Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi dueño por LunaAkira

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Otro MyungJong ¡Sí! Espero que las MyungJong shipper estén contentas, tenía ganas de escribir algo así y bueno aquí lo tienen. A leer

Abrió los ojos despacio tratando de acostumbrarlos a la fría obscuridad, ¿Dónde estaba? Tanteo el piso y lo que había dejado de él era un mullido colchón, se trató de levantar pero le dolía horrible la cabeza, sus ojos aún no se acostumbraban por completo a la obscuridad, el cuarto olía a podredumbre, oyó ruidos afuera y se pegó a la pared abrazándose las piernas contra su pecho.

 

 

¿Dónde estaba por dios? Debió hacerle caso a su madre cuando le dijo que no saliera, que mejor llamara a sus amigos y los invitara a la casa pero como todo chico de 17 años se burló de su madre diciéndole que no le pasaría nada, que él podría cuidarse solo, juraba que si lograba salir de donde estuviera le pediría perdón de rodillas a su madre.

 

 

Recordaba haber llegado al antro, solo, porque sus amigos se fueron con sus chicas a ver una famosa película que estaba en cartelera, y él al ser el único soltero y gay, claro nadie sabía eso último, se fue solo al antro, llevaba media hora en el local cuando un chico alto, delgado, bien parecido se acercó a él, le ofreció bailar y acepto, no se veía que fuera mala gente.

 

 

Después de unas canciones pegajosas los dos se fueron a la barra y el chico con cabello azulado le pago una bebida, después de eso todo era muy confuso, no recordaba haber bebido más que esa copa pero se sentía muy mareado, el chico con el que estaba lo saco del local y llego un taxi que él no había llamado, sintió su cuerpo pegarse al de él y los labios del otro en su cuello mientras le apretaba el trasero.

 

 

-Hey sabes que no debes tocar la mercancía. –hablo otro hombre y lo metieron al carro.

 

 

Después de eso nada más, hasta ahora, lloro ahogándose con los hipidos, no creía que a él le fuera a pasar algo así, oyó pasos y más voces afuera, se pegó queriendo fundirse con la pared, la puerta se abrió y dio paso a dos enormes hombres que parecían armarios los dos eran morenos y calvos, brazos fuertes, espalda ancha, muslos grandes, seguro  que esos tipos se la pasaban todo el día en el gimnasio, se acercaron a él y lo levantaron sin ningún esfuerzo.

 

 

Lo sacaron de ese obscuro cuarto a un largo pasillo blanco, en las paredes habían cuadros de buen gusto, habían mesas de madera y encima tenían jarrones con bellas flores, en ese lugar había mucho estilo menos en el cuarto donde había estado él. Le metieron en otra habitación, la luz tan blanca le cegó de momento, cuando sus ojos se acostumbraron de nuevo, observo que era una habitación como de hospital, olía a limpio, en medio estaba una cama, al lado una charola con materiales de cirugía. Del lado derecho un armario con medicina, por la ventana vio luz de día, debían de ser las 10 de mañana o un poco menos.

 

 

-Caballeros, pueden esperar afuera – un hombre con bata de doctor entro y los dos armarios, salieron cerrando la puerta.

 

 

El doctor se acercó a él, estaba temblando de pies a cabeza ¿Qué iban hacerle? El hombre le tomo del brazo y lo llevo hasta la camilla hizo que se sentara y empezó a examinarlo, primero le apunto a los ojos con esa pequeña lamparita, después le hizo abrir la boca y le checo la perfecta dentadura, le volteo sin ningún esfuerzo. El pequeño comenzó a sollozar de nuevo.

 

 

-Por favor…. Por favor no me haga nada –las gruesas lagrimas caían sobre su perfecto rostro, era un chico demasiado guapo.

 

 

-Yo no te hare daño –Dijo el doctor y se puso un guante blanco, metió la mano dentro de sus pantalones y tanteo su entrada. Sungjong apretó las sabanas en los puños, el doctor trato de meter un dedo pero el pequeño estaba tan tenso que no fue capaz.

 

 

                 >>-Me atrevo a decir que eres virgen –le levanto y lo sentó de nuevo en la camilla, se quitó el guante y lo tiro en el cesto de basura que estaba al lado.

 

 

-¡Claro que soy virgen! –grito humillado.

 

 

El doctor se acercó a la puerta sonriéndole, dio unos pequeños golpecitos y los tipos grandes entraron, de nuevo lo sacaron como si de una pluma se tratara, caminaron por el mismo pasillo hasta doblar en la esquina bajaron por unas largas escaleras, giraron a la izquierda donde abrieron una enorme puerta café.

 

 

En la enorme sala estaban cuatro tipos, uno de ellos estaba contando dinero y lo separaba en pequeño montoncitos sobre su escritorio, otros dos estaban el gran sillón blanco  separando algo y empaquetándolo y por los guantes podía apostar a que eran drogas, el otro un chico alto y delgado, cabello rubio, cara de ángel estaba cambiando los canales en la enorme pantalla plana de 70 pulgadas, en cuanto sus ojos se conectaron el otro lo miro extraño. Se incorporó en el sofá y vio a los gorilas con los que venía.

 

 

-¿Por qué no lo bajan un poco? No creo que se escape –dijo con una fría voz. Los otros dos hicieron lo que el “jefe” les decía.

 

 

-Calma L ¿Qué es lo que pasa? –pregunto a sus empleados.

 

 

-Sunggyu, tenemos uno bueno.- diciendo eso le arrojo en frente, el pequeño al estar débil cayó al suelo haciéndose daño en las rodillas.

 

 

-Vaya –El hombre se levantó de su silla,  vestía  pantalones vaqueros desgastados, camiseta blanca, tenis deportivos blancos, se acercó al pequeño y lo levanto con fuerza del brazo.- ¿Quién en pleno 2015 es virgen? Me dejaras una fortuna, sabes, tengo muchos clientes que tu aspecto les gustara. –le acaricio la mejilla.

 

 

¿Qué era lo que planeaban hacer con él? Venderlo estaba claro, pero a quien ¿Violadores, matones, chulos? Por dios debía de estar en una extraña pesadilla, no quería acabar en manos de gente mala y que hicieran con él lo que quisieran, levanto el rostro mostrando una seguridad que no sentía y le escupió en la cara al hombre que pensaba venderlo como si fuera carne en el rastro.

 

 

-¡Púdrete! Conmigo no harás dinero, primero muerto.

 

 

-Muerto te dejare por lo que has hecho –se limpió el rostro y estrello el dorso de su mano en su mejilla, de nuevo cayó al piso, le jalo los cabellos haciéndole daño. El chico forcejeaba, sintió como el cuero cabelludo se le había levantado con el jalón.

 

 

Le arrastro hasta una puerta negra, cuando la abrió le arrojo dentro, de seguro ya tenía varios moretones en las piernas, vio con horror como el otro se bajaba la cremallera del pantalón y se acercaba a él. Con los pies se aventó hacia atrás pero se golpeó con algo y no pudo huir de su agresor.

 

 

-Ven ramera –otro jalón de cabello y él gimió de dolor, el mayor saco su erección de los pantalones y la puso delante de su cara –Vamos, chúpamela –La pego a sus labios, el pequeño giro su rostro, no quería, ¿Por qué no lo mataban mejor?

 

 

              >>-Abre los labios, perra –otro golpe en la mejilla y sintió su labio partirse, con miedo abrió los labios y el otro aprovecho para meter todo el miembro en esa pequeña cavidad, provocando que el menor se ahogara al no poder albergarlo todo.

 

 

Le tomo de los cabellos y marco un ritmo bestial, el menor le estaba comenzando a faltar el aire, la punta de ese miembro se metía hasta lo más profundo provocándole arcadas, podía morderle pero no lo hacía, solo se aferraba a su pantalón dejando que las lágrimas resbalaron por sus mejillas, la saliva estaba cayendo por sus labios. El mayor movió sus caderas con más fuerza, la cabeza del pequeño se estrellaba en el mueble por la bestialidad de las embestidas.

 

 

Cuando creyó que iba a morir por asfixia, ese miembro salió de su boca, dio grandes bocanadas de aire tratando de recuperarse, el mayor se masturbo un poco más y acabo en su rostro soltando una especie de gruñido.

 

 

-Vamos –le jalo de nuevo del cabello, otros jalones así y le dejaría sin cabello, le aventó sobre la mesa, se puso detrás de él y le bajo los pantalones.

 

 

No por dios, no, piedad, por favor no quería que su virginidad terminara así, pataleo pero no sirvió de nada el mayor era mucho más fuerte, golpeo la mesa con los puños tratando de levantarse pero solo se ganó un gran golpe en el estómago que lo dejo sin aire, ¿Y si suplicaba por su vida? ¿Funcionaria de algo? Sintió el miembro del otro restregarse en su entrada, más lágrimas caían sobre su rostro, donde el semen se secaba.

 

 

El mayor empujo un poco y la punta entro en ese estrecho lugar, joder que apretaba delicioso, perdería mucho dinero de eso estaba seguro pero valía la pena por sentir que algo así presionaba su polla.

 

-¡Por favor detente! ¡Sácalo! …. ¡Duele! –el pequeño gritaba, por dios que eso dolía horrores. Suficiente humillado había sido con haberle obligado hacerle una felación pero esto era demasiado, ¿Acaso no tenía corazón ese sujeto?

 

 

-Hey Sunggyu –la puerta se abrió y entro rápido el chico rubio.

 

 

-¿Que putas haces aquí? -El nombrado volteo a verlo, con los pantalones abajo, con la punta de su miembro en ese delicioso lugar, con el menor tirado sobre la mesa llorando.

 

 

-Venia hacer un trato contigo.

 

 

-¿Qué especie de trato? ¿No puedes esperar a que termine? –le vio con odio le estaba arruinando el buen polvo que estaba a punto de tener.

 

 

-Es que tiene que ver con el chico –Sunggyu lo vio pidiendo una explicación –Lo quiero para mí, te pagare así que podrías dejarle –no era una pregunta era una orden.

 

 

-Bien –contesto, se alejó del chico y se subió los pantalones – Pero quiero un buen dinero, el chico vale la pena –salió de la habitación dejándoles solos.

 

 

Esa misma noche el chico que respondía al nombre de L, pago una gran cantidad de dinero por el pequeño y se lo llevo a su casa, el menor aun sentía miedo, se había salvado por poco de ser violado por el otro hombre, ese hombre de mirada que daba miedo, observaba por la ventanilla del coche, iba esposado como si de un delincuente se tratara o peor de un animal, L iba al lado de él y lo miraba insistentemente, provocando escalofríos por su cuerpo.

 

 

¿Qué diablos le pasaba? ¿Por qué se sentía intimidado por el de ojos negros hasta el grado de sentir pequeñas punzadas en su entrepierna? Debía estar loco, eso seguro, no era posible que su comprador le hiciera excitarse, pero así era.

 

 

-Lo siento –le señalo sus muñecas- es por tu seguridad

 

 

-Más bien por la tuya –se giró volviendo a ver por la ventana, ya ni siquiera le importaba en donde estaba ni adónde iba, nunca podría escapar eso era seguro.

 

 

-¿Cómo te llamas? –le pregunto el chico rubio.

 

 

-Sungjong

 

 

Alrededor de unos 20 minutos llegaron a una casa pequeña pero lujosa, estos tíos debían de ser expertos en el negocio de la trata y la venta de drogas. Le sacaron del auto, L iba delante de él, recorrieron un gran jardín, habían más de 20 gorilas protegiendo la casa, cuando entraron Myungsoo les ordeno a los otros dos que le dejaran solos.

 

 

-Vamos te mostrare tu habitación…

 

 

Llevaba más de dos meses viviendo en esa casa, Myungsoo como le había dicho el tipo que se llamaba, no había intentado hacer nada con él, pero no se sentía muy seguro, no de su seguridad si no de su atracción, era un chico guapo siempre se lo decían, tenía  un cuerpo esbelto pero bello, pero ni así lograba captar algo de atención del chico rubio con cara de ángel.

 

 

Cualquiera que lo oyera le diría que estaba loco, o al menos confundido que lo que sentía no era amor, pero él lo sentía así ¿Síndrome de Estocolmo? Tal vez era eso, tal vez no, no sabía, lo único que sabía es que quería algo de atención, algo así como la que le daba a esas chicas de la vida alegre que llevaba a la casa. Unas viles zorras.

 

 

Pero qué demonios le importaba con quien se acostaba su dueño, porque al haberlo comprado, era su dueño, lo que debía de importarle era que estaba seguro entre comillas, que el chico le había librado de ser violado y de ser vendido a un pervertido que en estos momentos lo estaría violando o podría hasta estar muerto. Eso era lo único que debía importarle eso y el hecho de escapar de esa jaula de oro.

 

 

Caminaba por los pasillos aburridos, llego hasta la puerta que pertenecía a la habitación de Myungsoo, abrió un poco y metió la cabeza en el hueco pero no había nadie en el cuarto, cerro de nuevo y siguió caminando aburrido, bajo corriendo las escaleras, saldría al jardín se estaba asfixiando ahí dentro. Pero justo cuando su término de bajar los escalones escucho una pequeña risa proveniente del despacho de L.

 

 

Camino hasta la puerta y como había hecho antes abrió un poco y asomo la cabeza, en las piernas de Myungsoo había una chica pelirroja que le devoraba la boca, la ira y los celos le invadieron y azoto la puerta enderezándose bien, los dos antes mencionados, se sobresaltaron y voltearon a ver al causante de tan espantoso ruido y del que se separaran.

 

 

Sungjong camino con decisión, tomo el abrigo de la chica que estaba en el pequeño silloncito y se lo tiro a la cara

 

 

-Lárgate –fue lo único que dijo, pero la chica no se levantó del regazo de L -¿Acaso no me oíste perra? ¡Largo antes de que te saque esos preciosos ojos verdes!

 

 

Ahora si la chica temía por su vida, se levantó deprisa tomo el abrigo del suelo y salió como alma que lleva el diablo. Ese chico de facciones femeninas daba verdadero miedo, en los labios de L se dibujó una sonrisa pícara, su plan por fin funcionaba. Se acomodó la ropa y recargo la espalda en la silla.

 

 

-¿Se puede saber qué te pasa? –pregunto calmado, pues ya sabía la respuesta.

 

 

-¿Qué hacías con ella? –contesto con otra pregunta.

 

 

-¿Qué no era obvio? –Recargo los codos en los antebrazos de la silla y entrelazo los dedos –La pregunta más bien seria ¿Qué haces tú? –Le señalo -¿Aquí? –señalo el piso.

 

 

-Te estaba buscando

 

 

-¿Para qué? –estaba provocándolo.

 

 

-Bueno para…. –se sonrojo y miro el piso, se veía tan lindo cuando hacia eso, camino hasta L sin levantar aun la vista, se sentó en sus piernas ocupando el lugar que hace minutos era de la pelirroja –Si quieres sexo...-susurro en su oído, un escalofrió recorrió el cuerpo del rubio –Yo te lo puedo dar – atrapo su lóbulo entre su boca donde lo lamio.

 

 

-¿Estás seguro que podrás? –las manos del rubio bajaron hasta sus nalgas y las apretaron  pegándolo a él, sus erecciones se rozaron y los dos gimieron.

 

 

-Pruébame –susurro con sensualidad en su oído, después dejo caer la cabeza hacia atrás y comenzó a moverse encima de Myungsoo, atrás adelante, adelante atrás, una fricción de lo más deliciosa.

 

 

-Claro que lo hare –Contesto el rubio, atacando el cuello expuesto de su pequeño, lo mordió la blanca piel empezó a tornarse roja, quería marcarlo y así lo hizo.

 

 

Bajo una de sus manos por la espalda del pequeño para después meterla entre ella y llegar a esos pequeños botones que acaricio con la yema de los dedo dejándolos de punta, levanto la camiseta azul que Sungjong llevaba y llevo su boca hasta ellos, lamia alrededor haciendo círculos, chupaba tirando de ellos, el menor no podía hacer más que dejar salir jadeos de su boca, mientras se aferraba a la espalda del rubio.

 

 

Pero no se quería quedar quieto, llevo su mano hasta el borde del pantalón del mayor y coló las manos entre ellos, masajeo sobre la tela sintiendo como el otro se ponía duro, cosa que le extraño, se suponía que al tener en las piernas a semejante mujer era para que estuviera más que en marcha. Le empujo de los hombros para que se separara un poco de él.

 

 

-¿Qué pasa? –pregunto L sin entender porque le detenía ahora.

 

 

-Pensé… que tú ya -¿Cómo lo decía? Miro hacia bajo y Myungsoo supo a que se refería.

 

 

-Solo tú me pones duro bebé – y le beso demandante, metiendo la lengua en su boca.

 

 

Sungjong volvió a su tarea de masajear la hombría del rubio, pero no podía bien, así con que ayuda de su otra mano abrió por completo el pantalón y tiro de él, L levanto un poco las caderas para que el pequeño se los pudiera bajar, cuando por fin el miembro quedo libre de tela, Jong pudo agarrarlo bien y comenzar a masturbarlo, cuando Myungsoo sintió la mano de su pequeño subir y bajar, le mordió el hombro soltando un gruñido.

 

 

Myungsoo como pudo le abrió el pantalón y le dio palmaditas en el trasero.

 

 

-Vamos levanta –Sungjong quito su mano de la erección del otro, se levantó y se sacó el pantalón junto con los calzoncillos, se volvió a sentar mejor en las piernas del otro.

 

 

L se quitó la camisa e hizo lo mismo con Sungjong, los dos quedaron como dios los había traído al mundo, o más bien dicho como el doctor los había traído al mundo, así se gustaban más, Jongie retomo su trabajo y L llevo tres de sus dedos a la boca del menor, el cual los lamio mientras veía con descaro al rubio

 

 

-Si me sigues viendo con esas caras de guarra, me lo pones difícil

 

 

Sungjong sonrió, tomo la muñeca del rubio y se metió los dedos hasta que sus labios tocaron más allá de sus nudillos, el otro gimió, sentía la lengua de Sungjong hacer círculos sobre sus dedos, el menor comenzó a mover la cabeza  atrás, adelante, rotando la lengua sobre los dedos.

 

 

Myungsoo se sentía gotear, tenía que poseer a ese pequeño, se había aguantado dos meses, le había dado su espacio, no quería forzarlo, quería que él solito viniera a él, estaba demasiado atraído por ese chico de bello cuerpo, llevaba días siguiéndolo, pues la tarea de “reclutar” gente nueva era de él pero unos días antes Sunggyu le pidió ayuda en otra cosa y tuvo que dejar de perseguir al menor, pero le había dicho todos sus pasos al otro chico, a qué hora salía de la escuela, cuando salía con sus amigos, a que bar iba, todo. Quería a ese chico solo para él.

 

 

Cuando lo había visto enfrente de él, llevado por esos mastodontes  su corazón se alegró pero no contaba con que su pequeño iba hacer muy rebelde y a escupirle en la cara al idiota del jefe, tuvo que esperarse un poco cuando Sunggyu se lo llevo al otro cuarto y cuando escucho que había gritado, sus músculos reaccionaron y por eso había entrado en la habitación.

 

 

Era por eso que se había alejado de él, era por eso que le provocaba trayendo chicas a la casa, con las cuales no hacía nada, el único cuerpo que le excitaba era el del pequeño y por fin le tenía sobre él, saco los dedos de su boca y los llevo hasta su entrada, metió despacio uno y sintió como su cuerpo se tensó, le beso el cuello mientras le masturbaba, movió el dedo tratando de hacerse espacio, uno más y el menor ya no sentía dolor, estaba demasiado excitado como para sentirlo, movió sus caderas penetrándose con esos dedos.

 

 

Otro más y el chico ya sudaba mientras se mordía el labio sensualmente, Myungsoo metió otro y el chico gimió moviéndose sobre él.

 

 

-Myungsoo…. Mételo ya…

 

 

-Mi pequeño es muy ansioso –saco sus dedos y los reemplazo por su grueso miembro. Sungjong se aferró a su espalda aquello no era más grueso pero si más largo y lo sentía casi hasta la garganta.

 

 

-Te siento enorme –susurro sobre su oído-

 

 

-Vamos, móntame –le dio un azote en el trasero, Sungjong puso las manos sobre el respaldo de la silla y comenzó a montar sobre Myungsoo.

 

 

Botaba sobre sus muslos, cambiaba sus movimientos, en círculos, arriba abajo, adelante atrás, hasta que hayo su punto. Gimió de puro placer cuando su cuerpo sintió la descarga y sus ojos se cerraron.

 

 

-¿Es ahí? –Myungsoo le tomo de las nalgas firmemente para poder mantenerlo mejor, le penetro demasiado fuerte, haciendo que el otro ya no gimiera sino gritara.

 

 

-Si... ahi... Ah... mas fuerte

 

Sungjong parecía un vil trapo entre los brazos de Myungsoo pero le estaba matando, literalmente, se abrazó a su cuello, sus gemidos le llegaban gusto en el oído, lo cual provocaba más al rubio. Una descarga le recorrió la columna vertebral, bajo su mano hasta su miembro y comenzó a masturbarse. Busco desesperado la boca del mayor, un beso sucio, brusco, demandante.

 

 

Myungsoo le embistió fuertemente y Sungjong tuvo un orgasmo devastador, Myungsoo al sentir la presión que el otro ejercía sobre su hombría se corrió dentro del menor que respiraba agitado sobre su cuerpo.

 

 

6 meses más habían pasado, Sungjong está más que feliz, vivía bien, tenía a Myungsoo, no salía mucho por temor a que alguien le reconociera y llamara a la policía, “Ahora tu eres mi mundo” le había dicho un día Myungsoo.

 

 

No quería alejarse de él era por eso que prefería quedarse en casa, habían salido a viajes eso sí y Myungsoo nunca lo dejaba solo, estaba perdidamente enamorado de ese chico, no le importaba que se dedicara a vender drogas y a poner a gente en el blanco, cuando L estaba con él se volvía una persona diferente.

 

 

¿Quería escapar? No claro que no, extraña a sus padres algunos días pero no, quería quedarse el resto de su vida al lado de Myungsoo. Termino de subirse las medias y se observó al espejo,  medias con ligero, una diminuta tanga y en su pecho un corsé de lo más lindo, se acomodó el falso cabello largo, un poco más de rímel, término de aplicarse gloss en sus perfectos labios cuando oyó a Myungsoo llegar, se puso la fina bata y la ato un poco.

 

 

Salió de la habitación para cumplir una más de las tantas fantasías de su acosador, de su secuestrador, de su comprador,  de su dueño, de su amor, Kim Myungsoo, mejor conocido en los barrios bajos como L, la mano derecha del criminal más buscado.

 

Notas finales:

Me ha gustado como ha quedado, si encuentran una falta perdón, pero no lo cheque porque no quería cambiarle nada. ¿Qué tal el lemon? Las que leyeron mi anterior oneshot sabrán de lo que hablo haha, creo que este quedo mejor, en mi opinión, ¡Mas MyungJong! Para la posteridad hahaha. Nos vemos en otro, tengo más planeados solo falta plasmarlos en Word haha

 

Ya saben denme amor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).