Heechul:
-Hola- mi corazón aún se agita cada vez que lo veo. Venía a buscarme en Gabriel. Ese gusto por ponerle nombre a los vehículos, pero eso paso a segundo plano porque se veía guapísimo con una polera manga corta ceñida al cuerpo, unos jeans oscuros y unos lentes de sol como no me iba sentir cada vez más enamorado de él.
-Hola amor- mientras me subía a su auto -¿Para dónde vamos?-
-Es una sorpresa- me dio una mirada picara
-Ok- reí
-Siwon pero porque vamos a mi casa- O sea pensé que íbamos a salir.
-De verdad cálmate, es solo para te cambies, ¿no pretenderás ir con tu delantal de profesor intelectual?- lo golpeé muy despacio, solo para ver mi desaprobación era obvio que no.
-ok amor- me sentí un poco avergonzado
Nos bajamos entramos al ascensor que nos llevaría al piso de mi apartamento
-Te deje la ropa encima de la cama apresúrate- Fui a ver que había dejado, no me gustó mucho su mezcla- Amor ¿es algo formal o tengo que ponerme algo casual?-
-¿Qué no te gusto lo que te deje?- como le iba decir no me gusto, así que me fui por las ramas
-¿Por qué demonios me contestas con otra pregunta?- también me cargaba que hiciera eso
-Perdón. No es una ocasión para ir casual tampoco tan formal, sino semiformal, pero si no quieres solo se tu amor de verdad como tú quieras- Es tan lindo todo para hacerme feliz.
-Siwon no es que no me guste- Aunque eso no era verdad-Bueno solo déjame sorprenderte- Así terminaría usando lo que yo quería sin dañar sus sentimientos.
-ok, sorpréndeme- se rio
Empecé a bañarme, me coloque todo tipo de lociones y ahora la parte más difícil. Nada me quedaba, no había nada adecuado, la idea era sorprenderlo que se enamorara más de mí. Después de sacarme y ponerme y comparar mil prendas termine por colocarme una camisa celeste con una musculosa abajo y nos pantalones blancos de tela rayados. Eche la cajita a mi bolsillo, ojala le guste mi regalo.
Él ya se había cambiado llevaba un terno negro y una camisa blanca sin corbata abierta en los primeros botones de la misma. Se veía aún más hermoso, la idea era que yo lo sorprendiera, pero ahí me quede pegado viéndolo como un idiota.
-Veo que te gusto- se rio y yo estaba como un tomate de rojo o es lo que vería si me miraba en un espejo
-¿nos vamos?-
-vamos, pero ¿puedes esperarme en el auto unos minutos? es que tengo que hacer unas llamadas antes-
Salí del departamento y me fui directo del auto me senté en el asiento del copiloto y espere que llegara, ahí ya me estoy poniendo nervioso, me duele el estómago, mejor me relajo contare ovejas.
-¿Te hice esperar?- me desperté de sobresalto
-No creo que no- habrán pasado 10 minutos. ¿Qué tanta llamadas tenía que hacer? Me quede pensando.
-Ahora si vamos-
Llegamos a la torre Namsan, entramos a un restaurant lujosísimo. O me va pedir matrimonio, pero si aquí en Seúl no es permitido aun, que estoy pensando, además el su religión o Dios creo que me convertiré en tu religión si lo hace, he mejor retiro lo dicho no sé qué pensar.
-Estás bien-
-Si- respondí apresuradamente
-Parecías confundido-
-No para nada- Que no estoy hecho un caos.
Ordenamos y cenamos en medio de la cena tomo mi mano y llegaron unos mariachis. O no si lo va hacer lo HARA!. Mi corazón daba brincos de alegría. Cuando terminaron de tocar los mariachis y se fueron me miro tiernamente yo estaba ya con mis ojos aguados.
-Feliz Aniversario Amor, hoy es nuestro aniversario número 7- no es que no me emocionara, pero esperaba algo más, tonto Heechul que estabas esperando y mis lágrimas empezaron a caer no las pude aguantar
- Oh amor- se acercó a mí y me abrazo y seco mis lágrimas –No pensé que te iba emocionar tanto-
Me quede callado que le iba decir, la verdad no lloro de emoción, sino de desilusión esperaba algo más.
-¿Te gusto?- me pregunto emocionado
-Todo es muy hermoso y además está muy rico- suspire desanimado
-Pensé en los mariachis, porque te gustaron muchos cuando fuimos a México, claro que me costó demasiado conseguirlos-
Es tan tierno –te acordaste, si me gustaron muchísimo, Feliz aniversario amor- Le entregue la cajita que lleve en mi bolsillo. Lo abrió su mirada se cristalizo.
-oh…mi Dios, como supiste- Que tiene que ver Dios en todo esto.
- Te conozco, eres mi novio hace 7 años y Dios no tiene nada que ver- tenía que decírselo
-Todo tiene que ver pero no empezaremos una discusión ahora menos en este momento tan especial- Saco el reloj y se lo puso
-Es precioso!! Esto te salió una fortuna- Y así era porque un reloj con oro blanco y circones no es para nada barato, pero no le contare jamás como conseguí el dinero
-No es nada úsalo-
-no, no puedo; ¿De dónde sacaste el dinero?- La pregunta que temía que dijera – No es de donde pienso que es ¿o sí?- Maldición si era, pero no le podía decir que si, así que tuve que hacer lo único que pude.
-No como se te ocurre, no he vuelto allá hace años- Mentí –Trabaje duro para conseguirlo, pero si vas a estar dudando de mi mejor lo devuelvo-
-No, no, no para nada me encanto, perdona si te ofendí amor-
-ok, ya terminamos vamos donde prometimos-Salimos del restaurant y nos dirigimos donde estaba nuestro candado, después de buscar lo encontramos
-Aun esta – estaba nostálgico, después de tanto tiempo.
-¿Qué le estas escribiendo?-
-Ya verás- se lo mostré,
-“Eres mi persona favorita”- sonreí
-Tú también, Te amo- me dio un casto beso. Nos quedamos ahí por unos momentos admirando el paisaje –Te quiero llevar a un lado, ven- lo seguí tomado de su mano