Me despierto con el sonido del timbre, me remuevo tratando de quitarme el sueño, el timbre sigue sonando y empieza a irritarme, ¡que no les basta con una sola vez! Ya lo había escuchado a la primera, me quito las sabanas de encima y camino descalzo hacia la puerta de mi departamento donde el timbre no deja de sonar, abro la puerta para encontrarme con mi madre y mi hermana sonrientes
-¿Que no nos dejaras pasar?- dice mi hermana todavía con su sonrisa
- No puedo creer que no recordaras que vendiéramos a visitarte- tras escuchar lo que dice mi madre recuerdo la conversación de hace una semana en la que me había dicho que vendrían para mi cumpleaños.
- Por supuesto que no lo olvide- intento convencerlas- pasen, las estaba esperando. Mentira se me había olvidado por completo.
Me hago a un lado dejándolas pasar, deben haberse dado cuenta de que no las esperaba para nada, todo el departamento esta desordenado, hay platos sucios en la mesa y el fregadero, también hay unas cuantas piezas de ropa tiradas por ahí. Las dos miran a todas partes mi hermana se ríe
-¿No que nos estabas esperando?- mi hermana siempre tan linda.
-Bueno está bien, lo olvide… pero en mi defensa debo decir que he estado atascado con el trabajo y estudiando para algunos exámenes.
-No te preocupes Jongin- dice mi madre sonriendo- sabíamos que lo olvidarías
Las dos están en mi contra, se supone que deberían ser especialmente buenas conmigo hoy, después de todo estoy cumpliendo años.
-Voy a darme una ducha y vuelvo –les digo mientras me dirijo a mi habitación- pueden hacer lo que quieran mientras me esperan.
Las escucho a las dos reír, solo ruedo los ojos y prefiero seguir con lo mío, entro al baño, me desvisto y tiro mi ropa al suelo, donde caiga, realmente soy muy desordenado, debo admitirlo, pero que le puedo hacer, soy un tipo de 21, no esperen 22 años, que vive solo en un departamento, rara vez traigo a alguien aquí lo suficientemente importante como para avergonzarme de mi desorden, aunque tal vez una limpieza no estaría mal, con esos pensamientos entro a la ducha, al sentir el agua pego un salto y hago todo lo posible por no gritar, me ducho rápido porque esta endemoniadamente fría, a penas salgo me visto con lo primero que encuentro y salgo a ver que han hecho mi madre y mi hermana.
A penas entro a la sala me quedan mirando y se ríen, de seguro hicieron algo, las miro entrecerrando los ojos, lo que las hace reírse con más ganas, miro a mi alrededor y me encuentro con una caja en mi sillón, antes de ir hasta allá me volteo a mirarlas, abro la caja para encontrarme con un gatito completamente negro dormido entre unas mantas, ¡es de lo más tierno! lo tomo en brazos, es suave y cálido, se puede sentir su ronroneo, me volteo a mirarlas con una sonrisa en los labios
-Y… ¿de dónde ha salido esto? – les pregunto refiriéndome al gatito
-Es tu regalo de cumpleaños- dicen las dos al mismo tiempo
-Es tan lindo y tierno y suave y cálido y me encanta… ¡muchas gracias! – no puedo sentirme más feliz, creo que se nota por la sonrisa que no me he podido quitar de encima desde que lo vi
-Me alegro que te gustara- dice mi madre acercándose a mí- te lo hemos traído para que no te sientas solo- me pasa un brazo por la cintura a modo de abrazo y mira al gatito mientras sonríe conmigo
-Le hemos traído todo lo que necesita y lo hemos dejado en la cocina- dice mi hermana- también hemos dejado un pedazo de pastel para ti
-Muy bien cariño es hora de irnos- dice mi madre mientras me besa la mejilla- feliz cumpleaños, mi bebe esta tan grande- tira mi mejilla- no olvides llamarme y no porque ya tengas 22 quiere decir que no puedas visitarme así que hazlo- lo dice en tono de regaño al final yo solo me rio
-En cuanto tenga tiempo te visitare- me pone caras- lo digo en serio
-Ya está bien te creeré
Mi hermana también se acerca y me abraza
-Feliz cumpleaños, también debes visitarme- solo asiento con la cabeza mientras tengo una inmensa sonrisa en mi rostro.
Caminamos hacia la puerta para despedirlas, la abro y las dejo salir se vuelven y mi hermana me habla
-Cuida muy bien de ese gatito – se pone seria- lo digo en serio es muy especial, vendré dentro de unos días a revisar como lo estás cuidando.
-Por supuesto que lo cuidare muy bien, ¿Quién crees que soy? – Yo también me pongo serio- se cómo cuidar de un gatito.
-Eso espero- mi madre la tira de una mano y se la lleva ambas se despiden con un gesto de la mano.
Entro en mi departamento un poco molesto con la actitud de mi hermana, estoy seguro que puedo cuidar al gatito, después de todo no puede ser tan complicado, es solo un gatito. Me muevo hasta llegar al sillón donde me siento con el gatito aun en mis brazos, lo miro bien y me fijo que tiene un collar de un color azul intenso del que cuelga un pequeño cascabel, lo muevo para hacerlo sonar y las orejitas del gatito se mueven por el ruido para luego abrir los ojos de golpe, wow tiene unos ojos enormes que miran todo, parece un poco asustado, por lo que lo dejo para que explore lo que será su nuevo hogar, a penas toca el suelo sale corriendo y entra de nuevo a la caja en la que venía, una dentro asoma un poco su cabeza para mirarme ¡Es tan lindo! Como puede ser tan tierno, me acerco y le acaricio la cabeza y las orejas, al parecer le gusta porque se muestra más relajado y se puede sentir que empieza a ronronear
-eso es pequeño, te dejare aquí para que conozcas tu nuevo hogar- al parecer me entendió porque volvió a salir de la caja y empezó a pasearse por el departamento- yo iré a ver que han traído ese par.- dije más para mí mismo en un susurro.
Camino hasta la cocina y reviso todo no he encontrado más que dos botellas de leche y el pastel, creo que será suficiente por ahora, creo que tendré que comprara algo mas para mañana, hoy solo descansare, es mi cumpleaños tengo una excusa para pasarme el día haciendo nada, saco el pastel y también una botella de leche, busco algo en que darle al gatito así que abro uno de los cajones de la cocina y me encuentro un pequeño plato con forma de gato, así que si habían traído lo necesario, vierto la leche en el plato y lo dejo en el suelo
-¡gatito! Ven aquí pequeño- lo veo asomar su cabeza por la entrada a la cocina- ven aquí pequeño- me agacho para estar más cerca del suelo y así poder alcanzarlo.
-meooow – mueve sus orejitas y su cola, parece que puede sentir el aroma de la leche, se acerca con cuidado, al parecer ya no me tiene miedo.
Le acerco el plato y comienza a beber de inmediato, no puedo evitar sonreír, me pongo de pie y estoy a punto de sentarme a comer el pastel cuando el timbre vuelve a sonar, ¡y ahora quien es! Voy a la entrada para ver quién es, abro la puerta y me encuentro con mi amigo Sehun
-¡feliz cumpleaños! – Grita mientras se adentra en mi departamento- he traído cosas para que podamos comer algo y también he traído unos videojuegos nuevos que conseguí, podemos tener un buena tarde- se encoje de hombros y me mira esperando una respuesta.
-está bien, no es una mala idea- le quito la bolsa que trae y la dejo en la cocina- también podríamos pedir pizza aun no he comido.
-pídela tu mientras yo instalo las cosas en el televisor
-está bien, sabes dónde está todo así que solo hazlo.
Llamo a la pizzería y luego me tiro en el sillón junto a Sehun quien ya tiene todo listo para empezar a jugar, lo dejo escoger el juego que quiera y comenzamos lo que serán horas sentados en este sillón comiendo y jugando, sin mayores preocupaciones.
Este chico es mi mejor amigo, nos conocimos cuando teníamos 10 años, yo era el niño nuevo en el vecindario y él fue el primero es intentar ser mi amigo realmente, aunque se vea indiferente y carente de sentimientos, lo conozco lo suficientemente bien como para saber cómo es realmente, se preocupa mucho por las personas que quiere, siempre esta cuando necesitas su ayuda e incluso es cariñoso si no hay personas alrededor, desde que nos hicimos amigos hemos estado juntos siempre, las mismas escuelas, trabajos y ahora en la universidad, somos los mejores amigos, creo que podría considerarlo fácilmente como mi hermano.
Estábamos en la mejor parte estaba a punto de vencer a Sehun en un juego de carreras cuando el gatito aparece de la nada y salta sobre Sehun haciéndolo soltar un grito, desconcentrarse y perder el juego
-¿Qué es esto? ¿De dónde ha salido?- me pregunta con cara de espanto
-tranquilo solo es un gatito- se lo quitó de encima y lo acomodo sobre mi regazo mientras me rio de su reacción - me lo han traído mi hermana y mi madre como regalo de cumpleaños, dijeron que era para que no me sintiera solo- lo acaricio con cuidado- es tan lindo ¿no lo crees?
- si es muy lindo y todo eso pero mantenlo alejado de mí.- sigue con cara de espanto, tomo al gatito y se lo acerco al rostro- ¡ya! Jongin es en serio aléjalo no me gustan los gatos- se para y yo también lo hago mientras me rio y lo persigo con el gatito.
Nos la pasamos el resto de la tarde jugando y comiendo la pizza que pedimos, el gatito ya se había quedado dormido en mi regazo, ya era tarde y había anochecido por lo que Sehun se despidió de mí, solo de lejos ya que tenía al gatito conmigo ¿cómo puede no gustarle? Bueno cosa de él, me levanto con cuidado de no despertar al gatito y me voy a mi habitación para poder dormir, estoy muy cansado aunque no haya hecho algo productivo durante el día, muevo las sabanas y me meto dentro junto con el gatito, lo acaricio, creo fue una buena idea que me regalaran un gatito, sigo divagando hasta que me quedo dormido.
-Jongin… Jongin despierta – siento que alguien mueve mi brazo y escucho una voz desconocida que me dice que despierte- Jongin- sigue insistiendo así que lentamente abro un poco los ojos.
-¡¿q- quién eres?!