El lobo era su animal favorito. Siempre decía que eran los animales más leales del mundo animal. Que una vez que encontraban a su pareja permanecían a su lado de por vida. Al principio, le gustaba pensar que se refería a ambos, que Siwon le amaba tanto como él lo hacía y que pronto podrían estar juntos sin ningún obstáculo entre ellos.
Colocó la última prenda de su armario dentro de su pequeña maleta y la cerró. Miró la habitación que por mucho tiempo había sido testigo de su amor clandestino. Negó con la cabeza, tomó su equipaje y salió de ahí.
Después de tantos años, finalmente había comprendido que tal vez con quien Siwon tenía intenciones de pasar el resto de su vida era con su esposa y no él.
Mordió su labio inferior tratando de contener las lágrimas que amenazaban por derramarse de sus ojos. Ya había llorado tanto por él, por aquella relación que no tenía futuro y que terminaría en cuanto el mayor se cansara de él.
Apretó los puños al recordar todo lo que había sacrificado y dejado atrás por él. Su vida, sus aspiraciones, sus amigos. Se avergonzaba cada vez que recordaba como defendía aquella dañina relación, como se comportaba con sus amigos cada vez que trataban de hacerle ver sus errores.
Suspiró tratando de alejar todos aquellos malos pensamientos. Después de aquel día no tendría que volver a pensar en aquella vida que estaba dejando atrás. Necesitaba alejarse de él, de todos y de Seúl. Donde nada le recordara todo lo que habían vivido y las mentiras con que había alimentado esa relación.
Salió de su departamento sin mirar atrás, tomó un taxi directo al aeropuerto donde tomaría un vuelo a Tokio. Llevaba meses retrasando su ascenso y transferencia a Japón con la vaga esperanza de que el mayor pronto se divorciara de su esposa.
Miró las calles a través de la ventana, había cientos de lugares a los que le hubiese encantado visitar a su lado, pero que era imposible por el temor a que alguien les descubriera.
Su teléfono comenzó a sonar, en la pantalla podía leerse el nombre de Siwon. No le había dicho a nadie de su partida, mucho menos a Siwon. Rechazó la llamada con dedos temblorosos, luego lo apagó. En cuanto pisara Japón lo primero que haría sería solicitar un nuevo número.
Cuando se subió al avión lo hizo con la promesa de que haría lo posible por olvidar a Siwon y por continuar su vida.
6 meses después.
- Hey, nos vemos mañana- se despidió de sus compañeros de oficina y salió de edificio camino a su departamento.
Aquel día había sido sumamente agotador y sólo podía pensar en llegar a casa, tomarse un baño caliente y dormir hasta la mañana siguiente.
Caminó por las calles concurridas de Tokio hasta donde se encontraba la entrada al subterráneo donde tomaba el metro. Bajando las escaleras tropezó con alguien que subía deprisa por ellas, cayó de sentón sobre un escalón.
Apenado, el extraño le ofreció su mano para ayudarle a ponerse de pie. Kyuhyun la aceptó y una vez estuvo de pie sus ojos se encontraron con los contrarios y todo pareció detenerse. El bullicio a su alrededor, su respiración, todo menos los latidos desbocados de su corazón.
- ¿Kyuhyun?- la voz del extraño captó su atención- ha pasado tanto tiempo ¿dónde has estado?- de pronto calló. Había tanto que quería decirle y preguntarle. Kyuhyun trató de soltarse del agarre y alejarse de él. Seis meses después y pareciera que su corazón aún era incapaz de olvidarse de él.- ¿puedo invitarte a un café?
- No creo que… no creo que sea una buena idea- murmuró Kyuhyun. Sentía el pecho contraerse y que el aire no entraba en sus pulmones.
- Por favor- cometió el error de mirarle a los ojos, que brillaban suplicantes. Jamás había podido negarse a esa mirada. Asintió brevemente y permitió que Siwon le guiara escaleras arriba hacia uno de los restaurantes que se encontraban por aquella zona.
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- ¿Cómo has estado?- preguntó Siwon una vez ambos estuvieron sentados en una mesa dentro de un café. Kyuhyun se sentía extraño, jamás había tenido la oportunidad de estar dentro de un restaurante junto a Siwon. Supuso que lejos de Corea no había nadie quien pudiese llevarle a su esposa la noticia de que su esposo le era o más bien le había sido infiel.
- Bien, Tokio es muy agradable- contestó tras una larga pausa.- ¿qué haces tú en Japón?
- Lo usual, negocios.- de nuevo ambos se sumergieron en un incómodo silencio. – Kyuhyun… - Supo lo que le preguntaría en ese momento. Esperaba esa pregunta desde el momento en que sus miradas se cruzaron en el subterráneo.- ¿por qué desapareciste sin decirle nada a nadie?
Desvió la mirada unos segundos.- Quería un nuevo comienzo- realmente prefería no estar ahí, no haberse encontrado con Siwon de nuevo, pero de alguna manera, sabía que no podría continuar con su vida si no le daba una explicación a Siwon.- No quería… - ‘no puedo desperdiciar mi vida con alguien que ya está casado.’ le hubiese gustado decir, pero por alguna razón no pudo- Supuse que si te hablaba de este asenso probablemente dirías algo que me hiciera cambiar de opinión.
Siwon le miró sorprendido. - Esa no es excusa para desaparecer sin siquiera avisarles a tus amigos. Gracias a que Donghae preguntó a tus compañeros de oficina pudimos descartar la posibilidad de que algo malo te hubiese sucedido.
Kyuhyun frunció el ceño. Donghae odiaba a Siwon y probablemente a él también, fue el primer amigo que dejó de hablarle cuando se enteró que Siwon era casado.
- Lo siento.-
No hicieron mucho tiempo en el café, pronto ambos se encontraban fuera.
- Fue bueno volverte a ver- comentó Kyuhyun, más por cortesía.
- Kyu, ¿podrías darme tu número?- preguntó Siwon esperanzado. En todos esos meses no había podido dejar de pensar en el menor.- estaré aquí unos días y me gustaría que siguiéramos vie..-
- No. Siwon, no. Esa de verdad no es una buena idea- le cortó Kyuhyun.- Yo no quiero volver a lo que teníamos antes. Esa fue la razón por la que decidí venir a Japón. No puedo soportar la idea de que perteneces alguien más.- sus ojos se humedecieron.- lo que hicimos no es correcto. Deberías respetar a tu esposa.- Le dedicó una última sonrisa antes de darle la espalda.
- Me divorcié.- aquello detuvo sus pasos.- Ya había empezado el trámite del divorcio antes de que te fueras de Seúl, pero no quería inmiscuirte porque Sooyoung se negaba a firmar los papeles.- ambos permanecieron en silencio unos minutos. Siwon suspiró resignado.- ¿puedo verte una vez más esta semana? Por lo menos antes de regresar a Seúl.
Kyuhyun se acercó a él mientras revisaba su maletín. Tomó la mano de Siwon y depositó una tarjeta de presentación en ella.- Llámame mañana.- Le dedicó una sonrisa tímida antes de dar media vuelta y retomar su camino a casa.
4 meses después
>> ¿A qué hora llegas a Seúl?<< escuchó a través de la bocina de su teléfono.
- Pronto- contestó con una sonrisa adornando sus labios.
>> Kyuuuuu~<< El menor dejó escapar una risita. Donghae eran tan fácil de molestar.
- Hyung, te llamo apenas llegue, lo prometo.- dejó que Donghae siguiera quejándose un poco más antes de finalizar la llamada.
Exhaló un suspiro nervioso. Aquella sería la primera vez que regresaba a Corea desde que se mudó a Japón hace 10 meses y casi 4 meses desde que se encontró con Siwon por primera vez en Tokio.
Los últimos meses habían sido maravillosos y tortuosos. De alguna manera ambos habían decidido empezar desde cero con aquella relación, dejando atrás los errores que habían cometido en su primer intento para poder disfrutar plenamente aquella nueva etapa de sus vidas.
En los últimos meses Siwon había hecho un esfuerzo por visitarle al menos una semana al mes y trataban de mantenerse en contacto todos los días por mensajes, llamadas y video-llamadas.
A Kyuhyun a veces le costaba creer que aquella relación estaba funcionando tan bien, le era difícil recordar aquellos días llenos de amargura. Parecían tan lejanos y parte de un mal sueño.
Miró las nubes a través de la ventana del avión, en pocas horas llegaría a Seúl, aquello era parte de su regalo sorpresa para el cumpleaños de Siwon, la otra parte de su regalo había sido enviada a la oficina de la empresa para la que trabajó en Corea.
Sonrió al pensar que tal vez Siwon no esperaba nada de él, así había sido los últimos meses, Kyuhyun había notado el esfuerzo que Siwon ponía en demostrarle cuanto le amaba sin la necesidad de esperar nada a cambio. Se sentía muy bien cuando no eras el único haciendo sacrificios que a fin de cuentas ya no lo son cuando se trata de la persona a la que amas.
Cerró los ojos, aún tenía tiempo para descansar antes de que el avión llegara a Corea y descendiera.
Al salir del aeropuerto, descubrió que Donghae ya le esperaba en la puerta. Ambos se sonrieron, tímidos y alegres. A Donghae no lo había visto más que en video-llamadas. Se estrecharon en un fuerte abrazo. Se sentía tan agradecido con Donghae quien a pesar de la distancia que había mantenido en el pasado, seguía preocupándose por él.
Lo que más le intrigaba es que parecía que desde que se mudó a Tokio, él y Siwon habían entablado una estrecha amistad tan fuerte como la suya.
- Vamos, que tu novio espera su regalo ansioso- el mayor sonrió con esa sonrisa tan suya mientras tomaba la maleta del menor.
Kyuhyun detuvo sus pasos- ¡Hae! Dime que no arruinaste la sorpresa.- Donghae se sonrojó e hizo un puchero.- Debí imaginarlo, debí avisarle a Hyukjae y no a ti- Hyukjae trabajaba con Siwon, ambos eran muy amigos y también era el novio de Donghae. El puchero del mayor se acrecentó. Kyuhyun emitió un suspiro desganado- vamos, no podemos dejarlo esperando.
Durante todo el camino Donghae se mantuvo pidiendo disculpas, pero Kyuhyun sabía que también había sido su error. El mayor jamás había sido bueno manteniendo secretos. Kyuhyun sólo esperaba que su otra sorpresa no se hubiese arruinado.
Al llegar al departamento de Siwon, el mayor ya le esperaba con una enorme sonrisa y los brazos abiertos, dispuesto a sacarle el aire en un abrazo.
- ¿Kyu, es verdad que has solicitado tu transferencia a Corea?- exclamó contento Siwon, el menor en la habitación, giró su rostro precipitadamente a Donghae para dedicarle una de sus más fulminantes miradas. El mayor hizo un puchero y se fue a esconder tras Hyukjae.
- Así que el inútil de Donghae arruinó todas mis sorpresas- Siwon sintió su pecho hincharse al ver el prominente puchero en su joven novio, se inclinó sobre él para besar el protuberante labio inferior.
El menor enrojeció notoriamente pero devolvió el beso, jamás podría negarle nada a su novio.
- Ya está hecho- sonrió.- Sólo necesito encontrar un lugar donde vivir y en dos semanas regreso a la oficina- comentó Kyuhyun.
- ¿Qué?- musitó Siwon- No, no. Tú vivirás conmigo, aquí.
- Claro que no, no podría.- antes de que ambos se sumieran en algún tipo de discusión. Hyukjae se interpuso entre ellos alegando que la celebración debía empezar ya.
La tarde pasó agradable, todos tratando de ponerse al tanto de sus vidas esos meses separados. Kyuhyun jamás creyó que se alegraría tanto de estar en casa, en Seúl, de nuevo.
Cuando comenzó a anochecer Donghae y Hyukjae se despidieron para irse a casa, dejándolos a ambos solos.
Siwon sabía muy bien qué algo estaba inquietando a Kyuhyun y sospechaba que podía ser.
- Pasa la noche aquí-. Kyuhyun le miró indeciso. Jamás había pasado la noche en el departamento de Siwon y le incomodaba la idea de estar de pie en los mismos sitios donde su esposa había estado antes del divorcio. Siwon sintió su pecho contraerse de vergüenza ante lo mal que había hecho pasar a Kyuhyun en el pasado.- Me mudé a este departamento hace un par de meses. Lo compré pensando en ti, en nosotros.
Kyuhyun permaneció callado unos segundos y luego cubrió su rostro, estaba avergonzado por dejarse incomodar por algo que ya era parte del pasado de Siwon. Sintió los brazos del mayor rodear su cuerpo.
- Ven, daré un pequeño tour por los cuartos.- tomó a Kyuhyun de la mano y admiró el contraste entre sus pieles.- Este es el comedor donde te prepararé el desayuno cada mañana. En la sala de estar podrás instalar tus videojuegos. Colocaremos un librero donde pondremos tus juegos, mis libros y nuestras películas favoritas…
Llevaba a Kyuhyun de la mano a cada habitación mostrándole lo que podría ser su vida juntos. Llena de promesas que esta vez sí se cumplirían.
- … podríamos instalar una tina y llenaríamos los estantes de tus esencias favoritas. Podríamos ducharnos juntos cada mañana…- sentía su corazón derretirse ante todas esas promesas. Todo sonaba perfecto y era tal como había soñado-… hacer el amor cada noche y llenar cada rincón de nuestro pequeño hogar de nosotros, con nuestras fotografías. Yo tendré que recordarte poner la ropa en el cesto para lavar y tú tendrás que sacarme de mi oficina porque seguramente perderé la noción del tiempo y cada día nuestras vidas se convertirán en una porque ninguno de los dos podrá vivir sin el otro. ¿Qué piensas?-.
Había sido el discurso más cursi del mundo, pero Kyuhyun sabía que ya no podría vivir sin él. - Sí, sí y mil veces sí- le sonrió antes de lanzarse a sus labios y besarlos con fervor, rodear el cuello del mayor con sus brazos y permitiendo que le guiara hasta la cama mientras se deshacían de cada prenda hasta que ambos cayeron sobre ella completamente desnudos.
- Buenos días- le saludó Siwon apenas abrió los ojos. En su rostro se encontraba la sonrisa más contenta y satisfecha que le había visto jamás. Se acercó para depositar un beso en sus labios. Fue largo y tierno.
- Buenos días- respondió abrazándose una vez más a su cuerpo.
No había prisas, Siwon no tenía que vestirse deprisa para llegar casa antes que su esposa despertara o para tomar un avión de Tokio a Seúl. Estaban juntos, en su hogar y ningún lugar podía ser mejor que ese.
(Fin).