Ya era de noche en Mordland y los integrantes de la famosa y brutal banda de death metal, Dethklok, no hacían más que lo común. Comían, jugaban, bebían, pasaban el rato. Hacían de todo menos trabajar en su nuevo álbum. Dentro de una de las habitaciones de la mansión había dos personalidades que discutían, más bien, peleaban a gritos tan altos que se escuchaban hasta la punta de Mordhaus.
- Te he dicho una y mil veces que dejes de copiarme!
- Yo no te estoy copiando. ¡Tú eres quien me copia a mí!
- ¿Ves? ¡Lo estás haciendo ahora!
- Yo no estoy haciendo nada, Skwisgaar. Tú eres el que siempre me echa la culpa de todos los problemas.
- Y eso es porque tú siempre tienes la culpa de todos los problemas, Toki.
Toki Wartooth y Skwisgaar Skwigelf, los dos talentosos guitarristas de la banda peleaban como siempre. A veces lo hacían sin ninguna razón, justo como ahora. Parecía algo tan cotidiano que ya ni siquiera tenían en cuenta que lo estaban haciendo. Esta vez fue por algo estúpido e innecesario: quién era mejor guitarrista.
- Toki, dime. ¿Por qué sigues peleando conmigo, cabrón? Sabes que yo tengo la razón. Soy mejor guitarrista que tú.
- Solamente estás celoso. Tienes miedo que te supere. Por eso es que siempre dices que te estoy copiando pero no es verdad.
- ¡Siempre lo haces, joder! Si yo toco un solo, tú quieres tocar el mismo solo.
- ¡Cuando yo intento tocar un solo, apagas mi amplificador!
- ¡Eso es porque opacas el sonido de mi guitarra! ¡No sabes nada!
- ¡¿Cómo quieres que sepa algo si tú no me quieres enseñar a tocar mejor y sólo me gritas justo como lo haces ahora?! ¡Eres un puto injusto!
- ¡Con un demonio! ¡No quiero seguir hablando de mamadas contigo!
- ¡Yo tampoco quiero estar hablando de mamadas contigo!
- ¡Eso es a lo que me refiero! ¡Eres muy infantil para ser lo que eres ahora! ¡Eres un niño mamón, despistado y problemático!
- ¡El que es un puto niño eres tú!
- ¡Me tienes hasta la polla, Toki! ¿Sabes qué? Si quieres copiar algo, ¡¿por qué no copias esto?!
El cuarto quedó en silencio. Skwisgaar había repentinamente tomado las manos de Toki y lo jaló hacia su cuerpo para callarlo con un beso. Un beso frío y duro a primera instancia, con un objetivo individualista y poco sentimentalista; pero no era un beso brusco, tenía una dulce intención. El guitarrista rítmico se quedó pasmado ante esto pero no se alejó en lo absoluto hasta que su compañero decidió separarse.
- Toki. Te espero en la sala de grabación con los demás para… ya sabes.. comenzar a grabar el nuevo disco.
- S-Sí.
El rubio, después de dirigirle al castaño estas aparentemente indiferentes palabras con su notable acento sueco, salió de la habitación mientras que, cuando el más alto estuvo lo suficientemente lejos de la habitación, Toki se dejó caer en la cama de Skwisgaard mientras se cubría la cara para ocultar su notable sonrojo.
- Joder. Creo que deberíamos pelearnos más seguido.