Capitulo 1: Pequeños detalles.
El reloj sonaba, sus incesantes movimientos giratorios, haciendo tic, luego tac, tic y tac, una y otra vez, moviendo sus manecillas a un ritmo constante, aquello me acompañaba mientras que mis dedos bailaban sobre el teclado, a cada segundo en que mi dedo caía sobre una tecla, esto era seguido de un tic tac, haciendo una melodía algo estresante para mis oídos, tecla tras tecla, letra tras letras, palabras tras palabras, oración tras oración y tic tac tras tic tac, una y otra y otra vez, esto sin duda me cansaba, realmente me agotaba, pero quería terminar esto, no sabía porque, pero adoro ver su sonrisa cuando le entrego los manuscritos antes de tiempo, como sus mejillas se sonrojan ante eso, es realmente adorable, normalmente no hago esto, pero no me gusta meter en problema a Onodera-kun, es nuevo en esto y realmente veo que se esfuerza al máximo, lo cual es tierno.
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Me arrastre fuera de la habitación, un brazo adelante del otro, moviéndome escurridizamente por el suelo, mis piernas no respondían, mis dedos temblaban, mi voz solo salía como alaridos, la fuerza no alcanzaba para formular palabras, estaba cerca de la escalera, tenía que llegar a la escalera, ya que pronto llegaría Onodera-kun. Me afirme en la barandilla de la escalera y con todas mis fueras, trate de levantarme, me impulse hacia arriba, mis brazos temblaban de sobremanera y mi espalda estaba sumamente curvada, respiraba con total agitación, aun no estaba parado por completo, más bien me mantenía arrodillado, pero al menos una parte de mi cuerpo se podía establecer derecho.
De repente sentí unos sonidos retumbar en mis oídos, un ruido algo chillón que me sorprendió, estaban tocando el timbre, trate de pararme, lentamente mis piernas se enderezaron, pero para cuando ya estaba totalmente erguido el timbre había dejado de sonar, decidí bajar las escaleras.
-¡Sensei!- escuché, frente a mí apareció un castaño totalmente agitado- Sensei…- su rostro totalmente tenso y sus delgadas cejas comenzaron a fruncirse- ¿pero qué le ocurre Sensei? ¿Porqué no abría la puerta?- me preguntó totalmente indignado.
-Pues, me dio flojera- conteste de manera totalmente despreocupada, comencé a caminar hacia el living.
-¡¿ah?!- gruño de manera molesta, me encanta hacerlo enojar- y yo que pensaba que le había pasado algo- murmuró, lo dijo bajo por lo que de seguro era un pensamiento en voz alta, pero aun así lo escuche, lo cual me hizo sonreír- ¿Dónde está el manuscrito?- me preguntó mientras me sentaba sobre el acolchado sillón rojo.
-Ven siéntate- indiqué hacia mi lado.
-…- él se quedo estático mirando- está bien- dijo resignado, cuando se sentó a mi lado observé su perfil, su fina nariz terminada en punta, sus largas pestañas que adornaban lo profundo de sus ojos esmeraldas, su piel blanca y sus mejillas algo sonrojadas.
-Toma- saqué de mi bolsillo un pendrive- aquí está el manuscrito- el miro atentamente y en sus ojos se reflejaba alegría.
-Gracias Sensei- su pequeña boca, sus labios algo carnosos se habían curvado, me había sonreído, me sonrió, sus ojos estaban atentos solamente al pendrive.
-Estoy algo cansado- dije mientras que el acercaba su mano hacia el pendrive- necesito recuperar energías por mi arduo trabajo- el simplemente se acercaba a mi sin prestar atención a mis palabras- Onodera-kun.
Pose mi mano en tu suave mejilla, siempre me pregunto porque te mantienes tan reservado, si supieras que siempre me quedo observando tus labios, que aunque no lo parezca siempre estoy preocupado de no provocarte problemas, que me encanta molestarte porque me encanta ver tus gestos enojados, más bien quiero ver todos tus gestos, todos, si supieras con el descaro que miro tu trasero cuando tiro algo a propósito, cuando me quedo observando tu largo cuello imaginando infinitas posibilidades de morderlo y marcarlo mío, cuantas veces he soñado con que me devoro tus labios, no estoy enamorado de ti, amo demasiado a Takahiro, pero quizás me sienta atraído un poco hacia ti, quizás me gustes un poco, no lo sé con seguridad, pero…
-¿Sen…- pero estoy seguro de una cosa- …sei?- de una sola cosa… que yo…
-Te deseo… Onodera- susurre mientras que enterraba mis labios en los tuyos.
Continuara…