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The fox & the crow por Yae

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IV.- “Llovía, llovía”

 

 

 

La sensación de paranoia que le acompañaba desde hace ya algunos días parecía no querer menguar, era como estar avanzando hacia un callejón sin salida sabiendo perfectamente que alguien no amigable te seguía, completamente angustiante.

Sin hallar explicación lógica a tan improductivo estado, fue más fácil obviarlo, atribuir todo a algún estado de estrés improbable.

— Tenemos que hablar — nuevamente la voz de Naruto fue el único sonido que le hizo reaccionar aquel día.

— ¿Ahora? — Itachi le miró por breves segundos antes de pasear sus negros ojos por el salón de clases, la mayoría de los estudiantes reían y jugaban entre ellos aprovechando la ausencia del profesor.

— Ahora, pero no aquí — el rubio también escudriñó su alrededor, tan solo Sakura, Kiba y Hinata parecían mirarle curioso por estar hablando con Itachi — salgamos un momento.

—… — el pelinegro pareció pensárselo un poco, tal vez lo mejor era hablar con Naruto y preguntarle algunas cosas, de todos modos había estado eludiendo a su compañero los últimos días. Asintió poniéndose de pie para salir del salón seguido por el de zarcos ojos.

Demasiado silencio pareció acompañarles en su recorrido hacia los patios del colegio, tanto que apenas si alcanzaban a oír el sonido de sus propias pisadas.

— El día… — Naruto empezó a hablar una vez llegaron a su destino — el día del torneo, ¿por qué saliste corriendo del salón de clases? —volteó plantándole cara al pelinegro.

— Tan solo… creí haber visto a alguien.

— Yo vi un cadáver — su azul mirada se le clavó fija —  podría haber jurado que había un cadáver lleno de sangre allí, pero cuando Kakashi-sensei apareció… simplemente ya no había nada.

Itachi guardó silencio, si lo que el rubio decía era cierto… ambos vieron cosas diferentes, pero ese no era el asunto más relevante, ¿qué razón podría existir para que compartiesen alucinaciones el mismo día?, era casi imposible, casi.

—Tal vez estabas cansado y solo lo imaginaste — quiso argumentar.

— No estaba borracho, ni drogado. Se bien lo que vi.

—En ese caso no creo poder ayudarte — el de cabellos negros dio media vuelta con claras intenciones de marcharse.

— ¿Son ciertos los rumores entre Uchiha Shisui y tú? — Presuroso Naruto lo detuvo asiéndolo por un brazo — Siempre he pensado que las personas que se suicidan son demasiado cobardes como para permitirse vivir.

— Eso…

— Ese día en el rio — le interrumpió —tu no parecías querer morir. ¿Cómo terminaste así?

— ¿Acaso viste al alguien más? — le respondió con otra pregunta girando el rostro para poder mirarle con detalle.

— Si, había alguien detrás de ti.

La aterradora revelación le dejó estático en su lugar, Naruto no parecía estar bromeando y mucho menos con la expresión rígida que le dedicaba, indudablemente algo o alguien le estaba siguiendo.

— Pero como dijiste… tal vez lo imagine — entonces Naruto le soltó el brazo, apreciando el pseudo perplejo rostro de Itachi, se le hizo curioso cómo podían su cabello y pestañas oscuras hacer tan buen juego con sus negros ojos. Y se halló a si mismo observándole detenidamente, como si hubiese algo más detrás de todo eso, como si de un momento a otro algo divino fuese a suceder.

Pero contrario a sus expectativas, nada sucedió.

Solo quedaron observándose fijamente como si desearan ver el alma ajena, esculcar en las defensas contrarias y hacerse con una victoria ficticia en aquel inusual duelo.

— Eso debió ser — Itachi rompió el silencio que de nuevo los atrapaba.

— En verdad espero que sea así — entonces el rubio lo soltó  marchándose primero, con las manos dentro de las bolsas de su pantalón.

El pelinegro suspiró quedamente viendo al otro alejarse, ya empezaba a incomodarle todo aquel asunto y la sensación de estar siendo observado. Luego de un par de minutos de permanecer allí decidió regresar al salón, apenas daban las once de la mañana, pero desde el día del torneo de baloncesto las grises nubes habían decidido permanecer constantes, las lluvias esporádicas mantenían los caminos enlodados evitando cualquier salida, pese a tener que observar al frente para caminar Itachi se mantenía atento a todo su entorno.

Esperaba no volver a “imaginar” nada como venía haciéndolo últimamente, pero tanto silencio en todo el establecimiento tan solo lograba reanimar sus inquietudes, como si el escaso silbar del viento solo fuera el preámbulo de alguna exagerada escena de horror, que en cualquier instante algún maniático asesino fuese a emboscarlo para extirparle las vísceras con algún cuchillo de cocina…

Itachi no pudo evitar sonreír ante su propia paranoia.

Casi brincó en su lugar cuando le tomaron del hombro volteando de inmediato.

— ¿Sera que podemos hablar? — el adulto le sonreía dentro de la máscara que le cubría la boca.

Algo aturdido por la sorpresiva aparición de Kakashi asintió, estaba casi seguro de no haber oído los pasos de nadie acercarse, con tanto silencio ¿cómo no habría de notarlo?

El de cabellos plateados carraspeó retomando la atención del menor para que lo siguiese a su oficina dejándole pasar primero una vez que hubiesen llegado. — Toma asiento.

Itachi obedeció quedando frente al escritorio del director, quien curiosamente no estaba.

— A pesar de haber empezado las clases no hace mucho, he estado revisando el desempeño de los alumnos de último grado — Kakashi tomó lugar en la silla del director sacando algunas carpetas amarillas de los cajones — en especial el tuyo Itachi. O el nivel de educación aquí es malísimo o tú eres bastante excepcional.

— Mis calificaciones no son tan espectaculares — objetó observando el lugar, alguno libros parecían faltar de las estanterías con respecto a la última vez que estuvo allí junto a Naruto.

— No es necesaria la modestia — el mayor pareció sonreír levemente — para la poca atención que pones en clases pasas los exámenes sin dificultad. Todos tus reportes son bastante elocuentes, es un placer para mí revisarlos.

Itachi se mantuvo impasible ante los halagos que estaba recibiendo, pero había algo dentro de cada palabra dicha por el profesor que le despertaba desconfianza.

— Tienes la capacidad para aspirar a un futuro prometedor — prosiguió — claro que fuera de este pueblo, cuando te gradúes podría ayudarte para aprobar los exámenes de ingreso de cualquier universidad. Incluso tengo varias sugerencias.

— Aun no he pensado en nada de eso.

— Tómatelo con calma, pero no demasiada. — Se puso de pie dirigiéndose de nuevo a la puerta de la oficina para abrirla — estoy en la mejor disposición para ayudarte si es que te decides, incluso con el alojamiento y los gastos cuando debas irte a la ciudad.

Sus dedos tamborilearon escasos segundos sobre el escritorio antes de levantarse para salir del lugar sin responder a las últimas palabras de Kakashi, tanta disposición repentina era demasiado inusual.

 

 

 

 

***

 

 

 

Luego de clases Naruto regresó a su casa, estaba algo cansado, no había podido dormir bien los últimos días, siempre que intentaba conciliar el sueño algo lo despertaba; su madre llegando del “trabajo”, algún sonido proveniente de afuera de su ventana… demasiado ruido.

Suspiró cansado cuando llegó, allí una muchacha de su misma edad le esperaba sentada en el pórtico, de largos cabellos oscuros y blanquecina mirada sonrió avergonzada al verle.

— Na… Naruto-kun, estaba esperándote.

— Hola Hinata — saludó parco acercándose más, hace poco estaba saliendo con aquella mujer, pero la relación era demasiado aburrida para su gusto, la chica demasiado cohibida para sus necesidades, fue por ello que en cuanto tuvo oportunidad se enredó con otra muchacha para pasar el rato. Pero cuando lo pensó mejor, tal vez alguien como Hinata era idónea para formar una familia más adelante, de seguro sería una buena ama de casa, por esa razón quiso arreglar las cosas el día que chocó con Itachi y ya no pudo hacerlo.

Y al pasar el tiempo… ya no quiso hacerlo.

— Sera… será que, ¿podemos hablar? — tratando de controlar sus nervios lo mejor que podía, evitaba jugar con su manos a toda costa, bien sabía que eso a Naruto le desagradaba mucho.

—Hinata… sobre lo que paso la otra vez — empezó refiriéndose al incidente de la infidelidad — yo…— se mordió la lengua tratando de ser educado por una vez — sé que hice mal, pero no pude evitarlo.

— Bueno… — la chica se veía más apenada y nerviosa — yo… yo te perdono Naruto-kun.

El nombrado se le quedó viendo sin un ápice de culpa, que fácil había resultado ser infiel y salir perdonado, incluso esa chica venía a esperarlo a su casa para resolver las cosas, suspiró pesadamente… ¿aún lo perdonaría si le dijese que se acostó con esa otra chica?

Hinata creyendo haber recuperado a su novio, se acercó lentamente a la vez que cerraba los ojos y esperaba el dulce beso de su persona amada.

Y Naruto estaba dispuesto a retomar su relación con aquella mujer, al menos hasta que lo creyese conveniente, se dispuso a besarla… pero en cuanto rozó con su mano el hombro de la muchacha como si esta estuviese compuesta de alguna sustancia pegajosa sintió hileras que se adherían a sus dedos se desprendían de lo que parecía ser la ropa de ella. Perplejo por la sensación la apartó de si alejándose un par de pasos.

— ¿Naruto-kun? — desilusionada por haber sido rechazada de aquella manera sus ojos empezaron a aguarse derramando un par de lágrimas.

Sus azules ojos se enfocaron en sus propios dedos buscando la melosa sustancia que debía haberse quedado prendada de ellos, sin hallar nada.

— Sera mejor que te vayas Hinata, ya hablaremos después — se alejó de la chica entrando en su casa, cerró la puerta tras suyo controlando su respiración que deseaba desbocarse de repente, pasando una de sus manos por sus rubios cabellos pudo controlarse.

La silenciosa sala se mostraba desordenada como siempre, cautos sus pasos lo acercaron al gastado sofá donde su madre se hallaba durmiendo, cubriéndola mejor con la manta dispuesta se retiró a su habitación llevándose consigo la botella de licor que de seguro ella había estado bebiendo.

Encerrándose en su cuarto se puso a beber en tragos directos de la botella, deseaba olvidarse un poco de todo lo que sucedía, las extrañas visiones que tenía desde que se acercó a Itachi y los tortuosos recuerdos que se escabullían para quedar siempre presentes.

“No te preocupes Naruto, no voy a abandonarlos ni a ti, ni a tu madre”

Y al final terminó abandonándolos, aquellas palabras solo fueron mentiras.

 

 

 

 

***

 

 

 

Terminó de preparar la cena dejándola dispuesta sobre la mesa para que su padre comiese en cuanto quisiera, cubriéndose con un abrigo y un paraguas salió de su casa a eso de las ocho de la noche. La lluvia que había empezado hace poco se mantenía copiosa, con cuidado y eludiendo el barro del camino se dirigió al teléfono público que quedaba algo alejado.

Los escasos faroles que iluminaban durante las noches no parecía ser suficiente, el estrepitoso ruido de las gotas de agua al chocar contra el piso se repetía una y otra vez dejando en segundo plano cualquier otro sonido. Para evitarse cualquier otra desagradable sorpresa Itachi ni una sola vez volteó a ver detrás, sería demasiado angustiante toparse con aquel o aquello que tal vez lo seguía.

Se encerró en el diminuto cubilo de cristal, introduciendo la tarjeta marcó el número que ya conocía de memoria, había quedado en llamar hoy a su hermanito, no podía defraudarle. Y como si hubiesen estado esperando su llamado la voz que le contestó hizo sonreír al pelilargo.

— Sasuke… ¿Cómo estás? — una pequeña risilla salió de sus labios — demasiada lluvia Sasuke, por eso no pude llamarte antes — su rostro se llenaba de alegría al escuchar a su interlocutor, como si fuese lo único que importaba realmente. — Descuida, estoy bien… cuando me gradué iré a verte…

Ajeno a la lluvia y a todo lo que sucedía en ella ni siquiera se percató de la silueta que parecía estar observándole bastante cerca.

— Cuídate mucho Sasuke, te llamare la próxima semana — algo desilusionado por ya no poder oír la voz de su hermanito Itachi colgó, retirando su tarjeta de la ranura se dispuso a regresar a su casa. El aguacero se mantenía persistente permitiendo que los truenos y relámpagos ocasionales tornaran más inquietante el ambiente, al vivir en un pueblo tan pequeño las personas no solían caminar durante las noches y menos cuando el clima no era del todo favorable.

Abriendo su sombrilla dio un paso fuera de cabina telefónica tan solo para ser empujado de nuevo dentro, abrió sus negros ojos sorprendido de ver a Naruto que lo arrinconaba contra una de las paredes de cristal.

— ¿Naruto?

— Shsss — el rubio le chitó, estaba completamente empapado y sujetaba en manos una botella vacía.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó confundido notando de inmediato el aroma a alcohol que el otro desprendía.

— Solo… solo estaba de paso… ¡hip! — hipando torpemente sonrió — y le vi…

— ¿Ver? ¿A quién? — Itachi quiso revolverse para apartarse un poco sin conseguirlo debido al escaso espacio.

— Shs — le calló nuevo mirando fijamente al paisaje que se mostraba detrás del pelinegro — esta allá, parece que nos vio… — señaló en aquella dirección.

Algo preocupado Itachi no pudo evitar girarse para tratar de ver a ese “alguien”, sus oscuros ojos se abrieron desmesurados al toparse con un enorme manchón negro que más pasaba por la cara desencajada de alguna monstruosa criatura, un par de diminutos círculos rojizos disparejos hacían de ojos y refulgían en esa negrura restregándose contra el cristal.

De inmediato empujó a Naruto para poder salir del cubículo e intentar hallar “eso”, pero en cuanto divisó el espacio detrás de la cabina tan solo halló un par de arbustos que crecían pegados a una de las trasparentes paredes, se quedó de pie sin importarle la lluvia que no parecía querer detenerse. No podía estar imaginando de nuevo todo aquello…

Naruto.

Se devolvió viendo al rubio salir a trompicones algo molesto. — Eres un idiota… ¡hip! No debiste empujarme — se quejaba mirándole de mala gana.

— Necesito que me digas a quien viste, Naruto.

— Ja — rió irónico — como si me importase… ¡hip! ese… ese es tu problema´ttebayo.

Itachi inspiró en silencio, tal vez solo estaba sugestionándose con lo que Naruto le había dicho en la mañana y nada más. — Tienes razón, ya debo irme — levantado su sombrilla del piso dio un leve vistazo a su alrededor.

— Oye… — sin dejar de hipar y con una sonrisa algo retorcida el de ojos zarcos se arrimó un poco — si lo que dijo Kiba ¡hip! es cierto… — se le fue encima rodeándolo con sus brazos.

Confundido por la acción el pelinegro intentaba no perder el equilibrio ante los movimientos torpes de Naruto que más parecía estar restregándose.

— ¡Oye! — algo enfadado quiso empujarlo pero el lodo a sus pies le hizo resbalar cayendo al piso con el otro chico encima.

Naruto empezó a reír sin la menor intención de levantarse. — Que fácil resultaste… ¡hip! — sin preocuparse por la lluvia se quedó viéndole a los ojos — me pregunto si se sentirá igual de bien… cogerse a otro chico…follarte. — Y perezosa su lengua emergió de su boca para rozar la mejilla del pelinegro.

Mas asustado por las obscenas palabras de Naruto que por lo que había visto hace poco, Itachi lo apartó de un rodillazo en el estómago alejándolo por fin.

El rubio tosía descontrolado por el golpe que le sacó el aire, aun tirado en el piso se encogió sobre el barro dando paso de nuevo a su risa. Itachi se puso de pie sin dejar de verle, ambos estaban empapados de nuevo como hace unos días, las gotas de agua siguieron cayendo acompañando la risa de Naruto que poco a poco fue apagándose hasta quedar en silencio nuevamente.

 

 

.

Notas finales:

Si, sé que me tomo mi tiempo, pero ahora solo voy a enfocarme en este fic, esperó este resultando algo interesante, si es así nos leemos en el siguiente. Muchas gracias a “Anti-Itadei” y a “anonimo1” por sus comentarios y a todos los que se toman su tiempo para leer.

Cuídense.


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