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The fox & the crow por Yae

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XII.- “Todo lo que quiero”

 

 

 

 

Inspiró hondo al decidirse y antes de que Kakashi se acercase del todo apresuró sus pasos para llegar al lado del rubio quien también había notado la próxima presencia de su maestro.

— ¿Qué haces aquí? — cuestionó.

La sonrisa melancólica en labios de Naruto se fue evaporando lentamente, — ya te dije que estaba esperándote, quiero que hablemos.

— No quiero hablar contigo, será mejor que te vayas ahora.

Las cortantes palabras y la fría expresión en el rostro de Itachi hicieron al rubio sentirse peor, se mordió los labios sin moverse de su lugar. — No voy a irme, quiero que hablemos.

La impaciencia ya empezaba a incomodar al pelinegro, no deseaba oír palabras triviales, pretextos absurdos carentes de sentimiento real, no creía que Naruto sintiese remordimiento en lo más mínimo por lo que había sucedido, simplemente estaba buscando la manera no perder ningún “favor”.

 

— Buenas noches — se oyó el afable saludo del adulto que ya se hallaba al lado de ambos muchachos. — Siento si interrumpo.

Itachi negó dirigiendo su atención ahora al profesor.

— No sabía que hiciera visitas a domicilio… “sensei” — Naruto habló desdeñoso sin dignarse a ver al aludido.

— Solo estaba preocupado — Kakashi se mantuvo sereno pese a haber notado de inmediato la herida en el labio del de cabellos largos — hoy no viniste a clases Itachi.

— Estaba un poco indispuesto — se mordió el labio inferior incómodo ante la situación.

— Ya lo voy notando, ¿Qué te sucedió?

La pregunta ocasionó en Naruto un enfado desproporcionado, maldecía a su maestro por estropear su oportunidad para hablar con Itachi, sus furiosos ojos azules entonces se clavaron fijos en los del adulto.

— Nada relevante — el pelinegro habló, lo tenso de la situación solo parecía empeorar el asunto, pero aunque quisiese marcharse no podía hacerlo puesto que se hallaban en la entrada de su casa, solo esperaba que su padre no saliese a ver que sucedía.

— ¿Fue acaso Naruto?

Más que una pregunta aquello fue una afirmación que tomó desprevenidos a ambos jóvenes, pero el rubio fue el primero en reaccionar.

— ¿Y si así fuese? — Al fin se irguió haciéndole frente al de cabellos plateados — no estamos en el instituto así que no debería importarle… “sensei” — arrastrando la última palabra con despreció hizo amago de acercarse más, pero de inmediato las manos de Itachi actuaron como freno reteniéndolo en su lugar.

— Tienes razón Naruto, no estamos en clases, así que no necesitas llamarme sensei — Kakashi no pareció inmutarse ante la evidente provocación que los ojos azules le lanzaban — y por esa misma razón debo aclararte que cualquier cosa que le suceda a Itachi me importa bastante.

No debía ser un genio para saber que dejar que las cosas continuaran solo terminaría montándose una absurda discusión, pero francamente Itachi no se sentía con la mejor disposición para tratar de conciliar.

— ¿Entonces quieres cortejar a uno de tus estudiantes? Por los libros que lees creí que te iban mejor las mujeres Kakashi — Naruto estaba mordiéndose la lengua para no empezar a gritar o saltarle a golpes a su profesor.

—  Lamento decepcionarte pero es con Itachi con quien necesito hablar, solo a él le conciernen mis intereses — respondió ligeramente irritado al no oír palabra del pelinegro ante el insulso enfrentamiento — es mayor de edad y lo que terminemos haciendo solo nos involucrara a ambos, — agregó.

— ¡Eres un… — y Naruto estalló, dispuesto a abalanzarse contra el adulto para callarlo de una vez pero no pudo hacerlo, Itachi le sujetó con más fuerza evitando que pudiese llevar a cabo su impulso. Iracundos sus ojos buscaron los del pelinegro para reclamarle que no le dejase golpear a Kakashi.

¿Por qué lo defiendes tanto?

 — Naruto… — murmuró acercando más su rostro al de ojos azules — Kakashi solo vino a devolverme una bufanda, solo eso — habló en tono de confidencia al oído del otro — no tienes que preocuparte — susurró condescendiente pasando sus blancos dedos por la nuca del rubio acariciando un poco los blondos cabellos buscando relajarlo.

Y desarmado por el agradable cosquilleo el de zarcos ojos solo pudo morderse los labios tragándose toda su rabia asintiendo como respuesta, la ligera ilusión de haber sido perdonado por el pelinegro le hizo aguardar expectante a que el inoportuno profesor se marchase.

Itachi suspiró alejándose de Naruto para volver a concentrase en el adulto quien veía la escena de ambos jóvenes con cierto recelo, avanzó unos pasos imponiendo distancia.

Kakashi le siguió, tan solo se habían apartado unos escasos metros por lo que Naruto aun oiría la conversación, — no estoy seguro del tipo de relación que lleven pero no me parece apropiada.

— ¿Sería más apropiado que un estudiante se involucre con su profesor? — Inquirió a sabiendas de que el otro no se refería a eso.

— Yo no te lastimaría — respondió tratando de rozar la herida en los labios de Itachi con la punta de sus dedos, pero el muchacho evadió el gesto desviando el rostro.

— Como le dije ayer, ese asunto solo me concierne a mí — al decir aquello el pelinegro se sintió ligeramente arrepentido, tal vez Kakashi le habría ayudado a quitarse a Naruto de encima de una vez por todas.

— No comprendo cómo alguien como tú se está empeñando en soportar las agresiones de otra persona, deberías pensar adecuadamente en esto, te ofrezco lo que necesites — le devolvió la sombrilla y la bufanda sin perder detalle de las reacciones del dueño de sus afectos, — solo no me tengas a la expectativa por demasiado tiempo.

El joven asintió recibiendo sus pertenencias, bastante verdad había en aquellas palabras puesto que absurdamente desde el principio le permitió a Naruto un trato tosco hacia su persona pudiendo haberlo evitado hace mucho.

— Espero mañana no faltes y trata de considerar lo que te dije — se despidió escuetamente para alejarse del lugar dedicándole antes una fugaz mirada al rubio quien atento le miraba con el ceño fruncido.

Itachi volvió a suspirar luego de que su maestro se alejara por completo, se giró para acercarse a Naruto que lo esperaba en el pórtico con evidente impaciencia, con cautela fue avanzando pensando concretamente como resolver el asunto que más le incomodaba.

— No me explico el descaro de Kakashi — el rubio bufó — si es nuestro maldito profesor, ¿cómo puede decirte esas cosas?, es un idiota. — Hubiese seguido despotricando contra el adulto pero el notar que Itachi pasaba por su lado con claras intenciones de entrar en su casa lo espabilaron — Itachi espera — le tomó de un brazo reteniéndolo — vamos a hablar.

— Creí haber sido claro, no me interesa hablar contigo — espetó zafándose de inmediato.

— Pero… — quiso sujetarlo de nuevo pero se contuvo, no quería equivocarse, al parecer los mimos del pelinegro hace poco solo fueron para manipularlo y tontamente se había ilusionado con ellos creyendo que fue expiado. — No voy a quitarte mucho tiempo, solo quiero que me escuches.

— No tengo interés en lo que tengas que decir.

Naruto se la pasó mordisqueando el interior de su labio inferior, ¿por qué debía tratarlo con tanto desdén? ¿acaso no merecía ni una oportunidad para explicarse correctamente?, la indiferencia con la que Itachi le veía, el tono parco con el que le hablaba le provocaban una desesperación genuina, no entendía como de un día a otro el pelinegro hubiese cambiado sus sentimientos, pasar de “quererlo” a esto… si, admitía su error pero al parecer Itachi no toleraría esa equivocación.

Antes de que el otro entrase en aquella casa le tomó con desesperación de ambos brazos con la cabeza gacha conteniendo su amargura, — ¡lo siento! — Gritó sin mirarle — ¡sé que soy un estúpido, estaba celoso! Al verte salir de casa de Kakashi pensé lo peor y fui demasiado cobarde como para pedirte una miserable explicación… — reveló aun con su azul mirada aun clavada en el piso — ¡no quería que me importase! ¡desde el principio no quería sentir nada por ti!... pero eres tan maravilloso que no pude evitarlo y creí… creí que si me acostaba contigo sería fácil olvidarte después… y no pude, yo no quería lastimarte, juro que no quería hacerlo — negó desesperado sintiéndose como un niño que están abandonando — solo te pido una oportunidad… solo una. — Dudoso levantó la mirada deseando hallar una pizca de esperanza.

Pero la expresión en Itachi era la misma.

Completa indiferencia.

— Si ya terminaste de hablar, deberías irte.

En ese preciso momento los brazos de Naruto se aflojaron por completo liberando al pelinegro, el frío viento soplando no le hizo sentir mejor, había palpado perfectamente el momento en que su ilusión se quebrantaba, presurosa la sensación de llanto quiso hacerse presente más se sobrepuso a ella, se tragó el nudo en su garganta sabiéndole demasiado amargo. — Tienes razón… soy demasiado imbécil y teniendo todo lo que quise, todo lo que necesité en mis brazos, lo estropee.

Itachi cerró los ojos por escasos segundos, no entendía a Naruto ni su supuesta manera de querer, como sus acciones y sus intenciones parecían contradecirse magnánimamente. Pese a ello aun sentía sus latentes sentimientos hacia el rubio, como estos insistentemente trataban de desplazar a su sentido común, a su orgullo para que cediese y aceptase la disculpa esperando un bonito romance entre ambos tras ello.

— Ve a casa Naruto — pese a su esfuerzo su voz se oyó escasamente dudosa, — ya fue suficiente por hoy.

Pudo ver claramente como la expresión en Itachi se suavizaba por unos segundos y aquello fue suficiente para mantener viva su esperanza, — está bien… mañana, te veré en clases mañana — pese a que deseaba preguntar si asistiría prefirió darlo por hecho, así al menos tendría motivos para obligarse a asistir — buenas noches.

A medida que Naruto se alejaba un alivio gigantesco le obligaba a suspirar cansado, no iba a negar que las palabras  del rubio le hicieron sentir peor, si bien hubo pedido perdón también era cierto que desde el principio nada fue como esperaba y ahora dadas las circunstancias no estaba seguro de cómo proceder. Agotado entró a su casa topándose con su padre, quien se hallaba a escasos pasos de la puerta principal y por el gesto desaprobatorio que lucía era evidente que había escuchado algo de lo sucedido fuera.

— No más… — el adulto se acercó torpe para de inmediato soltarle una sonora bofetada con el dorso de la mano cuando tuvo a su hijo al alcance.

El golpe le hizo retroceder medio paso a la vez que giraba el rostro, el impacto hecho sobre su labio magullado solo provocó que la herida se reabriera dando paso al hilillo de sangre que descendía por su barbilla, sus negros ojos enfrentaron a los de su progenitor acuchillándole con reproches mudos, no creía que tuviese derecho real para reclamarle.

— Ya te había dicho que no me importa que prefieras chuparle la polla a otros hombres como se lo hacías a tu primo, igual que una sucia puta — su tono de voz se mantuvo neutro pese a su enfado, manteniendo su autoridad — pero no quiero que te revuelques con ese mocoso.

— Naruto… — quiso hablar.

— ¡Namikaze Naruto! — Interrumpió — es hijo de Minato Namikaze, así que ya estas enterado. No me hagas repetirlo Itachi, tú y Minato son responsables por la muerte de mi esposa, así que no vayas queriendo calentarle la cama al bastardo de su hijo. No más espectáculos.

— No lo comprendo — musitó cubriéndose la herida con una mano — qué relación tiene el padre de Naruto con la muerte de mi madre.

— Limítate a obedecerme.

Con esa advertencia el mayor se apartó cojeando para encerrarse en su habitación, pero Itachi se quedó en aquel lugar sin moverse por varios minutos, vertiginosos mareos le asaltaban obligándolo a quedarse quieto, no creía que el golpe dado por su padre fuese responsable por la repentina jaqueca.

Es cierto, hoy debo llamar a Sasuke.

 

 

 

 

 

 

 

Esa mañana la lluvia que caía estrepitosa desde el amanecer había ocasionado que gran cantidad de estudiantes faltara, impaciente Naruto que estaba en el establecimiento desde muy temprano esperaba cerca de las taquillas viendo a sus compañeros llegar uno por uno, deseaba que Itachi no faltase hoy también.

— ¿A quién esperas? — la voz de su compañera Sakura que llegaba por detrás le hizo respingar.

— A nadie — respondió indiferente retomando su labor de vigilar la entrada sintiendo un ligero dolor de cabeza empezar.

— Espero que sea a Hinata — la muchacha se cruzó de brazos apoyándose contra una pared — y si no, se más claro con ella… ayer hablamos y parecía muy ilusionada contigo.

— No le dije nada — irritado la miró con enfado, si lo poco que había hablado con la chica pelinegra no fue en absoluto nada romántico.

— Naruto… — la de cabellos rosas entonces cambió su expresión, notándose de inmediato preocupada — creo que Hinata…

 

 

— ¡AHHHH!

 

Pero antes de que pudiese terminar su frase el estrepitoso grito hizo a todos en el lugar sobresaltarse.

 

— ¡AYUDA!

 

Ante las repetidas y angustiosas exclamaciones de inmediato se dirigieron al lugar de donde provenían, varios estudiantes se aglomeraron al salón de música de donde un par de chicas horrorizadas salían corriendo entre gritos histéricos.

— ¡Fantasmas son fantasmas! — afirmaba una entre llantos y gimoteos.

— ¡Era un monstruo! — decía la otra abrazándose a sus compañeras y de inmediato el rubio reconoció a la chica como la persona con la quién engañó a Hinata hace algún tiempo, razón por la que terminaron justo cuando conoció a Itachi.

Los cuchicheos se incrementaron y algunos muchachos se asomaron al salón para confirmar lo que sus nerviosas amigas afirmaban con tanta veracidad, Naruto también se acercó dudoso, creía que Itachi y el eran los únicos que veían supuestos fantasmas. Cauto fue el primero en entrar notando el enorme salón iluminado a penas por un bombillo completamente vacío; los pupitres estaban en su lugar a excepción de un par de sillas, todo parecía inofensivo.

— Aquí no hay nada — Kiba quien se hallaba a su lado fue el primero en refutar — solo deben querer jugarnos una broma.

— Es verdad — lo apoyó otro muchacho.

Entre reclamos y clara decepción poco a poco los estudiantes fueron regresando a lo que estaban haciendo antes del incidente, pese a ellos las chicas continuaban asegurando que lo que vieron era real, entre llantos y gritos buscaban que les creyesen.

Naruto se quedó en el pasillo escuchando las explicaciones y llanto de las chicas que ahora se abrazaban consolándose mutuamente, quiso revisar de nuevo el salón de música pero se abstuvo al ver a Itachi entre el gentío de alumnos que vociferaban acusando a las muchachas de querer gastarles una broma. Evadiendo a los estudiantes fue directo hacia el pelinegro quien al verlo retrocedió alejándose.

— ¡Itachi espera! — le llamó interceptándolo en cuanto lo tuvo al alcance. — ¿Lo viste?

— Acabo de llegar — negó cruzando al lado del rubio.

— Dicen que vieron un fantasma — Naruto le siguió caminando a su lado, — se veían muy asustadas.

Pero el pelinegro no le respondió, evidentemente estaba tratando de apartarse.

— Vamos a hablar, Itachi — algo desesperado solo atinó a sujetarle de un brazo para que dejase de caminar y le prestase atención, pero en ese instante pudo apreciar la herida en labios del pelilargo más notoria. — ¿Qué te paso?

— Deberías saberlo — resopló algo fastidiado por el acoso del rubio.

— Pero… — ayer no te veías tan mal, quiso argumentar pero no solo se trataba de esa herida, estaban también las ojeras mas acentuadas, la extrema palidez y las mejillas algo coloradas, — no te ves bien… — afirmó refiriéndose al estado físico.

Itachi retrocedió lo que pudo inspirando algo agitado, en lugar de sentirse mejor, aquella mañana había despertado con molestos síntomas de lo que parecía un nuevo refriado, hubiese querido quedarse en cama pero no podía faltar de nuevo a clases.

— ¿… ido?

— ¿Eh? — respingó al percatarse de que Naruto le seguía hablando y que no le había escuchado claramente.

— Si no te sientes bien no deberías haber venido — los ojos azules le escudriñaban con evidente preocupación.

Negó de nuevo queriendo sobreponerse al incomodo sopor que adormecía sus músculos, suspiró sintiéndose de repente somnoliento capaz de quedarse dormido en cualquier momento, trató de apoyarse en las paredes oyendo la voz del rubio algo distante sin poder distinguir lo que este le decía con gesto angustiado y así lentamente sus párpados se fueron cerrando contrario a sus deseos ahogando su conciencia.

 

 

 

 

 

 

 

“Este es un buen lugar” la sonrisa de su primo era confortante, cerca de Shisui podía permitirse ligera dependencia al saberse apoyado incondicionalmente por este.

“¿Para qué?” cuestionó acercándose a los matorrales donde el otro Uchiha se acomodaba para sentarse.

“Para descansar un poco, cuando llueve todo esto se llena de lodo” el de cabellos cortos le llamó con un ademan para que se sentara a su lado.

Y así lo hizo.

“Más allá desemboca el rio,” explicaba señalando las rocas y los enormes montículos de tierra de donde solían pasear a menudo “si lloviese demasiado seguro que se desbordaría”

Pese al desalentador comentario Itachi prefirió disfrutar de la compañía de su primo, solo allí en las afueras del pueblo, lejos de las miradas maliciosas podían tener algo de comodidad.

“Itachi…“ murmuraron muy cerca de su oído.

“¿Hn?” curioso viró el rostro hallando de inmediato la apacible expresión de Shisui quien le sonreía.

“Quédate conmigo” susurró antes de unir sus labios en un cálido y ansiado beso.

 

 

Perezosos sus ojos se abrieron lentamente, de inmediato su mirada se topó con el amarillento techo de la enfermería del colegio.

— Que bueno que despertaste.

La voz de Naruto le hizo girarse, el rubio estaba de pie en el marco de la puerta con los brazos cruzados con una sonrisa a medias.

Itachi suspiró quedito al caer en cuenta de la situación, había colapsado en el pasillo por la fiebre y seguramente lo trajeron a enfermería, donde ahora se hallaba descansando sobre la única cama en la pequeña habitación blanca.

— La enfermera dijo que te descompensaste — el muchacho de ojos zarcos se acercó tornando algo más seria su expresión — estaba preocupado, sé que solo pasaron un par de días…

El pelinegro le miró algo confundido incorporándose un poco, — ¿de qué hablas?

— Bueno como te desmayaste tan de repente… — claramente un rubor se fue formando en las mejillas de Naruto — hasta llegue a pensar que podrías estar embarazado.(*)

El silencio por completo sepulcral que siguió a esas palabras fue abrumador, al extremo que podían oír con toda claridad las gotas de lluvia que caían afuera del edificio, escasos segundos los dedos de Itachi se aferraron a la cobija que lo cubría, no sabía si reír ante el irreverente comentario y la cara descompuesta de Naruto o enfadarse y echarlo por la absurda deducción.

— Pues es una fortuna para ambos que eso sea imposible — se decidió a responder tratando de no exaltarse.

El rubio torció los labios molesto por el tono usado por el otro, — pues para mí no sería nada desafortunado — le remedó acercándose a pasos firmes.

Los negros ojos se le clavaron fijos dejando denotar su ligero enfado, no le agradaba para nada el rumbo de la conversación.

— Ya me callo deja de mirarme así — resopló ruidoso cruzándose de brazos — quiero que hablemos con calma, que me escuches aunque sea solo por diez minutos.

Itachi se le quedó viendo con cierto interés, la insistencia de Naruto ya le hostigaba demasiado, tal vez lo mejor sería dejarlo hablar para que dejase de buscarlo y con algo de suerte podría preguntarle sobre su padre, debía averiguar la relación entre este y su madre. Si Naruto tenía ocho años cuando Minato murió… entonces.

 

 

— ¿Y cómo está el enfermo?

La dulzona voz de la mujer que entraba en escena hizo a los chicos sobresaltarse, era la enfermera quien ingresaba llevando en manos una libreta, de notorias curvas y largo cabello negro ondeante no parecía acatar del todo las disposiciones del uniforme de su labor.

— Hace poco despertó — el rubio se apartó para que ella pudiese revisar a Itachi.

— Tienes un buen amigo Itachi-kun — sonrió mientras le alcanzaba un termómetro para que el pelinegro lo pusiese en su boca — aunque los maestros vinieron a regañarlo se quedó aquí haciéndote compañía.

Fugases sus negros ojos buscaron los azules para confirmar lo oído, pero el rubio evadió la mirada, así que se limitó a abrir la boca para mantener en ella el instrumento que mediría su temperatura corporal.

— Bueno pero creo que no es nada serio, la fiebre ya bajo y no parece que sea una pulmonía o algo así. Creo que solo estabas muy cansado, ¿has dormido bien últimamente? — anotando en su libretilla se sentó en la cama cruzando sus largas y torneadas piernas.

No, quiso decir pero no lo hizo, — hace poco estuve resfriado… — respondió lo mejor que pudo al tener la boca ocupada.

— Ya veo — la mujer hizo amago de pensar — en esta época los resfriados son muy comunes, — los labios pintados de brillante rojo se torcieron algo dudosos — ¿dolor de cabeza? ¿nauseas?

Negó lanzándole de inmediato una mirada mortal a Naruto quien parecía querer hacer algún “ingenioso” comentario ante la última pregunta.

— ¿Has realizado alguna actividad física desgastante? — preguntó esta vez en un susurro señalando con la mirada el cuello del muchacho y las escasas marcas que aún quedaban allí.

Incómodo Itachi se encogió en hombros negando con entusiasmo.

— Yo si tengo dolor de cabeza´ttebayo — acotó al fin el rubio con una media sonrisa divertida.

— Bueno chicos, deberían cuidarse más — la mujer se puso de pie garabateando algunas cosas en el papel —la lluvia puede traer algunas enfermedades, no quisiera que una fiebre extrema los haga deambular como zombis por ahí — sonrió entregándole una hoja de papel al pelinegro para arrebatarle después el termómetro.

Con las cejas algo fruncidas Itachi recibió la nota leyéndola.

— Cuando tengas algo de tiempito ve al hospital para hacerte un par de análisis  — la enfermera fue hacia uno de tantos estantes con medicamentos dentro para buscar entre los frascos y ungüentos.

— ¿Es algo grave? — preguntó Naruto algo confundido.

— No, bueno son solo exámenes que cada estudiante debería realizarse anualmente — casi murmuró sin detener sus manos que buscaban por un lado y otro.

—  Bien — el pelinegro se incorporó del todo buscando la chaqueta de su uniforme y sus zapatos.

— Este año las lluvias han empeorado — comentó hallando al fin lo que buscaba — y lo peor es que las salidas de buses están detenidas por el barro en los caminos, — se devolvió entre sus pasos para entregarle el frasco a Itachi — son vitaminas, toma una al día y trata de descansar más. — Sonrió amigable ante el asentimiento del chico.

— ¿Y qué pasa con mi dolor de cabeza? — Algo enfadado por sentirse ignorado Naruto carraspeó — ¿no me va a recetar nada?

— Bueno podría darte un analgésico pero creo que estarás bien sin el — la mujer se volteó dirigiéndose a la salida — pero si sigues sintiéndote mal Naruto-kun, no dudes en venir a verme — se relamió los labios de modo sugerente dejando que solo el rubio apreciase el gesto.

— De… de acuerdo — musitó algo nervioso apartándose de la mujer, pese a lo extremadamente sexy que pudiese ser, Naruto estaba apostando todo a reconciliarse con Itachi y no iba a hacer estupideces por ahora.

— Y por cierto — ella volvió a girarse para ver al pelinegro que ya se hallaba de pie — le comente a Kakashi que estabas aquí, estoy segura que te dejara tomar el resto del día libre — agregó sin dejar de sonreír — hoy ha sido un día largo, primero las alumnas que vinieron por un ataque de nervios, iré por un café — comentó saliendo al fin del lugar.

— Déjame acompañarte a casa — el rubio pidió una vez estuvieron solos.

— No es necesario.

— Si lo es, — de seguro Kakashi querrá hacerlo, se quedó de pie frente al pelinegro esperando algo nervioso la respuesta, era agotador estar suplicando todo el tiempo algo de atención, jamás había necesitado hacer algo así.

 

 

— ¿Interrumpo?

Y al igual que la enfermera fue esta vez Kakashi quien entraba por la puerta abierta con su pacifica expresión.

— Sí. — Contestó de inmediato con clara mueca de disgusto, — ¿no deberías estar dando clases en algún salón?

— Veras Naruto — el adulto habló sereno — en el instituto preferiría que me hablases de “usted”, porque aquí si soy tu maestro.

— ¿Qué? — más irritado el rubio arrugó el entrecejo.

— ¿Puedo irme a casa? — impaciente Itachi preguntó, no deseaba repetir el incidente de la noche pasada.

— Si, la enfermera me dijo que tenías bastante fiebre — Kakashi entornó la mirada hacia el pelinegro — no te preocupes por las clases, es mas ahora mismo yo…

— Me retiro — interrumpió yendo hacia la salida — y me permito aclararles que lo hare solo.

La manera tajante en que aplicó su tono en especial a la última palabra bastó para que pese a ser llamado un par de veces por Naruto nadie lo siguió.

Estaba cansado y tan solo eran las diez de la mañana pero todas sus energías parecían estar abandonándole, como si algún parásito estuviese devorando su energía vital desmesuradamente. Con la sombrilla cubriéndole de la lluvia caminaba sin un rumbo fijo, volver a casa significaría explicarle a su padre las razones de su regreso tan anticipado y aún quedaban como cinco horas antes de que tuviese que ir a trabajar.

El frío del día no ayudaba a reconfortarlo, estaba demasiado agobiado con el asunto de Naruto porque este no lo dejaba en paz desde el fin de semana, de seguir así la situación podría tornarse insostenible y lo que menos quería era seguir siendo importunado cada vez que tuviesen que cruzarse.

Suspiró deteniendo sus pasos. No solo se trataba de Naruto y su insistencia para que hablasen, mas importante era la extraña confesión de su padre la pasada noche, las acusaciones que había vertido sobre Minato Namikaze señalando como partícipe del fallecimiento de su madre.

Itachi bien sabia porque su progenitor lo acusaba como responsable del incidente, pero la inclusión del padre de Naruto en todo el asunto ya era demasiado sospechoso.

Se quedó en medio de la lluvia tratando de buscar indicios que pudiesen satisfacer sus dudas.

Pero un estruendoso trueno resonó en sus oídos haciéndole elevar la mirada a las grises nubes.

Sus negros ojos se abrieron algo más al apreciar lo que divisaba, desde un segundo piso alguien veía hacia abajo con los brazos extendidos como anunciando un próximo espectáculo moviendo los labios como si hablase, pero gracias a la lluvia no podía escucharle en absoluto.

 

 

Entonces el tiempo pareció ir más lento, claramente pudo apreciar como aquella persona dejaba caer todo el peso de su cuerpo hacia adelante… como la gravedad atraía hacia abajo a ese hombre que se había entregado a su disposición.

En sonido del cuerpo caer estrepitosamente al concreto fue aterrador, pero aún más lo fue el del cráneo al crujir junto al cuello destrozándose parcialmente a menos de dos metros de distancia.

Pasmado retrocedió oyendo ahora los gritos de algunas personas que también habían presenciado el imprevisto, Itachi se sintió alarmado al notar los cabellos rubios del cadáver que se hallaba delante suyo, al ver que vestía el uniforme del instituto y la complexión tan idéntica a la de Naruto.

Naruto.

Aun sin poder reaccionar del todo pudo advertir la diminuta camioneta que se aproximaba a toda velocidad entre los charcos de lodo en maniobras torpes debajo de la lluvia, a trompicones quiso apartarse cuando el vehículo parecía írsele encima esquivándolo por los pelos.

Y en consecuencia el descolocado cadáver fue aplastado empeorando el rojo espectáculo, ocasionando más gritos aterrados de la poca concurrencia que presenciaba como ahora el automóvil perdía el control chocando contra una pequeña vivienda.

Pero a Itachi eso casi le tenía sin cuidado, su mirada de hallaba fija en el cuerpo desecho, desparramado empapándose con la lluvia que expandía la sangre y que de pronto ya no se parecía en nada a Naruto como podría haber jurado hace segundos.

 

 

 

 

 

*****

 

 

 

Notas finales:

 

(*): Si, Naruto tiene tan mal sentido del humor como yo (:D), nunca he sido partidaria del m-preg pero puedo soñar por algunos segundos.

 

Saludos a todos, muchas gracias por los comentarios y las lecturas que me animan mucho, en cuanto a este capítulo creo que en lugar de aclarar algunos misterios solo pongo más, -no sé si este resultando desesperante- bueno con respecto a Shisui y a Itachi creo que el siguiente o subsiguiente capitulo me tomare la libertad de redactar la relación que llevaban y como murió (el hermoso de) Shisui.

Por Naruto creo que su determinación siempre lo caracterizó, ya saben tiene madera de acosador (;D) espero que este capítulo les resultase interesante y si es así nos leemos en el siguiente.

Cuídense.

Yae.


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