-Creo que ya está despertando…- dijo Naomi mientras pasaba la botella de alcohol frente al pelirrojo que solo murmura palabras inentendibles para los demás. Después de que la noticia les cayera como agua fría al par de luces, fueron llevados hasta los sillones del salón donde, dos horas después, seguían sin despertar.- Debí suponer que un viernes 13 pasara esto…
-Madre no exageres.- Saito suspiró y acomodó las toallas que seguían en las frentes de ambos.- Oh, Mine-chan despertó.
Los presentes miraron hacía donde estaba el peliazul que lentamente abría los ojos tratando de acostumbrarse a la luz que caía sobre sus ojos. Parpadeó varias veces antes de recordar donde, con quien estaba y la razón de su desmayo. Al hacerlo se sentó de golpe sin importarle el mareo que le llegó segundos después.
-Aominecchi ten cuidado.- su rubio novio se lanzó sobre él mientras lo llenaba de besos.- Me preocupaste mucho…
-Kise…-embarazado.- ¡Tráiganme una maldita prueba de embarazo! ¡Ahora!- aquel grito provoco un sobresalto en Kise que solo atinó a caer de golpe al suelo.- ¡Kise! perdón…yo…
Naomi lo golpeó con uno de los cojines.- querido al menos ten disimulo ¿no?- se cruzó de brazos.- Las futuras madres no necesitan más preocupaciones como estas, necesitan descansar…
-¿Futuras madres?- Kagami se levantó al escuchar eso, ahora las miradas estaban sobre el pelirrojo que trataba de recuperarse de los incidentes anteriores. Se sentó con dificultad mientras frotaba su sien para poder estabilizarse.- ¿Qué pasó? ¿De qué hablan?
Todos intercambiaron miradas.- Taiga tú…- Tatsuya fue callado por la mirada que Naomi le dirigía. Este asintió, sabía que al tigre no le tardaría mucho recordar la causa de su desmayo repentino. Kagami miró a los presentes a su alrededor esperando alguna respuesta; pero seguían callados, inclusive Kuroko que estaba con un semblante tranquilo mientras jugaba con sus manos.- Kuroko…- fue entonces que recordó las palabras de Kotei.- ¡KUROKO!
-Creo que ya lo recordó.- Naomi suspiró.- Chicos es necesario que piensen sobre esto, sé que ahora para ustedes esto debe ser difícil; por no decir que la idea les sorprendió; pero deben tomar las decisiones correctas, para los tres ahora…mejor vayan a caminar por los jardines, ustedes necesitan hablar y aquí debemos terminar la fiesta de cierta pequeña.- Ambas parejas se miraron entre sí e hicieron lo que la pelinegra les recomendó. Los de mayor estatura se levantaron y, tomando las manos de sus respectivas parejas, se dirigieron al jardín trasero.
-Era lo mejor, necesitan hablar de esto.- dijo Kotei acunando a su hijo.- Recuerdo que cuando Saito y yo nos enteramos de la llegada de Kai, fue una noticia inesperada…; pero Saito estuvo feliz días después.-
Este solo se encogió de hombros.- no iba a dejar a mi esposo con mi hijo.- cargó a su pequeño entre en sus brazos.- eso es de cobardes y espero que ellos sepan hacer lo correcto.
-Lo harán, Ahomine será un descuidado; pero ama a Kise.- comentó Midorima acomodándose sus lentes.- Esperen un minuto… ¿Sora? Takao… ¿Y Sora?
-¿No venía contigo?- el pelinegro se alarmó.- Sora-chan ¿Dónde está?-de repente de una de las puertas que habían a un lado del salón dos pequeñas corrían entre risas y juegos cubiertas de un polvo blanco muy fino. -¡Sora-chan! ¡Yumi-chan!
-Takao-chan, Yumi y yo aprendimos a hacer galletas.- sonrió la pequeña peliverde. Sora Midorima, la hermana menor del as en tiros de la generación de los milagros. Tenía la misma edad de Yumi, tenía los mismos rasgos que su hermano mayor; pero a diferencia de este, ella no necesitaba usar lentes.- Shin-niichan esto es divertido.
-Sora ya te he dicho que no me llames así.- el peliverde suspiró, por culpa de Takao su hermanita se había acostumbrado a decirle de ese modo.- De todas maneras, ambas están demasiado sucias con… ¿Harina?...
Yumi asintió.- la señora de la cocina no estaba así que decidimos prepararlas con lo que mamá me explicó una vez.- Naomi se dio un pequeño golpe en la frente.- ¿Pasa algo?
-Yumi, Sora vayan arriba a cambiarse, creo que Sora medirá lo mismo que tú así que vas a prestarle una muda de ropa; ay niñas.- la pelinegra tomó de la mano a las menores y con ellas se fue hasta la escalera.- Chicos terminen de ordenar aquí por favor, debo alistar a este par de aquí.
-No se preocupe Naomi-san, nos encargaremos de todo.- dijo Tatsuya sonriendo mientras la pelinegra y ambas niñas desaparecían por el segundo piso.- Vaya, tu hermanita es diferente a ti Midorima.
Este asintió.- lo sé; pero a pesar de eso es mi hermana y debo tolerarla.- todos suspiraron; ni con su familia se le quitaba lo tsundere al peliverde.- Es mejor terminar todo aquí, seguro unos compañeros de Yumi vendrán hoy más tarde. – y con eso todos comenzaron a cumplir con sus respectivas tareas.
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Mientras tanto en los jardines de la mansión Akashi. Ambas parejas habían tomado direcciones diferentes para poder charlar en paz sobre aquel asunto que los veía carcomiendo por dentro. -No lo creo, no puedo creer que esto esté pasando.- susurro Kagami por lo bajo casi inaudible; pero a pesar de toda confusión, sabía que era lo que debía hacer.- Kuroko…
-¿Sí, Kagami-kun?-preguntó Kuroko que hasta el momento se había quedado callado.
-Te apoyare no importa que pase.- tomó ambas manos del peliceleste y lo acercó hasta él para besarlo, para poder transmitir todo el amor que sentía hacía su pequeña sombra.- Estaré a tu lado cuidando cada movimiento de ustedes.
El peliceleste se aferró al cuello del mayor.- Kagami-kun…gracias.- En el fondo un sentimiento de duda lo inundaba por completo al principio; pero ahora, sabía muy bien que Kagami si lo amaba hasta el punto de protegerlo por su hijo.- pero aun así tenemos que ver una prueba de embarazo, no podemos asegurarnos solo por los síntomas…-
-Lo veremos ahora Kuroko.- tomó una de las manos del menor para volver a la mansión.- Debemos pedirle a Naomi-san si nos puede conseguir una.- El peliceleste asintió y, a pesar de los nervios, quería que el resultado fuera positivo.
En otra parte del jardín un rubio junto con un peliazul, iban tomados de la mano sin decir palabra alguna; hasta que el rubio decidió romper la tensión del momento.- Aominecchi tú… si no lo quieres yo…
-Kise no seas idiota.- Aomine era muy sutil para muchas cosas; pero para esas, era claro que no.- Esto me ha tomado por sorpresa; peor no puedo negar que emociona la idea de tener un bebé contigo; que este crezca y junto con su padre salgan a entrenar básquet todas las tardes o si es niña, yo estando detrás de ella para alejar a cualquier bicho que quiera robarse a mi princesa…- Kise se había quedado perplejo ante las palabras del moreno.- No seré el más romántico de todos; pero te amo y nada me haría más feliz que tener un hijo contigo.
Las lágrimas inundaron los ojos del rubio, cosa que preocupó a Aomine al creer que había dicho algo malo; pero todas sus dudas vinieron abajo cuando este le lanzó a abrazarlo.- Gracias Aominecchi, también te amo.- juntaron sus labios para sellar aquella promesa, era amor; y contra viento y marea, sabrían muy bien cómo superar lo demás.- Debemos volver y comprobar la verdad…
-Vamos, Naomi-san seguro sabrá que hacer.- y con eso, todos volvían dentro de la mansión para esperar la noticia de sus vidas.
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-Demonios ¿Por qué tengo que ser yo quien lleve esto?- se lamentó un castaño llevando una caja hacía el cuarto en el que una vez, él durmió noches lejanas. Había pasado mucho tiempo desde que dejó la mansión; pero aun así recordaba con mucho detalle cada incidente. Un año.- Quien diría que ya va a cumplirse un año desde que Akashi-san y yo somos hermanos…nadie lo creería.- Dejo la caja sobre el escritorio y, sin aguantar el cansancio, se recostó sobre el suave y mullido colchón que estaba frente a él. En cuanto la tela de la manta tocó su piel quico quedarse dormido ahí mismo. Cerró sus ojos tratando de no conciliar el sueño y al menos quedarse un poco tranquilo.- No he podido verlo, ni hablar con él desde…el beso…- aun recordaba la sensaciones que produjo en su interior ese contacto con los labios del pelirrojo.- pero no era él, se sentía como si fuera otra persona.- Suspiró.- Además…- se colocó una almohada sobre su rostro.- Seika-san no ha dejado de llamar en estos días, no sé qué pasara ahora; pero…corresponder sus sentimientos…- rio por lo bajo aún con la almohada sobre él, hace una semana el peligris se le había confesado; pero él no había podido responderle.- es bueno y muy agradable, no voy a negar que si es guapo, además compartimos los mismos gustos; pero…- antes de poder terminan sintió como sus muñecas eran apresadas sobre su cabeza contra la cama.- ¿¡Qué sucede!?
La almohada cayó a un lado y pudo ver a su atacante.-Es bueno verte de nuevo Kouki.- mencionó en un tono nuevo para el castaño.
-No puedo decir lo mismo, Akashi-san; ¿Qué hace? baje-
-Vamos, sigue diciendo todo de tu preciado Seika-san.- lo interrumpió. Akashi mordió su oreja provocando un leve estremecimiento en su ser.- ¿Qué pasa chihuahua? ¿Te comieron la lengua?- Sus piernas estaban presas por las del pelirrojo y su fuerza era más que él de la que pensaba; este había comenzado a besar su cuello con desespero y a dejar varias mordidas en su piel. Lamentaba usar una camiseta en aquel momento; sin embargo, lo que más lamentaba era estar preso bajo el juego de Akashi.- Kouki…- sus labios volvieron a ser prisioneros de la había boca del pelirrojo. Sus lenguas se unieron en una batalla dentro de ambas cavidades provocando reacciones en el cuerpo del castaño y que unos gemidos escaparan de sus labios.- Solo yo escuchare eso.- le dijo al separarse y volver a su labor besando, lamiendo y mordiendo el terso cuello de Kouki.
-A-Akashi-san…pare…- dijo Kouki en un susurro casi inaudible.- Po-Por favor…
-¿Qué pare? No, no; ahora más que nunca no me detendré.- con una de sus manos invadió por debajo de la camiseta del castaño acariciando su torso y uno de los pezones de este.- O prefieres tener a tu querido Seika aquí ¿No es así?
Kouki solo se mordía el labio para que otro gemido no escapara de sus labios al tener tal contacto con el pelirrojo.- B-Basta…- pero Akashi no escuchaba, de alguna manera su camiseta había sido levantada y ahora estaba más expuesto ante su mirada. Los labios de Akashi pasaron hacía su pecho donde, sin esperar, metió uno de sus pezones dentro de su boca. Lamía, chupaba y mordisqueaba sin escuchar los reclamos del castaño que ya se había puesto en esas zonas por sentir la fría y húmeda lengua del emperador sobre sus botones rozados. Ya su mente estaba nula, iba a pasar lo inesperado; pero no quería… no de ese modo y mucho menos si se trataba de un juego como aquel. Cuando sintió una de las manos del pelirrojo en su entrepierna, logró sacar parte de la fuerza que le quedaba.- ¡DIJE BASTA!- empujó a Akashi lejos de él y se acomodó rápidamente la ropa.- N-No soy el juguete de Akashi-san… No soy un objeto para que me haga eso.- las lágrimas y los sollozos se fueron mesclando.- ¡Deje de jugar conmigo!
-Yo no soy el que juega Kouki, eres tú siempre el que me tienta.- dijo Akashi sin dirigirle la mirada, a pesar de todo, no soportaba verle llorar, y peor aún si era por su causa.- Después de todo creo que estarías mejor con otra persona ¿no?
-¡No entiendes nada! ¡Al menos deja que alguien termine de hablar!- una almohada cayó sobre el rostro del pelirrojo, a Kouki le importaba poco lo que pudiera hacer ahora el pelirrojo.-…yo no acepte a Seika-san porque…él no es la persona que amo.- confesó, iba a soltar todo de una vez.- A quien yo amo es a Akashi-san…- el de ojos bicolor se quedó perplejo al escucharlo.- pero creo que para usted soy solo un juego…
No pudo terminar al sentir los cálidos brazos de Akashi abrazándolo.- Perdóname.- El gran Akashi Seijuuro le estaba pidiendo perdón.- tú eres un juego para mí Kouki.- escondió su rostro en el hombro del castaño.- Yo te amo a ti y solo a ti.- los ojos de Kouki adquirieron un tono especial.- Creo que… debí darme cuenta de tus sentimientos antes…
-¡Tonto! ¡Eres un tonto!- Kouki empezó a sollozar levemente mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.- Akashi-san usted…
-Si no me crees, lo comprenderé; pero lo de antes…me deje llevar por mis celos.- besó la frente de su chihuahua mientras que limpiaba sus lágrimas.-no quiero que nadie más pueda tenerte Akashi Kouki.- el castaño se sonrojo al escuchar aquello.
-S-si le creo.- murmuro por lo bajo.- es solo que… llevó dándome vuelta a la cabeza desde hace tantos meses y esto….
-Si te hubieras confesado ya estaríamos juntos desde hace un tiempo.-
-¿Y qué quería que dijera? “Oh gran Akashi Seijuuro me he enamorado de ti, hazte responsable de mis sentimientos”- se separó del abrazó e hizo un puchero.-
-Lo hubiera hecho con gusto.- lo abrazó por detrás y veía tranquilamente como el castaño escondía la mirada.- Te amo Kouki.-
-Ta-también te amo, Akashi-san.- su sonrojo se amplió hasta sus orejas y el pelirrojo no pudo evitar soltar una risa por las expresiones de su adorable novio.
-Ahora vamos abajo y anunciemos nuestro noviazgo.- se levantó de la cama dirigiéndose a la puerta; pero antes de eso, lo tomaron del brazo.- ¿Pasa algo?
-¿No-Noviazgo?- Kouki se sorprendió.- espere un poco, mi madre está abajo junto con mi hermano y quiero tener una vida normal antes de que me encierre en un internado.- Sabía bien de lo que el pelinegro sería capaz si se enteraba de lo que pasó ahí dentro.- Además nosotros…
-No tenemos ningún parentesco en la sangre así que no te preocupes por eso Kouki.- se adelantó Akashi.- con lo de tu hermano se puede solucionar con solo decirle o simplemente mandarlo a Francia-
-¡No hará eso Akashi-san!- exclamó el castaño- No digo que no quiero ser su novio; pero… esperemos un tiempo antes de decirlo.- el pelirrojo suspiró; pero trato de comprender y apoyar las decisiones de su amado.- Bajemos que ya deben de estar preocupados…
-Como quieras Kouki.- Akashi le robó un beso y rápidamente salió de la habitación. Kouki, con las mejillas sonrojadas, salió después tratando de controlar su agitada respiración.
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Eran las ocho de la noche y todos los amigos que Yumi tenía en su escuela ya habían llegado hasta la mansión para la celebración de la menor de los Akashi. La castaña se encontraba con todos sus amigos y amigas jugando y bailando en el centro del salón mientras que los padres de los niños conversaban entre ellos sobre la bonita decoración y buena recepción que tenían ahí a pesar de ser solo la fiesta de una pequeña.
-Escuche que Ryo-kun se le quiere confesar hoy a Yu-chan ¿Será cierto?- hablaban un par de pequeñas bailando.- Kyaaa será tan lindo.-
-Yu-chan es muy linda y además, se notaba mucho que a él le gustaba ella.- respondió la otra; y un pelinegro que andaba de vigilante logró escucharlas con claridad y que un aura oscura se formara a su alrededor.
-¿Acaso algún mocoso de esta fiesta trata de robarme a mi linda Yumi-chan?- apretó un vaso de plástico que traía ente sus manos.- ¡No lo permitiré! – Kotei rio y colocó una de sus mano en las de su esposo para calmarlo.
Mientras tanto en una mesa, un grupo de amigos conversaba tranquilamente.- Lo bueno es que en esta fiesta no hay alcohol para que Furi-chan termine haciendo tonterías.- todos asintieron y continuaron con la charla hasta que la exclamación del castaño los interrumpió.
-¡Díganme de una ve lo que hice!- ahora que recordaba, nadie le había dicho lo que hizo en la fiesta de la boda de su madre.- No los entiendo.
Compartieron miradas cómplices y antes de que alguno hablara, Kuroko se desmayó en los brazos del pelirrojo.- ¡Kuroko!- exclamó Kagami preocupado al ver a su novio inconsciente.- ¡Kuroko, despierta!
-¡Santa Oha Asa! ¡Esto es malo!- gritó Takao y veloz, fue en busca de Naomi o quien quiera que fuera para que los ayudara.
Kagami recostó al peliceleste en dos de las sillas que había ahí cerca y con una servilleta le hacía aire a su novio.- deben ser los efectos del embarazo.- comentó Kouki.- ¿Kuroko se hizo la prueba en la tarde junto con Kise no? –el rubio asintió, no habían podido ver los resultados médicos de esa tarde.- Kuroko…- este por fin había despertado.
-¿Cómo esta uno de mis niños?- Naomi había llegado justo a tiempo.- ¿Todo bien, Kuroko-kun?- el menor aún seguía a un poco debilitado ente eso; pero solo asintió despacio.- Bueno, aquí tengo las pruebas, gracias al cielo que el hospital de Sei es muy bueno.- abrió ambas cartas y se las entregó a los respectivos futuros padres.
-No puedo ver esto, Aominecchi mira que salió por favor.- digo Kise cubriéndose el rostro con ambas manos. Lo mismo pasó con Kuroko que esperaba la respuesta del pelirrojo.
-Kuroko…tú…/ Kise…- ambos se quedaron en silencio hasta que una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos.-¡Vamos a ser padres!- “Positivo” había aparecido en ambas hojas. A pesar de todo, ese mismo día debían de celebrar otra cosa. Los milagros tendrían a un par de bebés en unos meses más...