Atemu después de salir de la habitación disgustado, tomó el pasillo donde Yugi y Marik se encontraban, luego de las sensaciones de dolor que Marik le ocasionaba a Yugi, este suelta gritos de agonía lo cual hace que Yami siga el sonido de esos gritos, al llegar a la escena mórbida que se encontraban, a Yami le comenzó a arder la sangre de íra y muchos celos, no soportó ver aquella imagen en la cual su única esperanza estuviera en manos de la maldad y la perversidad, gritándole a Marik logra llamar la atención de este, haciendo que se detuviera con las mordidas y le sonríe cínicamente.
Marik: miren quién está aquí, Yami, ¿no te conformas con tener a más de un amante volviéndose loco por tenerte?
Atemu: De qué hablas, amantes, solo son gente obsesionada y estúpida- mira a Marik con sus ojos reojos de furia.
Marik: Pues ese no es asunto mío, ya tengo lo mío, Yugi hará que mis emociones ardan al mil por hora, es un encanto, ¿no lo crees?, lamiéndole la mejilla y el cuello llenos de sangre, este ya se estaba quedando inconsciente, se sentía agotado.
Atemu: él no es para ti, solo tienes deseos emociones exageradamente ardientes dentro de ti.
Marik: será así, pero Yugi sabe hacerme sentir este ardor que tengo en el cuerpo, es y será el único. – se aferra al chico.
Atemu: no si yo lo permito- se le arroja a Marik para separarlo de Yugi, mientras este caía ya inconsciente.
Marik al separarse del chico comenzó a tranquilizarse y a regresar en sí, yami le sostiene las manos de lado a lado dejando fuera sus artículos, aunque Marik todavía sentía ese deseo por tener a Yugi.
Atemu: Sabes qué ocurre cuando no te controlas, atacas, y casi provocas la muerte, debes ver si Ryou o Malik son la persona que te tienen que sacar de esto, Yugi es mío, y no dejaré que le lastimes ni tú ni Bakura ni nadie.- se levanta y le entrega su Cetro a Marik mientras este se sentaba y miraba a Yugi con malos ojos. Atemu se posa de frente a él mirándole con melancolía, se arrodilla y procura acariciarle suavemente las heridas a Yugi, pero este hace un pequeño reflejo de dolor. Atemu lo levanta del suelo y se lo lleva a su habitación en lo que Marik veía como se distanciaba Atemu con su pequeño apasionado.
Yugi intenta abrir un poco los ojos, logra ver que alguien lo estaba cargando, intenta ver su rostro, pero no pudo, sus fuerzas ya no eran las que tenía antes de ser atacado, cuando de repente se oye un pequeño susurro entre llanto…
-Perdóname, debí haberte llamado a ti, sabía que debí hacerlo pero mi arrogancia no me lo permitió, estuve a punto de matar a Malik por acabar con mi paciencia pero me controlé, sé que contigo hubiese sido distinto…
Yugi al oír esto intenta de nuevo abrir sus ojos, esta vez no le costó tanto trabajo, mientras los abría, se percataba que él no se encontraba en su habitación que le habían asignado.
Yugi: ¿en dónde estoy?, ¿qué es este lugar tan… triste…?- No obtiene respuesta.- ¿ho…? ¿Hola?... –Se levanta con mucha dificultad, pues Marik lo había lastimado mucho- ¿qué le habrá pasado al joven Marik?, parecía primero ser sencillo y muy agradable pero al mencionar a Anzu se puso como loco, no comprendo- hace gestos de dolor y ya en pie, decide ver en qué habitación estaba, como su abuelo, curioseo oportunamente en la habitación, notando las telas regadas y los muebles viejos y desordenados, pero el altar que había viso su abuelo, ya no estaba a lado de la cama, si no que se encontraba delante del balcón, como si quisiera que la luz de afuera lo alumbrara para que todos lo vieran, se acercó para admirar más a fondo aquel tesoro, iba paso a paso, ya que se sentía algo débil. Al llegar, logra admirar una caja dorada antigua.
Yugi: ¿es esa caja a la que se refería mi abuelo?, si recuerdo muy bien lo que me contó, la profecía decía que solo los verdaderos elegidos podrán llevar de la oscuridad a la luz, forzosamente este desafío era para quien pudiese entenderle comenzó a dudar en averiguar sobre la lectura del desafío de la caja. Cuando por fin se decidió a mirar, alzó la caja, primero el veía unos símbolos que no entendía muy bien, hasta que la lectura se hizo más clara y pudo ver el contenido del texto sin ninguna dificultad. Se asustó, pues sabía que el también estaría involucrado.
Atemu: veo que puedes leer el texto, como tu abuelo… ¿y bien? ¿Qué sabes de él?
Yugi: que… que… está muy enfermo y nadie sabe la causa de su mal…
Atemu: Tal y como lo imaginé, definitivamente ya estás conectado con nosotros Yugi, en especial conmigo, tus amigos, tienen vínculo con los otros artículos, es necesario que cumplamos con la profecía, el problema es que como haremos eso si ni siquiera hemos empezado a averiguar el cómo se rompe la maldición, los magos habían dicho, solo la fuerza más grande que el poder que tienen los artículos de la oscuridad podrán romper esta que ahora será su maldición hasta el fin de los tiempos, dándole a cada uno personalidades demoniacas; solamente la luz vencerá a la oscuridad.
Yugi: ¿qué querrá decir?
Atemu: es lógico, el bien sobre el mal, pero, ¿en este caso quien es el bueno y quien es el malo?
Yugi pensaba, parecía ya tener la respuesta pero al ver que Atemu le miraba de una manera singular decidió irse a sentar, a parte que estaba agotado.
Atemu: es verdad, ya no me preocupé por tu salud, ¿cómo estás?
Yugi: bien, gracias por preocuparte, pero creo que deberías ver otros asuntos, en lugar de perder el tiempo con un campesino inútil, ¿puedes llamar a alguien para que me lleve a mi habitación para poder dormir tranquilo?
Atemu: ¿qué dices? No eres ningún campesino inútil, nadie tiene la singularidad que tienes… eres dulce y a la vez tienes una gran fortaleza, admirable en un jovencito como tú.
Yugi: por favor, quisiera retirarme- dice mientras se sonroja y cruza sus manos apretándolas mucho.
Atemu: está bien, pero por favor deja que yo te lleve.- Toma a yugi y lo lleva cargando hasta una habitación más grande y más cercana a Atemu mandando a sus sirvientes cambiar sus pertenencias a esa misma habitación.
Yugi: n…no tienes que molestarte cargando a un plebeyo como yo- hace cara de anime indignado.
Atemu: pero si tu dejaste de ser un plebeyo a la hora de entrar a este castillo, todo lo que está aquí te pertenece- le sonríe- espero que lo entiendas.
Yugi: gracias, pero, ¿no harás esto porque te sientes en deuda por saber que soy el único que te puede ayudar?
Atemu se detiene y agacha la cabeza, haciendo que yugi sienta que esa es la verdadera razón por la cual Atemu y los demás lo trataban tan bien.
Yugi: lo sabía- se entristece- por favor bájeme aquí, yo me recuesto solo, sólo necesito descansar, Marik agotó mis energías.
Atemu se vuelve a sentir culpable y deja a Yugi- Disculpa por favor, has pasado un mal momento, no volverá a pasar- se retira de la vista de Yugi y a Yugi le latía muy rápido el corazón, pues era extraño, pero no dejaba de pensar en esos ojos color rubí, apenas y se hablaban.
Yugi: qué absurdo, jajaj yo no puedo estar con esas ideas y menos ahora, lo mejor es que duerma para aclarar mi mente- pero siempre era ver esos ojos rojos pasionales que tanto le empezaban a gustar a Yugi.
Atemu, por su lado, se culpaba todavía lo ocurrido con Marik y Yugi, no podía evitar pensar en ese momento en el cual se sintió furioso al ver como Yugi se sonrojó por un momento con una de las mordidas que le ocasionó Marik y tampoco pudo olvidar la cara de placer que tenía Marik al poseer el cuerpo de Yugi a su merced.
Atemu: Maldita sea, Marik, me las pagarás…- empieza a punzar su cuerpo, como si algo dentro de sí se muriera por salir a manifestarse, dejado helado a Yami, se estaban mezclando sus sentimientos con la oscuridad, dándose cuenta que se sentía muy celoso de aquella escena.
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