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Coffee Shop Love-Kaisoo por MakikarpAnakazam

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Rayos de sol centrifugaban por la ventana a través de las cortinas. El aroma del café, de los cítricos y de la levadura le era familiar a  Kyung Soo. Todas las mañanas se levantaba con el sonido de mesas y sillas en movimiento como alarma inmediata de que su madre había abierto la cafetería. Y se levantaba porque sabía que tenía que ayudar a su madre antes de salir a clases. Ya llevaba cinco años trabajando medio tiempo con ella, tratando de hacer todo lo posible para cumplir su capricho, de tener el café. A veces, cuando no quedaban muchos clientes solía cantar. Y aquel día no era ninguna excepción.

Kyung Soo fastidiado y despierto por la luz del sol se remueve entre las sabanas antes de levantarse quejumbrosamente. Se encuentra frente a un desorden de libros y hojas, en el suelo y en su escritorio. Patea a un lado un cuaderno de apuntes y lo mira agobiado por el vago recuerdo de su estudio la noche anterior. Permanece unos minutos sentado en la cama antes de reaccionar por la melodía de su madre en un sin cesar de batir la masa.  Se viste y baja la escalera caracol que dan en la esquina del negocio.

 Las sillas ya están en su lugar y los manteles ya están puestos. Ve a su madre detrás del mostrador colocando los nuevos muffins. A pesar de haberse levantado antes no parece cansada en absoluto. Ella levanta la cabeza y sonríe al ver a su hijo. Es una mujer radiante y trabajadora. Tal ánimo contagia a Kyung Soo quien le devuelve la sonrisa.

­­—Buenos días, mamá. —se acerca y se sienta en una silla frente al mostrador de vidrio para luego preguntar irónicamente — ¿Acaso me has dejado algo de trabajo?

—Hoy tienes un examen y no quería oprimirte en ayudarme cuando yo bien puedo hacerlo sola— Jung Soo le reprocha con una mirada preocupada digna de una madre.

Kyung Soo frunce el ceño en desacuerdo pero no dice nada porque ya sabe que no puede ganar una discusión contra ella. Mira el reloj de pared. Aún falta una hora para las clases. Lo que le da tiempo para repasar un poco más. En su último año de la carrera de música en la Universidad Nacional de Seúl, la materia que más le fastidiaba era la de historia de la música. Le aliviaba que no quedase mucho para terminar y obtener su título. Fue así que paso toda la noche en vela estudiando y tratando de que le entrara toda esa información en la cabeza.

Kyung Soo apoya la cabeza sobre sus brazos en el mostrador y suspira cansado mientras cierra los ojos. Solo cinco minutos, piensa. Pero su madre le coloca al lado una taza humeante y un muffin sobresaltándolo.

—Cariño, ya sé que estás cansado pero tienes que desayunar. —Su madre pone las maños sobre su cadera y se interna en la cocina.

Kyung Soo mira el muffin con los parpados caídos y le da un mordisco. Termina de desayunar y sube las escaleras ahora un poco más animado por la cafeína.

Recoge su cuaderno de notas y mete algunas hojas sueltas en su mochila. Su celular vibra en la mesita de luz; en la pantalla, el nombre de su amigo Luhan. Lo agarra y le da al “aceptar llamada”.

— ¡Kyung Soo!—lloriquea la voz desesperada. — ¡Te necesito, no entiendo nada y el examen es en una hora! ¿Puedes venir ahora al campus?

Kyung Soo suspira a la actitud tan predecible de su amigo.

—Está bien, voy yendo. —acepta resignado. — Pero, podrías haber estudiado una semana antes y no estar buscando mi ayuda cuando sabes que a mí se me da casi igual que a ti ¿no?

—Ya lo sé. No me lo digas que me hace sentir peor. Te espero. Bye.

Kyung Soo roda los ojos y se pone en marcha. Baja las escaleras y le grita a su madre un “Me voy, te quiero” mientras sale de la tienda. Camina lo más rápido que puede sin llegar a correr. La Universidad queda a unas cinco cuadras de la cafetería y no tarda más de cinco minutos en llegar. Camina por el campus hasta que ve a Luhan en una mesa rodeado de papeles y parece que está apunto de arrancarse los pelos. Kyung Soo se acerca y se sienta frente a él. Luhan levanta la vista y cambia su ceño fruncido a aliviado.

— ¡Mi salvador! —se estira sobre la mesa y empieza a patalear bajo la mesa infantilmente.

—No tienes remedio. —dice y cierra los ojos mientras niega con la cabeza. Cuando los abre, le lanza una mirada de reprobación. — ¿A dónde estuviste anoche?

Luhan se reincorpora y desvía la mirada hacia el libro.

—En casa, estudiando. —responde a la defensiva. — ¿Dónde más tendría que estar?

—No sé, pero ayer cuando no viniste a ayudar a la cafetería y no contestabas mis llamadas le pregunte a Chan Yeol si sabía algo y adivina que—Luhan se tensa en su asiento. —Me dijo que habías salido a divertirte.

— ¡Traidor! —exclama mientras se pone de pie y da un golpe con las palmas abiertas en los papeles. Kyung Soo siente un poco de culpa pero es poca. El muchacho que trabaja medio tiempo en la tienda, Chan Yeol, es un chico divertido y bromista-, y siempre le gustaba meterse con Kyung Soo.

—Luhan— Kyung Soo se pone serio y lo mira. — Si quieres aprobar deberías estudiar más, no puedo ayudarte todas las veces que me necesites.

— ¿Por qué no puedes? —dice pero cuando ve la mirada de Kyung Soo hace una mueca y se sienta con las manos sobre el regazo, resignado— Esta bien, estudiare.

—Bueno, te creo. Pero como supongo que no habrás estudiado nada tendré que ayudarte— los ojos de Luhan se iluminan y Kyung Soo se apura a aclarar—Pero será la última vez.

Luhan sonríe y Kyung Soo empieza a sacar sus notas con una sombra de una sonrisa. Sabe que esa no será ni cerca la última vez que ayudara a su amigo.

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Esa misma tarde luego de las clases, Luhan y Kyung Soo caminan juntos a la cafetería, a su trabajo. El examen fue fácil para Kyung Soo pero Luhan no tuvo la misma suerte.

— ¡Pero te digo que eso no lo habíamos visto! —le reprochaba y  lamentaba — Si me hubiese tocado el mismo tema que a ti me hubiera ido mejor.

Kyung Soo sabe que lo dice porque se hubiera copiado de él pero aun así lo tranquiliza diciendo que a él no le había ido bien tampoco cuando en realidad le había ido mejor de lo que esperaba. Lo que uno hace por un amigo.

Cuando llegan a la tienda ven a Chan Yeol atendiendo una mesa y de inmediato Luhan se encamina a pasos agigantados hacia él.

— ¡Hey, tu! —le grita atrayendo la mirada de los clientes. — ¡¿Acaso no te dije que guardaras el secreto?!

Chan Yeol parece aturdido un momento.

— ¿De que estas hablando? — frunce el ceño y mira a Kyung Soo con una mirada cómplice.

Luhan no se percata del gesto y sigue regañándolo mientras que Kyung Soo mira la escena, divertido. Los deja solos en la intimidad que puede darse en una cafetería llena de personas y va hacia la cocina, buscando a su madre.

Jung Soo voltea el rostro enharinado y sonríe.

— ¿Cómo te ha ido hoy, Kyung Soo? — dice mientras saca la pre torta del horno.

—Bien, pero a Luhan le ha ido terrible— sonríe por dentro y se apoya en la encimera con los brazos cruzados.

— ¿En serio? —parece sorprendida y luego pregunta inocentemente: — ¿Tendrá problemas con estudiar mientras trabaja?

Kyung Soo hace un esfuerzo para no reír y no decirle a su madre lo que Luhan hacia cuando ella pensaba que estaba estudiando arduamente. Se limita a encogerse de hombros.

— ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? —pregunta cambiando de tema.

Jung Soo frunce los labios y mira la torta que sostiene en las manos.

— ¿Me ayudas con la decoración?

 

Kyung Soo mira por la ventana la calle iluminada por las farolas con la cabeza apoyada en una mano, sentado detrás del mostrador. Luhan se acerca y se coloca al lado suyo imitándolo.

—Ya va siendo hora de cerrar. —dice con pereza mientras pasa un trapo por el vidrio—¿Quieres hacerlo hoy?

Kyung Soo lo mira sin entender lo que quiso decir. Luhan lo golpea con el trapo sucio y harapiento en el hombro.

—Que si quieres cantar.

—Ah

— ¿Entonces?

— ¿Quieres tú?

Luhan se encoge de hombros.

—No vamos a llegar a ningún lado si ninguno responde algo concreto—se ríe Kyung Soo, su amigo le sonríe y se levanta.

—Vamos—dice y toma de la mano a Kyung Soo.

Camina hasta Chan Yeol y le susurra algo al oído. Asiente y aun sin soltar la mano de su amigo se dirige hasta donde se encuentra los micrófonos. Acerca una silla y Kyung Soo lo imita. Luhan le hace una seña a Chan Yeol con la cabeza. Chan Yeol, apoyado en la pared al lado del control de las luces, asiente y le guiña un ojo a Kyung Soo.

De repente la cafetería queda en las penumbras con la luz de las farolas iluminando a través de la ventana. Se oyen unos murmullos y de repente la única luz que alumbra el lugar está centrada en ellos.

Kyung Soo siente todas las miradas  en ellos y mira a Luhan quien se aclara la garganta.

Sin música ni compas, su amigo comienza a cantar y Kyung Soo permanece desconcertado un momento, esforzándose para seguirle la letra a Luhan. Cuando lo logra se deja llevar y no más que sus voces llenan el aire entre esas cuatro paredes.

 

Kyung Soo y Luhan miran a lo lejos la espalda de Chan Yeol mientras se aleja en la oscuridad de la noche. Ven como desaparece en la esquina en el camino alumbrado por la farola. Luhan suspira y se ajusta el abrigo.

—Bueno, te veo mañana. —sonríe cuando Kyung Soo se estremece. — Apúrate y entra.

—Pero, ¿no quieres que te acompañe? —pregunta mientras se frota los brazos con las manos.­ Le dirige una mirada recelosa al bar enfrente a la tienda. —Desde que abrió ese bar no me gusta que vayas solo. ¿Y si te pasa algo?

Luhan rueda los ojos.

—No te preocupes si alguien se me acercara le daría una de mis patadas y se quedaría sin herencia— Kyung Soo ríe mas tranquilo. — Además si tú me acompañas, yo te estaría defendiendo. Serias una carga. —bromea.

—Vale, vale. Pero llámame cuando llegues.

—Sí, sí, mama.

Kyung Soo se vuelve hacia la puerta y pone la mano sobre el manillar pero un sonido lo sobresalta. Se da la vuelta justo cuando un hombre sale del bar tras un sonido de copas rotas. El hombre se agarra la cabeza mientras mira fijo en alguna parte. Kyung Soo se da cuenta que está mirando a Luhan. Camina tambaleante hacia ellos, estando a punto de caerse.

Kyung Soo mira a Luhan pero él no lo está mirando, está mirando al hombre con los ojos abiertos de par en par.

Cuando Kyung Soo abre la boca para gritarle, el hombre ya está enfrente de su amigo y lo mira fijamente.

Kyung Soo también abre los ojos cuando el desconocido posa sus labios sobre los de Luhan.

 

 

 


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