Hace tiempo, Dios creó a dos ángeles, cuyas funciones iban a ser especiales y diferentes a las de los demás.
Todos los ángeles se encargaban de cuidar y velar por las personas, pero estos dos ángeles eran diferentes, uno llevaba vida a la tierra y el otro le quitaba la vida a las personas.
Estos ángeles eran los representantes de la vida y la muerte, Yugi el angel de la vida, Era de piel blanca, ojos amatistas y cabello tricolor, y Yami angel de la muerte, su piel bronceada, sus ojos rojos y su pelo también tricolor. Ambos ángeles cumplían con su deber adecuadamente, ellos sabían de la existencia del otro pero jamás se habían visto. Hasta que un día…
-Yami, esta es la lista del día de hoy- Dijo con fuerte y gruesa voz Dios
-Sí, señor- Dijo tomando un hoja echa de nubes negras y escritas con lagrimas de las personas caídas
Yami, salió de los aposentos donde Dios se encontraba, cuando un angel de cabello tricolor y parecido a él entro, al mirarse ambos, se sintieron atraídos por el contrario.
Yami, salió volando, desplegando sus alas de color gris como las nubes antes de volverse negras y en su mente la imagen de aquel angel de semejanza apariencia. Mientras tanto Yugi llego al llamado de Dios, pero en su mente estaba aquel angel de cabellos tricolores y igual a él .
-Dime, señor para que me has llamado?- Pregunto Yugi, con voz suave y tersa
-Yugi, se que ya te di tu lista pero, aquí hay una más para que lleves estas almas a la tierra- Dijo Dios con una voz más suave que, como cuando hablo con Yami
-Por supuesto señor- Dijo Yugi, tomando una hoja echa de nubes blancas y sonrisas de los vivos
Tomo su hoja y salió de aquel lugar, desplegando sus alas blancas como las nubes. Habían pasado 2 Lunas desde aquel encuentro, momentáneo entre Yugi y Yami, cada uno llevaba en sus pensamientos al otro, Yami pensaba todos los días en aquel angel de ojos amatistas y Yugi en el angel de ojos rojos.
Un día mientras Yami descansaba un poco de su duro y triste trabajo, fue hasta una parte del cielo, donde había un árbol, que un angel una vez llevo, el cual fue olvidado y cuidado después por Tod, el lugar esa cerca de un lago, donde el agua era cristalina y el árbol ondeaba día y noche gracias a la había en aquel lugar. Estaba por cerrar los ojos cuando oyó un bello canto muy cerca de ahí.
-Yo soy la luz, el canto, la alegría, el rio, el árbol…soy la vida- Eran las notas que salían de la voz de Yugi, al verlo Yami, sintió que su mundo se iluminara y de su corazón nació un verso a compas de la melodía de Leben.
-Yo soy la sombra, el reposo, el quebranto, la tristeza, la bóveda del llanto- Canto esta vez Yami, asustando a Yugi pero al mirarlo algo en él se tranquilizo y no dejo de cantar.
-Soy el poema, el sentimiento, la calma, la sonrisa, el verso que sale del alma- Continuo su canto Yugi
-Yo, la pena, la aridez, Soy la tormenta, la mueca que fluye y revienta- Aquella combinación de luz y oscuridad en sus cantos, hacían aquella canción la más bella que jamás había existido
-Mi voz es la llovizna, la Luna, el firmamento, la mariposa, aquella libertad que lleva el viento- Canto su última frase Yugi y espero a que Yami, cantara con aquella gruesa pero tenue voz
-Mi voz es abismo, es el huracán, el infierno en la tierra, pesadumbre, esclavitud y el silencio eterno- Termino su canto Yami, aquella melodía era como una equilibro entre la vida que daba Yugi y la muerte que daba Yami.
-Yugi…- Susurro, lentamente y con suavidad Yami
-Yami...- Ahora el susurro de Leben llamando a Yugi