- Ayako, tengo que decirte algo muy importante - dijo seriamente el castaño con cierto sonrojo en sus mejillas.
- Te escucho Ryota-kun - dijo la bella chica de los cabellos rizados un poco confundida de ver tanta seriedad de repente en Ryota.
Desde lo lejos Mitsui estaba viendo lo que pasaba, estrujando su camisa con la mano en su pecho, sintiendo angustia y dolor.
- Yo..tu sabes que desde hace m-mucho... tu sabes que yo te amo... entonces, quiero saber si tu... Sientes lo mismo por mi? - dijo determinado el castaño.
- Ryota.. yo - dijo Ayako un poco en lo bajo pero no pudo terminar.
- T-Tu sabes cuanto yo te quiero, cuanto belo por ti, cuantas canciones te he dedicado en la radio de Mr. Lester... yo te amo demasiado.. Tu serías mi novia, Ayako? - lo ultimo lo dijo un poco mas calmado y despacio.
- Ryota... - se hizo un silencio que ni la poca lluva que caía podía romper. - Mira Ryota... no es que no te quiera - Ryota ya sabía a donde iba esto, pero igual se quedó callado - Yo de verdad te quiero y mucho, pero no ese tipo de querer... t-tu eres mi amigo y siempre lo serás, a menos que no lo quieras... pero yo no puedo corresponder esos sentimientos.... yo, lo siento de verdad.. - otro silencio mas incomodo se formó, Ryota no sabía como reaccionar, desde un principio pensó que no lo aceptaría como su novio, pero sus amigos le dieron bastante esperanza y valor para declararsele y asi lo hizo.
- Bueno... si asi te sientes.... está bien.. yo no te obligo a que me ames no?... amigos? - dijo Ryota al borde del llanto alzandole la mano para que hicieran un apretón. No podía creer que pudiera pronunciar mas palabras que esas. Toda su fuerza se fue como polvo en el viento. Tanto amor y cariño que sentía no podrían ser correspondidos.
- Amigos - dijo la castaña con una sonrisa y le dió el apretón de manos. - Entonces.. nos vemos mañana, cuidate de la lluvia. - y con esto se marchó, dejando al chico solo en la calle, justo cuando empezaba a llover.
Suerte que estaba lloviendo, y estaba empezando a llover bastante porque al parecer Ryota no soportó mas y comenzó a llorar descenfrenadamente, como si el mundo hubiera acabado para él.
Mitsui pudo observar pero no escuchar. Vió como la chica le daba el apretón de manos a Ryota, no sabía si eso significaba que eran novios, y que manera mas rara de despedirse los novios. Entonces para confirmar sus dudas, salió de donde estaba hacia donde estaba su amigo, pero cuando lo vió puso contemplar mas de cerca su cara. Estaba algo roja y tenía sus ojos algo rojos e inflamados y su cara reflejaba obvia miseria y dolor pero al mismo tiempo no mostraba nada; una cara neutral pero sumergida en sus penas y dolores. Entonces Mitsui supo que las cosas no habían salido como su amigo las esperaba, y solo por verlo pudo compartir su dolor, pudo sentirlo.
- Ryota.. - susurró el pelinegro.
Ryota subió su cabeza y miró su cara, entonces fue en donde se partió en llando de nuevo despues de haber cesado un poco. Ver a su amigo llorar, le dolió mucho a Mitsui. Arrimó a su amigo dentro de su paraguas y le susurró de nuevo - Estas todo mojado, tienes que ir a tu casa a cambiarte. Dale, te acompaño, sino vas a agarrar un resfriado con toda esta lluvia. - Ryota lo miró de nuevo y le dijo que no con la cabeza.
- N-Ndoo quiedo.. *hip* ver a *hip* n-nadie... m-me diento un *hip*... m-misedable... - dijo entre lo bajo con ese hipo que te llega cuando empiezas a llorar demasiado.
- Entonces... quieres ir a mi casa? - dijo Mitsui tratando de hacer que el chico fuera a un lugar mas caliente con él en donde estuviera cubierto y protegido de la lluvia para no agarrar un resfriado.
Ryota lo pensó por un momento hasta que pudo responder - Edtá bien *hip*. - con esto, Mitsui agarró a Ryota del hombro como signo de calma y los dos se dirigieron hacia la casa del mvp.
Llegaron, Mitsui sacó sus llaves e hizo pasar a Ryota que todavía estaba bastante mojado. Se quedó parado en la alfombra de secarse los pies y contempló la sala. Cuando llegabas podías ver una sala de estar mediana unida con el comedor, había una pantalla plasma en la pared y habían dos muebles grandes de 3 personas a los lados y una mesita en el medio con un pequeño florero lleno de flores blancas. A lo largo podías ver un pasillo que conectaba hacia la cocina y un poco mas lejos habían unas escaleras que conducían al cuarto, a donde los dos se dirigieron.
- Vamos, quitate rapido la ropa que sino te resfriarás. - dijo Mitsui sin mirar para que Ryota se cambiara. Pero al parecer a Ryota no le quedaban fuerzas, no se podía ni quitar los pantalones. - Vamos Ryota. Acaso quieres que te los quite yo? - preguntó un poco sonrojado el pelinegro.
- Gomen... es que... no me quedan fuerzas... incluso caminar hasta aqui se me hizo dificil.. - se hizo un silencio un poco tenso. - Te molestaría... si me ayudas? - dijo con una notoria tristeza en su voz.
- Claro, no hay problema - dicho esto Mitsui caminó despacio hasta donde estaba su amigo y lo pensó un rato, estaba un mas sonrojado que antes, no podía creer lo que iba a hacer.
Primero fue desabotonando despacio la chaqueta de la escuela, la pone sobre la cama y se queda contemplando la camisa que tenía puesta. Esta hacía que por lo humeda que estaba se remarcaran las partes de su bien formado abdomen, su pecho y sus brazos. El pelinegro tragó pesadamente y empezó a sacarle la camisa, primero subiendola y dejando la parte de arriba de Ryota desnuda. Mitsui estaba que ardía, casi se lo estaba comiendo con la mirada, pero, no podía dejar que sus locuras le ganasen, ahora Ryota estaba profundamente dolido y no podía aprovecharse de esa situación pues are muy incorrecto. Se calmó y empezó a desabrochar los pantalones de este con las manos un poco temblorosas. Y a una vez en boxers Mitsui podía contemplar el perfecto cuerpo de su amigo, con esas piernas bien formadas y esas redondas pompas que tenía, todo estaba tan bien formado. Se veía que su piel canela estaba bien cuidada y con las gotas de agua que caían de lo mojado que estaba se veía demasiado sexy para los ojos del pelinegro. Pero igual se tuvo que resistir ante sus bobas tentasiones.
- Ryota.. - lo llamó sonrojado - Crees que.. tu ... te puedas quitar los boxers solo? - preguntó un poco rapido.
- No, no me los quitaré... cuando llegue a mi casa.. me pongo unos nuevos.
- Es que mira que estas de suerte. Ayer mismo me compré un par de boxers nuevos y todavía no los he usado... asi que pensé que te podría dar uno... . es molesto estar todo el día con los boxers mojados no? - dijo con una cara que le sacó una pequeña sonria a Ryota. Esto le alegró al pelinegro.
- Mitsui... - lo miró a la cara. - Arigatou... por todo lo que haces por mi... eres un muy buen amigo. - dijo con una sonrisa triste. Mitsui sentía que le dolía el pecho al escuchar la palabra "amigo", pero ya estaba algo acostumbrado.
- No es nada... Para eso estoy aquí. - entonces fue hacia su closet y buscó el par de boxers mientras que ryota se quitaba el suyo. Cuando Mitsui los encontró y se giró, era como si estuviera viviendo un sueño, tener al de piel de canela en su cama, y ademas desnudo. Sus pensamientos estaban volando por unas cuantas fantasias cuando se dió cuenta de lo que estaba haciendo y le dió los boxers al castaño. Este los recibió con una sonrisa y se los puso. De milagro le quedaron, o a lo mejor Mitsui se confundió de talla alcomprarlos.
- Sabes, es un milagro que esto me quede bien no? - preguntó el castaño sabiendo que la talla de los boxers entre ellos dos no era la misma.
- Ya veo. Esta es una talla mas pequeña que a mía, parece que no me fijé. - dijo con una gota en la cabeza. - Sabes, ya que te quedan, entonces te los doy a ti. - y le dió otros 2 boxers mas de color negro como el que tenía puesto Ryota.
- De verdad, gracias. - dijo el castaño sentado sobre la cama blanca junto al pelinegro. Mitsui se quitó su chaqueta y los zapatos y se quedó un rato en silencio.
- Y-Yo... siento mucho lo de Ayako... No debí de haberte dicho que fueras a confesartele... - dijo un poco cabizbajo el pelinero.
- No.. no es tu culpa... de todas maneras, aunque haga todo para que ella me ame, no lo hará. - dicho esto se formó un silencio tenso pero entonces, cuando Ryota se dió cuenta estaba llorando de nuevo y restregandose las lagrimas por los ojos para que no salieran mas, pero era inutil. - K'so! K'so!! Me prometí que no iba a llorar mas!! E-Esto es... tan doloroso!!! *hip* ggghhnnn!! - Mitsui no pudo verlo llorar mas, entonces se pegó mas hacia Ryota y lo abrazó. Fue un abrazo tan dulce, tan lleno de sentimientos nuevos para Ryota, que le dió calor y la cercanía de alguien que lo mimara para que lo sacara de ese dolor tan profundo, pero entonces empezó a llorar mas, desahogandose en el pecho de su amigo.
- Ya.. llora todo lo que quieras... saca ese dolor... yo estoy aqui para ti. - esto lo dijo desde el fondo de su corazón. Esas palabras eran verdaderas y expresaban el verdadero amor que sentía Mitsui por Ryota, que no sabía si de verdad se le confesaría uno de estos días.
Ryota lloró y lloró hasta quedarse dormido en los brazos del pelinegro, quien lo cargó cuidadosamente y lo acostó suavemente sobre su cama y lo tapó con la esponjosa colcha. Mitsui aprovechó y llamó a los padre de su amigo y les dijo que él se quedaría en su casa a pasar la noche. Sus padres accedieron ya que conocían muy bien a Mitsui y confiaban en el. Eran casi las ocho de la noche pero aun asi se fue a dormir al lado de Ryota, quien inconsciente se acurrucó en el pecho del pelinegro y se quedaron dormidos asi.
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Mientras tanto, Hanamichi no se podía sacar de la cabeza lo que había pasado en las duchas aquel día, El pensando que Rukawa se veía sexy?? Estaba loco o algo?? No puso casi ni dormir por solo pensar en eso. No podía creer que solo cuando se hacenovio de Haruko, su corazón le este dando una mala jugada y esté viendo al kitsune por algo mas que un zorro apestoso, engreído y mala cara. "Debe ser que todo se me está subiendo a la cabeza, ademas ya se acercan los examenes finales y es normal que me aloque. Si! Eso debe ser." pensó para si, pero esto no lo convenció mucho y trató de dormirse.
En el otro lado, Rukawa estaba en la nube numero 11, no había nadie que lo pudiera despertar. Pero incluso dormido no estaba quieto, pues esa noche tuvo un sueño demasiado extraño, uno humedo, en donde estaba siendo tomado por un salvaje pero al mismo tiempo tierno pelirrojo, mientras que él mismo le rogaba mas y mas, se besaban y se disfrutaban que n siquiera parecía un sueño.