Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The fox & the crow por Yae

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

XIII.- "Palabras"

 

 

 

.10 (*)

 

Los lagrimones del pequeño niño le estaban contagiando la plañidera sensación al grado de querer también romper en llanto, acongojado solo pudo abrazarle para tratar de mitigar la tristeza de su pequeño hermano.

“No te preocupes Sasuke, voy a irte a visitar en vacaciones y te llamare cada semana” trataba de animarlo sonriéndole en medio de su amargura, después de la muerte de su madre se había decidido que su pequeño hermano se mudaría a Tokio para vivir con sus padrinos, ellos eran un matrimonio sin hijos por lo que podrían hacerse cargo hasta que Fugaku superase la depresión.

“¿Lo prometes?” el infante de al menos cinco años infló sus mofletes guardándose sus lágrimas.

“Lo prometo” Itachi sonrió sin dejar de abrazarle.

“No te preocupes Sasuke yo cuidare de Itachi” un Shisui algo mayor que ambos niños se acercó. Pero la expresión de completa desconfianza del más pequeño con las mejillas coloradas le hizo casi echarse a reír en medio de la triste despedida.

 

 

. 11

 

“Otra vez llegaste tarde hoy” Itachi comentó en tanto regresaba del instituto junto a su primo.

“No podía dejar a los ancianos con todo el trabajo, en la madrugada llegó toda la mercancía” explicaba calmado sonriéndole a medias al de cabello largo “¿no te gustaría trabajar ahí?”

Curioso le miró de lado.

“Bueno… he estado pensado en buscar otro trabajo”

“¿No ganas lo suficiente?” preguntó arrepintiéndose de inmediato ante su propio impulso.

“Para establecernos en Tokio vamos a necesitar mucho” más animoso se arrimó al más joven cediendo a su deseo de jugar un poco con las brunas y largas hebras de cabello.

“Mi padre no querrá irse” confesó sin que el gesto le incomodase.

“Bueno en tanto preparamos todo tenemos tiempo suficiente para convencerlo” tomó la mano de Itachi para empezar a caminar más rápido tirando del otro.

“¿A dónde vamos?”

“Cuando lleguemos te lo diré” y la sonrisa en sus labios se acentuó más.

 

 

.13

 

Llevaba al menos dos horas ordenando todo, llevando cajas de cartón de allí acá, su primo hacía lo propio ayudándole en el trajín.

“¿En verdad Fugaku te pidió que guardases todas las cosas de ella?” algo preocupado por la repentina decisión de su tío aglomeraba las cajas de cartón contra una pared

Itachi asintió sin dejar de ordenar aquella habitación que usaran hace años sus padres, guardaba la ropa y las pertenencias de su madre con cuidado para que al menos se conservasen lo mejor que se pudiese.

“Supongo que entonces volverá a usar esta habitación”

“No lo creo” habló deteniendo su labor “pienso que va a dejar cerrado este lugar, no le gusta caminar y tener que ver esta habitación”

“Debería vender la casa si es así” sacudiendo el polvo de su ropa fue hacia donde su primo sentándose en el piso de madera “aunque la deje cerrada con llave Fugaku duerme en la habitación de al lado”

“Ya nadie usara este piso, solo ocuparemos el de abajo” resopló.

El mayor hizo amago de pensar pero se guardó sus comentarios respecto a eso, “ven” le llamó con un ademan “vamos a descansar un poco”

“Aún queda mucho que ordenar” algo reacio le dio un vistazo a la habitación que de a poco estaban desmantelando.

“Lo sé, pero llevamos en esto un buen rato” volvió a llamarlo con el mismo gesto sonriéndole un poco “tomar un descanso en ocasiones puede ser muy necesario”

Dudoso fue acercándose a su primo para sentarse a su lado.

“Si vas a tomar un descanso es indispensable que te relajes un poco” posó sus manos sobre los hombros de Itachi sintiendo el ligerísimo sobresalto en el otro “ya que no tenemos estrellas para contar probaremos a hacerlo con las manchas del techo” con cautela ayudó al más joven a quedar recostado sobre la madera para después tenderse a su lado.

“¿En verdad vamos a contar las manchas?” preguntó viendo de reojo a Shisui quien parecía ya estar haciéndolo. La breve risa del mayor le hizo sentir apenado sin saber porque.

“De vez en cuando está bien tomarse las cosas con calma” después de haber reído una suave sonrisa había quedado dibujada en sus labios y más al ver el rostro expectante de Itachi quien seguía mirándole. “De vez en cuando está bien” repitió incorporándose para poder acercarse y apreciar el rostro de su primo desde arriba, los encantadores ojos negros le veían atentos como deseando adivinar su siguiente movimiento. Por inercia su mano derecha se elevó intentando posarse en la mejilla del más joven.

Pero no lo hizo, sus dedos quedaron a centímetros de la tersa piel que podía jurar se había entintando levemente con rojo dejando los mofletes resaltar en la bonita cara de Itachi.

“Mejor terminemos de ordenar todo” Shisui se irguió del todo quedando de pie “luego podremos ir a dar un paseo” ofreció manteniéndose tranquilo.

Itachi se levantó a prisa asintiendo sin dejar que su primo le viese el rostro pero para este no fue difícil notar su evidente nerviosismo, sin embargo no dejó de sonreírle cuando se atrevió a mirarle de nuevo.

 

 

 

 

 

 

 

— ¿Solo viste eso?

— Ya lo repetí tres veces, no tengo nada más que decir — estaba cansado, el insistente oficial no dejaba de preguntar lo mismo, si conocía a esa persona y como se percató de que iba a lanzarse desde el segundo piso. Itachi les había explicado hasta aburrirse que solo estaba pasando por esa calle cuando ese hombre decidió saltar delante suyo.

La grotesca imagen del cuerpo tirado entre el lodo y las rocas no era un grato recuerdo y menos al agregarle el automóvil que arrolló el cadáver como aplastando un monigote, definitivamente le habían espantado el apetito por el resto del día.

— ¿Estás seguro? — insistente preguntó de nuevo ganándose una mirada afilada por parte del pelinegro.

— Ya deja que se marche, llevas preguntándole toda la mañana y aun necesitamos interrogar a otros testigos — al fin intervino otro oficial de policía entrando en la pequeña oficina — ya puedes irte muchacho, si necesitamos tu testimonio de nuevo pasaremos por tu casa, saluda a Fugaku de mi parte.

Itachi asintió levantándose de la silla en donde hace nada estaba sentado para dirigirse a la puerta.

— Por cierto… están esperándote.

Algo confundido salió del lugar, no creía que su padre fuese capaz de venir a abogar por él, por lo que descartándolo de inmediato solo un nombre acudía a sus pensamientos.

Naruto.

Apresuró varios de sus pasos tan solo para detenerse después, algo sorprendido observó a Kakashi esperándole en la salida de la pequeña estación de policías.

— Siento si te decepciona mi presencia — en tono de broma comentó el de cabellos plateaos en cuanto Itachi se acercó lo suficiente.

— ¿Qué hace aquí? — cuestionó.

— Vine en cuanto me enteré, se armó un gran escándalo con eso del suicidio — informaba a medida que iba caminando siendo seguido por el pelinegro —e Itachi… háblame de “tu”.

¿Y porque no vino Naruto? Hubiese querido preguntar, realmente le extrañaba que el rubio no estuviese esperándolo, con la insistencia que este había demostrado se le hacía difícil entender la razón de su repentina ausencia… tal vez ya había desistido, contuvo la respiración un par de segundos.

— Debes estar aún muy afectado por lo que sucedió — el adulto lo guiaba a único diminuto restaurante del pueblo — ¿quieres comer algo?

Negó, lo único que le aliviaba era el hecho de que hubiese dejado de llover, pese a las grises nubes que seguían apabullando al sol al menos se podía caminar sin tener que sujetar un paraguas.

— Lo lamento pero debo insistir.

Itachi suspiró sin muchos ánimos para negarse seriamente, le era incomodo pensar en el incidente de aquel hombre saltando para estrellarse contra el piso acabando con su vida, más que eso haber imaginado si quiera por un par de segundos que se trataba de Naruto le provocaba un malestar general.

Y por alguna razón deseaba confirmar que el rubio estuviese bien.

Llegaron entonces al establecimiento para sentarse a una de las pequeñas mesas y de inmediato Kakashi se tomó la libertad de ordenar por ambos.

— No tienes que preocuparte tanto — habló el adulto al notarlo tan ausente — en esta época es normal que las personas enfermen, una fiebre muy alta sin ser atendida termina en alucinaciones.

Eso era bastante factible, podía creerse que ese hombre estuviese delirando por la fiebre pero eso no significaba que tuviese que terminar saltando desde un segundo piso, — ¿y la persona que conducía el automóvil?

— Bueno… hasta donde pude averiguar; era un hombre de unos cuarenta años y después de discutir con su esposa había pasado toda la noche bebiendo.

— Demasiado conveniente — pensó en voz alta ganándose una sonrisa por parte de Kakashi.

— Es verdad, no creo que todo este asunto se trate de una conspiración — bromeó — fue solo un incidente desafortunado.

 

 

— Aquí tienen.

Una muchacha de unos diecinueve años de cabello negro y corto dejó sobre la mesa los platillos con la comida servida siendo el sushi la petición del peli plateado.

— Gracias.

Itachi también agradeció notando de inmediato como la chiquilla se sonrojaba, — si necesitan algo mas no duden en llamarme — nerviosa se apartó.

El adulto soltó una ligera carcajada ante la escena, — eres demasiado atractivo — señaló rozando con sus dedos la mano del pelinegro dispuesta sobre la mesa.

— ¿Y las clases? — preguntó incómodo apartando su diestra del alcance del mayor.

— No tardan en salir de instituto — comentó echándole un vistazo a su reloj — ¿vas a reunirte con Naruto?

— No, — negó un par de veces.

— Pero él te interesa — afirmó viéndole serio — supongo que comparten algún tipo de relación y no quiero entrometerme. Solo deseo que consideres otras… opciones.

“Entrometerse” le pareció graciosa la palabra, si Kakashi no hubiese insistido con el asunto de que se viesen a solas Naruto jamás habría pensado nada equivocado y no estarían en la situación en la que se encontraban…

Se mordió la lengua antes de pensar en algo más, se sintió ínfimamente nervioso al percatarse de estar buscando excusas para el comportamiento del rubio.

— Itachi, ¿has pensado en lo que te dije?

— Me es imposible considerar corresponderle a mi maestro — respondió impaciente, debía haber supuesto que Kakashi aprovecharía la oportunidad para insinuársele.

— ¿Solo es por eso? — sin que el rechazo pareciese afectarle se dispuso a comer agradeciendo antes por la comida.

— Así es… — tragó pesado al no sentir apetito, los alimentos dispuestos le provocaron ligeras nauseas.

— Cuando las clases finalicen dejare de ser tu maestro y si deseas aspirar a la universidad necesariamente tendrás que mudarte a la ciudad. Y ya te hice una magnifica oferta para ello.

— Va a darme alojamiento en Tokio… — se apresuró a beber del vaso con agua sobre la mesa — debo suponer que entonces, ¿también pagará mis estudios? — probó a preguntar.

— Con gusto.

— Voy a tener que rechazar su generosa oferta — hablar con Kakashi lo cansaba demasiado, pese a la “amabilidad” del adulto no podía evitar estar a la defensiva ante sus palabras de afecto, como si no pudiese confiarse del todo, situación dramáticamente opuesta a la que vivía con Naruto puesto que había confiado en el rubio desde el inicio y por esa misma razón es que le afectaba tanto la agresión sufrida a esa confianza.

— Veo que sigues aferrándote a una relación nociva — afiló la mirada — de acuerdo, supongo que necesitas sentirte realmente destrozado para que decidas apartarte de Naruto.

La oración le resultó más que ofensiva, lo acababan de señalar como ingenuo, ni se tomó la molestia de aclararle al adulto que ya no tenía ningún tipo de relación con Naruto, Kakashi podía creer lo que le viniese en gana; que el rubio lo maltrataba constantemente y que como enamorado sumiso aceptaba las disculpas de este para volver al círculo de su malsano romance.

— Lo que no necesito son sus consejos “sensei” — se puso de pie dispuesto a irse — no tiene que preocuparse por lo que Naruto y yo hagamos.

Irritado como pocas veces en su vida se marchó sin despedirse y sin esperar respuesta del adulto.

 

 

Aunque ya no sintiese los estragos de la fiebre la pesadez general de los músculos le recordaban que tendría que dormir más horas como lo había sugerido la enfermera del instituto. Siempre se había considerado alguien paciente pero la conversación con Kakashi hace nada terminó estropeando aún más el pésimo día que tenía, recorriendo las calles pudo percatarse de la poca y sospechosa cantidad de personas que circulaban, ni siquiera se tomó la molestia de regresar al lugar del incidente, estaba tratando de pasar lo más que pudiese del asunto pero era inevitable no interesarse si el causal de una de las recientes muertes era el suicidio.

Si se ponía a pensarlo a conciencia de algún modo debía haber alguna relación entre los supuestos “fantasmas” y aquellas muertes; una disparatada teoría significaría creer que las entidades sobrenaturales no solo le perseguían a él y a Naruto.

Como si todo el pueblo estuviese siendo embrujado.

No tiene sentido.

Necesitaba recopilar más información, sobre las muertes que acababa de presenciar, sobre la muerte de Minato y también la de Shisui.

Tal vez de algún improbable modo estaban relacionadas.

 

 

.14

 

“Itachi… si yo decidiera quedarme en este pueblo, ¿tú te quedarías conmigo?”

La pregunta de su primo se le hizo extraña, este siempre había demostrado sus intenciones de marcharse de ese lugar para mudarse a Tokio, “creí que no te gustaba vivir aquí”

El mayor de los Uchihas sonrió un par de segundos para después volver a dirigir su atención a la corriente del rio que se apreciaba al fondo del desfiladero.

“Creo que hoy va a llover mejor volvamos” sugirió mirando de reojo al pelilargo.

“Shisui…” algo preocupado se acercó sentándose al lado del nombrado.

“Aquí sería más fácil Itachi” habló. “¿Cómo te sientes? Esa es la pregunta, es decir ¿te gusta vivir aquí?”

“No estoy seguro”

“En Tokio podrías ver a Sasuke todos los días, incluso vivir con él”

Suspiró, ver a su hermanito sería la mayor motivación para marcharse de ese lugar pero tampoco se creía capaz de abandonar a su primo si este decidía a no marcharse nunca de ese pueblo.

“Cuando decides abandonar algún lugar es mejor no mirar atrás,” murmuró sin atreverse a mirar “Itachi… estoy impaciente porque cumplas quince años” confesó mordiéndose el labio inferior.

“¿Para qué?” algo curioso enarcó una ceja.

“No lo sé” rió un poco “creo que es una edad importante y podremos hablar de cosas que por ahora no podemos”

“Igual podríamos hablarlas” algo confundido no entendía a que se refería Shisui, no es que mágicamente al cumplir quince años se le revelase una epifanía.

“Mejor vamos a esperar” inspiró hondo relajándose al contemplar la expresión curiosa de Itachi “podemos quedarnos un rato más o, ¿ya quieres volver?” sus oscuros ojos se enfocaron en el nubloso cielo en el que lentamente comenzaba a anochecer.

Negó imitando la acción de su primo tratando de hallar las estrellas en medio de las nubes, “quedémonos un poco más”

“Si te quedas dormido puedo cargarte en mi espalda, estoy seguro de que aun puedo hacerlo”

 

 

 

.

 

 

Llegó a su trabajo aproximadamente a las 2:30 P.M. al notar el negocio cerrado creyó se debía a algún imprevisto o que le estuviesen esperando para abrir el diminuto local, a pasos calmos se fue hacia la entrada principal de la pequeña casa para golpear la puerta al ser consciente de que el timbre se hallaba estropeado.

Pero por más que repitió su acción nadie le abrió.

 

— Fueron al hospital.

La voz de Naruto le hizo girarse hallando de inmediato al rubio a unos pasos, con semblante demasiado serio para su gusto los ojos azules le veían atentos.

— ¿Cómo lo sabes? — inquirió, no creía encontrarse en lo que restase del día al impulsivo muchacho, pero un gran alivio le recorrió al verle.

— Bueno… pregunte a los vecinos porque se me hizo raro que no hubiesen abierto hoy si ya no está lloviendo, me dijeron que la anciana se puso muy enferma y su esposo la llevo al hospital. Estaba esperándote para que vayamos a verla.

Preocupado por la anciana que siempre lo trató amablemente accedió a que Naruto lo acompañase, de todos modos era entendible que el rubio también estuviese preocupado, en el trayecto no hablaron y fue el mutismo del de ojos azules lo más incómodo del recorrido.

— ¿Supiste lo del suicidio? — al fin pregunto cuando ya se hallaban en una de las bancas del hospital esperando a que les diesen alguna información.

Asintió viendo de soslayo al otro muchacho, por un momento creí que eras tú, quiso confesar pero se contuvo, apenas si habían pasado un par de días desde el fin de semana y toparse con Naruto todo el tiempo le dificultaba mantenerse firme en su decisión de apartarse de esa persona definitivamente.

— Sera que… — el rubio se aclaró la garganta —…después de visitar a la anciana… ¿podremos hablar? — resopló impaciente.

Los ojos azules y el semblante de Naruto también se percibía notoriamente agotado, era evidente que tampoco la había pasado bien en los últimos días.

— Itachi — la voz de un tercero hizo que ambos jóvenes le prestasen atención al anciano dueño de la pescadería quien se acercaba — veo que viniste con Naruto.

— ¿Podemos verla? — de inmediato el rubio habló.

El hombre mayor pareció meditarlo varios segundos antes de responder, — no vayan a decir nada que la altere y compórtense frente a ella — aclaró con ligera sorna.

Pese a lo incomodo del ultimo comentario Itachi solo pudo asentir para seguir al anciano quien los encaminaba a la habitación de la enferma.

 

— Tienes visita — anunció el viejecito al entrar en la habitación donde su esposa descasaba en la blancuzca cama de hospital.

— ¡Que grata sorpresa! — Exclamó sonriendo al ver a los muchachos — Naruto-chan, Itachi-san que bueno que vinieron ya me preguntaba cuando lo harían. Entren, entren, no se queden en la puerta.

— Como no íbamos a venir´ttebayo — más relajado el rubio sonrió acercándose — es que estaba esperando a Itachi para venir juntos.

— ¿Cómo se encuentra? — el pelinegro también se acercó para inspeccionar el semblante de la mujer notándola de inmediato demasiado pálida y como su rugoso rostro revelaba su precario estado de salud.

— Nada, nada, es solo esta gripe que no me deja — sonrió llamándolos para que se sentaran en la cama siendo Naruto el único en hacerlo.

—Regresare en un rato — el hombre abandonó la habitación cerrando la puerta tras de sí.

 

— ¿En serio es solo un resfrío? — El rubio preguntó — para que la trajeran al hospital debe ser algo más.

La anciana rió animada, — te voy a decir algo muy importante Naruto-chan — murmuró dejando que el pelilargo también oyese a la perfección — ven, acércate.

Curioso obedeció tratando de afinar el oído, pero no pudo separarse cuando ella le sujetó de la oreja con la mano derecha tirando de esta con fuerza, — ¡Ay, ay, ay!

— Con que vuelva a ver que le hiciste algo a Itachi-san voy a arrancarte cada cabello rubio — le regañaba ahora con expresión severa sin dejar de tirar de la oreja de Naruto quien se quejaba del salvaje trato. — ¿Cómo pudiste dejarle la cara así? ¡No vuelvas ni a intentarlo!

— ¡Ya entendí, ya entendí! — se quejó creyendo que le arrancarían en cualquier momento un pedazo de su pobre oreja.

Por su parte el pelinegro apreciaba perplejo la curiosa escena, cubriéndose la boca con una mano contuvo la risilla que quería escapársele.

— ¿Ya le pediste perdón?

— ¡Lo hice! ¡Ya le pedí perdón! — apenas se zafó sobándose la zona agredida con lagrimones en los ojos, nunca se imaginó que volverían a reprenderlo como su madre solía hacerlo cuando niño, suspiró sintiéndose extraño al no querer desquitarse de ningún modo con la anciana, mas por el contrario empezaba a sentir la urgencia de disculparse con ella y con Itachi de nuevo.

— Bueno, si es así está bien. Ve a buscar a mi esposo Naruto-chan dile que tengo hambre, que busque a esa enfermera y le pida mi comida.

— Ya voy… — resopló saliendo de la habitación notando la ligerísima sonrisa divertida en labios del pelilargo, volvió a suspirar saliendo de la habitación.

 

 

— Ahora que estamos solos, ¿qué sucedió en realidad? — La anciana se incorporó mejor — ¿se agarraron a golpes?

Negó sin estar seguro de cuanto debía informarle a la mujer, — fue algo sin importancia — musitó — ahora debe preocuparse por recuperarse.

— No quieras engañar a esta vieja, sé que Naruto es muy bruto para hablar y actuar, pero no es una mala persona, si Kushina le prestase más atención él no se comportaría de esa forma. — Le sonrió inspirando hondo.

— Lo sé.

— Sé que debes estar enojado con él pero no dejes que eso te haga verlo diferente, puedo verlo en su cara… le gustas mucho — una pequeña carcajada la hizo verse mejor — aunque los dos sean chicos eso ahora no tiene importancia, estar enamorado supera con creces a cualquier prejuicio.

Asintió sin responder, no quería hablar de Naruto y menos escuchar palabras que abogasen por el rubio, haciéndolo sentir como el intransigente que se estaba cerrando a una reconciliación, — hay algo que quería preguntarle — así que prefirió cambiar de conversación.

— Adelante, pregúntame lo que quieras — la anciana empezó a toser brevemente.

— Alguna vez… ¿alguna vez Shisui le comentó haber visto u oído algo sobrenatural?

— ¡Desde luego! — Afirmó — muchas personas han visto fantasmas en este pueblo — confesó cubriéndose la boca cuando un nuevo ataque de tos se presentó.

Itachi meditaba las palabras, si su primo en algún momento había llegado a ver fantasmas, ¿por qué no se lo dijo?, compartían todas sus experiencias y era demasiado extraño que hubiese obviado algo tan inquietante.

— Itachi-san — la anciana le llamó — tu no estarás viendo algo así… ¿verdad? — volvía a toser esta vez mas escandalosamente preocupando al pelinegro.

De inmediato se acercó para sujetarla cuando la mujer empezaba a hiperventilar deshaciéndose por culpa de la tos que ahora manchaba sus arrugadas manos con la sangre que se le escapaba de la boca.

— ¡Naruto! — gritó en cuanto la puerta del lugar se abrió.

El de ojos azules dio media vuelta en cuanto vio la escena a buscar cuanto antes a un doctor, en tanto el esposo de la anciana acudía a socorrer a su pareja sintiendo que el mundo se le acabaría si la mujer  con la que había vivido tantos años llegase a morir.

 

 

 

 

 

 

 

Ya daban más de las once de la noche, llevaban esperando a recibir noticias de la anciana mujer, esperando que superase esa crisis respiratoria que la mandó directo a cuidados intensivos.

Naruto se había plantado delante de uno de los pilares de la sala de espera dándose leves topes contra el muro para calmar su ansiedad y por su parte Itachi solo estaba allí de pie con los brazos cruzados viendo a su alrededor, notando por primera vez lo antiguo del lugar, las desgastadas paredes, el maltratado piso y el olor a humedad que lo recorría mezclado con los fármacos.

— Este maldito dolor de cabeza — se quejó el rubio de su migraña, exasperado desistiendo al fin de su pasatiempo.

— Deberías irte a casa — sugirió el pelinegro prestándole escasa atención.

— Quiero saber cómo esta — bufó frunciendo el ceño — y después… quiero hablar contigo — farfulló dándose otro inofensivo tope contra la pared.

— Deja de hacer eso, ven — le llamó, el nerviosismo de Naruto solo estaba estresándole así que necesitaba distraerlo para poder tranquilizarse un poco de paso.

— Itachi… — se acercó murmurando hasta quedar al lado del otro concentrándose en los oscuros ojos que se le negaban cada vez que deseaba contemplarlos. Estaba agotado, quería volver a besarlo, volver a abrazarlo, sentirse importante de nuevo porque nunca antes se sintió tan grandioso como cuando Itachi le consideraba merecedor de su afecto.

— Debe haber alguien vendiendo café por aquí — sugirió.

— Iré a buscar algo de comer — algo más animado sonrió — ¿galletas y café están bien?

Asintió suspirando, no podía negar que le gustaba ver la sonrisa de Naruto y que la insistencia de este le resultaba halagadora, pese a ello no podía evitar seguir sintiéndose de algún modo lastimado sin olvidar la desazón que aun persistía desde el fin de semana.

 

 

Pero los gimoteos lastimeros del anciano que caminaba por el pasillo acompañado por la enfermera fueron los que hicieron evidente el desenlace de la supuesta “gripe” de su esposa.

 

 

 

 

Al día siguiente simplemente se hallaban bajo la suave llovizna que caía, acompañando al puñado de personas que se habían reunido Naruto e Itachi presenciaban el silencioso entierro que en algunos días quedaría olvidado de las memorias de la mayoría de los asistentes… como si nunca hubiese sucedido.

 

 

*****

 

 

 

Notas finales:

 

.10(*): simplemente hace referencia a la edad que Itachi tenía en esa pequeña escena, diez, once, trece y subsiguientes solo indican su edad en ese momento.

 

Saludos a todos, ¿una semana?, sí, creo que es una semana y eso para mí sigue siendo un gran logro, con respecto a este capítulo no he colocado todos las escenas que involucran a Shisui e Itachi porque no habría podido avanzar con la historia central, así que decidí poner los recuerdos restantes el capítulo que sigue. Sé que tal vez sientan innecesarias algunas partes en este capítulo –o puede que no- pero en realidad todo ya lo tenía planeado de ese modo por lo que ya voy teniendo una idea de cuantos capitulo falten para terminar, han de ser entre 18 y 20 a lo sumo el total del fic, todo depende de cuánto me tome explicar las situaciones.

¿Les ha resultado interesante el capítulo?, si es así nos leemos en el siguiente.

Por cierto la escena de Kakashi e Itachi debía ser más… como decirlo, romántica, pero no salió simplemente Itachi se puso rebelde (:D).

 

Gracias por las lecturas y más por los reviews.

Yae.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).