“Acuérdate de pasar por el libro.”
Decía el mensaje que recién había llegado al celular de Taemin, de parte de Jinki.
Así que sólo para molestarlo poquito, le contestó “Ya estoy en el camión” seguro entendería que se le olvidó pasar a la librería por él.
Se acomodó mejor en el asiento del camión, se puso el cinturón de seguridad y bajó las coderas, sacó sus audífonos para escuchar algo de música, le conectó los audífonos a su celular y luego de acomodarse otra vez, se relajó.
Había sido un día duro en la escuela.
El profesor que tuvo ese día había sido algo sarcástico y sátiro, pero pese a eso, sí aprendió algo nuevo. El segundo profesor sólo les mostró el plan de trabajado, les repartió temas y los dejó salir.
Así que esperó a YoungMin con quien ya había ido a desayunar para ir a la librería y comprar ese libro que Jinki le había pedido la noche anterior. Al salir de su salón de clases los siguió Kai pero parecía que estaba un tanto dolido porque sólo se despidió de Taemin, se perdió en los pasillos de la escuela.
YoungMin iba platicándole acerca de su relación con una chica. Todas las cosas que le decían le hacían pensar que su vida era muy simple. Es decir, mientras que YoungMin y LE ya habían terminado y regresado al menos tres veces, él seguía teniendo algo estable con Jinki.
A lo mejor y Kai tenía razón, y por el hecho de que Jinki era alguien mayor le daba más seriedad a la relación, por lo tanto, estabilidad.
Cuando entraron a la librería YoungMin de inmediato ubicó el libro que iba a comprar Taemin, él lo tomó y le pidió a la dependiente que lo embolsara porque lo llevaría. La compra no duró más que tres minutos.
Pero esos tres minutos se multiplicaron cuando YoungMin comenzó a ver los libros nuevos. Si algo era estable en él, era su buen hábito por la lectura. Siempre que iban a esa librería YoungMin salía con libros nuevos, dos apartados y dos más en encargo.
Así que mientras YoungMin hablaba sobre autores reconocidos con la dependienta, Taemin se fue a “turistear” por el resto de la tienda. No es que no fuera alguien culto, sólo que su gusto por la lectura era diferente, por eso terminó en la sección de “sexuales”. Se sintió travieso al tomar “Mil falos” y más aun cuando lo abrió.
Sintió sus mejillas sonrojarse cuando leyó “Un miembro más se acercó a mí, abrí mi boca que tuve que separar más mis labios para que entrara por completo, tiene que ser de algún mayor, su glande era suave igual que el resto de su miembro.” que lo volvió a cerrar para dejarlo sobre el estante.
Luego de acercarse a YoungMin y de que este apartó un libro más, salieron del lugar.
-No me vuelvas a traer aquí, que quiero ahorrar dinero.- se quejó metiendo el resto de su efectivo en la billetera.
-Al menos no lo gastas en alcohol.- bromeó Taemin.
-¿Me estás diciendo borracho?- preguntó riendo también.
-Te estoy llamando culto.-
YoungMin lo invitó a tomar un café, pero Taemin tenía que llegar rápido a su casa, quería estar con Jinki que sólo negó y le pidió que lo acompañara a la parada del autobús. Una vez ahí se encontraron con Jeongmin, que se les unió a la plática hasta que el trasporte apareció.
Al llegar a la central de camiones y tras presenciar una discusión entre operadores obtuvo su boleto. Se fue hacia la zona para abordar y subió al camión.
Después de ponerse cómodo le llegó un mensaje de Jinki, que contestó con una evasiva. Mientras iba camino a su casa notó que el cielo se estaba oscureciendo y el aroma a tierra mojada llegó a su nariz. Estaba lloviendo.
Pero mágicamente al entrar a su ciudad no había rastros de la lluvia torrencial de la carretera. Al bajar del autobús caminó sin detenerse hacia su casa, llegó y avisó de hacerlo.
-¿Por qué tan temprano?- preguntó Jinki caminando hacia él, mientras se quitaba el delantal para abrazarlo.
-El profesor nos dejó salir temprano.- susurró Taemin sintiendo un beso en su mejilla.
-Ya veo.- lo condujo hacia el comedor en donde le abrió una silla para que se sentara. –¿Compraste el libro?-
-Sí.- asintió. Tomó su mochila para sacarlo. Justo cuando extendió el libro, Jinki le tendió el periódico.
-Gracias.- susurró el mayor mirando la portada del libro.
-De nada.- contestó Taemin mirando la portada del periódico.
-¿Quieres comer algo?- preguntó Jinki levantándose del comedor para poner el libro en un lugar más seguro, y al tiempo, servirle comida a Taemin.
-Por favor.-
Sí, quizá su vida era más simple, pero era la que más disfrutaba.