Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Yaoi Tales Fairy por ZioneSqualle

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien bien...ya que ya manejo lo de arreglar los cuentos, se acabaron los comentarios a medio cuento .w. Hora de...la bella durmiente...espera, no hay femenino para Aurora .-.

Mejor con el nombre que le colocan...Rosa...Rose :v se pronuncia Ros, no Rous .n.

Saludos

ZioneSqualle

       Hace muchos años, existía un reino. Era gobernado por su amado rey y su reina, y el heredero al trono era el pequeño Stefan, el príncipe. El muchacho era muy curioso, por lo que le gustaba caminar por el bosque, pasear cerca al río, explorar cuevas que iba descubriendo. Fue así como encontró a otro niño, de mas o menos su estatura y edad. 

       El muchacho que encontró se mostró defensivo al inicio, mas luego ambos trabaron amistad. Lo que hacía diferente al fugitivo del bosque eran dos protuberancias prominentes con forma de cuernos en su cabeza, y que sus ojos eran de tres tonalidades: azul los bordes, luego verde, y dorado rodeando la pupila. Era muy guapo, con labios rojos y tersos, y cabello ensortijado. Jugaban juntos todos los días, hasta que surgió la pregunta.

 - Devil...¿sabes besar?

 - ¿Besar? ¿Qué es eso? - el muchacho de aproximadamente 12 años lo miró con curiosidad. El joven príncipe Stefan era de las personas de quien nunca sabías qué esperar.

 - Es cuando...dos personas que se quieren juntan sus labios...o algo así...

 - No lo entiendo... - se agitó los rizos que le llegaban a la nuca.

 - Algo...como esto - acercó su rostro al del chico con cuernos, para luego rozar ligeramente sus labios.

       El pelinegro se sonrojó. Aquel fue su primer beso, y aunque se besaron muchas veces en los proximos años, nunca perdonó a Stefan lo que hizo a sus 18.

 

 

 

 - Mira, ya no quiero nada que ver contigo - Stefan usaba un tono duro y frío que hacía que parezca otra persona.

 - Pero...¿por qué? - Devil, quien lo recibió con alegría hace unos minutos, ahora se encontraba contrariado.

 - Ahora estoy enamorado...de una mujer, y creo que este tipo de relación insana no lleva a nada

 - Está permitido en tu reino, no tienes que recurrir a mentiras

 - De todas formas, simplemente espero no volver a verte - Stefan se marchó dejando a su espalda el corazón destrozado de un hechicero joven, y con sólo el cascarón intacto.

 

 

 - Es un bello niño

 - ¡Es un niño!

 - Tiene los ojos de su madre...y el cabello es rubio, es bellísimo.

 - ¿Un niño? - a sus 18, Devil había planeado con cuidado su venganza. Vestido con una larga túnica negra, y con un bastón con una piedra de ámbar en la punta, hoy era el día en el que haría que su antiguo amor pagara por los daños que le había hecho.

 

 

       Luego de mostrar al niño ante el pueblo, y de que las hadas le dieran sus endiciones (belleza, una voz melodiosa, felicidad) hub un estruendo en la sala, y una humareda verde lima apareció, transformándose en Devil, quien con paso lento se acercó a los tronos reales.

 - Vaya vaya - rió ligeramente al decir aquello - Que gran celebración...La realeza, la nobleza, la plebe - giró el rostro hacia las hadas, dedicándoles una sonrisa burlona - Qué singular...la gentuza también.

 - ¿Qué haces aquí?

 - Pues, a pesar de no haber llegado mi invitación, quise darle también un don al niño...

 - ¡No! - las personas se alarmaron al ver la reacción del rey ante aquel desconocido.

 - ¿Ah...si?

       Devil se acercó a la cuna, donde un pequeño bebé sonriente descansaba. Lo miró fijamente unos instantes.

 - El niño...crecerá en gracia y belleza, cantará como los ángeles, y será adorado por quien lo conozca. No sufrirá ni una sola vez en toda su vida...

 - Es un don maravilloso - la reina lo dijio en un tono tan dulce, que a Devil le dió una punzada de remordimiento.

 - Pero...al cumplir los 16 años, antes del atardecer - giró hacia el público, para continuar...

 "La rueca es muy mainstream (?"

 - El corazón dejará de latirle, y entonces se sumirá en un sueño eterno, del cual sólo un beso de verdadero amor podrá sacarlo - terminó su oración, para luego desaparecer en una humareda verde lima.

 

 

       Como ya se sabe en la historia, las 3 hadas fueron encargadas de cuidar al niño, mas eran tan incompetentes, que el mismo Devil tuvo que ser su niñera. En los días calurosos lo abanicaba, lo alimentaba cuando las mujeres no lo hacían, y lo acunaba si lloraba en las noches. Mas a pesar de aquellos actos, seguía teniéndole un eterno rencor al niño. Pensaba que era producto de la traición de su padre. Lo que no sabía era que aquel rencor poco a poco se iba disipando, puesto que el hechizo había dicho que todo el que conozca al pequeño príncipe lo amaría. La mayor seña de esto fue cuando al pequeño Rose una rama le hizo una horrible herida en la pierna, no muy profunda, mas sangraba fuertemente.

 - ¡Tías! ¡Ayuda! - el pequeño, que ya tenía 10 años, se encontraba tendido en el suelo, esperando que las hadas, quienes estaban durmiendo su siesta, lo acudieran.

 - Niño tonto - Devil se apareció, al ver el estado de la pierna del niño - No debes correr por estas zonas, las espinas son muy altas...

 - Tú eres...

 - No importa, quédate quieto - posó su mano sobre la herida del niño, mientras su magia hacia el trabajo de curarlo. Antes de terminar, sintio dos manos sobre sus cuernos - ¿Q-qué haces?

 - Son bonitos... - el muchacho tocó su cabeza - Debes ser especial para tenerlos.

 - Oye oye - hincado en una rodilla, Devil suspiró ante aquel mocoso - No deberías ir por allí tocando a la gente...y soy mayor que tú...debes tratarme de usted

 - Pero ya te conozco - el rubio rió - Tú eras el que me cuidaba de niño...aún recuerdo cuando cantabas fuera a mi ventana, sólo para que yo me duerma, y cuando dejabas dulces en los marcos de las puertas cuando mis tías no me daban de comer.

 - Ah...¿sí?

 - Claro - sonrió abiertamente, para luego incorporarse, con la pierna ya curada, y rodear con sus bracitos el cuello del hechicero - Siempre quise encontrarte.

       En el mayor ocurrió un sonrojo, mientras apretaba contra su cuerpo al niño. Sin pensarlo, le había dado un pase directo a su corazón.

 

 

       Rose creció, tal y como dijo el hechizo, en belleza y felicidad. Todas las tardes, iba al bosque, donde Devil lo encontraba, y charlaban incesantemente, hasta la hora del atardecer. Ambos eran buenos amigos. Devil no podía envejecer, por lo que siempre mantenía su figura lozana de un muchacho de 18 años. Mientras tanto, el rostro de Rose se volvía más maduro con el pasar de los días. Ambos eran inseparables, y en el corazón frío de Devil, empezó a surgir la llama del amor. Mas perdió esperanzas al ver a su pequeño niño con aquel extraño.

 - Hola... - el muchacho de cabello marrón bajó de su caballo, al notar un chico rubio camianr por el bosque - ¿Estás perdido?

 - No - se maravilló del rostro de aquel joven, alto y gallardo, quien le sonreía con unos dientes blanquísimos - Vivo cerca de aquí

 - Ya veo...esperaba que pertenezcas a la nobleza, tienes un rostro muy...bien parecido

 - G-gracias...no eres de por aquí, ¿verdad?

 - No, vengo de otro reino, tengo asuntos que atender con el rey de aquí...

       Pasaron largo rato conversando, y en todo ese tiempo Devil deseó pulverizar al joven de cabellos marrones. Se alegró enormemente cuando el muchacho finalmente se marchó.

 - ¿Y bien? ¿Interesante el sujeto?

 - ¿Eh? - Rose giró el rostro hacia su mejor amigo, para luego sonreírle - Pues...si era alguien interesante - se ruborizó ligeramente - Prometió que volvería pronto.

 - Ya veo... - giró para irse - No confies en él, yo lo hice una vez y salí muy mal herido.

 - ¿Sí? ¿Con quién?

 - Con un rey...me dejó por una mujer...

 - Ya veo...¿era el que manda ahora?

 - Sí

 - Oí que se volvió loco...perdió a su hijo en un maleficio hace años

 - Su hijo no murió...

 - ¿Entonces? - antes de continuar caminando, Devil se giró y puso su mano en la mejilla del rubio.

 - Tú eres aquel pequeño...y el del maleficio soy yo...

 - ¿Q-qué? No bromees así...

 - Es cierto...

 - Pero...estoy por cumplir 16, mañana los cumpliré...

 - Lo sé, y lo lamento pero...de esto yo no podré salvarte...

 - Devil... - las lágrimas cayeron del rostro del muchacho, mientras corría hacia el palacio, buscando un refugio en la que fue su anterior casa.

       El chico con cuernos se mantuvo en su lugar, para luego caminar detrás del muchacho rubio al que tanto amaba.

 

 

 

 

 - Es el príncipe...

 - Sin duda

        Encerraron al muchacho rubio en una alcoba, mientras el rey le explicaba la situación. Todos estaban ajetreados, por lo que nadie notó cuando el muchacho pelinegro llegó. Pasaron varios minutos, antes de que Rose se quedara solo en su alcoba. Y varias horas antes de que se cumpliera lo acordado hace ya tantos años.

       Mas a pesar de todo, el corazón de Rose se detuvo, haciendo que sufra una fuerte presión, y luego cierre sus ojos en aquella cama. Pasaron algunos días, donde la gente desesperada buscaba personas o médicos que lo ayudaran, ya que parecía dormido. Incluso aquel príncipe errante que conoció en el bosque vino, mas su beso no tuvo efecto. El rey y la reina e sumieron en la depresión, por lo que la gente andaba con un aura triste. El que más sufría era Devil, quien todos los días se ocultaba en las sombras para verlo. Al séptimo día, decidió que ya no podía hacer más.

 - Lo siento... - unas cuantas lágrimas cayeron de su rostro, mientras acercó sus labios a los de aquel muchacho que tanto amaba. Le dió un beso, en pelna madrugada, y se mantuvo sentado en la cama unos momentos, cuando sintió un movimiento ligero.

       Era su momento. Había esperado tanto por aquello. El muchacho levemente abrió sus bellos ojos verde azulados, como intentando comprender lo que estaba sucediendo. Posó sus ojos en aquel ser pelinegro. En un principio no  lo reconoció. Su mirada perdida hizo que el joven eterno con cuernos perdiera las esperanzas. ¿Mi hechizo le borró la memoria?, pensaba preocupado. No, no podría ser. Lo había descubierto hace unos minutos. Al rozar con sus labios aquellos labios rosáceos del príncipe dormido, supo que era amor verdadero. Aquella presión en su pecho, el nudo en la garganta, las lágrimas que derramó al ver que Clarence no logró reanimar a su amado Rose no le importaron. Si el pequeño príncipe logró amarlo alguna vez, quizás lo volvería a hacer. Y si no, entonces se encargaría, tal y como hizo cuando Rose era un niño pequeño, de encaminarlo al camino de la felicidad. Poco a poco, los ojos opacos recobraron aquel hermoso tono verde esmeralda, igual al césped en primavera.

-          ¿Devil?

       El chico de cuernos sonrió abiertamente. La vista se le tornó borrosa, mientras el dolor en su pecho, que lo mortificaba desde hace varios años, se disipaba. Unas lágrimas solitarias cayeron silenciosas por su mejilla, mientras la alegría se desbordaba por aquellos lagos negros.

-          Sí…soy yo – se lanzó hacia el muchacho, abrazándolo como si su vida dependiera de ello. Esta vez las lágrimas no se detuvieron - ¡Eres tú!

       El rubio correspondió, mientras por su mente pasaban los recuerdos de lo que pasó en su sueño. Quizás no podía ver, mas sí lo escuchó todo con claridad. Antes de formular alguna de sus miles de preguntas, un roce en los labios lo detuvo. Sintió una ligera presión, mientras su corazón se aceleraba y sus mejillas adoptaban un tono rojizo como sus labios. Devil estaba dándole un beso, uno de verdadero amor. Duró poco, mas transmitió las respuestas que el muchacho necesitaba.

-          D-devil…

-          Lo siento…al principio, pensé que vengaría un amor pasado…mas luego… - el mayor tenía las mejillas húmedas, producto de las emociones vividas hasta hace unos instantes – Te conocí, y supe que lo que pude haber amado antes no se comparaba a lo que sentía por ti ahora.

-          Yo…no sé que decir

-          Si no aceptas mis sentimientos, lo entiendo – bajó la vista unos instantes – Mas debes recordar que yo siempre buscaré lo que sea que pueda hacerte feliz.

-          Yo… - miró al suelo, como buscando las palabras necesarias. Un calor intenso lo recorrió de pies a cabeza, y entonces supo qué responder – Yo quiero estar a tu lado, pase lo que pase. No quiero a nadie más que a ti.

-          Rose… - ambos se acercaron al otro, quedando a pocos milímetros de los ansiados labios – No sabes lo feliz que me siento.

 

       Se dieron un cálido beso, uno puro e inocente, intentando mostrarle al otro lo más profundo de sus respectivas almas. Poco a poco se fue profundizando, mientras enredaban sus dedos en los cabellos del otro, para intentar fundirse en aquel acto. Las bocas se entreabrieron, y unas tímidas lenguas juguetearon primero simplemente tocándose lentamente, para luego danzar juntas en una forma dulce y excitante a la vez. Devil acarició el torso de aquel muchacho, mientras lentamente levantaba la camisa blanca con la que el rubio iba vestido. Paseaba su mano arriba y abajo por la espalda del chico, rodeando aquella fina cintura, y luego subiendo por el pecho hasta la clavícula, donde se detenía y volvía a repetir el recorrido. Rose por su parte rodeaba el cuello del pelinegro fuertemente, respirando algo agitado por el contacto con la piel de aquella persona que lo conocía tan bien.

-          Rose…necesito que me digas si quieres continuar – jadeó al decir aquello – No creo poder aguantarme más si te sigo tocando.

-          Hazlo…digo, hagámoslo – sonrió tímidamente. Aunque no lo demostrara, estaba sumamente avergonzado, y la única señal de ello era el rubor de sus mejillas – Por favor, s-se gentil

-          Lo intentaré – acercó su rostro a la mejilla del muchacho, para lamerla lentamente, y susurrar en su oído – Sólo avísame si te hago daño.

-          E-está bien – se estremeció ante aquellas palabras.

El mayor acercó su mano hasta la tela del pantalón, adentrándose en él, para luego acariciar levemente el miembro del menor. Escuchó sus jadeos, mientras tomaba más confianza en el acto y lo rodeaba, moviéndolo más rápido. El menor buscó sus labios, para luego continuar intentando fundirse en el otro. Devil se inclinó, y empezó a recorrer el cuello de Rose con delicadeza, dejando ligeras marcas rosáceas en su camino. Rose movió un par de veces las caderas, haciendo que la pelvis del chico con cuernos rozara su entrepierna, mas luego paró, avergonzado de lo que estaba haciendo.

 

-          ¿Qué pasa?

-          Esto es… - se sonrojó sólo con pensar en lo que iban a hacer. La idea de que aquel pelinegro lo estuvo masturbando hizo que cerrara los ojos con fuerza y se cubriera el rostro con las manos.

-          El acto de amor más grande que existe o existirá…es entregarse por siempre a la persona que amas – lentamente retiró las manos del rubio, para verlo con aquella mirada de eterna sabiduría, y darle una cálida sonrisa – No sabes lo avergonzado que me siento.

-          Estás sonrojado – el menor observó las mejillas rosas de Devil.

-          Es que ni en mis mejores sueños pensaba con tocarte de esta forma…y… - le dio un beso profundo, ante la sorpresa del joven. Se separó unos instantes después – Estoy tan contento de que hayas accedido a esto, y que me hayas aceptado…eres mi mayor deseo.

-          Devil… - el menor sonrió, conmovido, con lágrimas de alegría en sus ojos.

 

       Ambos continuaron acariciando el torso desnudo de su pareja, mientras se desprendían lentamente de sus ropas interiores. Cuando estuvieron completamente desnudos acariciaron sus miembros mutuamente, frotándolos el uno con el otro. El mayor empezó a acariciar el trasero del rubio, masajeándolo lentamente, para luego ingresar uno de sus dedos en la abertura de Rose. Entró y salió lento, mientras el menor gemía en voz baja. Insertó otro, y los movió en tijeras, con la finalidad de que al momento de ingresar, el muchacho rubio no sintiera dolor. Tocó por accidente el punto del placer, a lo que el de cabello dorado se arqueó, jadeando intensamente.

-          ¿Q-qué pasa?

-          A-ahí…es… - jadeó, mientras se recuperaba de aquel choque eléctrico que recorrió su cuerpo entero.

-          Ya es momento…

-          Hazlo…quiero pertenecerte sólo a ti…

 

       Con el muchacho sentado en sus piernas, frente a frente ambos, alzó las caderas del joven para luego acomodar su miembro en aquella abertura, insertando la punta primero.

-          ¿T-te duele? – el mayor cerró uno de sus ojos, intentando controlarse para no ir de golpe.

-          Un poco… - el menor se aferró al cuello de su pareja, mientras bajaba un poco más, hasta acostumbrarse por completo a tener al miembro dentro de sí.

-          Si te hago daño, dímelo, y me retiraré de inmediato.

-          N-no…está bien

Antes de continuar moviéndose, Devil aseguró la cintura de Rose en sus manos, para moverla suavemente, adelante y hacia atrás. Rose lo apoyó impulsándose ligeramente, para poder ir de arriba abajo. Iban a un ritmo lento, cosa que les aseguraba que no se dejarían llevar por la lujuria. Poco a poco aquellos gemidos tímidos empezaron a subir de tono, más sin pasar a ser escandalosos. Para ambos se sentía tan bien, que querían quedarse así para siempre. Siguieron lento, entrando y saliendo.

-          R-rose – jadeó en el oído del rubio, mientras unos gemidos bajos y graves salieron de sus labios – Voy a terminar…

-          Y- yo también…

-          R-rose…te amo…te amo… - repitió, como si el muchacho no pudiera escucharlo.

Apretó al rubio con todas sus fuerzas, mientras vaciaba su semilla dentro de él, gruñendo. El menor hizo lo mismo, manchando los pechos de ambos. Gimió altamente, respirando agitadamente, para luego calmarse, e inclinarse sobre el pecho del pelinegro. Devil salió del muchacho, para dejarse caer en la cama, aún con el joven abrazado a su pecho, aferrándose a aquel recuerdo.

-          Rose…

-          ¿Sí? – alzó su cansada vista.

-          No te marches…

-          Nunca…me quedaré a tu lado…hasta el resto de mi vida…

       Durmieron juntos aquella noche, deseando que la mañana nunca llegara, mas a su vez contentos e que aquel tiempo de tristeza haya terminado.

Notas finales:

Upupupu creo que se ve bien...ahora el cuento que viene es...el gato con botas .-. Humm, creo que un chico nekonomimi no se vería nada mal :3 Ustedes qué opinan? Nos vemos en el siguiente cuento!!

Saludos

ZioneSqualle


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).