Naruto, de nueva cuenta, un estremecimiento y cierto despertar en una parte de su anatomía.


-Naruto…-susurro Sasuke lujuriosamente contra el oído del menor, llevando su manos hasta las caderas del chico, apegándolo más a él, sintiendo ese vibrar sobresaltado del rubio con orgullo.


-Sas…-intento hablar el rubio en apenas un perceptible hilillo de voz, cuando un beso suave en la curvatura de su cuello le hizo soltar un suspiro y callar. No queriendo hacer ningún movimiento para no tener más contacto, en específico su trasero, con el cuerpo de Sasuke.


-¿Qué pasó con el Unicornio y ese niño?-pregunto el de ojos negros y profundos, extrañamente “interesado” con lo que continuaba del cuento. Al escuchar aquello los ojos azules de Naruto se volvieron a abrir y su boca se contrajo en un gesto escéptico- vamos continúalo- dijo de nuevo Sasuke, dando ahora una pequeña mordida a ese tan exquisito cuello. Todo Naruto era exquisito. Un delicioso manjar, que se comería lento.


-¿E-es-estas bromeando?-fue lo único que logro pronunciar Naruto. Cerrando sus ojos.


-Esa misma pregunta pensé hace unos momentos-dijo con burla el azabache, moviendo levemente las caderas de Naruto con sus manos, parecía simular una penetración. El Uzumaki sin poder evitarlo hecho su cabeza hacia atrás, intentando retener un jadeo.


Sasuke sí que sabía cómo torturarlo.


-Vamos Naruto- a esas alturas el de pálida piel era el único que hablaba- ¿qué es lo que pasa después en el cuento? Cuéntame- sus palabras a como salían sus manos hacían mover con ligereza las caderas del menor.


Naruto movió su cabeza  suavemente en una negativa, mordiéndose los labios. Incapaz de pronunciar una palabra, porque sabía que al abrir su boca solo suspiros, jadeos y gemidos saldrían. Aquella visión para Sasuke fue suculenta, aquellas mejillas sonrojadas, ojos fuertemente cerrados y esa boquita fuertemente sellada, era una delicia, y la podía ver gracias a que la cabeza del menor aún seguía echada hacía atrás recargada levemente en su hombro.


-Vamos mi niño-hablo con malicia el único que podía hacerlo, haciendo una pequeña pausa esperando la reacción del rubio, pero esta volvió a ser la misma que la anterior- Si no lo haces no solo seré yo quien quede excitado-hablo con naturalidad Sasuke, quitando una de sus manos de la cadera del chico, deslizándola por la tela del pantalón hasta llevarla donde un visible bulto se dejaba ver, acariciando con suavidad esa zona, sacando en el menor un gran sonrojo quien apretaba cada vez más sus labios- Aunque, ¿sabes? Yo con siquiera me iré excitado pero orgulloso de haberte ganado en tu propio juego.


Aquellas últimas palabras cayeron como un balde frío sobre Naruto, quien relajando un poco su cuerpo irguió su cabeza al frente, dándole a Sasuke la sola visión de su rubio y despeinado cabello, sus labios antes apretados con fuerza se relajaron y con esfuerzo y de forma burlona hablo- E-eres un mal-di-dito.


Una sonrisa irónica se había creado en los labios del rubio al saberse acorralado. Nunca era bueno jugar con un Uchiha y más si este era un amante de la venganza como lo era Sasuke. Sintió como su cuerpo era girado con rapidez de nueva cuenta, quedando cara a cara con el mayor que se veía totalmente satisfecho por su respuesta, a pesar de que esta no había sido más que un insulto a su persona.


-Entonces eso lo puedo tomar como un sí, ¿no?-hablo con altanería y una sonrisa de lado. Susurrando esas palabras en los labios de su rubio.


-Pi-piensa l-lo qu-que quieras-contesto Naruto, intentando contener sus jadeos.


-Vamos, Naruto. Creo que ni tú ni yo queremos seguir con este juego-susurraba contra los labios del menor, haciendo una pausa, para depositar un rápido pero caliente beso- Así que continúa.


Ante eso el Uzumaki se mordió el labio, cerrando los ojos momentáneamente, respirando agitadamente, tratando de recordar en que parte del cuento se había quedado, así como ordenar sus pensamientos y el estado tan agitado en el que estaba para así terminar rápido con eso.


Aunque claro, Sasuke no le dejaría fácil la tarea.


Pasaron unos segundos y los intensos ojos azules de Naruto se abrieron, separando sus labios en el acto, esperando con siquiera formar una oración.


-Como decí-cía- comenzó hablar el menor quien continuo lo que seguía del cuento con dificultad- E-el niño al escuchar la voz del Unicornio dentro de su cabeza soltó asustado su cuerno, provocándole una sensación de enojo al sentir como aquella extraña calidez se alejaba de est…¡mmm!-el menor hizo una pequeña pausa reprimiendo un gemido que fugitivo se iba a escapar de sus labios cuando Sasuke logro deslizar una de sus manos por dentro de su pantalón y sin delicadeza alguna estrujó su trasero, enterrando sus largos y níveos dedos en aquella exquisita piel.


-¡Uh!, que niño tan miedoso-susurro el Uchiha con ironía moviendo su cabeza de un lado a otro de forma negativa.


Naruto intentando ignorar el comentario anterior y aquel descarado toqueteo de los dedos del moreno en sus nalga quien justo en ese momento ya iba al ataque con su otra mano a desabrocharle su pantalón, posiblemente para poder tener más libertad en pasearse por sus glúteos, prosiguió narrando a una velocidad en la que parecía que su lengua se desharía por la rapidez con la que brotaban las palabras de su boca. Su único deseo era terminar con aquel juego y llegar a la parte crucial del “cuento”.


-Pero al Unicornio no le importo que su reacción fuera debido a qué se asustó, a él lo único que le importaba era el volver a sentir aquella mágica sensación de profunda calidez en su necesitado cuerno que solo podía ser otorgado por ese niño, ¡Oh, idiota!-su frenético hablar se vio interrumpido cuando el verdugo que era su novio deslizo la mano que tironeaba de su pantalón para llevarla a su semi erecto pene, y sin preámbulos sacarlo de aquellos escandalosos bóxers de color naranja para juntarlo y frotarlo con su propia palpitante y caliente erección, provocando en el rubio-y en él mismo- una incontrolable ola de ardiente deseo, no pudiendo evitar arquear su espalda, ya sea por la sorpresa ocasionada o por buscar más de aquel exquisito contacto de sus pieles.


Si alguna vez las personas que les rodeaban se preguntaban de qué forma podían lograr silenciar a aquel alocado rubio, ahí tenían varias, eróticas y sencillas respuestas, pensó Sasuke con una mueca de placer en su rostro.


- Te puedo asegurar que el Unicornio no le molesta estar necesitado del niño-hablo con tono sugestivo el mayor cerca de la exquisita curva de aquel acanelado cuello, después de ver que su rubio aún seguía a la deriva ante el sublime océano de pasiones que inundaba su cuerpo pero que al oír la voz contraria se sintió no solo devuelta a la excitante realidad, sino que el calor que antes sentía dentro de su cuerpo se intensifico brutalmente, sintiendo como todo él ardía en un deseo, que si bien conocía, le enloquecía y fascinaba sentir.


No solo el Unicornio estaba necesitado del niño.


Fue el pensamiento de Naruto mientras estrechaba más su cuerpo con el de Sasuke que no hizo objeción alguna. Sus cuerpos ya pedían a gritos más y más contacto, pedían que el autocontrol se fuera si quería al país que se narraba en el cuento o donde quisiera. Lo que sus cuerpos querían era fundirse el uno con el otro y así juntos llegar a un éxtasis que ni las más bellas, sucias o eróticas palabras pudiesen describir algún día.


Y fue esto lo que llevo al joven Cuenta Cuentos olvidar la coherencia o el orden que el cuento llevaría. Al fin y al cabo, ¿A Sasuke le importaba ese cuento? 


Y  así dejándose tocar por el Uchiha, quien aún en medio de su escaso raciocinio y su sentir de venganza, escuchó que le decía en ronca voz entre besos-y algunas mordidas- que continuara con la historia.


Pero, ¿Cuál historia? ¿De cómo es que en unos minutos iban a terminar desatando toda su brutal pasión bajo los motes de Unicornio y niño? ¿O, esto era lo que causaba tanta excitación a la situación? Sea cual fuese la respuesta Naruto le concedió su petición que sin importar si sus palabras iban a ser escuchadas o no,  relato lo que seguía y no precisamente del cuento.


 -Aquella necesidad que tenía el Unicornio la descubrió el niño cuando lo miró directamente a sus oscuros ojos que solos hablaban de aquella gran necesidad por la energía que el niño le podía dar- su voz salía como un susurro cálido cargado de sensualidad y en cada palabra  que sus labios evocaban  sentía como poco a poco iban dando un paso hacía al sillón en el que antes habían estado, sin desaprovechar la oportunidad de tocarse con devoción o, en el caso del joven Uchiha, de retirar las prendas que cubrían ese magnífico cuerpo color canela para así acariciar y marcar cada rincón del rubio sin la restricción de alguna tela- y el niño sin pensarlo mucho decidió calmar el enojo del Unicornio…


-¿Enojo? Más bien yo diría deseo o lujuria-dijo Sasuke dándole un profundo y húmedo beso que segundos después los dejo sin aliento y con un hilillo de saliva que les unía y que se deshizo cuando sus cuerpos ya desnudos cayeron sin delicadeza alguna sobre el sillón.


-Enojo o lujuria, en ti eso es lo mismo-dijo Naruto con burla mientras recostaba el cuerpo del mayor en el sillón, empujándolo por sus hombros al mismo tiempo que él se iba sentando en el estómago del ojinegro sintiendo como todo su interior vibra en otra nueva ola de calor, de deseo… De pasión.


-¿Que te puedo decir? Tu cuerpo me descontrola-contesto el azabache al sentir el trasero de Naruto sobre él y sin pensarlo mucho con una mano le pellizco una de sus nalgas, sacando un gemido de los labios de su hermoso niño- sí, sin duda tu cuerpo me enloquece.


-Idiota-respondió Naruto con una traviesa sonrisa tomando la otra mano del Uchiha con suavidad y sensualidad hasta llevarla a su otra nalga, incitándole a que le acariciaría, pellizcara, o lo que él deseara.


Sasuke empezó a mover ambas manos sobre esas nalgas canelas en caricias y apretones, extasiándose con el rostro sonrojado y el ardor de la piel del menor. El cuerpo de Naruto se balanceaba sobre el suyo, en momentos sentía como el pene del rubio se frotaba entre sus cuerpos. Oh, que tortuosa delicia.


Solo basto el choque del trasero de Naruto contra su erección y el sonar de su nombre en un gemido lleno de éxtasis para dejar de acariciar la redondez de esas nalgas y separarlas, tanteando aquel oculto y pequeño orificio con uno de sus dedos, saboreando en su imaginación aquella estrechez.


-Sasuke…-volvió Naruto a repetir su nombre en un soplido, sintiendo uno de los largos dedos de Sasuke tantear por unos segundos su entrada cuando de forma sorpresiva y tosca dos dedos se habían introducido dentro suyo, comenzándose a mover al instante con fiereza, sacando de sus labios gemidos que de a poco se convertían en gritos pasionales.


Sasuke término introduciendo tres de sus dedos, sacándolos y metiéndolos a su antojo, moviéndolos en círculo o a modo de tijeras, lo hacía simplemente para deleitarse con aquellos sonidos que salían apasionadamente de los labios de su travieso ojiazul. La realidad era que no introducía sus dedos para prepararlo sino que simplemente, aunque sonaba egoísta, le encantaba ver la expresión y los movimientos que hacía cuando sus dedos se movían dentro de él. Era una expresión que sin importar que tan caliente se encontraba le hacía encender más.


-¡Ah! ¡Ah, Sasuke…!-intentaba hablar el Uzumaki entre los fuertes gemidos que salían involuntarios de su boca.


-Dime- contesto seco y con una sonrisa ladina deteniendo de golpe el movimiento de sus dedos, haciendo que el más joven apretara con fuerza sus labios ahogando un quejido en su garganta.


-E-el unico-cornio-consiguió decir Naruto con la respiración aun agitada y los ojos levemente cerrados y acuosos-el unicorni-nio quería volar y-ya no estaba enojado, que-quería volar con el niño.


-¿No son los otros caballos mágicos los que vuelan?-pregunto Sasuke con sorna sacando completamente los dedos del interior de Naruto y reprimiendo en su garganta un gemido provocado cuando el cuerpo de su rubio se había impulsado hacía donde estaba su erección


-Pero él si puede-fue la escueta respuesta de Naruto, no dando lugar a otro comentario satírico del Uchiha.


Las manos de Sasuke sujetaron con fuerza las caderas del rubio. Sus ojos se miraban con travesura y complicidad, era una mirada juguetona, y deseosa de llegar a la última etapa de ese erótico juego.


-Entonces, volemos juntos.


Y tras aquel susurro que fugitivo y enronquecido salió de los labios del Uchiha todo sucedió tan rápido, tan impulsivo. En segundos las manos aferradas a las caderas de Naruto le empujaron con fuerza hacia la palpitante erección.


Un grito de gran gozo, placer y una pizca de dolor escapó de la garganta del rubio al sentir aquel duro pene abrirse paso por su entrada hasta enterrarse por completo en él.


-¡Oh, Sasuke, idiota! ¡ Ah…!-fue la exclamación que dio Naruto mientras arqueaba su espalda al sentir como el Uchiha, sin esperar un segundo, le había alzado de las caderas con fuerza para volverlo a embestir. El joven de cabello oscuro estaba extasiado al sentir el caliente y apretado interior de Naruto, al mismo tiempo que disfrutaba de los eróticos gestos que hacía.


-Eres exquisito- dijo el moreno.


-¡Ah! ¡Muévete más, Sasuke!-gritaba Naruto fuera de sí, moviendo sus caderas para hacer más fuerte las embestidas, para llenarse más y más de Sasuke. Gemidos, jadeos y gritos excitados iban y venían en aquel lugar- ¡Idiota, Sasuke! ¡Ah! ¡Más fuerte! ¡Mmm…!


Los labios de Naruto fueron devorados por los de Sasuke, tragándose sus gemidos, absorbiendo y haciendo suya cada parte del rubio. El beso seguía el mismo ritmo salvaje que las embestidas, ¡que magnífica delicia!


A Naruto le encantaba la rudeza del pelinegro al embestirlo, besarlo, apretarlo, morderlo y amarlo. El dolor y el placer era una mezcla exquisita; adictiva.


Sasuke, en uno de esos impulsos que tanto había tenido en ese tiempo, detuvo por un segundo las embestidas para empujar hacia atrás el cuerpo del ojiazul. Quería llegar hasta lo más profundo de sus entrañas, clavar su pene en él sin piedad.


-Pero, ¿qué…?- dijo el rubio abriendo sus ojos sorprendidos. Ahora su cuerpo se encontraba bajo el de Sasuke, acorralándolo contra el respaldo del sillón y sacando su miembro por completo de su interior, causándole un gran estremecimiento.


-Shh, te partiré el trasero de tan duro que te daré- le respondió con ronca voz, alzando una de las morenas piernas de Naruto colocándola sobre su hombro, dejando colgar la otra en el borde del sillón. Acercó la punta de su pene al pequeño orificio que involuntariamente se contraía al sentirlo- Te destrozaré, mi hermoso niño- susurro entre dientes para volverse a clavar por completo en la cálida estrechez de Naruto, soltando los dos en conjunto un sonoro gemido, vibrando de pies a cabeza.


Sasuke movía sus caderas con ferocidad, alzando las caderas del rubio, mientras que las manos de Naruto estaban en su trasero empujándolo para aumentar la fuerza y profundidad. En ese momento olvidaron dónde estaban, quienes eran, solamente quedó el calor y la pasión, el deseo y la gran necesidad de amarse.


Sus pieles ardían y eran cubiertas por una fina capa de sudor, el aire quemaba y sofocaba sus pulmones, sus ojos eran incapaces de mantenerlos abiertos,  sus bocas y el chocar de sus cuerpos solo proferían obscenos sonidos, sus corazones bamboleaban iracundos dentro de sus pechos, y para ellos, en ese momento, esa situación, no podía ser más perfecta.


 


 


Sus cuerpos se movían de forma frenética profiriéndose placer el uno al otro. Sasuke sentía como las paredes húmedas del rubio se estremecían cuando estaba dentro y cuando su pene se alejaba lo succionaba, lo apretaba, lo absorbía; saboreando la textura, el hervor que se escondía en aquella cavidad y que podía llegar a ser su paraíso, su mundo, su cielo, o en ocasiones, su perdición. Al fin de cuentas, Naruto en su totalidad era todo eso.


-¡Oh, Sasuke idiota!- Aquel glorioso punto dentro de Naruto fue deliciosamente rozado y todo su ser vibró, se retorció bajo el cuerpo de Sasuke, jadeando y moviendo más rápido sus caderas, gimiendo a cada penetración de aquel gran y escurridizo pene.


Y en esa última embestida, en el que el interior de Naruto absorbió con fuerza el pene de Sasuke, apretándolo y ordeñando hasta la última gota de semen, fue en ese breve pero eterno momento en el que sus cuerpos se elevaron hasta la cúspide del placer, donde sus cuerpos y sus almas se volvieron una con el universo.


Todo se había vuelto banal en ese momento, y en la lejanía escuchaban sus propias voces jadeantes gritar un “te amo”. Sus cuerpos cansados cayeron en el sillón, abrazándose.


… … …


Pasados unos minutos de haber culminado, aun estando en la misma posición, la voz de Naruto se dejó escuchar en la estancia apenas en un frágil susurro, manteniendo sus ojos plácidamente cerrados, disfrutando la calidez del pecho de su novio y del palpitar de su corazón  que para sus oídos era una suave tonada-Cuando terminaron de volar, el niño le sonrió al unicornio, diciéndole que junto a él siempre iba a estar para que volaran juntos por los cielos de aquel fantástico lugar, pero también le hizo otra promesa -hizo una pequeña pausa, entreabriendo sus ojos para dirigir su mirada a la de Sasuke, en conjunto con una leve pero pícara sonrisa- …prometió que siempre tocaría su cuerno, fin.


Una sonrisa socarrona se formó en los labios del joven de cabellos negro-me agrada ese final, dobe-dijo con petulancia, depositando un suave beso en su rubia cabeza.


Sasuke sentía una gran satisfacción recorrer su cuerpo; definitivamente el Uzumaki era su cuenta cuentos favorito, y el único, porque lo adentraba a la historia de una forma única, excepcional y ardiente, teniendo todas las veces un final feliz...


O quizá no.


Con un te amo ahogado en su garganta y con sus ojos abiertos más de lo común, Uchiha Sasuke había perdido el color carmín de sus mejillas, junto con todo el calor corporal obtenido por la acción concluida hacía unos minutos. Un frío recorrió su cuerpo, tensándolo casi de inmediato.


Naruto frunció ligeramente el ceño al ver como el semblante y cuerpo del mayor se había vuelto rígido, sintiendo los dedos que antes acariciaban con suavidad su cintura se detenían y tensaban- Sasu…- pero así como las palabras del moreno habían muerto en su garganta, las suyas se disolvieron en el aire, desapareciendo sin ser escuchadas al percatarse  de la presencia de ciertas personas que conocía muy bien.


De pie, a un lado del sillón, se encontraban los señores Uchiha y Minato Namikaze, con una expresión estupefacta, seria y no agradable ante la escena de la que eran protagonistas ambos jóvenes.


Y fue justo en ese instante que el tiempo y espacio volvió a materializarse para ambos de una forma brusca y vergonzosa, sacándoles del paraíso al que habían llegado, dejando a penas rastro de la deliciosa sensación que los había embriagado.


Y es que en esa ocasión, en ese cuento, el final no había sido el deseado.


-Naruto…- fue el seco llamado que hizo Minato entre dientes lo que sentenció el  inicio de una nueva historia con matices más oscuros, y ambos lo sabían.


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Notas finales:

Siguente capítulo:

¿El unicornio sin cuerno? ¿El niño encerrado en una cueva? 

Ok, no, ¡ja ja ja ja! Espero que les haya agradado y el lemon no me haya quedado tan espantoso.

Dejen comentarion, ¿si? Eso alegra mi corazón.

Espero que te haya gustado mucho Naru, ¡eres la mejor!

Y pues nos vemos a la próxima, ¡Viva el Sasunaru! xD


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