Llegamos a su departamento era un lugar grande unos sillones de cuero negro, una televisión grande paredes blancas y una cocina tipo americano todo dispuesto armoniosamente.
-Pasa que no muerdo, por ahora-
Empecé a reír – No te temo- me gusta este juego
-¿Quieres algo de comer?-
-No gracias- estoy a dieta
-Yo sí. Eres hermoso- se acercó a mí y me beso era una beso suave que fue subiendo de intensidad hasta quedar sin aire –Además eres delicioso, espero que allá abajo- apunto hacia abajo –sea tan delicioso como aquí arriba- y volvió a besarme. Empezó a deslizar su brazos sobre mi polera y me la quito, sentí un poco de vergüenza, trate de taparme con los brazos –No te tapes deja apreciar tu belleza- yo baje los brazos con miedo y mi cara se hacía cada vez más roja –hermoso- volvió a besarme con pasión.
Me llevo hacia atrás y me subió al mesón de la cocina me acostó y se sacó su polera. Se subió sobre mí y empezó nuevamente con sus besos apasionados que me aturdiendo, que incluso olvidaba respirar. Dejo mi boca con un hilo de saliva hasta mis pezones que ya estaban recibiendo toda su atención entre besos y mordidas. Yo dejaba ver mi estado de satisfacción en cada gemido que se me escapaba
Con su mano desocupada la introdujo en mi pantalón y empezó a acariciar mi hombría, mientras seguía succionando mis pezones uno a la vez. Era muy excitante.
Paro y yo sentí que se me iba el alma del cuerpo, me miro con picardía y me quito los pantalones junto a mi ropa interior.
-Tengo la mejor de las vistas desde aquí-se subió sobre mi pene y poso sus labios sobre él y me miro, de inmediato se rio, quizá que cara habré tenido para causar esa risa, yo solo me tape los ojos con mi manos. Empezó a envolver con su lengua mi glande lo que hizo que se me escaparan los gemidos contenidos y curvara la espalda y las embestidas con su boca no tardaron en llegar
-es..espera no a..aguan..to-
-¿Tan pronto?, ¿Qué es tu primera vez?- se rio yo me avergoncé aún mas
-No lo soy- Mentí –es solo que hace tiempo no he tenido nada con nadie- volví a mentir, la verdad es que era mi primera vez, le entregaba mi cuerpo a un completo desconocido, pero mis latidos no me engañaban él era el correcto mi príncipe esperado.
-Entonces seré suave- siguió embistiendo con su boca mi falo, yo gemía ante tal estimulación, hasta que no pude más y me corrí en su boca.
-Perdón, perdón- no sabía que hacer esto era la gota de la vergüenza que había derramado el vaso, pero el trago mi semen como si se tratara de algo exquisito – Perdón, perdón- volví a disculparme y tape mi cara
-¿Por qué tanta disculpa? Que no vez que eres exquisito- llego hasta mis labios y me beso –vez que sabes bien- yo también probé el dulce sabor de mi esencia
-Tócame- me dijo con una voz sexy, mientras llevaba mi mano hasta su miembro que estaba desnudo para deleitarme, me guio en la estimulación, yo empecé a bombear como me había indicado y sus labios me besaban – ahí sí, así continua mi niño bonito-
Me soltó- Espera aquí- para donde iba ir. Volvió y se hecho un líquido en los dedos –Ahora si- se volvió a subir sobre mi yo volví a mi trabajo con su miembro que estaba erecto, el bajo la mano lubricada hasta mi entrada -Prometo ser suave- introdujo un dedo lentamente
-Oh- apreté mis ojos sentí un dolor.
-shiii tranquilo- me beso para calmarme, introdujo un segundo dedo y yo instantáneamente apreté su miembro- Ay! Veo que te dolió-
-Lo siento- lo solté
-¿Qué haces? Deja tu mano allí me gusta que me toques- con miedo volví a tocarlo como me había indicado de punta a bases, bombeando y tocando su punta que mojaba mis dedos con el líquido preseminal me relamía los labios al saber lo que tocaba quería más, más de el de este desconocido
-Estás muy apretado- abría los dedos como tijeras, hasta que ingreso un tercer dedo y los movía adentro lo que provocaba un pequeño malestar tolerable en mí
-Ya estás listo- se puso su condón que había dejado cerca, no se para que si yo era virgen, eso no lo sabía, pero además me había hecho la mejor felación de la historia, estoy seguro que nunca probaría algo así. Entonces sin más nada su miembro ya estaba entrando en mí, el dolor era más fuerte, que yo enterré las uñas en su espalda, era algo que jamás imagine seria así.
Estuvo así unos momentos dentro de mi sin moverse yo sentí que el dolor iba disminuyendo trate de mover mis caderas de a poco, el entendió que ya estaba listo para lo que venia
-Empezare a moverme lento, pero indícame si te hago daño- y así fue las embestidas fueron poco a poco subiendo de intensidad, yo ya había olvidado el dolor todo era muy placentero.
-Estas tan estrecho- sus gemidos se acompasaban con los míos, y los besos me dejaba sin aliento. Tomo mi hombría con su mano y empezó a bombear
-oh.. oh…oh- gemía
-Eres una putita golosa- me corrió hasta la orilla de la mesa puso mis piernas sobre sus hombros y así las embestidas fueron más profundas y rápidas
-Me..me co..corro- Llegue al orgasmo y el a la vez.
Acompasamos nuestras respiraciones y salió de mi interior, se sacó el condón y lo fue a botar. Yo seguía sobre su mesa de cocina. Llego a mi lado
-Ven- trate de bajarme pero un dolor en la zona baja no me dejo, el rio ante esto –Entiendo te llevare-
-¿Qué? ¿Cómo?- no supe cuando estaba en sus brazos siendo llevado a la habitación me acomodo en su cama y el por el otro lado.
-Eres simplemente irresistible- sus manos se movían sobre mi piel, él estaba nuevamente erecto. Esto es lo que provoco me sentía genial- creo que iré a dar atención a ese hoyito tuyo, abre las piernas- bajo y paso su lengua por todo el contorno de mi entrada, yo mordía mi labio inferior para no dejar escapar los gemido, sus besos en mi entrada me excitaba, después chupo de ella y embistió con su lengua
Lo que provoco que escaparan irremediablemente mis gemidos – ah ah ah para por favor-
-Eres una puta insaciable mira como estas ya, pidiendo que entre en ti – empezamos otra ronda de sexo duro –Esta vez perrita no seré suave- me giro me puso en posición del perrito e introdujo de una embestida su pene en mí, casi de inmediato empezó una tras otra embestida –baja un poco tu cabeza- eso hice –así es, ahora sentirás más de mi- sentía como que flotaba
-ahí por favor- toco una zona sensible que hizo estremecerme
-eso es, suplica perrita- la vergüenza no era parte de mi había olvidado todo solo me rendí ante el momento, ante él, sus encantos y el placer
Después de un momento de estar dándonos placer llegamos al orgasmo juntos.
Yo me fui rindiendo tranquilamente al sueño, después de la mejor de mis noche la noche de mi primera vez suave y fuerte me dejo cansado pero feliz