III
Los días que le siguieron a aquel fatídico encuentro fueron un tanto inquietos, Sousuke escucho la historia de su amigo pelirrojo y Tachibana al completo sin interrumpir, y resoplo ante el “una cosa llevo a la otra y luego ya no pudimos parar” de Rin, sin importar anda, era claro que lo que hacían estaba mal, y ellos lo sabían pero aun así ni siquiera tenían intención de parar.
Aunque la verdad estaba muy confundido muy confundido, Rin no era de los que lastimaban a sus amigos y Tachibana no parecía del tipo de traicionar a sus seres queridos, entonces ¿Por qué lo hacían? ¿Tal vez habían sentimientos de por medio y ni uno de ellos dos se había dado cuenta aun? ¿Quizás la orca no amaba al nadador de estilo libre tanto como pensó que lo hacía?
Había miles de explicaciones y ni una de ellas tendría sentido.
Aun así...
Sousuke había prometido no decir nada, después de todo aquello no era su negocio (a pesar de que no apoyaba lo que Rin estaba haciendo) y Nanase ni siquiera era su amigo como para decirle de la traición de su novio, además si iba a tomar un lado en todo esto sería el de Rin, incluso si lo que hacía era incorrecto o si ello lastimaba al chico delfín.
—Yo no diré nada, pero no estoy de acuerdo con esto Rin, alguien saldrá lastimado y las cosas no terminaran bien…
Él había advertido, y luego un Tachibana aun angustiado pero un tanto aliviado se marcho a su casa, sin atreverse en ningún momento a mirar a Sousuke a los ojos, demasiado avergonzado para hacerlo.
Las cosas continuaron su rutina de siempre y nada había cambiando, o al menos eso parecía al principio, pero poco a poco, pequeños y sutiles cambios comenzaron a formarse en el interior del nadador de cabello negro.
¿De dónde había venido? No lo sabía pero de repente un muro de tención comenzó a formarse alrededor de Rin y el propio Sousuke, ni uno de los dos decía nada, ambos al parecer, decidieron ignorar el gran elefante morado en la habitación*.
Rin a veces parecía evadir a Sousuke y evitaba el estar a solas mucho tiempo con el alto nadador y Sousuke sentía a veces que ya no estaba tan cómodo en presencia de Rin, los sentimientos era extraños para ambos y el pelinegro no podía negar que ahora miraba bajo una nueva luz a su amigo pelirrojo.
Una nueva luz no muy buena de hecho.
Le molestaba más de lo que le gustaría admitir que Rin sea capaz de hacer algo que significaría un potencial daño a uno de sus amigos más cercanos. No le agradaba Nanase, pero eso no quería decir que estuviera de acuerdo en lo que le estaban haciendo.
Y no era solo de culpar a Tachibana por ello, la culpa lo tenían los dos, y Sousuke por más que quisiera no podía cambiar eso.
Cuando el secreto se enterara, porque lo haría, si lo descubrió él ¿Quién dice que no lo hará otra persona? Cuando eso pasara, las cosas se pondrían feas, solo era una bomba a punto de estallar, una bomba que arrastraría consigo años de amista y confianza. Corazones serian lastimados, relaciones romperían y es probable que no hubiera reparación alguna para ello.
Y Sousuke pobre Sousuke, estaría en medio de los escombros, porque desde que vio a Rin y a Tachibana en su habitación traicionado a Nanase, quisiera o no, se involucro, se hizo cómplice del secreto, por lo que solo esperaba no ser quemado por esa bomba.
IV
No supo la razón de ello, pero antes de que se diera cuenta sus ojos se desviaban al nadador de estilo libre en cada oportunidad que tenia. Tal vez era a causa de su conciencia, tal vez porque una parte de él sentía compasión por el delfín que Sousuke termino observando al otro chico, y tal como sucedió con Rin, por alguna razón ahora miraba a Nanase Haruka bajo una nueva luz.
Y no sabía que pensar de ello.
Se dio cuenta al observarlo que el chico delfín apreciaba a todos y cada uno de sus amigos muy a su manera.
Parecía tener una debilidad cariñosa por Nagisa y todas sus locuras y dramatismo, noto como cada vez que hablaba o interactuaba con el menor había un cariño resignado en esos orbes de mar calmo brillantes. Y como una pequeña casi invisible sonrisa afectuosa iba dirigida al más pequeño del grupo cada vez que Haru pensó que nadie lo estaba mirando.
Pero Sousuke lo hacía.
Nanase parecía tener un fraternal afecto por el excéntrico chico de anteojos obsesionado con lo “hermoso” le tenía un paciencia nada notable y siempre escuchaba lo que este tenía que decirle, a pesar de que no siempre le hacía caso. Esos ojos de un intenso mar, parecían brillar divertidos y relajado siempre que se encontraba en presencia de Rei.
Algo a lo que Sousuke se dio cuenta.
Una de las primeras cosas que el gran nadador percibió, fue que a pesar de todas sus quejas y aparente disgusto, Nanase apreciaba esas competencias con Rin, había un brillo indescifrable (pero que no era de amor) en los esos azules como el mar orbes, cuando nadaba con Rin, Nanase parecía ir más y más rápido, como si buscara llegar a un lugar, ambos inmersos en un mundo que nadie más era admitido.
Era sorprendente y Sousuke, al igual que otros no podía dejar de sentir envidia ante aquella rivalidad-amistad que se cargaban ambos nadadores.
Cuando Nanase estaba con sus amigos, era como si el mundo fuera perfecto para el pelinegro, nada más importaba, no había preocupaciones, solo una inmensa calma y comodidad, parecía que lo que Nanase Haruka más deseaba era permanecer al lado de sus amigos para siempre, y que eso era lo único importante para él.
Y por ultimo estaba Tachibana.
El alto nadador de ojos verde podría ser el más expresivo, quien más demostraba su cariño con acciones y quien parecía se desvivía por Haruka. Más Sousuke se percato de cómo los brillantes zafiros claros de Nanase Haruka brillaban de lo que era puro y simple amor en la mayor expresión de la palabra.
Sousuke mismo sintió que se ahogaría en esos profundos sentimientos que los ojos del macho más pequeño expresaban.
Nanase podría mantener una expresión estoica y neutra casi en todo momento, pero sus ojos eran dolorosamente expresivos, y el amor que le profesaba a Tachibana Makoto estaba ahí, para que todo el mundo lo viera.
Y al ser consciente de ello, había una pequeña opresión en su pecho, tal vez era porque de repente se sintió culpable por ocultarle la traición de Tachibana y Rin, o tal vez era porque lamentaba como esos profundos y ¿Por qué no? Hermosos sentimiento serian destrozados en cuanto toda la verdad sea revelada.
Sea como sea, Sousuke se encontró sintiendo que en realidad no quería que la tristeza empañara aquellos expresivos ojos azules como el mar.
La rivalidad y el resentimiento hacia Nanase, parecían haber menguado hasta parecer casi inexistentes, tal vez estaba siendo hipócrita, no lo sabía, pero no podía evitar sus propios sentimientos, por muy contradictorios y fuera de su carácter como eran.
Pero a pesar de todo ello, Sousuke seguía siendo un mero observador y cómplice, por lo que continuaría con ese papel en que se metió él solo.