Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Circo, maroma y teatro por unos boletos por Angelneverchange

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No tengo nada en contra de Bruno Mars, en serio. Es sólo que lo pongo como una experiencia propia (?)

Después de tanto tiempo regresó con este one-shot.

Disculpenme por mi redacción y ortografía tanto tiempo fuera de la lectura me trae perdida ja ja ja

Es parte del "Bombardeio SN"

¡Los personajes son de Kishimoto! Los tomo por pura diversión pervertida (?)

Le resultaba molesto el simple hecho de que estuviera ahí, afuera de su casa, gritando repetidas veces su nombre a esas horas de la noche…Bueno, no era tan tarde pero bien sabía aquel tonto que su hermano mayor, Itachi, se tenía que dormir temprano por cuestiones del trabajo. Lo estaba haciendo adrede. Desde la mañana le había dicho que no iba a ir al mugre concierto tras su invitación ¿Por qué insistía tanto? ¡¿Por qué?!  A él no le agradaba del todo ese tal Bruno Mars. A lo mucho había escuchado una que otra rola –que por cierto, están buenas–, pero no era tanto su afán de querer ir brincar, volverse loco y cantar a grito abierto las malditas canciones. Eso no era lo suyo, bien lo sabía Naruto.

 

– ¡Demonios!  ­–masculló el menor de los Uchiha mientras se tapa la cabeza con la almohada, tratando de aminorar el ruido que hacia su tan molesta pareja – No se va a detener –chilló en medio de su berrinche tirando la almohada y la sabana que cubría su cuerpo.

 

No le iba a permitir que siguiera con esta escenita. Debía aprender que cuando él decía que no, era no y, de la forma más diplomática posible se lo iba a decir. Iba, porque le molesto de sobremanera que empezará a exclamarle las misma palabras que utilizo Romeo hacia su Julieta para que se asomara por el balcón. Él muy…

 

–Sasuke Capu…

 

–¡Podrías callarte! Todo el mendigo vecindario te va a escuchar decir tales boberías.

 

–Vaya –silbo impresionado Kiba, el mejor amigo de Naruto, quien iba al mando del volante de aquel convertible rojo, propiedad del Uzumaki– . Al parecer tu Capulet no está de muy humor que digamos

 

–Kibaa –rugió por lo bajo Sasuke, frunciendo el ceño y estrujando entre sus manos el marco de la ventana de tan sólo escuchar como aquel se reía a carcajada abierta provocando que Naruto, se le saliera una pequeña risita– ¿Qué demonios haces aquí, usuratonkachi?

 

–Vine por ti, Sasuke. Habíamos quedado en ir al concierto aunque me hayas dicho que no además ¡No  tienes por qué hacer corajes, teme!

 

Sabía de antemano lo mucho que le molestaba a su rubio el simple hecho de que le dijera así y, por ende siempre terminaba contraatacándolo. Una pequeña sensación de diversión empezó a rodearlo pero no le iba a dar el gusto al otro de ver lo mucho que le fascinaba el hacerlo irritar. Esperen,…puede que el hacerlo enfadar demasiado sería una buena opción para que éste se fuera con esa bola de amigos a tan aclamado concierto. “No era la gran cosa, por Dios“, se repitió incontables veces durante el mes ante la fecha próxima.  Tenía el conocimiento de que a Naruto le gustara ese sujeto, no en el sentido de estoy enamorado de él sino de admirarlo y esas cosas. De hecho, el día que  le pidió que fuera su novio le canto Just the way you are. Fue increíble, debía admitirlo. El que sus amigos y la mayoría de los estudiantes de diversos planteles iban cantándole ciertos pedazos de la misma mientras se dirigía al salón de clases una vez que llegó a la Universidad.  Mayor fue su sorpresa de verlo en medio del aula, cantando los últimos versos y sosteniendo entre sus manos una pequeña canasta de tomates, decorada con un gran moño teniendo por centro una cajita donde contenía los anillos de pareja. Ridículamente cursi, original como bonito.

 

Eso sucede cuando tienes por novio a un fan de ese tal BM. 

 

–¡Uzumaki!

 

Salió de sus cavilaciones en cuanto escucho a su hermano nombrar el apellido de Naruto y tirarle desde la ventana las llaves de la entrada siendo atrapadas al instante por el moreno.

 

–Oh, gracias cuñado

 

–¡¿Pero qué…?! ¡Itachi!

 

–Diviértete ototo –fue lo último que escucho antes de verlo cerrar las cortinas del cuarto en signo de no querer oír sus reproches.

 

Eso es traición hasta su propia familia conspiraba contra él ¡Genial! Corrió hacia las escaleras donde lo intercepto con una pose de no te dejaré pasar, cruzado de brazos y una cara de pocos amigos.

 

–Te dije que no iba a ir

 

–Ya tienes el permiso de tu hermano, Sasuke –con una zorruna sonrisa le quiere dar la vuelta a su apatía–

 

–¿Y eso qué? No pienso ir Naruto. Pensé que ya lo había dejado claro

 

–No seas aguafiestas. Anda, los chicos ya están esperando ­– jalándolo de la camiseta que trae puesta lo lleva escaleras abajo importándole poco todo lo que le decía o hacía-

 

No iba a negarlo muy en el fondo de su ser se sentía feliz de que su novio fuera por él. Le gustaba que le rogará, aunque sea un poquito pero la realidad le golpeo de nuevo tras ver en el asiento trasero de tal convertible a Haruno Sakura, la mejor amiga de su novio, la susodicha que se encargó de regalarle las entradas del concierto a Naruto antes de pudiera hacerlo él mismo.  Y lo peor de todo esto, es que, quería llevarlo con esos dichosos boletos ¡Eso sí que no!

 

–Ya te dije que no quiero ir, ¿por qué insistes tanto con ello? –de un manotazo se zafa del agarre trastabillando un poco hacia atrás antes de cruzar la puerta–

 

–¡Oi, Sasuke!  Bueno y a ti ¿qué es lo que te pasa? Dime una buena razón para que no quieras ir conmigo.

 

–No te basta con saber que no quiero –espeta sin tacto alguna fijando su fría mirada en la sorprendida de su pareja–. No me apetece, no me nace, no es lo mío ¿no lo logras entender? –golpea dos veces la frente del menor tratando de hacerlo entender– Déjame en paz, quieres.

 

“Estúpido Asocial”, fueron las últimas palabras cortantes que recibió por parte de  Uzumaki antes de que saliera corriendo hacia el carro y subirse de un brinco, indicándole a su mejor amigo que arrancará. Molesto pero arrepentido de lo que hizo, azotó la puerta con tal brutalidad que hizo hasta temblar las ventanas. “Idiota, tonto, idiota”, se recriminó mentalmente mientras tira de sus cabellos azabaches por tan inmaduro comportamiento.  No era culpa de Naruto, lo sabía pero los celos le pudieron más.

 

–Rayos –patea la puerta para luego sentarse abatido  contra la misma. Metió la pata y bien bonito. No era justo, su novio idolatraba aquel cantante más de lo que pudiera imaginar y él, en vez de complacerlo y acompañarlo en tan importante momento se negó acompañarlo. Diablos, nunca se lo va a perdonar.

 

­–Nada de esto estuviera pasado si le hubieras entregado los boletos a tiempo, Sasuke.

 

Respingó en su mismo sitio luego de escuchar la grave voz de su hermano mayor. Lo que le faltaba ahora recibiría los sermones directos y precisos de Itachi para restregarle en la cara el gravísimo error que había cometido. Ni valía la pena levantar la mirada, prefería pasar de largo lo sucedido.

 

–Y te quedas callado, pequeño ototo. Significa ¿qué me estás dando la razón?

 

–Significa que no te metas en donde no te llaman, Itachi ­–refuta mal humorado mientras se incorpora. –. Además tú como sabes que yo no le entrego esos boletos, ¿eh?

 

–Desde que los compraste lo has dejado sobre tu tocador y de ahí no se han movido –contesta de lo más natural el mayor, bajando escalón por escalón al cabo que hablaba–. Todo porque mi hermanito estaba buscando la oportunidad ideal, o mejor dicho, el valor necesario para regalárselos a su rubiecito. Eres demasiado penoso, Sasuke.

 

­–¡Itachi, tú gran…

 

–¡Ah!  ¿Qué paso con esa boquita? Respeto, ototo ­–comento con tal sarcasmo característico de todo Uchiha mientras le avienta una sudadera y unos converse–. Hay que hacer un buen uso de estos boletos y lograr que nuestro Romeo y Julieto, se reencuentren ¡ah! Y, no es sugerencia – finalizo entre risas quitando a Sasuke de la puerta para poder salir e ir hacia el garaje por el carro. Esta noche le tocaba ser esa moza que cuidaba de su señorita Julieta.

 

––––––– & –––––––

 

De acuerdo, lo aceptaba. El sujeto sí que es sumamente famoso ante tanto público que veía en la zona VIP.  Ahora de imaginarse las demás zonas…prefería mejor buscar a Naruto para no quebrarse la cabeza más de lo que ya la tenía por tanto estruendo, empujones y emociones al mil a la espera de canta autor.

 

–Jamás lo voy a poder encontrar

 

–¡¿Qué?!

 

–¡Jamás lo voy a poder encontrar!

 

–¡Ay no me grites tampoco, Sasuke!

 

–Agh –gruñe de mala gana el menor quitando toda esperanza en su hermano para poder encontrar a su pareja. Es que, ¿qué posibilidades había de poder hallarlo? Si tan sólo tuvieran un modo propio de comunicarse al estar perdidos. El celular no era una opción no lo iba a escuchar o, en su defecto, de tan solo ver en la pantalla su nombre le colgaría. Sabe bien que cuando está enojado no quiere saber de él. Nada ni una minúscula cosa proviniendo de su persona. Lamentablemente tiene las de perder

 

–¡No importa, lo voy a encontrar! Por algo me llamó Sasuke Uchiha

 

Con la actitud bien puesta se decidió abrirse paso entre la gente. Nadie le iba a impedir su búsqueda pero así como entró, así lo volvieron a regresar a su sitio solo que esta vez cayó en los brazos de su hermanos, quién lo alcanzo agarrar antes de que azotará. 

 

–¡Maldición! Déjenme pasar gente

 

–Hubieras llegado temprano, bicho.

 

–¡¿Qué diablos dices imbécil?!

 

Itachi sólo suspiro ante el arranque de ira de su hermano. A este paso si no lo detenía se iba armar una pelea a lo grande conllevando a cancelar el concierto. Y, si Naruto se entera del culpable que lo provocó jamás le dirigiría la palabra a su hermano, en consecuencia, caería en una depresión y…y…quizás Sasuke cometa una tontería  ¡Rayos! Debían encontrar al Uzumaki pero a la voz de ya. Jalando a su hermano del cuello de la camisa se lo llevo arrastras por el tumulto de gente importándole poco lo que les decía o quien los perseguía. Insistió varias veces marcándole al rubio hasta que finalmente le contestó.

 

–Ita-

 

–¡Levántame la mano, por favor! Se trata de vida o muerte – le pidió exasperado, vislumbrando a no más de 10 metros la mano del chico tras acotar la petición- No te muevas de donde…

 

Se vio interrumpido en cuanto escucho la pirotecnia del escenario dando por inicio el concierto. No supo como pero ambos hermanos se vieron empujados hacia el frente siendo apachurrados por tantos cuerpos que se movía frenéticos por tan sólo poder ver más de cerca al artista. Perdió contacto con el chico ahora que la canción resonaba con fuerza por la bocinas y siendo coreada por el público. Como pudo, le contó a Sasuke más o menos la ubicación de Naruto. Acatando las indicaciones se aventuró el más joven ayudándose con los codos y antebrazos  para que la gente le permitiera pasar. Sin querer aventó a una chica tras haber sido empujado con mayor fuerza. Le pidió disculpas al instante pero, el chico que la acompañaba lo lanzo con mayor saña hasta hacerlo chocar con otra persona.

 

–Discúlpame, un estúpido me aventó y… –se quedó sin habla luego de fijarse en esos ojos zafiros que conocía a la perfección. Se trataba de Naruto, al fin lo había encontrado.

 

–Deberías parar en maldecir a la gente. Puedes meterte en problemas –le aconsejo su rubio novio con una de esas sonrisas que lo dejan tan ensimismado hasta dejarlo sin habla–. Por cierto, ¿qué haces aquí, Uchiha?

 

–Yo…pues…yo –giro su rostro hacia el escenario buscando las palabras correctas para ¿disculparse? pero fue el gritillo de la multitud  perder el hilo de sus pensamientos observando al joven afroamericano bailar al estilo Michael Jackson provocando que las emociones salieran a flor de piel. – Increíble –murmuró  con asombro.

 

–¿A que sí? ¡Es genial´ttebayo! ­–exclamo su adorado rubio el cual se unía a la celebración, coreando poco después la canción a la par que el cantante. Era muy pocas las veces que podía apreciar en su esplendor la euforia matizada en cada expresión de su dobe. Ese brillo especial de sus ojos, la ancha sonrisa, el tenue sonrojo en sus mejillas y la vibración de su voz al cantar. Pura energía, pura guapura y suyo. Una tímida sonrisa se dibujó en sus labios ante el último pensamiento. Tan suyo que sólo quería que escogiera lo que él le daba, nada más. Estuvo a punto de perderlo por su egoísmo pero no más ya que a eso vino a:

 

–Remendar el daño –musito al término de la canción con la esperanza de que Naruto lo escuchara.

 

–¿Cómo? –lo miro inquisitivo el rubio

 

–Que vine a disculparme por mi actitud egocéntrica de hace unas horas –respondió a regañadientes mirando ceñudo a su pareja– Me pasé, lo sé. Tome una actitud muy inmadura, tal vez así que, lo...lo sie

 

-Pues por esa expresión puedo decir que no vienes con ese plan –no lo dejo terminar ya que le apachurro las mejillas.

 

–Deh… dejm… ¡Déjame, dobe! Estoy tratando de decirte que…–se vio callando al sentir los labios ajenos contra los suyos, ejerciendo una ligera presión cuando este se trataba de resistir pero al primer movimiento de besarlo se dejó guiar. Se tornó apasionado, íntimo pero lento en donde sentía la necesidad de acercarlo a su persona y decirle a través de su cuerpo lo mucho que lo lamentaba. No recordaban donde estaban hasta que la siguiente canción los hizo separarse levemente y mirarse a los ojos al abrirlos.

 

–Nuestra favorita, Sasuke-teme  –cuchichea sobre los labios del azabache, mismos que dibujan una pequeña pero sincera antes sus palabras-

 

–¿Nuestra?

 

–No te hagas, bien que te gusta Bruno Mars sobretodo por esta canción. La otra vez hasta me la cantaste a todo pulmón

 

–¡Eso era porque me pusiste borracho! –se defiende el mayor sintiendo los colores subírsele a la cara.

 

–¡Ja! Te he descubierto. Sólo por eso busquemos algo tonto que hacer en esta noche. Hmm, veamos,… ¿qué tal si nos casamos? –mueve sus cejitas coquetamente mientras lo rodea más por la cintura-

 

–Eres un idiota –asiente risueño atrayendo con ambas manos, por el cuello, al moreno.

 

–Corrección, soy TÚ idiota

 

–Entonces estamos idiotizados  –lo dice con tal pena que, se ríe ante su propia broma siendo nuevamente callando por esos labios carnosos que tanto le fascinan.

 

No había necesidad de buscar las palabras, sólo era cuestión de hechos. Por eso fue perdonado. Una relación de tantos años no había necesidad de ello. Comunicación verbal pasaba a segunda mano cuando se trataba de situaciones así, daba gracias porque él no era bueno con eso ni mucho menos el tontuelo de su novio. Por algo andaban juntos, ¿no?  A pesar de ser tan opuestos, tenían tanto en común. Es tan loco e irracional el amor que por eso le nombraban la peor de las locuras. Y, ellos habían caído ente la línea de realidad y fantasía del concepto ¿por qué? Por esos celos, celos que sabía que no los se lo podía quitar pero, para la otra se aventuraría a entregarle las cosas antes de que se le adelanten porque Naruto ya no iba a ser el saco de arena para que se descargue por actos que fueran culpa suya.

Notas finales:

Ojalá y haya sido de su agrado.

Cualquier duda, sugerencia o crítica positiva se tomará muy en cuenta.

Gracias, hasta entonces

¡Lluvia de besos! :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).