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Estaré allí para ti, por UtenaPuchiko

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Notas del fanfic:

Este no es un fic donde todo es bueno, lidiará con cosas como una violación, aunque no es gráfica.

Notas del capitulo:

Tenía este fic hace mucho tiempo entre mis cosas y recién ahora lo vi, así que decidí publicarlo. Espero que les guste y me den su opinión al respecto. Gracias.

Puede que encuentren incoherencias, sobre todo aquellos que leyeron el manga, porque lo escribí hace mucho, pero digamos que más o menos se hubica antes de toda la pelea final, cuando Sasuke todavía estaba vagando. No hay spoilers.

Y si bien tiene advertencias de MPreg, en realidad el hombre usa el Sexy no Jutsu para el período de gestación, pero lo agregué de todas maneras, porque fuera de ese periódo -es decir, mientras el bebé crece- vuelve a ser hombre.

Disclaimer: El universo de Naruto y sus personajes no me pertenecen, sólo lo tomo prestado para hacer este oneshot.

I will be there.

 

Los años habían pasado, así como la guerra, Madara y Obito ya no existían, pero la paz había tenido un costo. En Konoha no gobernaba quien se esperaba, no, allá estaba Kakashi en el puesto, luego que el dolor hubiera hecho que Tsunade declinara el puesto de nuevo. Él lo aceptó porque de alguna manera se sentía culpable, culpable de que algunas de sus acciones del pasado desencadenaran una serie de eventos que a la larga se convirtieron en inevitables.

 

Hoy Uchiha Sasuke, todavía fuera de Konoha, pero no con todo el mundo ninja detrás de su cabeza, caminaba con sus dos compañeros que le eran todavía leales con renuencia en un pueblo cercano a Konoha, en busca de provisiones. Las necesidades, como todo ser humano, le habían hecho buscar un lugar allí, tan cerca de la aldea que una vez juró destruir, pero de la cual ya perdió interés; necesitaba una cama cómoda para dormir. Joder, que era humano antes de shinobi y había sólo un poco de lo que uno podía soportar el suelo duro antes de hartarse. 

 

Era peligroso, sin embargo, lo sabía, porque él rondaba esta zona, la más cercana a la aldea. Él, aquel que todos temían, del cual todos era cuidadosos. Incluso aquellos que lo llamaron un amigo alguna vez. Ese era el precio que se tuvo que pagar por ganarle la guerra a Madara, Kabuto y el Akatsuki. No era peligroso aunque, al menos eso era lo que decían las personas que lo conocían y que todavía le tenían cariño y consideración, a pesar de su cambio. Él sólo era peligroso para aquellos que llevaran malas intenciones hacia Konoha y Suna, y Sasuke hace mucho que dejó eso de lado.

 

–¿Es seguro, entonces? –preguntó Suigetsu, mirando para ambos lados, mientras iban entrado al pueblo. Sabían donde estaba la posada, así que se dirigirían allá directamente.

 

–Ya te lo dije, si te da miedo, no vengas conmigo –siseó Sasuke, enfadado por tanta pregunta–. Dormiré en una cama esta noche y si no quieres venir, eres libre de irte con el rabo entre las piernas.

 

Pues pese a las palabras de Suigetsu, los tres se quedaron en la posada cuando llegaron, pero tenían ese presentimiento, esa sensación de que eran observados, lo cual apenas le dejó pegar ojo en toda la noche, pero el cansancio, al fin de cuentas, pudo más que la posibilidad de que pudieran encontrarse con aquel guardián que vigilaba estas tierras. La mañana pronto llegó y Sasuke fue el primero en levantarse, de la cama cómoda donde pasó la noche. Salió de la habitación, apenas con una yukata encima y cerró los ojos, sintiendo la brisa suave de la mañana, que le erizó un poco la piel. 

 

–Mmmhhh.

 

Ese solo sonido hizo que todo su cuerpo tensara, puesto que no había escuchado a nadie acercarse, ni sus sentidos afilados de ninja le habían avisado tampoco. Si era así entonces, sólo podría ser una persona. O criatura, como sea. Lentamente se giró para mirar al hombre que estaba encima del techo. No, eso no era un hombre, poco quedaba ya de lo que había sido. Allá estaba la fusión de lo que una vez fue Uzumaki Naruto… pero con facciones zorrunas. Este era el sacrificio del que hablaba Sasuke antes, para poder ganarle a los “malos” durante la tercer guerra mundial, Naruto sacrificó todos menos su vida, pero sí su humanidad. Ahora era esto, una mezcla de un hombre con el zorro, en su mente eran dos, en sus facciones eran dos, y su personalidad… eso era lo que más se vio afectado, Naruto ya no era Naruto, ahora eran lo que todos llamaban el Zorro humano. Sasuke no dijo nada, sólo dejó que aquellos ojos rojos, con las pupilas rajadas lo miraran, de esa manera que lo ponía tan nervioso. Puesto que esta cosa era… peligroso, no era Naruto. Ya no era. Esperó allí, a ver qué era lo que le decía. Hace años que no le veía, le intrigaba saber qué podría decirle.

 

–Así que el cachorro Uchiha, viene a mi territorio –murmuró aquella cosa, con esa voz distorsionada que tenía, que a cualquiera que no tuviera la entereza de Sasuke, seguro estremecería. Naruto saltó de donde estaba y se paró delante del hombre de cabello negro y Sasuke odió de nuevo lo que la guerra que había hecho al otro, porque tuvo que mirar para arriba, para hacer contacto visual con los ojos rojos de su ex rival. Naruto le sacaba por lo menos una cabeza, esto no había sido antes así, antes la diferencia era mucho menos. Pero esto, de verse tan fuerte, eran caprichos del Kyuubi, sin ninguna duda.  –¿Qué haces aquí, Uchiha?

 

La voz había sonado peligrosa, pero él ni se inmutó, sólo le devolvió la mirada.

 

–Mis asuntos aquí son sólo míos –respondió con frialdad.

 

–Jáh –Naruto le devolvió una sonrisa sádica, sus ojos brillando con malicia. –Eso fue lo que siempre me gustó de ti, Uchiha, tu personalidad. Tal vez… tal vez… –Ahora Sasuke se sintió incómodo, porque había un “algo” en la mirada de ese hombre, que le dio miedo. Realmente miedo. –Tal vez es lo que he estado buscando.

 

El brillo calculador en los ojos en los ojos del chico hicieron que los instintos de Sasuke le gritaran: “¡Huye!” pero como si pudiera leerlos, Naruto le agarró de un brazo y le dio una sonrisa maliciosa.

 

–Lo que sea que tengan en mente, no lo hagas Naruto… no lo hagas –pidió Sasuke, odiándose al escuchar el tono de alarma en su voz.

 

–Yo ya no soy Naruto –respondió el otro–. Y es demasiado tarde para ti, ya tomé mi decisión.

 

Eso fue lo último que escuchó, antes de que todo se vuelva negro.

 

Cuando despertó de nuevo, el techo se le hizo familiar, estaba en la posada donde pasó la noche, pero no era de día como cuando despertó, sino que ya era de noche y la cara preocupada de Suigetsu y Juugo estaban encima de él. Frunció el ceño y se incorporó, con todo su cuerpo doliéndole y no sabiendo por qué, pero había algo más y no podía identificarlo.

 

–¿Estás bien? –preguntó Suigetsu.

 

–Sí… –murmuró, no muy seguro de su respuesta–. ¿Qué me pasó?

 

–Eso dímelo tú, él te trajo aquí, luciendo así.

 

–¿Así como? –preguntó confundido.

 

–Eres una mujer, Sasuke. –Fue Juugo el que respondió.

 

Los ojos de Sasuke volaron abiertos y salió de la cama volando a pesar de que su cuerpo protestó y se fue al espejo más cercano. Efectivamente, lo que le devolvió el espejo era una mujer. Reconocía este hechizo, era aquel hechizo de broma que Naruto había inventado cuando estaban en la Academia, el tema era ¿Por qué lo usó en él? Juntó sus dedos y expulsó el chakra de su cuerpo, para poder volver a ser él mismo, pero algo no andaba bien, no pasaba nada.

 

–No entiendo… ¿Por qué…?

 

–No sé, hombre –dijo Suigetsu–. Él te trajo así, estabas desmayado.

 

–Dijo que regresaría en tres meses, para ver el resultado –aportó el otro–. Nos ordenó mantenerte aquí, la posada nos dará acilo y comida gratis hasta entonces.

 

Tres meses. ¿Qué pasaría en tres meses?

 

***************

 

Pronto quedó evidenciado qué era lo que Naruto o lo que sea que era ahora, le hizo. Las náuseas, los vómitos, el sueño, todo le dijo a Sasuke que estaba embarazado. O embarazada, puesto que todavía era una mujer. Sasuke estaba por tener aquello que tanto quiso en su adolescencia, un heredero al clan Uchiha. Pero el bebé en cuestión era hijo de una violación ¿Qué más pudo haberle hecho Naruto aquel día? Y no sólo eso, sino que también engendraba a quien sabe qué cosa, si es que era hijo del Kyuubi también. Sasuke no sabía qué hacer, todavía le quedaba un mes para que sea seguro abortar, pero la idea no le era atractiva para nada. Este bebé era su hijo, sea lo que sea.

 

Con esas preocupaciones, se acostó a dormir. No sabía por qué se había quedado en la posada al final, probablemente era algo que Naruto les dijo a Suigetsu y Juugo, porque ellos estaban renuentes a irse, así que permanecieron. Cuando despertó, no era de día todavía, eran sus instintos que le dijeron que no estaba solo en la habitación privada que le dieron en la posada. Había alguien sentado junto a la ventana, mirándolo. Sasuke extendió una mano y se sorprendió al ver quien era. Sabía que podía ser “él”, pero no era él, no del todo. Los ojos de este rubio eran azules.

 

–Naruto –murmuró fríamente.

 

–Lo siento, Sasuke. –Fue lo primero que salió de la boca que aquel que una vez llamó amigo. –Sé lo que te hizo, lo recuerdo a pesar que tú no lo hagas, me mata saber que no pude hacer nada por evitarlo. Son pocas las veces que puedo salir, a pesar que toda la gente cree que esta parte de mí ya está perdida.

 

–¿Por qué yo?

 

Naruto sonrió.

 

–Siempre te amé… y creo que el zorro de alguna forma retorcida, juntado con mi personalidad, quisieron hacerme un regalo. El tener un hijo contigo formará un lazo que nada ni nadie podrá romper nunca. Porque vas a tenerlo, no te dejaré abortar –dijo Naruto, sus ojos estaban fríos, parecidos a cuando eran rojos, pero conservando el azul.

 

–Sí, lo haré.

 

–Perfecto.

 

Hubo un largo silencio, en que ninguno de los dos se movió.

 

–Si hay un próximo bebé, preferiría recordar la concepción, aunque.

 

Sonrió de lado al ver la mirada de sorpresa que le dedicó Naruto, esa cara de dobe que no veía desde hace tanto, tanto tiempo. Después de que la sorpresa paró, Naruto le dio esa sonrisa zorruna que era tan característica suya y luego se levantó y salió por la ventana.

 

–Estaré por aquí. Nos vemos después, Sasuke-teme.

 

–Hasta después, Naruto no baka.

 

***********

 

Seis meses más tarde, Uchiha Hikaru nació, con el cabello negro como su “madre” pero los ojos azules eléctricos de su padre. En su cabeza había dos pequeñas orejitas de zorro negras y de su columna vertebral salía una cola peluda. Era la cosa más hermosa que Sasuke había visto en su vida. Naruto, con sus ojos rojos rasgados y su capa anaranjada y negra miró todos desde lejos. Cuando al fin su madre lo tuvo en brazos, el demonio humano miró al niño, luego a Sasuke y asintió, antes de desaparecer.

 

No veía su cuerpo, sin embargo, su presencia estaba siempre presente. Vigilándolos, protegiéndolos, acercándose de vez en cuando para contarle historias a su hijo, para satisfacer placeres carnales con Sasuke. No era amor, era una extraña relación, que funcionaba para los dos, para Hikaru y para los tres pequeños que siguieron después de eso.

 

Fin.

Notas finales:

Si te gustó, hazmelo saber con un comentario, por favor. Acepto críticas constructivas.

Una cosa, alguien me dijo que este fic no debería estar aquí, porque al convertir a Sasuke en mujer, se volvió hetero. No, no es del todo así. En el fic dice que Naruto se enamoró de Sasuke siendo Sasuke, no la mujer, por eso lo eligió para eso. Otra cosa, después de dar a luz, Sasuke vuelve a ser hombre, no se si eso se alcanza a entender ñ.ñ Es decir, en las multiples visitas entre niño y niño, ellos ambos son hombres... y lo que hacen en esos momentos es porque esto está aquí, en Amor Yaoi.

Muchas gracias por leer.

Atte: Uko-chan.

 


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