Tomaba su mano fuertemente, así castaño le da otra vista que pelinegro, se ve más inocente, me incita a protegerlo más, a cuidarlo, a quererlo.
Me gusta presumirlo, que vean que es mío, y solo mío, ya que cada que voy a recogerlo de su escuela siempre está con varios tipejos y ¿porque no? Con una que otra chica también.
Su ropa siempre era algo bonito, le quedaban tan bien los pantalones blancos con camisas de tono pastel y sus tenis, típicos de un chico que apenas va en preparatoria.
-Hyung... ¿Me compras palomitas?.-amo su carita sonrojada, sonreí- ¿Si?, por favor.
-Claro Minnie.- agité su cabello de forma afectuosa, deslice mi mano a su mejilla precionandola un poco y nos encaminamos hacia donde las vendían.- pide lo que quieras cariño, todo, todo para mi pequeño más hermoso.- besé su sien y le volví a sonreír.
-Con unas palomitas está bien Minho-hyung... De veras.-desvio la mirada, amo cuando se pone así de tierno, me incita a abrazarlo posesivamente.
-¿Seguro?.-asintio tímido todavía, ¿cuánto llevamos saliendo? Me parece que casi un año ya, y sigue así de adorable cuando está conmigo.
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Era de noche, cerca de las once quizá, la música resonaba fuerte en el antro, la oscuridad era cubierta por las luces de colores y los estrobos que habían en el lugar.
-Más, más, ¡más música!.-me miro desde donde estaba sentado, arriba de la barra del lugar cruzado de piernas, luciéndose como siempre, pantalón negro, pegado a sus largas piernas blancas como si fuera su segunda piel, dejando casi nada a la imaginación ya que estaba rasgado casi de todos lados, menos del trasero, llevaba una camiseta holgada que dejaba descubierto su hombro derecho, parte de su clavícula y su pecho, ojos perfectamente delineados y el cabello rubio alborotado más que peinado.
-¡Claro precioso!, ¡Lo que mi diva pida!.- estire uno de mis brazos para tomarlo de la nuca, y acercarlo a mi boca, que sabor más exquisito, sabe a alcohol, deliciosa bebida embriagante que derrama en mi ser e inunda a mis sentidos.
Sus besos son tan... Explosivos, llenan hasta el más íntimo lugar de mi persona racional.
-...- nos separamos y me sonrio, pero era una sonrisa llena de lujuria y deseo, tomó una botella que estaba a su lado, me la mostró y pasó su lengua por su labio inferior, a mi se me hiso agua la boca de solo ver eso, dirigió la botella a mi boca, gustoso la abrí y vació su contenido para que me tragara todo y eso hice.
-...-me miró desde arriba de nuevo- pues tu Bummie quiere bailar hasta morir.- guiñó uno de sus sensuales ojos gatunos, le extendi la mano para ayudarlo a bajar- así que vamos Minho.- me jaló a la pista.
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-¿Y cómo te ha ido muñeco?.- estábamos en una cafetería esperando nuestros pedidos, yo tenia su manos entre las mías, viéndolo, me encanta hacerlo, cada pequeño detalle de su rostro me hace sonreír-¿sigues siendo el número uno de tu clase?.- asintió.
-Si, porque si no lo fuera Minho-hyung no me llevaría de paseo como recompensa.-sonrio amplio, provocando que sus ojos se hicieran más pequeños.
-Mucha razón Minnie.-besé su mano con dulzura.
Llegó nuestra orden, yo había pedido un frappe sin crema batida, al contrario el pidió que le llenaran con toda la que pudieran.
-Abra la boca hyung.-acercó la cuchara con una porción de crema batida a mis labios,le hice caso y los abrí- ¿rico?.
-Mucho.- tomé su barbilla y lo acerqué lo más que pude a mi rostro, cerró sus ojos, ya sabe lo que viene. Lo besé dulce, lento, como si fuera de nuevo nuestro primer beso, sus labios seguían nerviosos a los míos, pero poco a poco iba tomando mi paso.
-...- nos separamos, le sonrei y ne delvolvio el gesto- te quiero mucho Minnie, en serio.
-Yo también Minho... Mucho, mucho.
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La música seguía a tope de lo que daba, la gente creo que en vez de irse seguía llegando al antro, es normal, no por nada es el mejor de Seúl.
-Key.- lo atraje a mi cuerpo, estábamos en la pista "bailando" ya que no parabamos de besarnos ni para bailar, pegué mi boca a una de sus orejas, lami su lóbulo, senti que se erizó por el acto- ¿y si ya nos vamos? Tenemos que "terminar la fiesta" en otro lado ¿Que te parece?.- deslice la mano que tenia libre a uno de sus pezones por sobre su camisa.
-Va-vamos a mi departamento.- detuvo mis movimientos- no sigas que no te dejaré vivo y tendremos que ir al baño.- guiñó uno de sus ojos.
-Esta bien... Ya no sigo.-tomó mi mano que aún lo sostenía de la cintura y salimos del lugar.
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-Minho-hyung...-lo miré desde arriba, ya que estaba sentado bajo la sombra de un árbol y Taemin estaba en mis piernas recostando su cabeza.
-Dime lindo, ¿que pasa?
-...- negó con la cabeza- no es nada hyung, solo... Me gusta estar así con usted.
-También me encanta, el lugar, el día... Tu.- se sonrojo, me agache para besarlo y el con un poco de miedo pasó sus brazos por mi cabello para acercarnos más.
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-¿No amas mi departamento?, definitivamente la vista del mar y a lo lejos la de la ciudad es hermosa.
-Amo más la vista que tengo en frente.- dije viéndolo, estaba sobre su cama casi desnudo, si no fuera por su camiseta- mírate Kibum, toda una obra de arte sexual.
Deslice mis manos por sus piernas, recorriendolas lentamente, me coloqué entre sus piernas y el las abrió más para que me acomodara bien, le quité la última prenda que le quedaba para que lo viera totalmente como vino al mundo.
-Pero tu no te quedas atrás.- ronroneo, es un gatito en la cama, me quitó mi bóxer y se volvió a recostar.
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Y no está en mis manos ser enamorado, seré un poco cursi pero acelerado.
Un ángel de día, un demonio de noche.
Y SI HAY QUE DECIDIR
••No es que sea sin vergüenza, pero si hay que decir, lo legal••
Uno en el día, y el otro en la noche.