Gray Fullbuster POV
No!…esto no puede terminar así.
Natsu…
Porque? De entre todas las personas…porque tú!? Esto no debería estar pasando…
No soporto verte así, y no poder hacer nada….así que, simplemente aparto la mirada. No quiero ver tu cuerpo cubierto de llamas, tu mirada…antes tierna y sincera, ahora, fría y sin sentimientos, tu sonrisa, antes alegre, ahora maligna. Todo de ti ha cambiado sin que podamos hacer nada, sin que yo pueda hacer nada! solo pudimos observar como te transformabas y dejabas de ser el Natsu de antes.
Y pensar…que minutos antes todos estábamos alegres, sonriendo y felices de volver a vernos después de un largo tiempo. Todos nos habíamos vuelto fuertes, todo era felicidad…hasta que él apareció, reclamándote, diciendo que eras suyo. La persona que te intentaba arrebatar de nuestro lado, de mi lado, era Zeref….
De inmediato nos pusimos en posición de combate, y tu, fuiste el primero en gritarle todo tipo de insultos, así eres tú! Nunca piensas antes de hablar. A pesar de todo ese tipo seguía diciendo tonterías, no creí ninguna de sus palabras, y obviamente, todos nos comenzamos a cabrear.
El primero en atacar, como siempre, fuiste tú. Fuiste rápido y preciso, atacando y mostrándonos lo mucho que habías mejorado con el entrenamiento, pero ni todo el entrenamiento del mundo podría habernos preparado para lo que paso.
Zeref ni se movió, simplemente espero tu ataque, pero antes de que lo pudieras tocar, una luz segadora surgió entre ustedes, esa luz nos obligo a cubrirnos. No puedo explicar lo que paso en ese entonces, pero si lo que paso después…tu, ya no eras tu.
Tus llamas se envolvían sin control sobre tu cuerpo, unas llamas de un color negro, mezclado con en rojo cálido de las tuyas. Sobre tu cabeza había un par de…cuernos? O eso parecían. Tus ojos y tu sonrisa, yo no desprendían alegría.
Después de un momento de estupefacción de nuestra parte, el silencio fue roto por la voz de Zeref. Nos explico que no eras el Natsu que conocíamos….que tu, eras E.N.D. Fue un gran choque para nosotros, por supuesto nadie lo creyó e intentamos atacarlo. Pero para nuestra sorpresa, tú te interpusiste.
Zeferf se marcho, dejándonos atrás, contigo cubriendo su salida, dejando al aire una palabra:
Acábalos…
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Uno a uno todos fuimos atacando, pero tú nos repelías más fuerte que nunca. Todos fuimos cayendo a tu paso. Incluso Erza y Laxus yacían a unos metros, acabados y sin poder levantarse.
Pese a todo, tú no parecías reaccionar. Happy tampoco se salvo de tu fuego, estaba a unos pasos tuyos, inmóvil, pero al menos estaba vivo.
Ni los gritos de Lucy te hacían reaccionar. En vez de eso, te acercaste a ella, con intenciones no muy buenas, la agarraste del cuello y lo comenzaste a apretar. A pesar de sus suplicas, no paraste.
Juntando toda la fuerza que me quedaba, me puse de pie y me acerque lentamente, pero lo suficientemente rápido para salvar a Lucy. La solté de tus manos y cayó al suelo con un golpe sordo.
Al ver lo que ocurría frente a tus ojos, no tardaste en atacarme, yo no me resistí…no podría atacarte…ni ahora ni nunca.
Tus manos de envolvieron tan fuerte en mi cuello, que no pude evitar soltar un gemido de dolor. Tus llamas ardían, quemaban mi piel mientras yo hacia un esfuerzo por respirar. Pose mis manos sobre la tuyas intentando amainar tu agarre, pero lo único que pude lograr fue quemarme las manos.
No tenía fuerza como para resistirme, pero, aunque la tuviera, no creo que pudiera hacer nada contra ti…lo único que me quedaba era apelar a tu razón. Aun con la voz rasposa y la garganta adolorida, logre decir algunas palabras:
Natsu, por favor…para, tú…no eres… así. Nunca…harías daño… a…tus compañeros…a...la…gente que…amas…Natsu!..Detente…Por favor…que esto…no termine...así…
Mi voz salió entrecortada por el esfuerzo, pero logre decir algo.
Al parecer, mis palabras no llegaron a ti…seguiste apretando mas fuerte…y sinceramente, ya no podía mas…mi vista se estaba nublando y al aire llegaba cada vez menos a mis pulmones. Respiraba a duras penas y cada exhalación era un logro.
Viendo como posiblemente todo acabaría pronto, no puedo evitar que una lágrima se deslizara por mi mejilla, al tiempo que posaba mi mano en tu mejilla, dándote la ultima caricia que posiblemente te daría.
Y, con un suspiro, dije lo que podrían ser mis últimas palabras…
Natsu, Te amo…