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Percebe feo por 5kn_akatsuki

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Notas del fanfic:

Hoy toca MinKey~ 

Notas del capitulo:

Ñé, salió mi lado subjetivo, creo. 

A leer!

-Había una vez un percebe feo.- dijo Minho mirando a Key, este tenía los ojos llorosos pues recién le habían molestado en los pasillos de la escuela por el color de cabello que llevaba ese día, un rubio casi amarillo con el flequillo teñido de rosado. –Era tan feo.- lo apuntó. –Tan feo, que todos se murieron.- terminó sonriendo, orgulloso por haber pateado a Kibum cuando este cayó.

-Gracias.- susurró levantándose del la banca en la que estaba sentado para irse al baño a arreglar. –Tú sí sabes cómo subirme en ánimo, estúpido.- tras tallarse los ojos se fue.

-¿No quieres escuchar el resto de la historia?- miró la espalda de Key, y como su brazo se alzaba para mostrarle su hermoso dedo medio. –Tú te la pierdes.- susurró sonriendo.

Había una vez, en una escuela de educación secundaría sólo para hombres un chico diferente, a él le gustaba el color rosa palo, las lentejuelas, combinar su ropa, cambiar el color de su cabello, comprar mucha ropa y calzado. No era como los otros que practican futbol, beben cerveza y eructan el alfabeto.

No, ese percebe practica deportes sublimes, como el sky acuático, esgrima y ajedrez.

Ese percebe quería a otros percebes.

Y eso lo volvía feo.

De menos eso pienso yo. Que es feo porque el resto de los estudiantes se empeñan en molestarlo, en hacerlo llorar cada vez más rápido y fuerte. Y eso sólo se lo harían a personas feas, ¿no es así?

Era tan feo que incluso los profesores le molestaban por su ropa, por su fea ropa, aclaro.

Era tan feo que sólo tenía un amigo que cada vez que le intentaba subir el ánimo, después de golpear a los que lo había hecho llorar, le mostraba su hermoso dedo medio mientras se iba. Ese otro percebe aprendió que ese dedo dejaba de ser ofensivo cuando se sabía interpretar como el percebe feo lo usaba.

También tenía un dedo feo, por supuesto, pero parecía que estaba más orgulloso de ese pulpejo que el resto de su cuerpo.

Ese era el percebe feo, tan feo que alejaba a todo el mundo de él.

Todos los rumores se murieron cuando ese percebe feo admitió ser feo.

Todos se murieron de vergüenza o de pena hacia sí mismos cuando ese percebe presumía su fealdad. Ese percebe tenía algo que el resto no, quizá ser feo tenía sus ventajas, incluía autonomía, autocontrol, autoestima e incluso, era el único percebe que tenía un auto. Vaya.

Todos los que murieron por la belleza… la fealdad del percebe querían matarlo también.

Querían que usara esos oídos para escuchar los insultos que le decían, que sus ojos miraran todas las ofensas que le escribían en su asiento, en esas bolas de papel que le lanzaban. Querían que usara su boca para responder los gritos denigrantes que le llegaban. O que sus manos fueran usadas para dedicar ese insulto tan suyo, a otras personas.

Entonces, todos querían matarlo.

Era un percebe feo, tan feo pero tan feo, que todos se murieron.

Murieron de envidia hacia él.

¿Cómo alguien tan feo podía ser tan feliz?

Como dije en un inicio, quizá su fealdad era lo que le garantizaba la felicidad.

Porque el resto de los percebes bellos, no eran felices. Quizá se debiera a que los otros percebes se preocupan tanto por el feo que olvidan cómo era vivir y buscar su felicidad.

Porque este feo, sí lo hacía.

Cuando andaba por el pasillo presumiendo sus nuevos tenis con plataformas, o los pantalones rojos de lentejuelas, incluso ahora con su fleco rosado hecho por él mismo.

Sí.

Ese percebe feo sí que sabía vivir a su manera, y ser feliz.

Quizá el resto de los percebes se empeñaban en molestarlo porque después de todo, ya estaban muertos.

-¿En realidad piensas eso de mí?- preguntó Kibum parado frente a  Minho, quien sólo lo miró con una sonrisa cálida. –¿Minho?-

-Ya te lo dije, eres un percebe feo.- contestó invitándolo a que se sentara a su lado. –Tan feo, que todos se murieron.-

-Gracias.- susurró sonriendo algo tímido. –Por pensar eso de mí.-

-¿Pensé en voz alta otra vez?- preguntó rindo. –Esa es tu historia.- sonrió.  

Notas finales:

Gracias por leer~


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