-hola queridos, mi nombre es Anzu Masaki, el amo suele llamarme Masaki, pero ustedes pueden llamarme como les plazca, ahora cuales son sus nombres, ya que el amo ni sus guardianes me lo dirán.
Yugi: Yugi Mutuo, es un placer y mis amigos son Malik y Ryou….
Anzu: ¡Vaya!, pero que gracioso, ustedes tienen el parecido de… bueno no importa, les mostraré donde se quedarán.
Guiando a los campesinos muy amigablemente, los dejó en habitaciones cercanas por si algo ocurría, pues ella misma sabía que los sucesos de aquel castillo no eran normales.
Anzu: Disculpen jóvenes, pero el amo y su compañía solicitan su presencia en el comedor, parece que acaban de organizarles una cena de bienvenida.
Yugi: muy amable Anzu, en un momento estaremos ahí.
Malik: pero yo no quiero estar ahí, me parece una bufonada toda esta situación, además que esos sujetos me atemorizan, hacen que me recorra un escalofrío cada vez que escucho algo sobre ellos.
Ryou: Lo siento pero no tenemos otra alternativa más que
obedecer si es que no queremos que nos lastimen o se desquiten con el abuelo de Yugi.
Yugi: lo sé, pero estoy igual o más asustado que Malik, Todo sea por mi pobre abuelo.
Anzu: lamento todo esto pequeños- AGACHA LA MIRADA MOSTRANDO TRISTEZA- no esperaba que los amos les produjera tanto miedo.
Yugi: no te preocupes, pronto nos acostumbraremos a esta nueva vida, solo espero poder volver a ver a mi abuelo.
Ryou: tranquilo amigo, ya verás que será muy pronto, ahora señorita Anzu, ¿podría por favor guiarnos hasta el comedor?
Malik: Bueno, solo espero que la comida no sea tan mala en este lugar porque en estos momentos desearía comerme un establo entero.
La jovencita suelta una carcajada al oír este comentario.
Anzu: Por favor, síganme y tranquilos, parece que todo está en orden esta noche.
Yugi: muchas gracias, eres muy gentil.
Anzu guio a los jóvenes campesinos hasta el dichoso comedor, la mesa era enorme y estaba bien servida, había cinco platillos distintos, para su sorpresa, los tres mayores aun no estaban sentados, ni si quiera se encontraban en aquella habitación, lo que intrigó mucho a Yugi y alivió las emociones de Malik y Ryou, pero ese gusto no duraría mucho, pues en seguida aparecieron aquellos tres mayores.
Atemu: Gracias por acompañarnos a esta cena tan especial, por favor siéntense.
Yugi: Muchas gracias.
Marik: quisiera asignarles asientos a cada uno, ¿está bien?- insinuando una mirada amenazante hacia los jóvenes campesinos, lo cual divierte al chico de pelo tricolor de los ojos rojos.
Malik: como desees…
Bakura: Bien, seré el primero en escoger ya que yo ya tengo mi lugar en esta mesa- se sienta cerca de la orilla de esa mesa.
Atemu: de acuerdo, apúrate por favor para comenzar a comer.
Marik acomoda a Ryou cerca de Bakura, mientras que a Yugi lo sienta a un lado de Malik, Atemu se sintió con autoridad, así que se sentó en un extremo de la mesa para encabezar. Para que finalmente, Marik tomara asiento a lado de Malik.
Bakura: comiencen, coman lo que gusten, ahora esta es su casa, así que siéntanse como en ella.
Los pensamientos de Yugi no lo dejaban, tenía todavía muchas dudas, muchas incógnitas que por más que las reflexionaba no le cuadraban, para qué los querían en ese lugar, porqué a ellos, que clase de lugar haría prácticamente que tres copias de él y sus amigos estuvieran viviendo ahí… TODO LE TABA VUELTAS SIN TRANQUILIDAD.
Yugi: quisiera saber…
Atemu: joven, es hora de la cena, por favor guarde silencio, si desea hablar, en cuanto termine, podemos ir a la sala de estar para arreglar sus dudas.
Yugi: por qué estamos aquí, ¿que necesitan que hagamos para ustedes?, si es la limpieza de todo este lugar, no nos tardaremos toda la vida aseándola, podemos…
Bakura:- levantándose bruscamente de su asiento haciendo estremecer la mesa y hacer resonar los cubiertos- El amo dijo que te callaras, ¿o acaso no entiendes?
Yugi: Claro que entiendo, disculpen mi insolencia- agacha la cabeza y con esta, su mirada.
Marik: ¿Qué no piensa terminar su alimento joven?- dirigiéndose a Yugi mientras todos lo miraban.
Yugi: No, lo lamento, quisiera retirarme.
Atemu: Has lo que quieras.- mirándolo algo incomodado y molesto.
Yugi lo mira algo decepcionado, mientras que este solo hacia movimientos con los cubiertos que traía en la mano.
Yugi: con su permiso….
Ryou: Yugi, espera, deberías terminarte por lo menos lo que dejaste a medias, te dará hambre…
Malik: Pobre Yugi, debe estar devastado, apenas se reencuentra con su abuelo y ahora tiene que estar aquí preocupándose…
Bakura: Ustedes también se quieren quedar sin comer, supongo yo…
Ryou: n…No, claro que no, disculpen…
Ambos jovencitos continuaron comiendo mientras escuchaban los pequeños y frágiles pasos de su amigo distanciándose hasta su habitación.
Marik: no se les ocurra llevarle de comer a su amigo, así aprenderá, si agarramos a uno de ustedes desobedeciendo les irá mal.
Atemu: Creo que ya quedó claro Marik, por cierto, en unos días se hará aquí una gran fiesta algo extraordinaria, así que no quiero un mal comportamiento, los empleados ya empezarán los preparativos…
Ryou y Malik miraban a Atemu con afirmación y obediencia. Mientras tanto, la joven Anzu había visto toda aquella escena y sintió mucha lastima por el jovencito del pelo tricolor que se había retirado de la mesa, así que esperó a que todos fueran a dormir para que ella pudiera llevarle una pieza de pan y un vaso con leche.
Marik y Bakura encaminaron a Ryou y Malik hasta sus habitaciones correspondientes, mientras que Atemu se dirigía a aquel lugar que el abuelo de Yugi consideró un gran misterio.
Pasó un buen rato y Anzu ya se había agilizado para llevar a cabo su buena intensión, llevando ya consigo los alimentos para el jovencito; parada en frente de la puerta decide tocarla.
Anzu: Joven Yugi, ¿se encuentra ahí?... por favor ábrame…
Yugi: ¿Señorita Anzu?, que hace, le llamarán la atención, será mejor que se vaya de lo contrario…
Anzu: No joven, me iré después de que converse con usted,
por favor, ábrame la puerta – Yugi se dirige a la puerta para abrirla viendo parada a Anzu quien le llevaba una bandeja con una pieza de pan y un vasito con un poco de leche.
Yugi: No debió molestarse, si saben que me ayuda, le castigarán y…
Anzu: no es molestia, además usted y sus amigos me preocupan demasiado, después de tu abuelo, ustedes al parecer serán las últimas visitas… y eso me entristece.
Yugi: Bueno- le sonríe dulcemente- Anzu, podrías explicarme ¿qué es lo que ocurre, por qué dices eso de últimos visitantes, que es lo que quiere tu amo y sus guardianes, qué traman, qué desean de nosotros, volveré a estar con mi abuelo?
Anzu-riendo: tranquilo, haces muchas preguntas, ¿es lo que le querías preguntar al amo?
Yugi: sí y muchas cosas más, no sé cómo plateártelo, pero… ¿crees en la magia?
Anzu: Pu… pues muy po….poco- contesta con un poco de preocupación, como si estuviera ocultando un gran secreto.
Yugi: creerás que estoy enloqueciendo pero siento una presencia en este lugar, algo poderoso, maligno, y creo que tiene que ver con tu amo y sus guardianes… pero después de eso me surgieron las demás dudas…
Anzu: pues tus preocupaciones son ciertas… te contaré, hace ya varios años, el abuelo de Atemu, se dedicaba a cazar tesoros de todos lados, se decía que era un caballero despiadado en busca del poder absoluto, en uno de sus viajes, en un saqueo, este encontró una caja dorada contenida con un supuesto rompecabezas, que tenía una leyenda grabada, solamente él y su nieto o sea Atemu pudieron leer la transcripción, pues eso para ellos era una señal, pues nadie más pudo, pero algo salió mal, dicen algunos rumores que dos magos se le aparecieron al abuelo de Atemu, al parecer no cumplió la profecía que estipulaba la caja maldiciendo a toda la familia relacionada con aquel rompecabezas, después de un tiempo, el abuelo de Atemu, falleció repentinamente y como el único sucesor que se dispuso a tomar su lugar fue Atemu, no le quedó más que seguir con las reglas de su abuelo, pero no faltó mucho tiempo para que sus dos guardianes llegaran, mi tía abuela que trabajó para aquel cazador de tesoros, contó una vez de la llegada de estos dos sujetos, dijo que cuando Atemu se encontraba triste cerca de los rosales, estos se le aparecieron, pero no eran normales, dijo que vestían de negro y tenían alas enormes y muy espeluznantes, pero al parecer eso pasó hace cincuenta y tres años, yo llegué aquí hace unos 6 años y pues es una gran coincidencia que el actual dueño tenga el mismo nombre que aquel de la leyenda, pero al oír a Bakura y Atemu discutiendo, logre escuchar que para Atemu se había detenido el tiempo y su maldición eran Marik y Bakura y hasta que llegara alguien que pudiera romper la maldición de Atemu, Bakura y Marik seguirían siendo sus demonios… aunque temo mucho que Atemu sea igual uno de ellos, pues en una ocasión de locura, parecía como si se transformara en un ser diabólico…
Yugi: por eso esos rumores del bosque maldito… ¿pero que tiene que ver, crees que nos usen solo por ser unos buenos aperitivos?
Anzu: Atemu y sus guardianes necesitan de vidas inocentes para alimentarse y mantenerse al día… pero por lo que entiendo, tu abuelo no les serviría de nada para lograr ese objetivo, y le ordenaron mandarte a ti y a tus amigos para cumplirle el deseo…
Yugi: no dejaré que toquen a nadie, lucharé por salir de este sitio, y tú vendrás con nosotros…
Anzu: no joven, ellos ya tienen mi alma encerrada en esta región y querrán hacer lo mismo con ustedes.
Yugi: pero no entiendo, si necesitan almas, ¿por qué mi abuelo no…?
Anzu: Yugi, tu abuelo pudo leer el grabado de aquella profecía…, tanto él, cómo probablemente tú, tengan el don que el joven Atemu tuvo con su abuelo... y por eso les requieran aquí… usted puede ser su perdición o su salvación, me parece joven que reflexionando todo esto, usted, su abuelo y sus amigos han sido sellados a partir de la lectura que hizo su abuelo, puedo imaginar que en estos momentos él se encuentre enfermo…
Yugi: ¿co.. co… cómo lo sabes?
Anzu: no puede ser, ya comenzó… - se levanta asustada- tienes que impedir que aquella mala energía se lleve a tu abuelo pequeño, tienes cincuenta y tres días para poder salvarle de lo contrario, tú y los involucrados, se irán… terminarán en el limbo acompañando a Atemu y a las almas de Bakura y Marik…
Yugi: ¿y cómo quieres que lo haga?, no sé nada de esto, ¿qué debo hacer?
Anzu: parece que aquella profecía dice algo con la luz y la oscuridad, ¡YA LO TENGO!…
Yugi: ¿qué es?, dímelo…
Anzu: por ahora no, debo estar segura de eso, te prometo ayudar, pero no se debe arruinar nada, o echaremos todo a perder, el tiempo se acaba… me tengo que ir- se acerca a la puerta- Yugi, tienes que ser valiente- sale de la habitación pero para su mala suerte, Marik estaba ahí, tomándola del brazo fuertemente y bruscamente, le pronunció unas frases.
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