Aún cuando los días se habían vuelto insoportablemente largos, incluso en esos días seguía pensando que te amaba más que a nada en el mundo. Para mí estabas exento de toda culpa, eras solo una víctima más.
Sin embargo no puedo decirte que no sufrí con tu ausencia. Cada mañana, cada noche de cada bendito día te maldecía en voz alta y con profundo dolor. Lloraba cuando me percataba de tu ausencia al llegar a casa o en las noches sintiendo el vacío que dejaste en nuestra cama. Tenía sueños recurrentes en los cuales te alejabas de mí y no podía hacer nada para detenerte, siquiera podía decirte que te necesitaba o que te amaba, entonces el amanecer me encontraba entre llantos. Los desayunos, almuerzos y cenas casi no existían, a no ser que Tet-chan o Ken me obligaran a comer. Estaban tan preocupados…
Moría de ganas por verte, pero Tetsuya no quería que fuese a verte hasta que pasara un tiempo de todo esto. Tampoco estaba seguro de querer hacerlo, no sabía cómo reaccionaría al verte. Tal vez, en un arrebato te habría dicho cosas de las que luego me arrepentiría.
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Hyde:- Así que… ¿entonces te quedarás en mi casa?- llevé una de mis manos a mi cintura y alcé una ceja mostrando algo de molestia, me gustaba hacer ver a las personas mis sentimientos y opiniones.
Sakura:- Si, eso dijo Tetsuya- te adentraste al apartamento casi apartándome.
Tu forma de comportarte me molestaba bastante cuando nos conocimos. Eras tan arrogante y mal hablado que me desagradabas por completo. Pero a la vez lucías tan guapo y varonil, que tal vez eso fue el punto a favor que hizo que cediera a que te instalaras en mi hogar:
Sakura:- ¿Dónde dormiré?- dejaste tu bolso en el pequeño sofá del living e instantáneamente te pusiste a fumar.
Hyde:- Allí- hice un movimiento con la cabeza para indicarte que donde estabas dejando tus cosas, sería donde dormirías.
Sakura:- ¿Es una joda?- alzaste una ceja mientras dejabas escapar el humo del cigarrillo entre tus labios. Sonreí al ver tu expresión y te di la espalda para dirigirme a la cocina.
Hyde:- No. Dormirás en el balcón- carcajeé.
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No tardamos mucho tiempo en acostumbrarnos a la compañía del otro, aunque si me tomó tiempo acostumbrarme a tu desorden y a que caminaras casi desnudo por la casa cuando salías de bañarte:
Sakura:- ¿Qué quieres que haga de cenar?-
Hyde:- Lo que quieras, pero ponte algo más- te tiré la remera que habías dejado sobre el sillón.
Sakura:- Que molesto eres, así si pareces una dama- reíste y te colocaste la remera mientras ibas camino a la cocina.
Te seguí por detrás como un niño que persigue a su madre y te observé sacar algunos ingredientes:
Hyde:- ¿Entonces?- me acerqué a tu lado en la mesada y te mire expectante, con una sonrisa esperanzadora. Debo admitir que cocinabas de maravilla, por lo que la hora de la comida era mi favorita y siempre esperaba probar algo distinto. Soy un gran amante de la comida.
Sakura:- Arroz con curry- pero la sonrisa de esperanza de pronto se convirtió en una mueca de desilusión- Dijiste que yo eligiera- reíste al ver mi cara.
Hyde:- Si lo sé, pero esperaba algo más del señor “yo lo puedo todo”- rodé los ojos y me quejé cuando estiraste mi mejilla- ¡Auch!- te pegué en la mano para que me soltaras.
Sakura:- Está bien, pero entonces deberemos ir a la tienda si la niña quiere comer algo más… sofisticado-
Hyde:- No soy niña- refunfuñé- Apúrate antes de que cierre- salí de la cocina riendo.
Nos alistamos y fuimos todo el camino a la tienda discutiendo que sería nuestra cena.
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Solíamos pelearnos por nimiedades y amigarnos casi instantáneamente sin siquiera tener que pedir disculpas. Muchas de esas tontas peleas, también debo admitirlo, generalmente solían empezar por mis quejas. Quejas que para ti no tenían sentido alguno, pero para mí eran un tremendo dolor de cabezas, más que nada por la naturaleza de ellas… los tan temidos celos:
Sakura:- No te entiendo, ¿qué tiene de malo?- siquiera nos molestamos encender la luz del lugar.
Hyde:- No me gustaba esa chica, ya había querido insinuársele a Ken también- fui a la cocina y tomé una lata de cerveza que había en el congelador.
Sakura:- Sigo sin entender… ¿y qué con eso?- te apoyaste molesto contra el marco de la puerta con los brazos cruzados. Podía sentir el peso de tu mirada en mi nuca.
Hyde:- ¡Que era una puta!- levanté la voz casi con furia.
Sakura:- ¿En serio?- te hiciste el sorprendido y contestaste con sarcasmo- ¿Crees que soy idiota?- volviste a tu semblante serio.
Nos quedamos en silencio varios segundos mientras yo bebía mi cerveza a pequeños sorbos para distraerme de esa tensión. Te acercaste a mí y me sacaste la lata dejándola bruscamente sobre la mesada:
Sakura:- Últimamente te quejas mucho de idioteces- nos miramos a los ojos.
Hyde:- ¿Y?-
Sakura:- Y que es agotador tener que cargar con tus tonterías sin sentido, como esta-
Hyde:- No son tonterías sin sentido-
Sakura:- ¡Entonces explícame!, porque no lo entiendo-
¿Qué debía explicarte?, ¿Que molestaba verte con mujeres y no entendía por qué?, no podía decirte semejante cosa y encima sin fundamentos:
Hyde:- No hay nada que explicar, tal vez solo sea el estrés-
Sakura:- Pues entonces ve a un psicólogo porque yo no estaré aquí siempre para aguantar tus tonterías-
Durante la noche mientras intentaba conciliar el sueño toda la situación revoloteó por mi cabeza, y no solo esa situación, sino lo que venía ocurriendo hasta el momento. ¿Por qué me sentía de esa forma?, ¿Y si en verdad…?:
Hyde:- No podría imaginarme besando a esa cosa, claro que no- fue lo último que recuerdo haber dicho antes de caer rendido al sueño.
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Sakura:- ¿Por qué no ensayaremos hoy?-
Hyde:- Tet-chan enfermó, está en cama con fiebre- yo estaba cómodamente sentado en el sillón intentando componer, por lo que siquiera levanté la vista hacia ti.
Sakura:- ¿Y no iremos a verlo?- bostezaste ruidosamente y te sentaste frente a mí en la mesa.
Hyde:- Más tarde. Ken-chan estaba con él igual, con su compañía está bien, de todas formas tiene que descansar-
Apoyé el lápiz en mi labio inferior y pensé con detenimiento unos segundos:
Hyde:- ¿Me ayudas?- te miré suplicante.
Sakura:- ¿Con qué?-
Hyde:- No estoy seguro de lo que estoy haciendo, me gustaría que me dieras tu opinión- te extendí el papel para que leyeras lo que había escrito.
Primero encendiste un cigarrillo y luego de darle una profunda calada, comenzaste a leerla. Tu rostro se tornó en un rictus de disgusto:
Sakura:- ¿Es en serio?- alzaste una ceja y me miraste decepcionado- Es lo peor que has escrito-
Mi desilusión fue tan grande que por un momento sentí la necesidad de golpearte en la cara, pero eso no estaba bien, tenía que aprender a aceptar las críticas:
Hyde:- Aunque vengan de ti…- susurré.
Sakura:- ¿Qué?-
Hyde:- Nada- me levanté del sillón y me senté junto a ti en la mesa- ¿Entonces que se te ocurre?- volviste a tu cigarrillo.
Sakura:- No me desagrada el rumbo de la letra, pero tus palabras… ¿podrías acaso ser un poco más deprimente?- reíste estruendosamente.
Hyde:- ¿Qué tienes contra mi autoestima baja, eh?- refunfuñé.
Sakura:- No entiendo el por qué de eso- dejaste la hoja en la mesa y dejaste que tu cabeza se venciera sobre tu mano, mirándome detenidamente a los ojos- ¿Cuál es tu punto?-
Hyde:- No lo entenderías- coloqué ambos brazos sobre la mesa y escondí mi rostro entre ellos.
Sakura:- Probablemente- reíste- Piénsalo… eres joven, estás bastante cómodo económicamente, no digo gran cosa pero al menos para darte algunos lujos. Tienes una banda, una voz magnífica, y los mejores amigos que podrías haber pedido jamás- te glorificaste- No veo el por qué de tu baja autoestima, a menos que me des un motivo válido-
Bufé molesto y me revolví entre mis brazos. Alcé la vista hacia ti sutilmente y con un deje de vergüenza:
Hyde:- Me gustaría ser como tú. Tener esa apariencia tan varonil y ser cabezota- eso último lo dije entre risas y tú también reíste.
Sakura:- Eso no es posible enano- diste la última calada al cigarrillo, dejando escapar el humo lentamente- No es posible porque eres totalmente lo contrario a varonil y porque ya eres demasiado cabezota como para ponerte a mi altura, te estarías rebajando mucho-
Hyde:- ¡Oye!- te saqué a lengua- Eso mismo es lo que me molesta- fruncí el entrecejo.
Sakura:- ¿Ser más cabezota que yo?-
Hyde:- No idiota, digo… mi apariencia- me sonrojé sutilmente. Te miré de reojo y tenías cara de no entender. Suspiré- Si luciese como tú, la gente no intentaría provecharse de mí ni se burlaría-
Sakura:- Pero eso no tiene nada que ver con tu apariencia, eso pasa porque la gente es estúpida. Si te gusta usar el cabello largo hasta la cintura, arreglarte o lo que sea, es problema tuyo y no tienes por qué dejar de hacerlo si no quieres- te levantaste de la silla y pasaste por detrás de mí para ir hacia la cocina, pero antes colocaste tu mano sobre mi cabeza y acariciaste mi cabello- No dejes que la gente te moleste ni quiera aprovecharse de ti, mándalos al carajo. Y sino, me llamas a mí y los golpearé por ti- te vi sonreírme y luego desapareciste por la puerta de la cocina.
Coloqué mi mano en mi cabello donde antes había estado la tuya y lo arreglé suavemente. En mi rostro se dibujó una sonrisa de agradecimiento y pensé que tal vez si tenías algo de buena persona bajo esa apariencia tan oscura que siempre mostrabas:
Hyde:- Espera, ¿entonces me ayudarás con la canción?-
Sakura:- No, ese es tu trabajo, pero yo te diré si está aprobada o no, ¿quieres?- me extendiste una lata de refresco. Hice una mueca de enojo como si fuese un niño pequeño.
Hyde:- No, quiero el que estás tomando tú- dije infantil.
Sakura:- No, no me gusta la naranja-
Hyde:- A mí tampoco, y no es justo que yo tenga que tomar ese mientras tú tomas el de manzana- te arrebaté la lata de las manos y le di un gran sorbo.
Sakura:- Entonces no lo compres y ya- volviste a colocarla en el refrigerador- ¿Qué quieres almorzar?-
Hyde:- Mm… omurice- sonreí.
Sakura:- ¿Omurice?, ¿a caso tienes 5 años?- te cruzaste de brazos.
Hyde:- ¿Debo tener 5 años para poder comer omurice?- también me crucé de brazos y nos miramos desafiante.
Sakura:- No, pero…-
Hyde:- Pero nada, quiero omurice y se acabó- cerré mi ojos y te escuché chistar, aunque de todas formas accediste.
Te observé atentamente y en silencio mientras cocinabas, admirando cada expresión que hacías y sonriendo tontamente cada tanto cual adolescente enamorado. Porque así era, y a pesar de que me había costado reconocerlo al principio, terminé aceptando que me tenías cautivado, tus actos, tu forma de ser tan espontánea, tu pasión por la música, esa presencia tan masculina… todo en ti me tenía embelesado.
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Con el correr del tiempo me di cuenta de cuánto había empezado a admirarte. Amaba verte ensayar porque lo hacías con pasión, te mostrabas tan concentrado… al igual que cuando cocinabas o me ayudabas a componer, siempre lo hacías con dedicación.
Nuestra amistad se había vuelto tan sólida que los cuatro podíamos entender a los demás muchas veces sin siquiera tener que mediar palabras. Tet-chan se había vuelto más abierto y no tan frígido contigo como al principio, aunque siempre intentando mantener su postura autoritaria como buen líder que es. Ken y tú eran mejores amigos, se notaba a leguas, tanto que incluso a veces se entendían solo entre ustedes. Y yo… yo me sentía feliz de tenerte a mi lado, de que nos lleváramos tan bien, pero a la vez me sentía dolido por tener que ocultarte mis verdaderos sentimientos.
Muchas veces tuve que reprimir las ganas de confesarte todo por miedo a que me rechazaras. Muchas veces tuve que aguantar el enojo que me producía enterarme de que te habías acostado con alguna mujer que conociste en Dios sabe qué lugar y fingir que no me interesaba. Sin embargo, como toda mentira, poco fue lo que duró:
Hyde:- Tienes olor a alcohol, apestas mejor dicho… y a perfume de puta-
Te vi pasar por el umbral pesadamente mientras fumabas. Me saludaste con un movimiento de mano y te tiraste en el sillón. Te miré de reojo con disgusto, odiaba verte en ese estado, era cuando toda mi admiración por ti parecía más que una simple ilusión:
Sakura:- ¿Perfume de puta?- carcajeaste y cerraste los ojos.
Hyde:- Son casi las 5 de la mañana y estás borracho, seguro ese olor asqueroso que desprendes es el perfume de alguna puta con la que te acostaste, ¿me equivoco?- ahora fui yo quien se puso a fumar.
Carcajeaste nuevamente y balbuceaste una respuesta dándome la razón. Tuve una sensación incómoda que me invadió por completo y las ganas de reprimir mi enojo se esfumaron en segundos. Caminé hasta donde estabas y te arrastré hasta el baño como pude:
Sakura:- ¿Qué haces?- te quejaste.
Hyde:- Date un baño y despabílate- empecé a llenar la tina con agua fría, para que se te pasara todo el malestar que venías cargando, pero comenzaste a forcejear para que te soltara.
Sakura:- No tengo ganas, quiero dormir-
Hyde:- No dejare que uses mis sábanas en la condición deplorable y asquerosa en la que te encuentras, así que…-
Así que volviste a forcejear y tambaleaste, haciendo que con el peso de tu cuerpo ambos cayéramos dentro de la tina:
Hyde:- ¡Que idiota eres cuando quieres!- te grité furioso.
Carcajeaste estruendosamente y revolviste tu cabello ligeramente:
Sakura:- Eso dolió, y encima te das el lujo de echarme la culpa- pasaste tu mano por mi cabello suavemente provocando que me sonrojara por el contacto, y porque había caído en la cuenta de que estaba sobre ti.
Nos miramos a los ojos y de repente la situación se tornó bochornosa.
Volviste tu mano que a pesar de estar mojada se me antojaba cálida al contacto con mi mejilla y la acariciaste con dulzura. Me estremecí por tan simple acto y me sonrojé notoriamente, pero no me importaba, ya no quería seguir ocultando lo que sentía. Pensé que si no lo hacía en ese momento, no lo haría nunca…:
Hyde:- Sakura…tengo algo que decirte- en ningún momento habíamos dejado de mirarnos a los ojos. Pero siquiera me dejaste comenzar.
Sorpresivamente te acercaste a mí y me diste un beso en la comisura del labio, dejándome pasmado. Te miré con asombro y me dedicaste una sonrisa encantadora. Creí que lloraría de alegría:
Hyde:- Te quiero, Ya-chan-
Pasé mis brazos alrededor de tu cuello, y esbozando una sonrisa más amplia me besaste delicadamente, atrapando mi cintura entre tus cálidas manos.
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Ken:- ¡Yo lo sabía!- levantó los brazos en señal de victoria y sonrió arrogante.
Tetsu:- Yo también lo sabía- miró a Ken de reojo para que se le bajaran los humos un poco.
Sakura:- ¿Todos lo sabían?- me miraste intrigado.
Hyde:- Bueno…- me puse nervioso- No tan así pero… si- reí nervioso.
Sakura:- No es justo, ahora como castigo me comeré tu takoyaki-
Hyde:- ¡Ey!- me quejé al verte comiéndote mi parte.
Ken:- Son tan empalagosos que dan asco- bromeó.
Sakura:- ¿Tú crees?- te me antojabas tierno cuando hablabas con la boca llena como un niño. Reí y te limpié la boca con una servilleta.
Tetsu:- Me agrada que se lleven bien- sonrió conforme.
Recibir la aprobación de nuestros amigos me hacía ver las cosas de una forma aún más positiva.
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La noche se mostraba agradable, y a luz de la luna iluminaba nuestro apartamento de forma sutil permitiendo que apenas pudiese divisar tu rostro a mí lado.
Estábamos tan agotados luego de la presentación de esa noche que al llegar al apartamento siquiera encendimos la luz, fuimos directo a echarnos sobre el sofá. No nos molestaba, estábamos acostumbrados a quedarnos en las penumbras de la noche y simplemente disfrutar la compañía y el silencio del otro.
Extendí mi mano hacia ti y acaricié tu largo cabello. Tu cabeza reposaba sobre mi regazo. Podía sentir tu respiración serenada, el calor que me transmitía tu cuerpo a través de la tela.
Encendí un cigarrillo y le di una calada profunda llenando mis pulmones, y luego exhalando el humo con tranquilidad, la situación me relajaba en demasía.
De tus cabellos pasé a tus mejillas y pude divisar una pequeña sonrisa dibujarse en tus labios. Ladeaste tu rostro y sentí el suave roce de tus labios contra la palma de mi mano. Cuando querías, podías ser la persona más dulce del mundo:
Hyde:- Estoy muy cansado, ¿qué tal si nos bañamos y nos vamos a dormir?-
Ir a dormir se había convertido en una de mis partes favoritas del día. Llegar cansado de un día agitado y poder dormir a tu lado, entre el reconfortante calor de tu cuerpo era maravilloso, simplemente necesitaba eso para reponerme por completo para el día siguiente:
Sakura:- Claro, ¿pero no quieres comer nada?- te sentaste a mí lado y me diste un beso en la mejilla, dejando tu rostro reposar sobre mi hombro. Negué con la cabeza y repentinamente se me ocurrió una idea un tanto pervertida.
Solía ser bastante osado estando en pareja, y tú, por alguna razón, despertabas en mí las ganas de ser totalmente desvergonzado, no me importaba hacer lo que fuese para satisfacerte:
Hyde:- A menos que…- levanté tu rostro colocando mi mano en tu mentón y mirándote a los ojos con una sonrisa pícara recorrí tu labio inferior con mi pulgar- Me dejes comerte a ti mientras nos duchamos- sonreí con perversión.
Me devolviste la misma sonrisa y sellaste mis labios con los tuyos, explorando cada centímetro de mi boca con tu lengua. Mordí tu labio con deseo atrapando tu cuello entre mis brazos, me senté sobre tus piernas y rodeé tu cintura con las mías:
Sakura:- No esperaba que quisieras hacerlo luego de tan agotador día- reíste escondiendo tu rostro en el hueco de mi cuello, quedando oculto entre algunos mechones de mi cabello y el tuyo. Sentir tu respiración contra mi piel me excitaba.
Hyde:- No me puedo privar de ti, menos luego de haberte visto tan seductor mientras tocabas para mí en el escenario- tiré mi cabeza hacia atrás ligeramente soltando un suspiro- ¿Aún tienes energías?- sonreí.
Sakura:- Para ti, siempre- pasaste tu lengua con delicadeza por mi piel, haciéndome sentir extasiado.
Quería que cada momento que pasásemos juntos quedara grabado en mi memoria, al igual que cada sensación, cada abrazo, cada beso, cada vez que hiciésemos el amor.
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No todo siempre fue color de rosa, o azul ya que es mi favorito. Sea como sea, todo lo que siempre creí que sería perfecto, no fue así:
Hyde:- ¿Otra vez?- salí del cuarto al escucharte entrar.
Te miré con enfado pero tú siquiera te percataste de mi presencia, estabas demasiado ebrio como para hacerlo. Dejaste tus cosas sobre la mesa y te sentaste en una de las sillas tirando tu cabeza hacia atrás, tapándote la vista con una mano:
Sakura:- Que malestar…- susurraste molesto.
Hyde:- Claro que vas a sentirte mal si tienes más alcohol encima del que probablemente había en el bar- escupí con disgusto.
Sakura:- ¿Ah?, pensé que estabas dormido- me miraste con sorpresa.
Hyde:- ¿Otra vez estuviste emborrachándote y acostándote con putas?-
Sakura:- No me acosté con nadie… pero… si estoy algo ebrio- reíste divertido, lo cual a mí no me parecía.
Hyde:- Dúchate y vete a dormir al cuarto de al lado- me di la vuelta sin escuchar lo que decías.
Hacía no mucho tiempo habías vuelto a comportarte como antes de que empezáramos a salir, pero no solo eso, también te habías vuelto bastante distante con todos, incluso conmigo. Me preocupaba lo que te estuviese pasando, no podía negarlo, pero verte actuar de esa forma sin explicación alguna me dolía, especialmente porque luego venías con tu discurso barato a intentar convencerme de tu amor, y yo como idiota lo creía, aún a sabiendas de que tal vez ya te habías burlado de mis patéticos sentimientos con quién sabe cuántas putas.
La misma historia se repetía. Te acostabas a mi lado diciendo que solo habías bebido demás, que no habías estado con nadie, que me querías más que a nada en el mundo, y tras un par de besos y caricias, terminábamos teniendo relaciones. Al día siguiente, yo me hacía el idiota y volvíamos a ser la parejita feliz que éramos siempre… que solíamos ser siempre.
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Habría podido jurar que te odiaba, sin embargo me daba cuenta que solo te odiaba cuando me lastimabas, y ni siquiera. El amor que te tenía era mucho más fuerte, más intenso. ¿Pero tú?, creo que no sentíamos lo mismo, o al menos eso pensaba.
Perdóname si en algún momento te herí con mis palabras o mis actos, solo era consciente de mi propio dolor, no pude ver tu sufrimiento.
Te acostaste a mi lado boca arriba, tal como yo estaba y miramos el techo varios segundos en silencio, hasta que sentí tu mano tomar la mía y volteé a mirarte:
Sakura:- ¿Cuánto crees que dure esto?- volví la vista al techo. Tus palabras me dolían en lo más profundo de mi alma.
Hyde:- Lo que tú quieras-
Sakura:- ¿Y… tú quieres?- apretaste mi mano con delicadeza.
No podía seguir conteniendo ese nudo en la garganta que llevaba conmigo hace tantos días, en algún momento sabía que me quebraría. Mis mejillas se empaparon rápidamente y las lágrimas me nublaron la vista del pálido cielorraso:
Hyde:- Yo te quiero a ti… pero no de esta forma, Ya-chan. Solo nos lastimamos- cubrí mi rostro con ambas manos, me sentía completamente afligido.
Me abrazaste rodeándome por completo con tus brazos y ocultando mi rostro en tu pecho. Sentí tus labios besar mi frente y me susurraste unas palabras amargas:
Sakura:- Te amo- volviste a besarme- Pero ya te he hecho sufrir demasiado, Hide-
Rompí en llanto. ¿Así como así terminaría nuestro amor?, ¿por qué debía dejarte ir si aún te amaba, si aún me amabas?
Me aferré a tu espalda y te abracé con fuerza, como nunca había abrazado a nadie. Jamás había necesitado tanto de alguien, ni me había sentido tan a gusto y feliz con una persona. Cada contacto que teníamos era especial y maravilloso, me hacías sentir en el cielo. Pero este abrazo… este abrazo me sabía tan amargo que deseaba poder detener el tiempo y volver atrás, al momento en donde todo empezó a cambiar y encontrar el problema. O tal vez antes, al momento en el que te uniste a la banda, podría simplemente haber optado por no formar un vínculo contigo y entonces no estaría sufriendo de esta forma. Aunque de haber hecho eso me habría perdido de muchas cosas hermosas que pasamos juntos, de todos esos sentimientos y sensaciones extraordinarias que experimenté contigo.
No, no te cambiaría por nada ni nadie.
Fue la última noche que compartimos juntos. Nuestras últimas caricias, nuestros últimos abrazos, los últimos besos, la última vez que haríamos el amor como dos hombres que se aman profundamente.
Te abracé y deposité un beso en una de tus mejillas. Sería nuestra última noche juntos, durmiendo abrazados luego de amarnos:
Sakura:- Extrañaré tenerte solo para mí-
Hyde:- Yo extrañaré que me cocines- dije a modo de chiste para romper un poco ese ambiente de despedida que se había adueñado de la situación. Ambos reímos tenuemente.
Te sujeté más posesivamente y no pude evitar que de nuevo la tristeza se apoderara de mí. Llevaba demasiado tiempo conteniéndola, y ahora que había podido dejarla salir no había forma de pararla. Me abrazaste con afecto, acariciaste mi espalda gentilmente y me besaste con ternura:
Hyde:- Extrañaré todo de ti, incluso tus malos hábitos- unas cuantas lágrimas volvieron a escaparse de mis ojos. Limpiaste mis mejillas son tus manos y me besaste.
Cada beso lo seguía sintiendo único, como si fuese siempre la primera vez que nos besábamos. Tomé tu rostro entre mis manos y nos miramos a los ojos, con sonrisas tristes y aún entre lágrimas:
Hyde:- Tampoco es el fin de todo- reí- Vamos a seguir viéndonos y tocando juntos, solo que ya no compartiremos techo… ¿verdad?- me limpié para intentar reponerme.
Sakura:- Claro- asentiste con una sonrisa.
Y después de calmarnos un poco, logramos conciliar el sueño tomados de las manos por última vez.
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Última vez. Fue algo que pensé casi metafóricamente debido al rumbo que tomarían nuestras vidas por separado… pero jamás se me hubiese cruzado por la cabeza que podría volverse literal. Literalmente, me sentí morir.
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Aquella mañana de primavera prometía bastante. Ensayaríamos bien temprano para estar listos y descansados ya en la noche, entonces haríamos una gran presentación. Sin embargo, todos los planes se vieron frustrados:
Hyde:- ¿Qué… pasó?- me quedé atónito, espantado cuando vi el desastre en el estudio.
Aún más me horroricé cuando Tetsuya se acercó a mí con notable agresividad, me tomó de los hombros y comenzó a gritarme sarta de cosas que no lograba asimilar:
Tetsu:- ¡Lo sabías, claro que lo sabías y nunca fuiste capaz de decirnos nada!- me fulminaba con la mirada.
Hyde:- ¿De qué hablas?- también le grité, pero estaba realmente muy asustado y desconcertado.
Ken:- ¡Basta!- se acercó a nosotros y alejó a Tetsu de mí para tranquilizarlo, pero él seguía gritando enfurecido.
Tetsu:- ¡Sabías que ese maldito se drogaba y nunca dijiste nada, incluso lo ocultaste!-
¿Quién se drogaba?, ¿a quién oculté?:
Hyde:- No te entiendo- musité.
Tetsu:- ¡Claro que me entiendes!, pero preferiste dejar a tus amigos por él, preferiste dejar que destruyera nuestros sueños, nuestro futuro ¿a cambio de qué?, ¿acaso también te drogabas con él?-
Ken- ¡Tetsuya, ya basta!- le gritó también enojado.
Tetsu:- ¡Cállate!, ahora estamos arruinados por culpa de ese maldito bastardo. Sabía que no debía confiar en él…- se agarró la cabeza y salió del estudio golpeando la puerta violentamente.
Ken y yo lo observamos retirarse y cuando volteé a mirarlo, bajó la vista con tristeza:
Ken:- Lo siento akuma…- se acercó a mí y me abrazó- No sabías nada de esto, estoy seguro, y confío en lo que dijo Sakura-
Hyde:- ¿Sakura?- me alejé de él para mirarlo a la cara, todo en mi interior empezó a doler generándome un gran malestar- ¿Dónde está?- hiciste silencio varios segundos.
Ken:- Preso… lo arrestaron por posesión de drogas…-
Esa misma mañana de primavera mi mundo se derrumbó por completo y supe que de allí no habría vuelta atrás.
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A escondidas de Tetsu, Ken me acompañó a visitarte. No estoy seguro de si fue una buena o mala elección.
El lugar era tétrico y algo tenebroso, pero sentía que ya había estado en algo parecido, tal vez en mi interior. Ahora sabía la causa de todo y probablemente antes de que llegaras aquí también estuviste en un lugar similar en tu interior. Me preguntaba cómo fue que llegaste a tener que drogarte para seguir, y a la vez me sentía inútil. Inútil porque eso significaba que yo no te bastaba, no era digno de tu confianza como para cargar tus problemas contigo y no dejar que te hundieras, al menos no solo.
Veinte minutos fue el tiempo que tuvimos para una última charla, y esta sí lo sería. Te sentaste frente a mí al otro lado de la mesa pero no me miraste:
Hyde:- ¿No piensas mirarme?- tampoco contestaste- Entiendo- susurré- Quiero que sepas que no te culpo de nada, yo creo en ti-
Sakura:- No deberías…-
Hyde:- No tengo motivos para no hacerlo. Por favor mírame- te pedí casi en una súplica.
Sakura:- ¿Por qué viniste?-
Hyde:- Porque necesitaba verte y escuchar la verdad salir de tu boca. Ya-chan, por favor…-
Levantaste la vista lentamente, mostrándome lo apenado y dolido que te sentías:
Hyde:- Creo en tu inocencia, en que eres una buena persona-
Sakura:- ¿Por qué?, ¿acaso tienes idea de lo que ocurrió?-
Hyde:- Si. Y no creo que lo hayas hecho sin tener un motivo válido. Te conozco y sé que eres una gran persona-
Me miraste con detenimiento, con los ojos acuosos y te pusiste a llorar:
Sakura:- Perdóname-
Hyde:- No tienes por qué pedir disculpas- un nudo se estaba formando en mi garganta.
Sakura:- Eras a quien menos quería lastimar, y fue totalmente lo contrario-
Hyde:- ¿Por qué lo hiciste?, ¿Por qué no me dijiste nada?, se suponía que éramos una pareja- no pude evitar romper en llanto.
Sakura:- Ya te había hecho mucho daño, no quería involucrarte en nada, menos en un tema como este-
Hyde:- Me hubieses dejado ayudarte y tal vez…- te miré dolido- Y tal vez ahora estaríamos riéndonos de cosas sin sentido o haciendo quién sabe qué, y nada de esto habría ocurrido- mi llanto se hizo más pronunciado.
Sakura:- Solo te pido que me perdones- cubriste tu rostro con ambas manos y limpiaste parcialmente tus lágrimas- Por favor… olvídate de todo-
Hyde:- ¿Qué?- dije atónito.
Sakura:- Olvida todo lo que pasó entre nosotros y sigue con tu vida. Será lo mejor para ti-
Hyde:- ¡¿Y tú cómo sabes eso?!- era lo último que quería escuchar venir de ti.
Sakura:- Tu vida tiene que continuar Hideto- levantaste la voz pero aún así sonaba quebrada.
Hyde:- Te esperaré lo que sea necesario-
Sakura:- Siquiera tienes idea de cuánto tiempo estaré aquí adentro-
Hyde:- No me importa, te esperaré de todas formas- dije histérico.
Sakura:- ¡No quiero que me esperes, no volveremos a vernos!-
Un silencio se apoderó del momento, solo pude mirarte incrédulo:
Hyde:- ¿No volveremos a vernos?- el ambiente se tornó con un tono más íntimo- ¿Eso es lo que quieres?-
Sakura:- Eso es lo mejor para ambos- cruzamos nuestras miradas y como tantas otras veces, nos miramos a los ojos detenidamente, como acostumbrábamos a hacer cuando hablábamos muy en serio.
Hyde:- ¿En serio lo crees?- mis puños temblaron sobre mis rodillas y nuevamente, me encontraba llorando por tu culpa- ¿Incluso aunque te diga que eres el amor de mi vida?, ¿Qué muy difícilmente, casi imposible sea que encuentre a alguien más?-
Sakura:- Perdóname…- era la milésima vez que te oía pedirme perdón.
Me levanté dispuesto a irme, no había nada más que hablar, nada más que decirnos.
Las últimas miradas fueron tan vacías, que incluso dolieron, más que las palabras secas que les siguieron:
Sakura:- Espero que les vaya bien-
Hyde:- Cuídate-
Sakura:- También cuídate. Ah… y… dile a Ken que lamento haber arruinado nuestra gran amistad. Y a Tetsuya que me perdone si arruiné la reputación de la banda- bajaste la mirada.
Te di la espalda para salir de la habitación, y antes de abrir la puerta, me dedicaste tus últimas palabras de “amor”:
Sakura:- Por cierto…- elevaste el tono para detenerme. Volteé a mirarte e hicimos el último contacto visual- También eres el amor de mi vida, Hide…-
Nos sonreímos con evidente dolor.
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Desde aquella vez, nunca más supe de ti.
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L’arc- en- Ciel siguió su rumbo a pesar de todas las trabas que hubieron entre medio. Pudimos finalmente cumplir nuestras expectativas, nuestro sueño.
Tet-chan pudo formar su familia, concretar su sueño, él mismo me había confesado que se sentía a pleno, en pleno auge de su vida. Ken seguía en su “búsqueda de la compañera perfecta” aunque nosotros supiésemos que lo que en realidad le gustaba era la parte de la búsqueda precisamente. Según él, aún le faltaban cosas por experimentar en el campo de la música, por lo que además de L’arc también tenía proyectos aparte.
Y yo también pude cumplir mi sueño, aquel que compartíamos desde hace tantos años con Tetsu. Me casé, y me separé. Trabajé en muchos proyectos relacionados con la música y otros no tanto. Viajé por muchos lugares del mundo, comí innumerables variedades de comidas y tomé bebidas de muchas clases. Conocí gente maravillosa y otras no tanto. Hice muchas cosas en estos años… muchas menos la más importante…
Olvidarte.
“Jamás tendrías que haber pasado por ese interminable dolor, yo pude haberte protegido…
Si tan solo hubiese sido más fuerte, me pregunto si me habrías entregado tu amor por siempre.”
~Farewell.