Las aves revoloteaban por aquellos cielos azulinos mientras el sol se escondía lentamente por ciertas cantidades de lágrimas saladas. Cae la tarde, cada vez, el ambiente simula más oscuridad. Sentado, me hallaba, brotaban de mis perlas redondas, lagunas cristalinas, aun lo recuerdo, su inigualable sonrisa, antes de tomar rumbos distintos, pero todo acabo, tan solo queda un hoyo oscuro dentro de mis sentimientos.
Todo comenzó, a mis 6 años de edad, surge siempre por mis pensamientos la expresión de la persona que suponía, me amaría, mi joven madre, yo la amaba demasiado, no sentía su cariño, aun así trataba de acercarme a esa belleza, nunca logre conseguir el amor que quería de mi mamá. Fui desechado entre los escombros de un basurero público escondido en un callejón, mis manitos, brazos, piernas, y cuerpo temblaban de frio, yo aun no sabía porque me dejaron en aquel lugar asqueroso, como una pequeña criaturita, me cobije con mis brazos para mantener mi calor, aquel lugar era muy frio, no quise salir de ese lugar, pensaba que mi mamá aparecería, nunca vino por mí.
Espere 3 días, no comí, no bebí, moría mi interior, con tan poca edad, fui lo suficientemente inteligente para saber que no vendría la mujer que me dio vida, me levante, aun retumbaban mis piernas, con dificultad, me levante, tuve que salir de aquel lugar oscuro y asqueroso.
Todo empezó cuando escape de aquel callejón.
PROMESA MUDA
Las personas son demonios enjaulados, parecidos a los mares, van y vienen. Yo estaba sentado en una esquina pedía limosna, lamentablemente, por el momento ninguno se disponía a acercar, rujia mi estomago, moría de hambre, desde un comienzo sabia que en estas calles seria mi nuevo hogar.
-Solo tengo 3 monedas-Decía entre mis pensamientos-No me va a alcanzar.-mientras observaba como tomaba las monedas de mi mano.
-Wyatt!-Reclamaba Koi-Se puede saber que hace demonios estas acá vagabundeando, tenemos que ir a el refugio-dijo mientras me tomaba entre mis delgados brazos arrastrándome hacia nuestro pequeño refugio.
Era una pequeña casa abandonado donde dormía, yo y otros niños que fueron abandonados, el jefe del grupo es una señora, que ya esta vieja.
-Taika-san, Wyatt solo consiguió 3 centavos!-reclamaba enseñándole mi diminutivo logro.
-¡Mira mocoso!, ¡Acá tu trabajas para nosotros!-Tomo mi camisa, acercándosela a ella-¡Ya no voy a soportar más tus malcriadeces!, ¿sabes qué? Te me largas de mi casa, vete no te quiero ver, me das asco escoria.
Dolía, dolía sus intensas palabras, me quede en silencio, como solía hacer, simplemente confirme moviendo mi cabeza hacia arriba y abajo mientras mantenía mi rostro agachado. Me dirigí hacia el lugar donde fue mi habitación lloraba a mares, no quería irme, no sabía dónde ir, pero no podía reprochar. Desvié mi mirada, no quería ver a esos 2 monstros, me disponía a ir. Gire a ver por última vez mi antiguo hogar. Me fui.
Corrí lo más rápido que mis piernas alcanzasen. Caí de rodillas en unas aceras, llore y llore como nunca antes eh hecho, a mínimos centímetros de mi se encontraban pedazos de vidrios rotos. Tome el mas filudo, quise acabar con mi vida, no quería seguir viviendo, cada vez acercaba ese objeto hacia mi piel de mis muñecas, lo incruste, no sentí dolor alguno, más bien sentí como placer.
-Que te está pasando! –Me grite. Voté lo más lejos posible aquel pedazo de cosa afilada
Camino sin saber a dónde ir, me muevo por inercia cruzando aquellas solitarias pistas de aquel bosque, espera, bosque?!Me asuste por breves momentos, pero aun seguí mi solitario recorrido sin tomarle importancia a mi futuro.
No sé cuanto exactamente camine pero cuando ascendí mi cabeza, me encontré con una gran casa, era tan gigante que me parecía el mismísimo paraíso. Quise acercarme a admirar más aquella belleza de casa. Observe un trozo de papel pegada en la puerta principal donde decía que se necesitaba ayudante de limpieza.TOK TOK.
Toque la puerta 2 veces, era imposible que se pueda escuchar en gigantesca casa, pero escuche unos pasos acercarse, mi corazón latía rápidamente y no entendía la razón, ¿tenía nervios?, nunca me paso algo igual.
-Si?-Me ruborice, aquel hombre era muy guapo, tenía una mirada fría y sin sentimientos.
Agache mi cabeza. Señale el letrero con mi dedo.
-Qué!?-Grito aquel hombre con mayor estatura que yo
Asustado, tímidamente y con los hombros encogidos hice una seña, toque primero mis labios y negué con la cabeza.
-Haya!, eres mudo, bueno, que quieres- Dijo fríamente, sentía temor, pero a la misma vez tranquilidad, llámenme loco, no entendí nunca porque sentí eso por aquella persona.
Nuevamente señale el pedazo de papel.
-Lo siento, no aceptamos, mudos, jajajajaja- Reía a carcajadas, su sonrisa es hermosa.
-Por favor!, …no mas-Pensaba, me sentía ofendido y muy apenado por aquel acto de crueldad, lo único que se me ocurrió fue…
-Que carajos!-Exclamo mi futuro jefe cuando me vio arrodillado besando sus calzas de sus pies, indirectamente suplicando que me dé una oportunidad.
-No te me acerques rata fea!
Simplemente agache mi mirada
-Está bien, eres aceptado, no se donde pero te me bañas rapidito que hueles a perro muerto, rápido no vas a ver mi hogar con esos ojos apestantes.
Yo solo afirme
Me enseño aquellos lugares de su casa, sus otros sirvientes, me dijo las reglas del hogar, y entre muchas más cosas importantes. Me sentía feliz, estaba junto a una persona que me enamoro con solo mirar la soledad de sus ojos, no me importaba que me agreda, tan solo con estar con él y verlo, me conformo.