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CRIMSON por isis shirakin

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Notas del fanfic:

espero que les agrade.

tengo otra historia ·UN AMOR COMO ESTE " pasense por ahi y pues REVIEW???

Notas del capitulo:

comenzemos entonces.

Trabajar es agotador.

Totalmente agotador, sobre todo cuando no te gustaba lo que hacías, te esclavizaban y te daban un sueldo que con el apenas y podías comprar alimento, su estómago era testigo de eso.

-auch!

Se había golpeado otra vez, simplemente era… inevitable, si ibas a subirte en esos diminutos “buses”, los cuales obviamente, habían sido diseñados para escolares que  no rebasaban el metro diez.

 El mundo está loco -pensó.

Todavía no lo entendía.

-Debí tomar la otra línea-se regañó.

Era extraño, él siempre había tomado la “CETASPA”, pero últimamente sus planes habían sido frustrados…y no…no había sido obligado a subir en la “c” línea a la que por supuesto pertenecía este chiste  de transporte urbano.

-          Es tu culpa-volvió regañarse.

Aunque eso podría discutirse ya que al subir hubiera jurado que había sido otra persona en su cuerpo.

No era divertido.

Cada tarde al salir del trabajo había pensado en subirse en “cetaspa”, sin embargo, llegado el momento cuando veía a la “C” terminaba levantando la mano . Este paraba, y él subía.

Fin del misterio.

Mientras se fijaba por la ventana vio la luz,… literalmente.

Estaba sentado  a la espalda del copilotó.

Por ende veía  los autos que venían detrás y ¡OH! Sorpresa… sus luces.

Se sentía como en su muerte-pensó.

No es que hubiera muerto antes, no en esta vida al menos. Quería ir hacia la luz y ser nada. Lastimosamente sus padres, no habían usado un condón en el momento en el que sus adolescentes hormonas atacaron, le habían arruinado.

Y mientras; Arousm Vildelmart de 29 años, oficinista, huérfano, una nada social, carente de eso llamado emociones(al menos a su entender y para el total de personas que le conocían); trataba de encontrar una respuesta su comportamiento al subir al ¿bus?; que no requiriese de una cita psicológica, se volvió a sentir oprimido, como se había sentido los últimos días. Era claustrofóbico, o eso le había dicho el mocoso que tenía por  psicólogo. El maldito apenas y rosaba lo veinte cuatro.

Lo cual era pura mierda, ¡Dios! El solo se sentía así  cuando pasaba por ese lugar. Pero el seudó psicólogo no parecía haber escuchado esa parte de la “conversación”. Lo cual solo le sometía a una sensación de entera frustración.

Miro hacia los costados para intentar descifrar el porqué de su ¿temor? A decir verdades no estaba seguro si eso era lo que sentía.

 Y entonces… nada, realmente nada, esa parte de la pista estaba en el medio de un conjunto de terrenos  destinados a la siembra así que no había nada en aproximadamente 600 metros a la redonda y el hecho de que el alumbrado fuera ridículamente defectuoso no ayuda mucho.

-¡mierda!

El conductor había parado abruptamente.

El solo escucho como el conductor gritaba desesperadamente, al igual que una mujer con dos niñas y un pequeño bebe. Supo que no los volvería a ver, en cuanto  el cobrador fue lanzado estrepitosamente contra la ventana  que estaba enfrente de la puerta.

Solo pudo aferrarse con fuerza a su silla, cuando un ser totalmente horrible de unos dos metros y que bien podría haber estado  meses pudriéndose en el fondo del mar, entro,  cogió al cobrador y como si fuera un pollo le torció el cuello.

Otro grito aterrorizado dejo inmóvil al gigante. Y deseo que no hubiera sido él quien grito, con las fuerzas con las que de niño deseo, una madre que le confortara  en las tormentas.

Sin embargo había sido él.

 Miró a la mujer y a los niños, y les dijo adiós con la mirada, sintió el frio aliento sobre él y supo que no era humano, porque los humanos no tienen sed de sangre.

Esa cosa lo olio y gimió como el cuándo estaba frente de uno tallarines, y eso… le aterro… aún más.

Maldito conductor. Maldita calle. Maldito bus y maldito fuera el momento en el que se subió en el, de la nada la cosa se volteó y miro a la mujer quien le había lanzado su bolso.

 GRAVE ERROR.

Tras voltearse se dirigió en su dirección cogió a la niña y la devoro. La sangre escurría de su boca y antes de que esta llegara más allá de su barbilla la detuvo con su mano, la lamio hasta que no hubo rastro del líquido.

Sin siquiera poder pensar en una estrategia se lanzó contra la bestia y arremetió a golpes, quería el tiempo devuelta, morir el en lugar de la niña, eso le hubiera dado un final de película a su malgastada vida, en lugar de quitarle a un dulce ángel, un futuro en que seguramente a diferencia de la suya la palabra familia, estaría presente.

No duro mucho, en realidad,  ni siquiera pudo amainar en algo su ira y terror.

La cantidad de cosas estúpidas que  había hecho en su vida era reducida, pero de algo estaba seguro, era de que  esta contaría era por todas aquellas que no estaban en la lista.

Fue alzado con fuerza pero con una delicadeza muy inapropiada para el momento, quiso  reír, lo cual tenía que ser un signo de locura. Estaba tocado.

La cosa lo  coloco en uno de los asientos, y cuando el creía que despertaría, eso lo  golpeo en su cuello antes de cerrar por completos sus ojo  pudo ver como se volteaba hacia la mujer y  le arrancaba la cabeza y empezaba a devorarla. Se durmió con los gritos como nana.

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Estaba emocionado sin duda había sido su mejor día en los últimos ¿300 años? … No importaba, ¿quién contaba los cumpleaños después de los primeros cien?

Ralém era como una tromba, siempre impredecible e incontenible, y por supuesto malditamente fuerte, y eso había traído problemas, como cuando  Nalia amenazó con cortárselas sino paraba de tirarle piedras del tamaño de una pelota de golf a su ventana, textualmente: “vuelve hacerlo y no tendrás derecho a reclamarme cuando te quedes sin herencia” las palabras no fueron lo que lo alarmo, sino la crueldad con la que miro a sus partes bajas.

No había vuelto hacerlo.

Podría parecer cobarde pero cual quiera con un pene hubiera temblado en esa situación.

Y él quería tener niños.

Se paró en el callejón, Areums debería estar por llegar, salto hasta el techo de una de las casas, se dispuso a buscar el insulso auto, no era fácil contenerse pero lo estaba logrando, solo un poco más y no tendría que hacerlo jamás.

Mierda.

El auto estaba siendo atacado por uno de esos bichos, eran una plaga, más matabas más había, un ciclo sin fin.

Se acercó lo más rápido que pudo, bendito el alumbrado, era casi inexistente, eso evitaría a las ratas en dos patas. El miedo se coló entre sus ropas junto con el helado viento.

No llegaría a tiempo.

Cuando llego, entro rastros de sangre en los asientos traseros fue lo único que hallo, pero él no estaba, de pronto pensó que estaba muerto y sido devorado; sin embargo; enseguida  se dio cuenta que no se sentía el delicioso aroma de su sangre.

Deben estar cerca.

Salió del auto. Agudizo sus sentidos… pero nada, esto no le podía estar pasándo a él.

-diablos-maldijo, estaba tan feliz al haberlo hallado, más aun cuando le autorizaron a llevárselo consigo, y ahora venía uno de esos bichos a llevárselo. Lo había esperado por tanto tiempo, las divinidades, no podían ser tan crueles.

Saco el  teléfono y marco con tanta premura y fuerza que fue sorprendente que el aparato siguiera funcionando.

-          Ramél ¿Qué paso?-la preocupación se acomodó en el cuerpo del rubio, su amigo nunca llamaba a las 6 desde que encontró a su todo, ya que era el tiempo que usaba para  acosarlo.

-          Se lo llevaron los bichos- Mierda.

 Podía sentir su desesperación y la comprendía si alguien se llevara Tréndel…  él enloquecería.-Caruel júntalos a todos voy matar a cada uno de esos bichos y juro que será lentamente.-sentencio.

-          Si señor-no quería atormentarlo, pero debía recordárselo- va a cumplir treinta-soltó como si le doliera hacerlo.

-          ¡Ya lo sé! Solo haz lo que te  ordeno. ¡Maldita sea!, aquí en cinco minutos.-finalizo y su voz solo reflejaba su gran impotencia, su todo pronto podría procrear, estaba lejos de su lado y lo peor… estaba con eso muerto andantes…

…No quería imaginar lo que le harían… Simplemente no podía.

En lugar de ello se concentró en buscar alguna pista, pero esas cosa no tenían olor.

Y ya sea para bien o para mal no sentía el olor de la sangre de su pareja.

Estuvo a punto de llorar, pero sintió a los Lacrem .

Se levantó.

-En marcha- encontraría a Arousm y esté estaría durmiendo en su cama,  a más tardar  mañana por la noche, con su esencia dentro de sí.

El grupo de negro lo siguió.

Las horas dirían si alguna vez tendría la oportunidad de decirle y contarle  de su inmenso amor.

Notas finales:

bien esta historia tambien esta publicada en wattpad con el nombre de AseisLuem, y tiene mas capitulos.


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