CAPÍTULO 4.
–Me gustaría decirle a Loki que me enamoré de las hermosas bubis que he dibujado yo, y que un dibujo tan estúpido como el que realizó él, no podría gustar a nadie –dijo Thor.
Quienes aún permanecían en el salón guardaron silencio hasta que Thor terminó de decir lo que pensaba. Poco tiempo hizo falta para que algunos empezaran a abuchear y a burlarse. Loki solo pudo apretar fuertemente el puño por la impotencia y rabia que sintió. Sin duda, ese oxigenado era el tipo de persona que detestaba: siempre queriendo ser el centro de atención con comentarios insulsos para caer bien a los demás.
–Hahahaha, ¿acaso te comieron la lengua los ratones, Albinito? –preguntó Thor mientras se agarraba la panza para apaciguar su carcajada. Aunque de veras le había gustado el dibujo de Loki, se trataba de ÉL y debía vengarse, a como diera lugar, de que lo ignorara.
Loki, al escuchar tal ofensa hacia su persona por parte del rubio, no pudo sino intentar agredirlo. Pero el profesor fue más rápido y lo contuvo antes de que llegara a tocarlo siquiera.
Todas las directivas de la universidad eran conscientes de que el padre de Thor era uno de los más generosos al ayudar económicamente a la universidad, por lo que el chico gozaba de ciertos privilegios. Sin duda, golpear a Thor Odinson podría significar el fin de un estudiante tan prodigioso como lo era Loki, así que lo detuvo. Aunque ganas no le faltaron al profesor de poner él mismo, en su sitio a ese idiota.
Los estudiantes antiguos estaban expectantes ante una pelea entre el nuevo estudiante y el famoso Thor, mientras que los nuevos solo agarraban sus cosas y se marchaban al no saber qué hacer o cómo actuar.
Thor no podía dejar de reír al ver la furia en esos ojos esmeralda.
–Loki, en las aulas de clase y en todo el campus están completamente sancionadas las riñas entre los estudiantes. Quedas advertido –el profesor suspiró y señaló a Thor, endureciendo su semblante–. Y en cuanto a usted, señor Odinson, debería aprender a respetar más a su compañero que, según supongo, ni conoce todavía.
–Profesor, solo he dado mi humilde opinión –la voz de Thor sonó cínica, tranquila, socarrona. Tenía la actitud típica del hombre confiado. Se relamió los labios con aire galante y añadió haciéndose la víctima–: Ha sido él quien ha intentado agredirme. Usted mismo fue testigo de cómo, en vez de intentar dialogar, se me echó encima cual salvaje.
El profesor miró a Thor y a su despliegue de arrogancia, negando con la cabeza. ¿Cómo podían existir aún chicos tan idiotas que, sin saber de antemano la reacción de la otra persona, ya daban por hecho que debía aguantarse todo?
Dándose cuenta de que el profesor no haría nada en contra de las excusas baratas ofrecidas por Thor, Loki se conformó con recoger su bolso del asiento y se fue caminando sin siquiera voltear a verlos. La verdad ya estaba cansado de todo eso y tenía otra clase a la que asistir.
–Vea, profesor, vea nada más cómo se cree superior al resto y nos da la espalda dejándonos aquí. No hace ni el más mínimo intento por arreglar la situación –continuó Thor lleno de furia. Nunca imaginó que Loki tendría las agallas para dejarlo de lado como si fuera un cero a la izquierda. Su orgullo no iba a tragarse semejante demostración. Ya vería–. Estamos aquí dialogando y se va así y… –el profesor le hizo seña a Thor para que guardara silencio.
–Escúchame, Thor, escúchame bien porque te diré esto una sola vez. En mi clase espero no vuelvas a hacer un comentario así referente a Loki. Olvídate por completo, si es posible, de que existe –le advirtió Jean Pierre, mientras suspiraba–. Hazle la vida más fácil, ¿sí? No lo hagas meterse en problemas con tus amigos influyentes. Loki, aun si hubiese querido decirte algo, no habría podido porque es mudo. Entiendes eso, ¿no? Sé que eres un chico muy listo y no lo molestarás más. Solo ignóralo –terminó de contar el profesor antes de hacerse con su carpeta de encima del escritorio y dejar atrás a un Thor perplejo.
De todas las posibilidades que se le pasaron a Thor por su, a veces muy impulsiva y estúpida, cabeza, nunca hubiese dado con que su nuevo compañero no pudiera hablar. Ahora se sentía un completo imbécil pero era raro pues se sentía tal vez un poco feliz y aliviado al mismo tiempo. Creía, mientras sonreía tontamente, que después de todo, eso explicaba el por qué no le había respondido ese día la pregunta. Riéndose de su propia estupidez, salió del salón pensando en cómo recompensar a Loki para que fueran amigos.
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– Hola, Jarvis, ¿han llegado ya los otros chicos? –preguntó Bruce Banner al mayordomo de la familia Stark–. Me mandaron un E-mail para que nos reuniéramos aquí.
–Efectivamente, joven Banner, aquí están el señorito Odinson, el señorito Barton y el señorito Rogers –contestó Jarvis–. Ahora mismo se encuentran en el Salón de juego. Pase –indicó con un gesto y procedió a conducirlo al mencionado lugar. Al llegar, lo anunció de la misma manera formal con que lo había recibido.
En efecto todos sus amigos estaban ahí y se encontraban jugando pool. Qué bobos podían llegar a comportarse Steve y Tony, lo saludaron inmediatamente, aunque Thor y Clint estaban embebidos discutiendo de algo sobre lo que indagaría después.
–Bueno, bueno, bueno, ya dejen de discutir que ya estamos todos completos –Tony llamó la atención de Thor y Clint–. En serio, dejen de pelearse que quiero hablarles de algo muy importante.
–Oh, cierto, Tony. ¿Por qué cortaste con Pepper? En serio eres un burro –farfulló Thor. Con tantas cosas que estaban pasando a su alrededor a causa de cierto pelinegro, había olvidado preguntarle a su amigo.
–Si me dejaras hablar, Beach Boys, explicaría en parte algo de eso y otras cositas más –terminó de decir Tony. Sus amigos nunca esperaban que se callara. Él les confesaría algo realmente importante en su vida–. Bueno, como venía diciendo, como todos saben, mi relación con Virginia era más amistad que…
–¿En serio solo eran amigos? –le atajó Clint–. Pensé que iban en serio.
–Cálmate, Tony, respira –era lo que se repetía el chico para no golpear a su amigo. Intentaba hablar y lo interrumpía. ¡Cómo odiaba eso!–. Me vuelven a interrumpir y los echo a todos de mi casa, ¿ok? –ya a la final nadie dijo nada–. Muy bien, como les decía, ya éramos solamente amigos y pienso que debo ser sincero con ustedes. Terminé con nuestra buena amiga porque estoy interesado en otra persona… ya saben –levantó una ceja–. Y… Steve –dijo mientras con su mirada buscaba ayuda del rubio.
–Así es, chicos, Tony y yo empezamos una relación hace nueve días.
El silencio reinó entre todos y es que creyeron que se trataba de algún tipo de broma retorcida de Tony quien quizás había convencido a Steve para que fuera participe de eso. Pero no. Los dos estaban serios. Clint dijo rápidamente que por él no había problema, mientras fueran felices estaba bien. De todas formas su novia odiaba a los homofóbicos y él no tenía inconvenientes con la homosexualidad. Bruce, por su parte, solo se encogió de hombros y murmuró que aquel asunto era enteramente de su elección. Pero NO, Thor no lo aceptaría. Eran sus AMIGOS, eran compañeros de irse a follar a los clubs, no eran maricas, eran machos dominantes, y así se los haría saber.
–¡¡Dime que esta es otra de tus estúpidas bromas, Anthony!! Dilo… -le gritó Thor jalándolo de un brazo.
–Thor, esto no es una broma –fue lo único que dijo Steve, mientras separaba a Tony del rubio. Nunca había visto a Thor tan afectado.
–Si esto es verdad, búsquenme cuando recapaciten –fue lo último que exclamó Thor antes de dejar la casa de Anthony Stark. Eran amigos de la infancia y le dolía perder esta amistad de esta manera pero no aceptaba que sus dos mejores amigos fueran ahora novios.
Y no lo aceptaría, hubiese preferido en ese mismo momento que se clonara Natasha Romanoff y ambos anduvieran de novios con sus clones. Ah, no, pero les tenía que dar por volverse maricones.
Realmente no entendía en qué momento ese par se habían involucrado de esa forma, si esa misma mañana había hablado con Steve y lo había visto como siempre. Qué estúpido fue. Ya buscaría la manera de separarlos o entenderlos, mientras tanto su cabeza estaba hecha un lío.
Continuará…