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Blow por Ali-Pon

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Notas del fanfic:

Un neuvo OS >wO en estas fiestas bonitas~ Donde mi lado fluff sale~

 

Notas del capitulo:

Este OS lo comencé a escribir poco después de que fuera lanzado "Danger" y que el 2min fuera mi adicción *O*

Solo espero lo disfruten ne? xD

PAra mi gusto, se me hace muy fluff aunque puede que para algunos no lo sea taaaaaaaaaaaanto...

Mejor les dejo leer y ya abajo nos vemos ota vez OWO ne?

Veía una y otra vez el video de su dongsaeng. Aquel jovencito que en unos cuantos años, se convirtió en hombre. Aún no lograba procesar el hecho de que Taemin ya tuviera veintidós, que ya no fuera más aquel chico inocente, inexperto y adolescente. Sentía un extraño nudo en su garganta por ello. Ante sus ojos veía los precisos movimientos que realizaba el maknae de SHINee, que era acompañado por bailarines. Tenía un revoltijo de sentimientos floreciendo en su interior, terminando en sus orbes color chocolate.

Se encontraba solo en el departamento, con las luces apagadas y con la laptop encendida sobre sus largas piernas. Al momento en que terminaba el video, volvía a dar click en “replay”. Quería seguir torturándose con ver a Taemin debutando en un solitario. Sabía que él se había esforzado al máximo y que pasó días y noches ensayando hasta caer muerto en su cama. Al momento en que su álbum fue lanzado entrevistas de todo tipo y presentaciones en varios escenarios, le mantenían sumamente ocupado. Sabía mejor que nadie que el pequeño estaba dando todo de sí en aquel disco, en aquellas canciones, en los bailes…en todo.

Sorbió su nariz, retirando unas solitarias lágrimas que habían caído. Se preguntaba si con ésta nueva fama, lo dejaría de lado, olvidaría todos aquellos años en que vio por su bienestar. A mitad del video, cerró con fuerza su portátil; quería dejar de ser un maldito masoquista. Un masoquista que quería a su lado a Taemin. Quería de vuelta a aquel tierno adolescente que le robaba una y mil sonrisas, que le hacía enojar, que le preocupaba a cada instante, que le hacía reír por la ternura que llegaba a desbordar, ¿era mucho pedir retroceder el tiempo?

Resopló cansino, dejando a un lado la portátil y recostarse de costado. Vio la cama que ocupaba el tan aclamado Taemin. Seguía intacta, seguía vacía –como todas las noches –. Cerró unos instantes sus ojos, creyendo que así todo desaparecería. Su celular comenzó a vibrar, anunciando un mensaje nuevo. No tenía ánimos para responder o si quiera tomar el móvil, pero la constante vibración de varios mensajes no le dieron otra opción más que atender el móvil. Se sentó en la orilla de cama y con pereza sacó su celular del bolsillo de su chaqueta. Con fastidio lo desbloqueó y sus ojos se abrieron de par en par. Lo que había recibido fueron unas fotos del muchacho que le robaba suspiros nostálgicos. Todas fueron tomadas en momentos divertidos. No pudo evitar el soltar una carcajada cuando vio una foto del culpable con un bigote de espuma, por culpa de un capuccino.

Cuando llegó al último mensaje se topó con una foto de Taemin sonriendo de forma sutil y guiñándole un ojo. Sus mejillas se ruborizaron y al instante lanzó el celular a la cama contraria. Quiso controlar al desbocado de su corazón, pero éste parecía no querer detenerse. Siempre ocurría lo mismo, siempre Taemin le abofeteaba sin siquiera saberlo. Eso era cruel, tanto para él como para su corazón. Sabía que el muchacho no lo hacía con intención de lastimarlo, ni mucho menos (ya que Taemin desconocía los sentimientos de su hyung), pero era doloroso ver a alguien que está tan cerca y a la vez lejos. Esa ironía de la vida, la vivía él. Su teléfono se bloqueó al paso de diez minutos, minutos que fueron de un debate mental para su dueño. Cogió el móvil de nueva cuenta y lo metió debajo de su almohada. Se recostó y se forzó a dormir. Cuando por fin pudo caer en brazos de Morfeo, no supo si sus demás compañeros llegaron, si la cama contraria fue ocupada, si Taemin le besó la mejilla y le había cubierto con una manta. No supo nada.

A la mañana siguiente, se despertó con un sobre-esfuerzo humano. Ahí se percató que nunca se cambió las ropas y que alguien le había puesto una manta, por ello sonrió un poco al tener idea de quién pudo haberlo hecho. Se sentó aún con el sueño encima, tallándose los ojos intentando retirarse la somnolencia. Cual muerto viviente se puso de pie, giró su cabeza para ver que efectivamente la cama donde dormía Taemin, estaba tendida y sin una señal de haber sido ocupada. Salió al pasillo y se encaminó al pequeño baño. Se miró al espejo y se rio de sí mismo, llevaba un peinado digno de burla.

Todo estaba tranquilo hasta escuchó el sonido característico de que una foto había sido tomada. Con los ojos ya abiertos y llenos de sorpresa, giró su cabeza para toparse con un divertido Taemin, con teléfono en mano. Sin pensarlo dos veces el rubio comenzó a correr siendo seguido por su hyung.

–¡Yah! ¡Lee Taemin, ven acá! –Gritaba con insistencia, persiguiendo la menuda figura de cabellera rubia.

Dieron un tour por todo el departamento, jugando al famoso juego del gato y el ratón. Rápidamente el poco enojo que había tenido, se esfumó y sus labios liberaban sonoras carcajadas y gritos hacía el muchacho que se rehusaba a dejar de correr. Pronto, en un descuido por parte de Taemin, se le abalanzó, provocando que cayeran sobre el cómodo sillón color chocolate.

Una guerra de cosquillas y ligeros tirones se inició hasta el instante en que las risas cesaron y se miraron directamente a los ojos detallando el iris contrario.

La belleza de Taemin debía ser un pecado. Su piel tersa y pálida parecía algo tan irreal hasta que sus manos la tocaron; sus labios tan peculiares, rosados y que eran los causantes de muchos de sus delirios; sus ojos pequeños y con brillo en ellos, le hacían perder la cordura cuando le miraban. Todo de él, le gustaba y lo quería. Sabía que a veces celaba a Taemin sin razón, que llegaba a reprocharle algo tan sin sentido que ni él mismo se lo creía. Ese muchacho tan hermoso y con algo de carácter, le hacía titubear y hasta sentir nervios. Siempre sus brazos anhelaban aquella menuda figura y había ocasiones en que deseaba que el tiempo se detuviera para seguir estrechándole y transmitir lo que probablemente no era siquiera escuchado.

–Minho hyung –susurró Taemin –, me estás aplastando. –Ante aquel comentario, el miedo a lastimar a su Tae provocó que se retirará de inmediato, sentándose y dejando que el otro se acomodara.

–Perdona. –Susurró Minho apenado.

El iris caramelo de Taemin le miraban curioso, aquello aumentó su nerviosismo e incomodidad por lo que desvió la mirada evitando ver al otro, quien le permitió escuchar aquella dulce melodía que había extrañado las últimas semanas: su risilla. Nuevamente giró su rostro, topándose con el ajeno a centímetros del suyo.

–Ammm…

–¿Ya viste mi video? –Ésa, ésa inocencia era la que le había hecho falta, la que había extrañado. No importaba si era fingida o auténtica, pero esa inocencia hacía que cayera a los pies del ahora rubio Taeminnie.

Sonrió de forma dulce mientras revolvía con suavidad las sedosas hebras doradas de Taemin. –Sí, lo vi. –Respondió con voz cariñosa.

–Dime, ¿qué te pareció hyung? –Un destello de ilusión en aquellos ojos que le flechaban, le hicieron reír. Cómo amaba a Taemin, quien jamás dejaría de ser su pequeño.

Se acomodó en el sillón, posando su brazo derecho en el respaldo dirigiendo su mirada a la pared contraria de la habitación.

–Qué me pareció. –Se repitió para sí la pregunta. Buscaba una manera de expresarle lo que había causado en él, verle ya convertido en hombre. Apretó sus labios, creando una fina línea mientras movía con insistencia su pierna izquierda. Nuevamente la nostalgia se apoderaba de su mente y, como una manera de evitar que sus sentires salieran a la luz, se puso de pie y se fue directamente al baño, desconcertando a Taemin.

Al estar dentro del cuarto de baño, Minho, se fue a la regadera y abrió la llave del agua fría. Aún con sus ropas del día anterior, se dejó mojar. Era una especie de escarmiento, una manera de apaciguar sus sentires y que jamás le delataran frente a su dongsaeng ingenuo. Cuando se sintió más tranquilo, se fue retirando una a una las prendas y por último abrió la llave de agua caliente. Se dio un baño, intentando tardarse el mayor tiempo posible. En el momento que se enredó una toalla en su cadera y salió al pasillo, se topó con aquella creatura que le veía de una forma un tanto indescifrable.

Era una guerra de miradas, hasta que vio como los ojos caramelo de Taemin viajaron hasta sus labios. Minho no se quedó atrás y con suma atención observó el rostro y parte del torso ajeno que era cubierto por una playera sin mangas y larga, que le llegaba hasta la mitad de los muslos. La diferencia de alturas era mucha por lo que era un tanto evidente que pudiera ver, un poco, el lampiño pecho del menor. Los cabellos húmedos de Minho atrajeron la atención de Taemin, quien lentamente acercó su diestra y retiró unos mechones que se habían pegado a la frente ajena. La mano del rubio terminó posada en la mejilla, provocando que miles de sensaciones explotaran en el interior de su hyung.

–Debo cambiarme, Taemin. –Ante aquel comentario, el aludido dio un respingo y se apartó.

Minho al entrar a la habitación, cerró en las narices del menor la puerta. Resopló viendo al techo para después encaminarse a su ropero y comenzar a cubrir su cuerpo. Sentía un poco de remordimiento al tratar de aquella manera al otro, pero sentía que en  cualquier momento (si no se controlaba) se abalanzaría al otro y le devoraría los labios hasta dejarlos hinchados y rojos. No quería que Taemin supiera de sus sentimientos, quería que él siguiera su carrera sin trabas. Sabía que en el pasado tuvo una relación con Jonghyun, pero fue una relación tormentosa. Jonghyun celaba en demasía al pobre Taemin y llegaba a ser sumamente posesivo. Por ese tipo de actitudes, los miembros restantes tuvieron que soportar peleas constantes, sumándole que Taemin lloraba a menudo por lo mismo. No fue hasta que Taemin decidió terminar y dejar a Jonghyun, cuando hubo un poco de paz dentro de SHINee. Tardaron unos cuantos meses en que ellos pudieran siquiera hablarse para cuestiones laborales y paulatinamente recuperar la amistad perdida. Ya habían transcurrido cerca de tres años desde que aquel conflicto había ocurrido, marcando al grupo y que parecía tan vigente aún y a pesar del tiempo.

Al momento en que salió de la habitación se topó con un Taemin pensativo; se encontraba sentado en el piso recargado en la pared contraria a la puerta. Minho no comprendía el actuar del otro ni el suyo. Desvió la mirada en el momento justo que la del menor se posaba en su anatomía.

–¿Qué te ocurre? –Preguntó Taemin en un hilo de voz.

–¿De qué hablas?

Taemin frunció los labios para después ponerse de pie, sacudiéndose un poco sus pants grises. Se irguió y se plantó frente a frente con Minho. Ladeó un poco la cabeza para después acercar sus carnosos labios a los del mayor, sin llegar a tocarlos, quien permanecía estático en espera de algo. Taemin le miró a los ojos, con un destello de seducción.

“¡Maldita sea, Lee Taemin!” pensó Minho.

Minho trataba de sostenerle la mirada, tratando de controlar sus ansias de poseer aquella tentadora boca que se encontraba a centímetros de la suya y que despedía el cálido aliento del rubio. A su cabeza vinieron todas y cada una de las imágenes del video que protagonizaba Taemin. Aquellas escenas en que el menor hacía poses o movimientos provocativos. Ni se diga de aquellas tomas donde se veía el cuello, parte del pecho y sus voluptuosos labios. Esas que le dejaban a su imaginación cómo sería su cuerpo desnudo estando a su merced.

–Bésame. –Aquel susurro cargado de deseo y sensualidad, no hizo titubear al otro. Minho sin más, le tomó de los cabellos y tiró de ellos para después juntar sus labios, llevando una danza llena de deseo y pasión. ¿Dónde había quedado la cordura? ¿No se suponía que eso quería evitar Minho?

El beso se tornó más demandante y profundo, en donde las lenguas se entrelazaban y delineaban los labios contrarios. Succiones y mordidas no se hicieron esperar. ¿Cuánto, Minho, había deseado devorar la boca de Taemin? Lo suficiente para dejarle sin respirar.

Los minutos pasaron y el gesto seguía; sin embargo, no fue sino hasta que Minho lo terminó y pudo ver algo que le maravilló. Las níveas mejillas de Taemin estaban teñidas de un carmín inocente, sus hermosos ojos caramelo estaban entrecerrados, sus labios rojos se hallaban. En ningún momento retiró el agarre de las hebras doradas del otro, sino que le hizo apegarse a él para sentir el desbocado corazón de su Tae. ¿Qué había sido aquello? ¿Por qué de repente Taemin le pedía que le besara? ¿Por qué de repente, el menor, le había tentado? ¿Por qué se besaron? ¿Acaso sentían lo mismo? ¿Debía ilusionarse? ¿Debía preguntar para saber qué había sido todo eso? ¿Qué mierda debía decir?

Minho estrechó entre sus brazos el fino cuerpo del menor, deseando lo imposible: que aquel beso se borrara de la mente contraria.

–Hoy tengo día libre. –Susurró Taemin, posando su cabeza en el hombro izquierdo de Minho. Se había aferrado a la chaqueta de cuero que se había puesto su hyung, aspirando la colonia que despedía el mismo…era gratificante.

–Eso…me alegra. –Para el mayor fue algo inesperado por lo que no pudo evitar que sus palabras salieran un tanto inexpresivas

Un suave gruñido le hizo saber que, a Taemin, no le había gustado aquella respuesta tan seca. Ante aquel tierno sonido no pudo evitar soltar una risilla.

–¿Quieres hacer algo? –Preguntó de forma tierna y dulce, como solía hablarle solo a Taemin.

–¿No tienes algo qué hacer? –El rubio elevó su rostro, viendo a los ojos a su hyung.

–¿Me estás corriendo? –Bromeó Minho.

–Claro que no, Minho-hyung. –Canturreó Taemin, separándose, con ayuda de sus manos, del otro para verle a los ojos y sonreírle.

Por aquel gesto, Minho desapareció su sonrisa y desvió la mirada mientras carraspeaba, alejándose del otro. Se encaminó hasta la cocina, siendo seguido por Taemin. El silencio se tornó pesado y tortuoso; solo el sonido de los platos y cubiertos eran los que hacían ruido. En todo instante, Taemin permaneció recargado en la orilla de la barra, observando con atención cómo comía el castaño alto que tenía por hyung. Se preguntaba si había hecho algo para que se comportara de aquella manera Minho.

Resopló con frustración al percatarse que las últimas semanas no estuvo mucho tiempo en el departamento, y que a duras penas y charlaba con los demás miembros. Después de que había vuelto de Estados Unidos, su agenda se vio más apretujada. Hubo instantes en que quería darse por vencido, en que quería dejar estancada la idea de que hiciera su solo, no estaba acostumbrado a realizar tantas labores por sí solo. Era demasiado cansado para él. Pero el hecho de recibir aquellas sonrisas y atenciones que Minho le dedicaba cada día –que lograba verle –le hacían ver que todavía podía seguir.

Sonrió de forma sutil al recordar la noche anterior que llegó y arropó al rapero. Se veía tan dulce durmiendo profundamente, que no pudo evitar depositar un beso en la mejilla ajena.

De forma repentina, su celular sonó, y al ver en la pantalla el nombre de su mejor amigo recordó que había programado una salida con él.

–¿Hola? –Respondió un tanto nervioso, ya que Kai solía hacerle escenitas cuando no llegaba a tiempo a alguna de sus salidas.

–Hola, Taemin.

–Ah, Jong In-ah. –Al momento en que pronunció el nombre de su amigo, desvió su mirada a Minho, quien había terminado de desayunar. –¿Qué sucede? –Preguntó nervioso, mordiéndose el labio inferior. Sabía que Minho no toleraba a Jong In, pero hacía su mayor esfuerzo por ser cortés y sonriente…para no tener problemas con él.

Taemin veía de soslayo cómo Minho fregaba los platos, haciendo oídos sordos e ignorando que el rubio estaba ahí, para después irse a lavar los dientes y volver a la cocina como si estuviera esperando que el menor hiciera algo. Por unos instantes Taemin dejó de escuchar los reclamos de Kai, dándose cuenta de que la tristeza en los ojos del mayor, le estaba matando.

Algo que no podía ignorar, era el cariño que el rapero le profesaba en silencio; él sabía que Minho le quería y que también se ponía un límite.

Sus miradas se encontraron, sintiendo cómo su corazón se estrujaba al ver los ojos ajenos. Era una paradoja que se quisieran pero que ninguno quisiera ceder. Taemin escuchaba vagamente los llamados de Kai, solo veía aquellos orbes oscuros y que le veían con tristeza y frustración. Su mano, que aún tenía al teléfono,  fue descendiendo al instante en que vio a Minho acercarse a él. El aire varonil, dominante y decisivo, mantuvo a Taemin congelado. Pronto la llamada pasó a segundo plano y las miradas intensas se instauraron en aquel momento.

La diestra de Minho viajó a la mejilla del rubio, acariciándola con el dorso de su mano. Parecía querer decir algo, pero se lo tragaba…y Taemin quería escuchar aquellas palabras que en sueños solía oír. La llamada terminó en algún momento; los labios se rozaron en un pequeño instante; una débil sonrisa se vio en los labios de Minho; un suspiro escapó de los labios del menor.

Un “Te amo” tan mudo que solo sus corazones lo pudieron escuchar. Minho se fue sumergiendo en el embriagador aliento de Taemin, olvidando que en cualquier momento algún miembro pudiera verles, olvidando que él mismo quería detenerse, olvidando su rededor para concentrarse en devorar aquella tentadora boca que le arrancaba bocanadas de aire.

Las caricias en las caderas de Taemin provocaron gemidos suaves y seductores. Parecía como si sus cuerpos hubieran esperado siglos y que al menor tacto estos reaccionaban. Su interior parecía estallar en una y mil formas posibles, sintiendo que solo el contrario podía mantenerle entero.

–Taemin…–susurró Minho cerca de los labios ajenos, abriendo sus ojos y fijar su vista en los orbes contrarios. Juntó sus frentes, en un acto dulce y cariñoso. Para Taemin aquello era una despedida, por lo que se aferró a la chaqueta de cuero de su hyung deseando que este entendiera que no quería que fuera un final de algo que ni siquiera había comenzado.

–Hyung… –musitó Tae posando su diestra en la mejilla del más alto, sintiendo el estremecimiento del otro.

Sus manos fueron apresadas de forma rápida, tomándole desprevenido. Sus asustadizos ojos viajaron a los achocolatados del mayor, notando el deseo en ellos. Sus extremidades se fueron relajando y sin más juntó sus labios de nueva cuenta. Quería que Minho le tomara, que le dijera tantas veces las tan añoradas palabras, que le prometiera que seguiría con él no importando qué. Su corazón ya no podía soportarlo más, lo entregaría todo.

Minho, quien desistió de dejar ir a su pequeño, elevó al otro, sentándole en la barra sin cortar el beso. Tomaría todo…tomaría a Taemin.

Los suaves besos descendieron al cuello níveo de Taemin, dejando leves marcas en él. Los suspiros del menor deleitaban a Minho, quien comenzaba a excitarse  y gruñía por lo bajo. Sus manos impacientes soltaron las ajenas y recorrieron aquellas delgadas piernas cubiertas por los pants grises y posicionándose en medio de ellas. Con un poco de rudeza atrajo al otro quien ahogó, en medio del pasional beso, un gemido.

Las pequeñas manos de Taemin jugueteaban en los cabellos marrones de la nuca de Minho, estrechando, halando, despeinando, haciendo un embrollo por las múltiples sensaciones que su cuerpo sentía por el tacto del otro. Los dos estaban en un punto entre la cordura y el desenfreno. Sus mentes estaban poniéndose en blanco, para enfocarse en el placer que cosquilleaba en sus vientres, que recorría cada célula de su cuerpo…

–Minho…–gimió Taemin en el oído del susodicho provocando que este gruñera por lo bajo y apretujara con sus manos los muslos del otro.

Ese maldito gemido lo llevo a la gloria y deseaba probar más del paraíso prohibido que era Taemin para él. Con maestría rodeó sus caderas con las delgadas piernas del rubio, dándole a entender que se afianzara…teniendo éxito. El rubio rodeó, de igual forma, el cuello del mayor, robándole un beso cargado de pasión y lujuria.

Ya no podían esperar más, era ahora o nunca. Con ligeros tropezones a lo largo del camino, lograron llegar a su destino: la habitación. Cuando Minho supo que habían llegado, bajó a Taemin, a quien azotó contra la puerta y volvió a devorar aquella boca mientras con sus manos buscaba con desespero el borde de la estúpida playera. Cuando encontró el famoso borde, no esperó a elevarla y –con ayuda del rubio –logró apartarla del cuerpo ajeno.

Con lujuria veía cada parte del cuerpo ajeno, admirando aquellos pectorales que aún no estaban del todo marcados, el vientre esculpido con esmero, brazos con torneados músculos. Cuando por fin dejó de admirar el torso del rubio, llevó su mirar al rostro del dueño de aquel cuerpo que le llamaba a gritos. Vaya fue su sorpresa al toparse con la penetrante mirada de Taemin sobre sí. Era igual o más tentador que en el maldito video, el maknae despedía la tentación en cada poro y eso le atraía como la miel a las abejas.

Como si le hubieran hipnotizado, se acercó más al menudo cuerpo de Taemin posando sus manos a cada costado de la cabeza del menor. Sus miradas se mantenían fijas, averiguando qué seguiría, qué más pasaría…

Minho se fue acercando al rostro ajeno con cautela, sin apartar la mirada de la ajena. Estuvo a punto de rozar los labios ajenos, pero se detuvo...sus labios entre abiertos estuvieron a milímetros de tocar la piel ajena. Mentón, quijada, cuello, clavícula, hombro, pectoral, pezón, costillas, vientre y ombligo; fue lo que recorrieron sus labios sin siquiera tocar la piel, tan solo su aliento fue el que se encargó de acariciar dichas zonas.

Taemin le observaba con ansiedad, deseo y desespero…quería que le tocara con aquellos carnosos labios, quería que dejara de torturarle de aquella manera. Su respiración errada fue la delatora de su desespero. Esto le causó curiosidad a Minho, quien se irguió y, de forma dominante, miraba los ojos al otro.

–¿Deseas hacer esto, Taeminnie? –La aterciopelada voz de Minho causó un estremecimiento en el nombrado. Minho solo quería estar seguro de que su pequeño en verdad anhelaba que él le tomara.

–¿Tú también lo quieres, verdad? –La pregunta de Taemin hizo que Minho desviara la mirada, alejándose para sentarse en la cama del menor.

–Minho…–le llamó preocupado Taemin.

–Sí…–respondió de forma vaga –sí quiero, no sabes cuánto es solo…

El menor sabía que para Minho era difícil, después de todo, que Taemin le respondiera a su tacto y besos de repente, no era algo que fuera sencillo de digerir.

–Minho…–volvió a llamarle Taemin, acercándose con lentitud para después sentarse a horcajadas en el regazo del mayor –No tengas miedo, yo en verdad quiero que lo hagas. –Le dijo calmo viéndole con decisión. –Así que no te preocupes tanto, ¿sí? –Un suave roce bastó para que Taemin supiera que había ganado.

Se reanudaron los besos y caricias en el cuerpo de Taemin. Pronto Minho se encontraba atendiendo los botones del menor, deleitándose con los gruñidos y gemidos que salían de la exquisita boca del rubio. Las manos del rubio retiraron con torpeza la chaqueta del castaño, para sentir a través de la delgada playera de algodón cada músculo de la espalda de Minho.

Había ocasiones en que envidiaba el cuerpo del mayor, pero su mayor confort era saber que su mismo menudo cuerpo hacía vibrar al de Minho. Se mordió con un poco de fuerza su labio inferior al sentir cómo su trasero era acariciado con rudeza. Múltiples sensaciones agolpaban su espina y deseaba sentir más, deseaba que cada suspiro, aliento y gemido que Minho profiriera fueran solo para él.

En un acto de valentía, Taemin recostó al otro para besar con fiereza el cuello del castaño. A la vez que recorría los fuertes brazos de Minho las grandes manos del mayor se adentraron en su pants, tocando piel con piel las redondas nalgas del menor. Ante esto, un suave movimiento de caderas por parte de Taemin, causó que los miembros ya despiertos, se encontraran…siendo separados por las ropas que aún se encargaban de cubrirles. De forma atrevida, Taemin subió de a poco la playera de Minho hasta que la retiró, dejando ver a su paso el bien trabajado vientre y pectorales. Repitió en el castaño, las atenciones que había recibido. Mordía con sensualidad los pezones del mayor, robando gruñidos y gemidos roncos del otro.

Minho, al sentirse al borde de la excitación, de un rápido movimiento puso de espaldas a la cama a Taemin. Ese joven le estaba absorbiendo de a pedazos y eso le encantaba. Volvió a proclamar los labios ajenos, robándose el aire de los pulmones del menor. Con rapidez desvistió por completo a Taemin, lanzando lejos los pants tan molestos –en aquel momento –.

Con sus brazos, a cada costado de la cabeza de Taemin, se elevó para ver con claridad el cuerpo que yacía debajo. No tenía palabras ante lo que sus ojos veían. Un jadeo salió de su carnosa boca, al sentir cómo su entrepierna era atendida por sobre la ropa. Sonrió de medio lado al percatarse de que su Taemin era el causante de semejantes descargas eléctricas en su espina.

Desde la perspectiva de Taemin era algo irreal que semejante hombre, de envidiable cuerpo y rostro, estuviera a sus pies…no podía creerse semejante noticia. Con lentitud masajeaba por sobre la ropa el miembro del mayor, disfrutando los gestos de placer que el otro gesticulaba. Taemin se elevó para buscar los labios del otro, pidiendo que todo siguiera.

Sin chistar, los pantalones –un poco ajustados – de Minho desaparecieron dejando desnudo a aquel hombre con cuerpo de dios. Taemin se mordió de forma provocativa su labio inferior, logrando que el mayor perdiera la cordura.

Entre caricias y caricias, los dos se hallaban atendiendo cada uno el pene del otro. Sus gemidos bien podían escucharse por todo el apartamento. Todo su cariño fue demostrado en cada beso y caricia tan exigida por sus cuerpos, sus pieles…

Cuando el momento de fundirse en uno llegó, la precaución de dilatar bien al menor causó que el interior del rubio se llenara de dulzura. A pesar de que al momento en que el pene de Minho se abrió paso en las entrañas de Taemin, sus lágrimas no eran de dolor sino de felicidad al saber que Minho siempre le trataría con cariño. Sus lágrimas fueron secadas con suaves besos y sus labios temblorosos fueron apresados por los contrarios.

El leve vaivén de caderas, los gemidos suaves, las caricias con ternura y los besos esparcidos por todo su rostro fueron llevándole a niveles jamás imaginados. Sentir cómo el pene de Minho se deslizaba con premura en su interior era más que excitante, al igual que recibir atención en su miembro.

Aunque, Taemin, no era virgen y que su primera vez fue con Jjong, eso no quitaba que disfrutó hacer el amor con Minho, porque eso había hecho ¿verdad? Los sabían los sentimientos que compartían y que negaban demostrar por miedo, por excusas baratas que solos se ponían.  

Cuando los dos llegaron al orgasmo, se mantuvieron unidos por unos minutos más, disfrutando de la sensación de haber poseído el cuerpo contrario. Minho acariciaba los cabellos rubios de Taemin, en silencio, en uno que les relajaba. Había sido algo maravilloso, pero faltaba algo…

–Te amo, Minho. –Para el nombrado fue como si una bomba nuclear hubiera explotado en su corazón. ¿Había escuchado bien?

–¿Eh?

Taemin rio divertido por la expresión de incredulidad de su hyung. –Dije que te amo, Minho.

Sin poder resistirse, Minho estrechó entre sus brazos el cuerpo de su Minnie. La felicidad latía con fuerza en su corazón desbocado. Había valido la pena la espera, había valido la pena.

–Yo también te amo, Taemin-ah.

Notas finales:

Sí, modifiqué en dónde dormía Taemin, sé que comparte con Jjong pero...quise hacerlo más interesante (?) -w-

La verdad, era el tiempo en que solo sabía sus nombres y uno que otro datillo extra, además de que comenzaba a escuchar más sus canciones, así que...por eso tuve que modificar eso del dormitorio y eso. 

Solo espero les haya gustado y me dejen un rev >wO

Lamento si no fue el emjor lemon del mundo, pero...he perdido la prática ^^u7 lo siento, trataré de recuperar esa habilidad para hacer lemons así todos sensualones 1313 if you know what i mean~

Solo les promociono mi fic 2min que lleva por nombre "Just stay...just that, please" ^^ A penas voy en el 3er cap...espero subir el próximo pronto >wO

Sin más, me retiro y les deseo felices fiestas

Cuídense

Espero leerles pronto

AliPon fuera~


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