A lo lejos se escucha el resonar de miles de pisadas avanzando a paso firme por los patios centrales del majestuoso castillo del gran y poderoso rey Saralegui, los soldados se alistan para iniciar una nueva incursión en nuevas tierras, ansiosos de cosechar el terror de sus nuevas víctimas, todos aquellos que estén en contra de los designios de su majestad son acusados de alta traición y enviados a la orca por lo tanto, no hay quien se atreva a contradecir en ni un solo momento a su eminencia Sara, los soldados siguen sus entrenamientos mientras que en el gran salón del trono el soberano toma una copa de vino embruteciéndose hasta los excesos con aquel licor, desde que perdió a su querida mascota hace tanto ya, un efectivo llega a paso veloz a puestas del gran salón y solicita estar en presencia de su alteza.
Barias
--- Mi señor, un mensajero solicita veros.---
Saralegui
--- Si es para decirme que aun no han encontrado a ese bastardo mejor ahórrame el enojo y encárgate tu mismo del impertinente ---
Barias
--- Tal parece que es algo que quizás os ponga de buen humor mi señor---
Saralegui
--- ¡¿De buen humor dices?! Ja, si sale con alguna estupidez, lo mandare desollar vivo, ¿lo has entendido Barias?---
Barias
--- Si mi señor ---
El fiel guarda del poderoso Saralegui hace una caravana y va a puestas del gran salón donde le permite el acceso a aquel infeliz soldado que se estremece al ir viendo como se abren ante sus ojos las descomunales puertas del gran salón del trono. El hombre pasa algo temeroso mas la oportunidad de ver de cerca a su excelencia es una oportunidad única que quizás sea el único galardón que este hombre se lleve a la tumba, pues es bien sabido por propios y extraños que si majestad es un joven buen mozo, de un aspecto casi de dioses, de ojos miel y cabellos tan dorados como el trigo al sol, de una piel acanelada, de una radiante belleza sin par, el hombre con emoción al igual que con gran temor se aproxima a su señor, Barias solo le permite entrar hasta a medias del lugar el hombre aunque a lo lejos logra percatarse de que en efecto su soberano es como un dios, tan bello y perfecto, Sara descansa en el trono con magnificencia y esplendor detrás del trono un enorme ventanal adornado con bellas telas satinadas le dan un aire místico al lugar, los dorados y rojizos rayos de sol que se van colando por los vidrios de aquel enorme ventanal hacen lucir aun mas fastuoso a Saralegui quien tras un par de gafas violetas mira fijamente a el susodicho mensajero.
Barias
--- Decid de una vez a que has venido, mi señor espera por las nuevas que traigas ---
Soldado
--- Mi señor Saralegui, mi buen señor, su excelencia le tengo noticias, noticas de costas de Caloría, de la embarcación del capitán Mikk----
Saralegui
--- Ah, del buen y sanguinario Tyki, dime ¿que ha sido de uno de mis queridos Capitanes?---
Soldado
--- Mi señor Mikk ha mandado un mensaje de hace una semana, en el cual dice así...” Hemos arribado con éxito en costas Mazoku, tomamos para gloria y beneplácito de su majestad el harapiento reino Mazoku que aun se erigía en las cumbres de Nuevo Shin Makoku, por desgracia muchos de los traidores a su excelencia escaparon, mas me es grato informar a su excelencia que hemos capturado a su querida mascota fijativo, aquel del que su majestad recreaba sus días y sus noches, sin mayor dilación el buque con vuestra preciada carga estará de retorno a no más tardar 5 días después de emitido este mensaje” es todo lo que mi señor envió----
El rostro inexpresivo y aburrido de Saralegui resplandece y una sonrisa siniestra se presenta en su boca, la risa que se escapa de su garganta hace erizar la piel del soldado quien no sabe que pasara con él a continuación.
Saralegui baja de su pedestal y va rápidamente hasta donde el soldado quien es tomado con fuerza de los hombros y es obligado a verle fijamente a los ojos.
Saralegui
---- Dime, dime, dime. ¿Cuándo es que fue fechada esta carta?---
Soldado
--- Hace cuatro días mi señor ----
Saralegui
--- ¿¡Lo has oído Barias!? Mi querido Tyki me trae de regreso a mi mascota favorita hahahahahahahahaha, hoy es un día de fiesta, rápido Barias, quiero que envíes a Adams por nuestro invitado de honor, que preparen sus habitaciones como es debido, no todos los días nos vienen a deleitar con su presencia la fina nobleza Mazoku hahahahhahaha---
Saralegui suelta al soldado y este mira por un momento a su majestad y luego dirige la mirada a Barias quien con un ademan le ordena salir del gran salón, el soldado ni lento o perezoso sale de presencia de su majestad pues era bien sabido que quienes estaban en audiencia de su excelencia no siempre salían con vida, por lo que agradeció al cielo el salir bien librado de tan terrible destino.
Sara estaba feliz, de nueva cuenta podría atormentar a aquel desdichado Mazoku, hacía años que este escapo de sus garras y se había vuelto humo entre sus manos, incapaz de saber su paradero y regresarle bajo su yugo.
Saralegui
--- ¡Ah…! Barias, estoy muy complacido con la noticia, hacia tanto que no tocaba a mi querido Bielefeld, me pregunto…¿Qué hubiera pasado si Yuuri se enterase de que su querido prometido es y será por siempre mi maldita perra? ¿Estaría molesto conmigo? Ahahahaha el buen y patético Maou, lo único para lo que serbia era para verle su cara llena de frustración cuando le use para eliminar a mis enemigos y mas pudiera haber hecho si no fuera por esos entrometidos que lo alejaron de mi, que si no, ahora mismo no habría poder sobre esta miserable tierra que no fuese conquistada a por mí, Yuuri, Yuuri, mi querido Maou, de nueva cuenta tendré entre mis manos tu preciado corazón Ahahahaha----
Barias
--- Su majestad el fechado del informe es de hace 4 días, eso quiere decir que mañana llega a Caloría el navío de Mikk, hay que enviar las tropas a por él, y traed le a vuestra presencia.---
Saralegui
--- Si, si, encárgate de todo querido Barias, yo iré a mis aposentos, decidle a las mucamas que preparen mi baño con deliciosas escancias quiero estar realmente esplendido para tomar entre mis manos a la querida joya de Shin Makoku.----
Barias hiso una reverencia y salió del salón del trono Saralegui miraba por el ventanal asía los patios del castillos sus soldados seguían con las maniobras adiestrándose y preparándose cabalmente para las ordenes de su majestad.
Después da media vuelta y se dirige a sus aposentos, las doncellas de palacio llegan a donde el y lo empiezan a despojar de sus prendas una gran túnica de seda dorada caen en el cuerpo del monarca y se dirige al baño real, entra en las cálidas aguas que han sido previamente mineralizadas y perfumadas con delicadas escancias madorosas y dulces, el monarca se desase de sus prendas y entra con gracia a el agua su larga y dorada cabellera ah sido enredado grácilmente en un peinado alto con un par de broches sujeto, Saralegui se hunde en las aguas y descansa su cabeza en el borde del gran baño, cierra los ojos y empieza a frotar sus hombros y disfrutar de su baño, mientras recuerdos llegan a su mente y una sonrisa entre macabra y llena de placer se presentaba en sus labios.
Saralegui
--- Querido, querido mío, ¿cuánto espere porque regresaras a mi? Ah… Yuuri… Yuuri… ¿Cuánto darías por besar aquellos labios que ahora son solo míos?¿que harías al saber que aquella piel es solo de mi propiedad? con que desespero sufrirías por saber que nunca mas serás reflejado tu rostro en esos ojos que yo he opacado, que yo he menguado su luz, que yo he llevado al borde de la locura a tu amado, que sus gemidos, sus gritos y besos son solo míos, Yuuri, tu nunca podrás tenerlo, mi victoria es saberte solo y desesperado, solo, pues todo lo que amas ahora es mío, por que todos los que te amaban ahora han muerto o están bajo mi dominio incapaces de volver alzar los ojos por temor a mí, a ti te amaron y a mí me temen, no hay ser en este mundo que no se arrodille frente a mí, aun y este que tan orgulloso y noble guerrero fiel a su prometido fue y es y será una y otra vez mío.----
FLASH BACK
Wolfram
--- Maldito bastardo, jamás, jamás podrás vencer mi voluntad desgraciado ---
Mikk
--- Gusano, no te atrevas a hablar le de ese modo a su majestad ---
Wolfram
--- Agghhh…ahhh… ¿Majestad? Ese cretino no es nada más que un tirano, maldito, mil veces, jamás podría ser llamado rey, ahhggg…----
Saralegui
--- Ah, pero que orgullo, que testarudez, no cabe dude aquí tenemos en persona a el orgullo Mazoku, no busquemos mas, Ahahahaha, mira a donde quieras querido, y dime ¿Dónde está tu rey?¿dónde está tu Maou? Como vez no hay nada, no hay tal salvador de noble corazón, solo estoy yo, arrodíllate, arrodíllate ante tu único rey, hazlo y te perdonare a vida---
Wolfram
--- Tú jamás serás mi rey, jamás serás como Yuuri, nunca maldito, nunca te compares con Agghhh.---
Wolfram era azotado sin piedad a manos de uno de los capitanes del tirano Saralegui quien se regodeaba por el sufrimiento de aquel Mazoku mas enfurecía al ver su lealtad y su firme convicción de que Yuuri regresaría a salvar a todos los Mazoku, Wolfram a pesar de ser cruentamente castigado no dejaba de verle con retadora mirada, la furia de Saralegui se encendía mas, no podía doblegar la voluntad de este Mazoku tan orgulloso tan digno, como someterlo, como hacerle someter a su mandato hacer que esa fiera mirada le viera con terror con pavor como lo hacían tantos y tantos.
Wolfram
--- Solo así podrías ganar ante mí, solo así, insignificante humano, ¿Cómo puedes llamarte a ti mismo rey cuando no eres capaz de luchar tus propias guerras, cobarde, sometiendo pueblos llenos de mujeres y niños indefensos, bastardo cobarde, si piensas que te tengo miedo maldito jamás, jamás será así, nunca me doblegare ante ti, nunca…----
Saralegui
--- Calla perra, ya que estas tan orgulloso de ser un fiero guerrero yo mismo hare que ese orgullo se convierta en polvo y cenizas, prepárate maldito Mazoku, porque de hoy en mas hare de tu miserable vida un infierno----
Saralegui toma del cabello a Wolfram y alza su rostro asía su cara y sin avisar siquiera le besa con desespero Wolf no responde a tal acción al contrario apretó con fuerza sus labios, nadie más que Yuuri podían besar sus labios, nadie más que el podían tocarle, eso decía mientras sentía gran asco por el contacto de Sara a su ser, Wolf no encontrando de que otra manera apartar de su ser al oji miel le muerde el labio forzando a que Saralegui se aparte de el por el dolor imprimido a su boca.
Saralegui
--- Tkz, Maldito Mazoku… esto lo pagaras, Guardias llevadlo a mis habitaciones y encadenadle por las extremidades, yo iré a aleccionar a este bastardo.----
Wolfram abre sus ojos con desespero y mira a los guardias que lo sujetaban con grilletes y cadenas de manos y pies y le arrastraban con fuerza, Saralegui le mira con una burlona sonrisa sabe que esa férrea mirada de odio que le dedica el Mazoku pronto te tornara llena de lagrimas y su boca no emitirá mas sonidos que los sonoros gemidos al ser profanado su ser por el monarca.
Wolfram es atado de pies y manos a los pedestales de la cama del monarca unas doncellas han llegado para limpiar el cuerpo de Bielefeld, el rubio mira con gran ansiedad la manera de zafarse de aquellas cadenas aun y con su cuerpo debilitado por estar en tierras humanas y ser flagelado sin compasión por los hombres de Sara, el aun tiene bríos para seguir luchando, no piensa quedarse de brazos cruzados, mientras haya fuerza en su corazón para seguir latiendo, el tendrá siempre la energía y convicción de luchar por los Mazoku y su libertad.
Bielefeld forcejeaba con las cadenas y de aquellos tremendos tirones que daba sus muñecas y tobillos empezaron a sangrar, las orillas de los grilletes tan justos a su extremidades el cortaban la piel, las puertas de las habitaciones del monarca se abrían y Saralegui entraba con una túnica roja que cubría su cuerpo su leal Barias le acompaño hasta la puerta y después cerro quedándose afuera.
Saralegui miraba con ironía, al Mazoku de fuego que le miraba con desprecio, Sara con uno de sus dedos recorría las piernas de Wolf, hasta llegar a su miembro, el oji verde estaba furioso, no deseaba el contacto de este a su ser.
Wolfram
---- Maldito cretino ni creas que yo responderé a tus bajezas, cerdo asqueroso.----
Saralegui
--- Ah… pero responderás a mí, quieras o no… es increíble que teniendo este bello cuerpo, durmiendo bajo el mismo techo, en la misma cama y el estúpido Maou no haya gozado ya de tus favores, ¡enserio que Yuuri es un estúpido!----
Wolfram
--- Tu que sabes de mi o de Yuuri, no te atrevas a pronunciar su nombre con tu asquerosa boca, tu rey corrupto y cobarde, solo así podrías someterme a tu maldita voluntad y aun y así jamás seré de ti, con esto lo único que conseguirás es que Yuuri te repudie tanto o más que yo----
Saralegui empezaba a jugar con sus dedos por la blanca y algo amoratada piel del Mazoku que seguía forcejeando para librarse de sus cadenas, sus fuerzas eran muchas y aun mas era su odio y coraje en contra del rey de Gran Shimarron, Saralegui caminaba con sus dedos por el abdomen de Wolfram mientras seguía viéndole con malicia y divirtiéndose por la furia y a la vez impotencia del rubio al no poder liberarse de aquellos grilletes.
Saralegui
--- Cuando Yuuri regrese, ya habré hecho mío todo lo que el tanto ama, todo aquello que tan fervientemente veneraba y mantenía puro, inmaculado, como este cuerpo que hoy gozara de las caricias de su nuevo amo y señor, hare que grites una y mil veces mi nombre entre gemidos y jadeos cargados de placer, tú me amaras, me amara… ¡¡tkz!!----
Wolfram
---- Nunca seré tuyo, jamás maldito, primero muerto desgraciado---
Saralegui
--- Nunca vuelvas hacer tal estupidez, ¿Qué no sabes que en mis manos está tu miserable vida?----
Wolfram escupió con asco el rostro de Sara el cual enfureció y tomando entre sus manos el delgado cuello del oji verde le retorcía con fuerza aunque sentía el brutal castigo a su cuello y como el aire se cortaba, no dejaba de verlo con gran odio, Saralegui odiaba que le viera así, era como si con su mirar lo retara una y mil veces eso le molestaba aun y bajo su yugo seguía teniendo esa fuerte mirada encendida llena de fuerza y coraje para seguir luchando y retando sus fuerzas.
Wolfram tose tratando de recuperar el aliento después de aquel castigo tan fortuito a su cuello los dedos de Saralegui quedaron marcados en la blanca piel del oji verde, Sara va a una mesa que este cercas de la ventana un frasco con un liquido rosa lo toma y vierte este en todo el cuerpo de Bielefeld el oji verde se siente asqueado, pues Saralegui empieza a tocarlo por todas partes, el pecho, las caderas, las piernas, los glúteos, vierte una gran cantidad en la entrepierna y con ayuda de un par de falanges impregna también la entrada de Bielefeld el cual se contrae internamente al sentir aquella irrupción en su ser.
Saralegui miraba con atención el rostro de Wolfram esperando una respuesta satisfactoria un sonido placentero que se escapara de su boca, el rubio arquea la espalda y tensa las piernas, Sara a tocado una parte muy sensible del rubio, Wolf cierra con fuerza sus ojos y se mordía los labios para no gemir ni jadear, no quería darle al oji miel la satisfacción de saber que había encontrado esa parte tan sensible, mas Saralegui era astuto como una zorra, dejo por un momento el cuerpo del rubio y este trataba de acompasar su respirar, entre abre con dolor sus ojos cuando ve como el monarca de Shimarron llegaba con una copa de un extraño vino, olía como a vainilla, mas su aspecto era algo dudoso en un color azul pastel, Saralegui acerca a los labios de Wolf la copa para que la bebiera pero este se reúsa, en eso Sara toma la entrepierna de Wolf y la estruja un poco entre su mano provocando un condenando dolor en el rubio, este grita por la terrible sensación, en es Sara vierte aquel liquido de olor dulce en la boca del Mazoku de fuego, Wolfram se atragantaba, casi sentí a ahogarse, mas ingirió aquel liquido, después de un momento empezó a sentir su cuerpo muy caliente, y sus piernas y brazos empezaron a perder fuerza. En ese momento Saralegui soltó a Wolf de aquellas cadenas, el rubio se tocaba la garganta y el cuello mientras trataba de dar media vuelta e intentar ir asía la puerta para escapar, mas todo empezaba a girar, las paredes de aquella habitación empezaban a deformarse ante sus ojos, un fuerte dolor de cabeza se agolpaba en sus nuca y aquel calor sofocante no lo dejaba respirar, sentía sed, mucha sed, las piernas le temblaban y sentía una terrible urgencia por ser poseído, transpiraba y su aliento era caliente, su entrepierna estaba erecta y de su entrada una mucosidad transparente empezaba a presentar lubricando su ser, Saralegui le miraba con diversión, quería tomar a ese rubio y torturarlo ver qué cara pondría cuando saliera de aquel transe toxico y se diera cuenta de que había sido una y otra vez del oji miel por voluntad propia.
Saralegui es perverso y antes de que Wolf pueda bajar de su lecho le toma del mentón se retira sus gafas violetas y mira fijamente a Bielefeld, sus ojos se tornan azules, tan azules que Wolf cae sumido bajo un extraño hechizo.
Saralegui
--- Ahora tu voluntad me pertenece, ahora eres mío… no habrá ni una sola cosa que podrías negarme, lo veo en tus ojos me deseas, quieres que te toque ¿no es así? Quieres ser uno conmigo, ¡pero qué obediente mascota!, mira me bien, mírame muy bien, ya no soy más el gran rey Saralegui, no, fíjate bien, soy tu querido Maou, tu adorado Yuuri---
Wolfram
--- Y-Yu… Yuu-ri… ahhh… Yuuri… Yuuri n-no…no… no haría algo así ahhh… por medio de trucos… maldito canalla… t-tu no eres Yuuri… Yuuri….----
Wolfram se resistía a la sugestión psicológica de Saralegui, no era la primera vez que ese tipo hiciera algo así con él y su fuerza de voluntad es muy grande, mas su cuerpo cada vez, mas y mas se calentaba, Saralegui arrojo al colchón a Bielefeld cayendo este boca abajo, el rubio apretaba las sabanas tratando de buscar esa fuerza y ponerse en pie y escapar de Sara, mas nada pasaba cuando en eso siente una vez más como el oji miel empieza a introducir en su ser aquella sustancia aceitosa por medio de un par de falanges, Wolf empezaba a excitarse más, y más, pero no deseaba ser del rubio platino, trataba con todas sus fuerzas no ser del oji miel, de no emitir ni un solo sonido, la indignación y repugnancia lo están destruyendo por dentro, siente como sus piernas se separan mas y los dedos de Sara salen y algo más grande se va introduciendo en su cuerpo, tomando toda la fuerza que le restaba tapo con sus manos su boca para evitar gemir, no quería hacer sentir mayor satisfacción a el rey de Shimarron el grande de sus orbes esmeralda gruesas lagrimas empezaban a brotar.
Wolfram
--- (Yuuri, Yuuri, perdóname Yuuri, yo ya no puedo ser nunca más tu prometido, he sido manchado por este maldito… Yuuri perdóname, perdóname, yo… nunca más podre verte a los ojos, Yuuri… me duele, me duele mucho, ¿¿Por qué te fuiste Yuuri?? ¡¡Maldición!!¡¡Maldición!! Ahora soy indigno de ti, perdóname Yuuri, perdóname, perdóname…) ---
Wolfram lloraba amargamente mientras se mordía los labios y tapaba su boca para no gritar, para no gemir, mientras era mancillado por Saralegui una y otra vez, el rubio aun y bajo los efectos de aquel narcótico sentía un inmenso dolor un dolor que no podía contener, su pesar no era fisco, su dolor venia del alma se sentía sucio, indigno de estar ante la presencia de su querido Maou, pensaba que así regresara Yuuri nunca más podría aspirar nuevamente a su amor, ahora había sido marcado con crueldad por aquel perverso corazón, Saralegui disfrutaba del cuerpo de Bielefeld mas odiaba como el oji verde lo miraba, una ola de cólera abrazo el corazón del monarca y sin más salió del cuerpo de Wolf, tomo un fuete que estaba en su tocador tomo los grilletes de nueva cuenta y ato de manos a Bielefeld.
Saralegui
--- Deja de verme así maldito estúpido, voy a domar tu maldita voluntad hare que de arrodilles ante mí y me ames, que supliques por mis caricias maldito, deja de verme así, estúpido Mazoku…---
Saralegui con brutalidad empezó a dar de fuetazos la frágil espalda de Bielefeld, una y otra vez azoto aquel fuete hasta que en uno de esos golpes este se rompió, para cuando esto paso la espalda del oji verde estaba reventada a golpes, las llagas y heridas abiertas en su espalda chorreaban sangre sin cesar, Saralegui se había cegado por la furia y cuando se dio cuenta todo su cuerpo estaba salpicado por la sangre de aquel inocente quien por medio de aquellas cadenas que sujetaban sus manos el Mazoku aun se sostenía mas sus fuerzas mermaban, sudaba y respiraba con dificultad, por el terrible castigo aplicado a su cuerpo, cuando Saralegui se dio cuenta de la atrocidad que había cometido se cubrió la boca tratando de no gritar de la impresión se había convertido en un monstro, con mano temblorosa se acerco al rostro de Bielefeld que seguía oculto bajo su dorado flequillo teñido de rojo por la sangre que salpico sus cabellos, con temor levanto el flequillo para ver si aquel Mazoku seguía con vida o no, su sorpresa fue mayúscula cuando vio la entereza de aquel demonio que aun y a pesar de tan cruento castigo su mirada seguía llena de odio y le retaba con la mirada creciéndose al castigo, Saralegui retrocede y su enojo regresa mas también su horror por sus propias acciones, esta contrariado, con las emociones hechas bolas, empieza a reír con histeria, sus carcajadas poco a poco se convierten en lamentos mientras desde un rincón miraba el cuerpo flagelado de Bielefeld quien al poco tiempo de escuchar aquellas carcajadas fue vencido por el dolor y agotamiento y queda suspendido por aquellas cadenas mientras su cuerpo seguía escurriendo grandes cantidades de sangre, como las carcajadas de Saralegui eran tan fuertes y después sus lamentos tan dolorosos entro a toda prisa Barias.
Cuando el guarda de Saralegui vio al monarca con su bata cubriendo su cuerpo y al oji miel llorando y lamentándose en un rincón y al dar el paso el viscoso fluido vital casi le hace caer, en eso voltea a ver a la victima de la iracunda furia de Saralegui cual despojo humano, su espalda descarnada por los férreos azotes a su persona Baria queda por un momento impactado, voltea horrorizado al ver a su monarca con aquel semblante desquiciado cubierto por la sangre de Bielefeld, por un momento dio por muerto al oji verde cuando este se quejo y logro percatarse el guarda de su majestad que aun seguía con vida, le desato de los grilletes y el cuerpo de Wolf se desplomo a sus pies el hombre mostro un poco de piedad y con su Majotzu medio sano las heridas del Mazoku, lo suficiente como para que sanasen por sí mismas en un par de días, fue a donde su majestad y al verlo tan perturbado lo acogió en su seno dándole un poco de serenidad también gracias a su Majotzu.
Saralegui
---- Barias, Barias,…¿le has visto? Soy un mostro, un ser miserable, ¿Cómo pude? Con estas manos yo… yo… ¿Barias que clase de ser soy?----
Barias
--- Tranquilícese majestad, todo está bien, el tipo está bien, un par de golpes no le mataran, el está bien, todo va a estar bien su majestad.----
Saralegui
---- Todo fue su culpa, si su maldita culpa. Esos ojos, esos malditos ojos que no dejaban de retarme, de desafiarme con su mirar yo… ¿yo no sé cómo pero enloquecí?, me volví loco, esos malditos ojos me miraban con odio, jamás se doblegara ante mí, sigue leal al estúpido Maou.----
Barias
--- No diga mas, mi señor, cálmese hay que ir a que tome una ducha trae a las doncellas para que limpien todo en lo que su majestad se relaja en la ducha, yo me hare cargo del Mazoku---
Y así si fue, Barias se llevo a Wolfram en lo que Sara se refrescaba y relajaba en la ducha, mientras al Mazoku lo llevaron a donde un medico de poca monta, le zurció los girones de piel que colgantes estaban de su espalda, el Mazoku soporto todo sin quejarse, sin gritar, soporto aquel dolor y después de aquello fue lanzado a las mazmorras, allí por orden de Saralegui fue entregado a todos los oficiales como objeto de saciedad, para asi doblegar su espíritu, sin más pasaron 3 años donde Wolfram fue la zorra del batallón hasta que por fin regreso a palacio de nueva cuenta con Saralegui, el soberano pensó que con aquellos tres tortuoso años de terribles tratos, siendo usado como desfogue para sus tropas el Mazoku se doblegaría ante él, mas cuando fue presentado ante él, Wolfram seguía teniendo ese espíritu, esa fuerza en su mirada desafiante, tan retadora, solo por medio de cadenas y grilletes era como el Mazoku se arrodillaba ante el monarca, Saralegui no pudo mas con esa mirada, lo aterraba, lo descontrolaba hasta los excesos, cuando una mujer que siempre estaba a su diestra con una capucha cubriendo su rostro le aconseja algo al oído.
Kas
--- Mi señor, la única manera en que usted podrá doblegar el espíritu de este ser es, robando de sus ojos su alma combativa, despójelo de esas ventanas para encerrar en las penumbras su alma y así su espíritu se rendirá y su voluntad será vuestra.---
Saralegui
--- La luz de su alma… la luz de su alma…---
Barias
--- Mi señor, eso sería algo innecesario yo considero que…---
Saralegui
--- ¿No le has visto? ¿No ves como me reta día a día? Día, tras día, tras día, esos malditos ojos como centellas quemando mi ser, los odio, los odio, quiero que desaparezca esa mirada, quiero que pierda ese brillo, quiero que me tema, que me tenga pavor ----
Wolfram escuchaba con el corazón estrujándose a cada palabra el pánico se apoderaba de su ser por cada poro de su piel, su mirada seguía destellante desafiante aun que por dentro su corazón se estremecía de terror, estaba hablando el rey de quitarle los ojos, quería apagar su mirada, ¿Qué clase de perverso corazón tenia Saralegui? Barias esta dudoso de cumplir su misión, Saralegui miraba con odio a Wolfram a la vez que con frustración, Barias baja los peldaños para ir a donde Bielefeld y cumplir con su espantosa misión cuando en eso Saralegui se levanta con premura y baja las escaleras hasta donde Wolfram, se arrodilla donde el rubio lo abraza con desespero, la mente y corazón del monarca están perturbados, su corazón le dicta que todo lo que hace esta mal mas su voluntad parece ser dominada por otro ser.
Saralegui
--- P-Per-Perdóname… p-perdóname, yo no quería hacer esto pero…. Pero no me dejas alternativa, di… di… di que me amas y cancelare todo, júrame lealtad y dejare de atarte como a una bestia, se mío, se mío, para cuando Yuuri regrese se postre a mis pies, se mío, se mío y yo… yo… yo cancelare todo.----
Wolfram seguía inmutable, ni una sola palabra salía de su boca tenía miedo temblaba en los brazos de Saralegui mas no se doblaría ante Sara, jamás permitiría que lo vencieran, que le usaran como un arma en contra de su querido Maou.
Wolfram
--- Nunca… nunca dejare que me venzas, jamás seré para ti, lo que soy y siempre seré para Yuuri, quiétame todo cuanto quieras, mis ojos, mi lengua, mis manos mi libertad, pero nunca podrás aun así vencer mi voluntad. Jamás, nunca jamás me rendiré.----
Saralegui
--- Eres un estúpido orgulloso, estúpido, estúpido orgullo, solo di que me amas, y serás salvado, pero no, eres un estúpido…. Estúpido…---
Con lagrimas en sus ojos y una gran angustia en su voz le decía todo aquello el oji miel al Mazoku quien titilante no se rendía, Saralegui estrechaba con fuerza a Wolfram sabía que lo que haría sería una barbarie, mas no quería ser atormentado por aquellos ojos, no quería ser recriminado día a día por ese par de orbes esmeralda, se separa de Wolfram y acaricia su dorada cabellera con ansiedad mirando sus bellos ojos por última vez.
Saralegui
--- Mírame al menos por última vez, regáleme ese mirada retadora que se quedara graba da en mi alma, aun que más que nunca desearía poder verme aun que fuera una sola vez como mirabas a tu querido Maou, una sola vez al menos, quisiera saber que se siente ser visto con amor por ese par de esmeraldas, solo una vez… una vez…----
Wolfram miraba con dolor a Saralegui logro ver tras aquellos lentes la mirada desesperada por ayuda del monarca que era víctima de alguien mas, Wolfram alzo con dificultad su mano, acaricio la mejilla de su verdugo y beso su frente dejando con sorpresa y maravilla al monarca quien por primera vez ve en el Mazoku amado por el Maou un gesto mas allá de un reto y un desafío, una mirada de lastima y tristeza más que de amor y ternura.
Wolfram
--- Haz lo que debas, mas te advierto yo seré libre, jamás dejare de luchar, jamás me rendiré, haz lo que tengas que hacer que no te he de temer por más que me tortures por más que me denigres, jamás seré de ti, jamás.----
Saralegui frunce el seño con gran enojo y desespero y se aparta de el oji verde que le mira nuevamente con furia, el monarca sube a su trono y desde allí manda a su leal guarda a que ejecute su mandato, Barias traga en seco y posiciona sus dedos pulgares en las orbes esmeraldas de Wolfram y al estar así presiona con fuerza mientras aplicaba en ellos un hechizo irreversible, el oji verde sentía como sus ojos eran quemados, un terrible dolor lo forzó a gritar con gran agonía, sus gritos helaban la espina dorsal de Barias así como la de los demás que allí se encontraban, la consejera del rey le tomaba el hombro mientras este se aferraba con ansiedad a los descansos del trono consumiéndose en la terrible culpa, después de un rato los gritos cesaron, el Mazoku cayo inconsciente al piso, de sus cuencas largas lagrimas seguían escurriendo mescladas con sangre y sudor, los guardias llevaron a rastras a hasta su celda, aquellos ojos jamás volverían a ver la luz, nunca más podría contemplar un amanecer, la luz de las estrellas titilar en una noche clara tan hermosa como los profundos ojos de su querido Maou.
Saralegui se encerró por 3 meses en sus habitaciones tratando de olvidar aquella abominación, mas su conciencia jamás le dejo tranquilo, se sumergió en el licor, en la demente y efímera tranquilidad que le brindaba aquel vino, tratando de apaciguar las voces de su mente, mientras Saralegui intento recomponerse después de aquella crueldad, su consejera real estuvo al mando y empezó un holocausto en toda la tierra.
Después de aquel tiempo Saralegui volvió como si nada, no recordaba aquella crueldad, tal pareciera que todo fue borrado de su memoria, la mujer a su costado le aconsejaba y por medio de esta es que Wolfram fue nuevamente presentado ante Saralegui quien al verle, lo único que sentía era un gran enojo y deseaba humillar hasta el cansancio a aquel pobre Mazoku, le encadenó le cubrió el rostro con una máscara de cuero solo un cierre en la boca era lo que se lograba ver, lo llevaba postrado en cuatro cual perro, con cadena el cuello y cada que al demente monarca se le ocurría le martirizaba y usaba para sus más bajas pasiones. Buscando satisfacer un vacio que día a día crecía y crecía, pero que levemente seseaba al escuchar el agónico sufrimiento de su ahora mascota Wolfram Von Bielefeld el querido prometido de aquel Yuuri Shibuya Vigésimo Séptimo Maou.
Su demencia no parecía tener limite ni su perversidad, su único fin era el someter y rendir a sus pies a aquel Mazoku que siempre se mantenía incorrupto en su persona con un temple te férreo, sin soltar de su boca algún sonido de satisfacción, solo allá muy distanciadas y contadas las ocasiones en las que el rubio exhalaba quejidos de dolor mas ahogados por las lagrimas que escurrían de sus apagados ojos.
Pero Saralegui lleva muy presente una noche, una única exhibición en la que pudo saborear las mieles de un excelso cáliz que le brindo aquel Mazoku de fuego, un trato poco beneficioso para el monarca se decía era el que le ofrecía, un trato que después comprendió fue el mejor y más gratificante compensación.
Saralegui poseía un esclavo el cual se asemejaba en pareja belleza a su querida mascota Mazoku, mas este a diferencia de Bielefeld poseía un par de iris violetas, era un poco más joven y por un tiempo estuvo complaciente a sus mas bizarros deseos, pero este un di lleno de terror pedía clemencia, pedía perdón y suplicaba por su libertad, el Mazoku bajo el yugo de Sara intercedió por el pequeño infeliz, que pedía agritos su indulgencia.
Wolfram
--- Si le concedes su libertad, seré vuestro, os hare inmensamente feliz, no tendréis mas queja alguna de mi, perdonadle, déjale libre, os lo suplico---
Saralegui
--- ¿Y yo que ganaría con eso? ¿Qué no te das cuenta que ya eres de mi persona?---
Wolfram
--- No, tu jamás me has tenido, pero… si tu lo libres, seré lo que tú me pidas que sea, con mi honor en mis palabras es que te ofrezco este trato, libéralo y no os arrepentiréis… ----
Saralegui
--- ¡Como si te fuese a …ahhggg…ahhh…ahhhmmm…. Q-que… ¿Qué crees que haces?----
Wolfram
--- Te lo suplico libéralo, déjale libre.----
Wolfram subió al regazo de Saralegui y con dulzura y desbordante pasión besaba al monarca haciéndole experimentar la más dulce y placentera satisfacción, rápidamente el lívido de Saralegui había cobrado vida, entre beso y beso Wolfram pedía con voz gatuna y seductora que liberase al pequeño esclavo, tan suculentos resultaron para el monarca aquellos besos que accedió sin vacilación a la solicitud de aquel Mazoku.
Saralegui
--- Ahhh… ahhmmm… Si… le dejare en libertad, ahhmmm sigue, sigue…. Me fascina esta nueva faceta tuya querido… ahhmmm… me encanta…---
Wolfram
--- Suelta mis manos y cumpliré con mi promesa, te hare el hombre más feliz de este mundo, anda… ¿¡no deseas sabes que se siente ser amado!? ¿No eras tú quien quería saber cómo se sentía Yuuri al sentirse amado? Yo puedo hacer que sientes lo que es ser amado, vamos suelta mis manos… ahhh… Sara… Sarahhh… s-suelta me…hhuummm…----
Saralegui embriagado por aquella dulzura con la que le atrapaba el Mazoku le concede aquella gracia, le libra de sus grilletes, el Mazoku cumple cabalmente con su palabra, llevando a la gloria con sus besos y caricias a el oji miel, el monarca se aferraba con ansiedad a la espalda de Bielefeld mientras este con rítmica pasión movía sus caderas, haciendo que el monarca en repetidas ocasiones se corriera en sus adentros, Wolfram gemía y jadeaba como el tantas veces deseo que pasara, después de haberlo hecho en el salón del trono Saralegui lo llevo a sus aposentos donde lo hizo suyo una y otra vez, todo con absoluto consentimiento del rubio, quien le llenaba de gran felicidad al entregarse a él sin reserva alguna, se sentía amado, el placentero sonido de voz de Wolfram al gemir y exhalar al ser poseído por el monarca no tenia precio, hasta que llego a quedar vencido ante el agotamiento Bielefeld dormía tan tranquilamente en la mullida cama del monarca quien le contemplaba, con gran fascinación, acariciaba toda su silueta aun cuando este seguía sumido en la inconsciencia.
Saralegui
--- Tan fuerte y tan frágil a la vez, te quiero, te quiero, por ser como eres un maldito orgulloso, un digno adversario que aun y a pesar de que te has rendido ante mí, sigues mostrándome tu fortaleza, te ofrendaste a mí, solo por salvar a aquel chiquillo… Maldito una y otra vez Yuuri. ¿Por qué puedes tener para ti el amor de esta persona tan maravillosa, te odio Yuuri, te odio porque lo tienes todo, siempre lo tuviste, a pesar de ser los dos iguales tu siempre tuviste amor, te amaban tus súbditos, tu pueblo, tus guardias, tus adversarios bajaron sus armas y también te amaron, te ama este que ahora duerme en mi cama, te ama y por ese amor se sacrifico aun y dejando de lado su orgullo y dignidad, dejando de lado su humanidad, su libertad, se me ha entregado y me ha mostrado una mísera pisca de lo que es cuanto te ama, ¡maldita sea! Quiero que este hombre me ame también a mí, con la misma pasión, fe y devoción que te profesa con dada fibra de su ser, quiero que me ame, quiero que sea mío, mío en verdad y no solo por este día, no solo por cumplir con su palabra quiero sentirme amado así como te aman a ti Yuuri… Juro que he de arrebatártelo, si no es mío jamás será nunca será de ti, tu cometiste el error de nunca hacerlo tuyo, imbécil, ahora todo de él me pertenece y a la vez nada, todo porque su corazón le fue robado por ti Yuuri… Yuuri… Te prometo que jamás te lo regresare, jamás.----
Saralegui miraba con deseo a Bielefeld, con un deseo enfermizo, empezó a besarle el hombro, aquella blanca piel aun y a pesar de tener en su garganta aquel collar que mermaba su belleza real a causa del Houjutsu, Wolf entre abrió sus apagados ojos y regreso su rostro a la almohada mientras Sara seguía devorándole a besos, el rostro de Bielefeld rápidamente se empapo de lagrimas, se sentía asqueado, inmundo, mas prefería ser el y no aquel desdichado niño, pedía con desespero al Shinou por morir mas la muerte nunca llegaba a tocar la puerta en su lúgubre prisión, a pesar de los sufrimientos, las flagelaciones el seguía viviendo, seguía vivo para sufrir y soportar las demenciales ocurrencias de aquel monarca, quien se regodeaba en su sufrimiento
FIN DE FLASH BACK.
Saralegui recordaba aquellos ayeres tan vivos, tan latentes, su memoria sigue albergando aquellos momentos de tormento y de placer que le ha brindado Bielefeld, su deseo poseer para siempre todo aquello que fuese de Shibuya el monarca se alistaba para salir al encuentro una vez mas de aquellos dulces labios solo suyos por propia voluntad una sola vez, hace tantos años ya, Saralegui subía a la diligencia que le llevaría a las costas de Caloría cuando un nuevo mensajero a llegado a todo galope, baja y corre hasta llegar donde el soberano, se inclina haciendo una reverencia y presenta ante el oji miel aquel mensaje, Barias se adelanta y toma aquel papel, el rostro del guarda personal de Saralegui palidece y mira con resquemor a su señor.
Saralegui
--- ¿Qué pasa Barias a que se debe este retraso? ¿Qué no vez?, tenemos que llegar a tiempo para recibir a mi querido Mazoku, ansió volver a poner mis manos en su persona---
Barias
--- Mi señor temo que las nuevas noticias no son nada alentadoras ---
Saralegui
--- ¿Qué estas tratado de decir Barias? ¡Explícate! ---
Barias
--- Mi señor mucho me temo que sus deseos no podrán ser cumplidos, puesto que la embarcación del capitán Mikk naufrago y tras una potente explosión ahora mismo yace en las profundidades del mar muy cercas de la costa en Caloría---
Saralegui
--- ¡¿Qué?!...----
El rostro risueño de Saralegui se a eclipsado por uno lleno de confusión y desconcierto, su felicidad se le ha escapado de las manos, el navío que trajera de regreso a su querida mascota Mazoku ha caído en las voraces fauces del mar, tras un estallido el barco fue reducido a escombros, los cuales fueron engullidos por aquel mar y con el toda la tripulación el rostro desencajado de Saralegui no tiene precio, baja de la diligencia que le fuese a llevar a un dulce reencuentro mas solo sombras negras empañan su felicidad, no tendrá nuevamente en quien recrear sus perversiones nunca mas, todo parece indicar que Bielefeld murió junto con los tripulantes bajo el mando de Mikk.
Esto es lo que ennegrecía la felicidad del monarca de Gran Shimarron el destino le cobra una de tantas que le ha hecho padecer el rubio quien en esos precisos momentos entraba a la frontera con Francia, guiado por aquel pequeño que alberga en su joven corazón la esperanza de un mundo mejor.