La fiesta continuó con tranquilidad aquella noche después de recibir esa noticia, además, como era de solo unos pequeños entre 8 a 9 años terminó temprano sin contratiempo alguno a excepción de una pequeña declaración y la guerra propuesta por cierto pelinegro.
-Ese maldito niño, no permitiré que se robe a mi Yumi-chan.- Saito trataba de salir hacía el jardín trasero donde un pequeño pelinaranja de ojos avellanas estaba por hacer su declaración a la castaña que le robo el corazón desde que había entrado como la alumna nueva en su escuela.- Madre, Kouki-chan suéltenme ahora…
-Hermano por favor.- decía Kouki jalando a duras penas a Saito de vuelta a la mansión.- Ryo y Yumi son solo niños, no pueden hacer mucho con solo ocho años.- suspiró, su hermano a veces era demasiado exagerado con la protección que tenía hacia él y Yumi.- No me imagino si Kai-chan llega a tener una novia o un no-
-¡Eso sí que no!- aquel comentario provocó que el pelinegro se olvidara por completo de su hermana.- ¡Mi niño no tendrá a ningún mocoso persiguiéndolo!- Todos suspiraron y le dirigieron una mirada al pequeño de un año que jugaba en los brazos de su rubio padre.- Kotei.- el aludido levantó la mirada.- lo encerraremos en una torre cuando cumpla los diez…
Kotei solo negó tranquilo.- Saito por favor relájate un poco, no puedes estar todo el tiempo vigilando a Kai o Yumi-chan…incluso a Kouki-kun.- señalo al castaño.- Ya tiene diecisiete y tú lo sigues custodiando como si tuviera catorce.- ambos esposos empezaron a discutir y Naomi solamente tomó a su nieto en brazos y se alejó un poco para que el pequeño pudiera dormir.
-No puedo creerlo, seremos padres Aominecchi.- dijo Kise mientras se frotaba su vientre.- según los resultados tengo dos meses y Kurokocchi un mes, que emoción.- el rubio destellaba alegría con solo verle desde lejos, Aomine sonrió y lo abrazó por los hombros, era repentino todo eso; pero le agradaba bastante la idea y sin importar que, estaría junto con su amado.
-Les deseo mucha suerte chicos; saben que siempre cuentan con mi ayuda.- mencionó Naomi sonriente. – Pero será mejor que vayan a descansar, creo que mañana temprano deben volver a sus hogares.- le dijo Naomi a los demás.- Además desde ahora Tetsuya y Ryouta necesitan muchos más cuidados.- ambos asintieron a lo que dijo la pelinegra, ella suspiró.- Y con eso me refiero es que no participaran en ningún encuentro de básquet hasta el nacimiento de sus hijos, olvídense de la Inter-high.-
-¡NO!- exclamaron al unísono al escuchar aquello, ella debía de estar bromeando.- Naomi-san yo solo tengo un mes de embarazo…. aún puedo jugar…- mencionó Kuroko apenado; mas la pelinegra no dio su brazo a torcer.
-No es un no muchachos, tendrán que explicar todo en sus escuelas; pero es lo mejor para ambos.- sonrió con un poco de nostalgia, a ella también le apenaba todo eso.- Sé que es difícil para ustedes; pero son padres primerizos, deben de cuidarse mucho más… por los dos.
Ambos asintieron algo decaídos, nunca se imaginaron que el embarazo podría afectarles en sus partidos. Kagami comprendió que Kuroko debía de estar un poco afectado por eso así que decidió llevarlo hasta su habitación y de la misma manera Aomine hizo con Kise.- Que mal, y yo que quería jugar la revancha contra Kuroko-chan.- se lamentó Takao.- Pero es lo mejor para ambos; no vaya a ser que pongan en peligro al bebe más adelante solo por eso…
-Pero si tú nunca hiciste eso madre.- dijo Saito dejando a todos confundidos por aquello.- Cuando estabas embarazada de Kouki-chan siempre salías conmigo a practi-
-Miren la hora ya es tarde y casi todos los invitados se han ido.- Naomi le entrego a Kotei a un dormido Kai y se levantó lo más rápido que pudo.- VoyabuscaraYumiquedescansenchicos.- lo dijo tan rápido que a la mayoría les costó entender eso último.
Akashi se levantó de su asiento y de la misma manera prosiguió a retirarse.- Naomi-san tiene razón es mejor que nos vayamos a descansar, mañana será un día largo.- le dirigió una mirada rápida al castaño el cual capto al instante y sin decir nada más se fue por las escaleras centrales del salón.
-P-Pues sí, yo también debo irme a dormir, mañana vuelvo con Kagami y Kuroko.- Kouki dio una pequeña risa nerviosa que no fue ignorada por su hermano.- Que descansen chicos.- Saito siguió con la mirada al castaño, algo muy extraño había en él, de la misma manera esas extrañas marcas que habían aparecido en su cuello; él no era idiota y sabía muy bien de que se trataba; pero tenía que esperar un poco para saber si estaba en lo correcto o no.- Ese maldito de Seijuuro ya se aprovechó de mi Kouki-chan; pero que ni crea que se lo dejare fácil.- fue lo que pensó Saito antes de volver a concentrarse en su hijo.
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La mañana llegó para todos más rápida de lo que esperaban, era algo cansado para ellos tener que volver a sus ciudades un domingo por la mañana; pero tenían que hacerlo o eso les costaría un duro castigo. Kouki abrió los ojos cansado y con la pereza encima por tener que levantarse; sabía bien que si no lo hacía en ese momento su madre llegaría con un libro o un vaso de agua y se lo lanzaría sobre sí. Trato de estirarse; pero algo se lo impidió. Volteó la mirada unos 90° y la sangre se le heló al ver a su lado a Akashi abrazándolo fuertemente de la cintura. ¿Cómo habían llegado así? Kouki recordó que a eso de la media noche, pasando la vigilancia de su hermano, logró colarse en la habitación del pelirrojo. No era algo que hubiera querido; pero había reconocido todo aquello en la profunda mirada que le dirigió el heterocromatico en el salón. Suspiró, sentía claramente el calor en sus mejillas, debía irse de ahí pronto sin que este lo notara. Cosa que le fue imposible.
-Demonios… debo irme antes de que noten que no estoy.- si su madre entraba en su cuarto y no lo encontraba o bien, lo dejaría pasar o se pondría a buscarlo por toda la mansión.- Akashi-san…
-Te dije a noche que dejaras el “san” Kouki.- dijo el emperador sin abrir los ojos y haciendo más fuerte el agarre.- Quédate Kouki…al menos hasta la tarde.- Kouki se sonrojo más de lo que estaba y negó suavemente mientras pasaba una de sus manos por la cabellera de Akashi.- ¿Qué sucede?
-Debo irme Akashi.- le costó mucho dejar el san.- tengo unas cosas que terminar en mi casa y además debo alimentar a Taki, apuesto que ahora el pequeño tendrá hambre.- el pelirrojo bufó un poco molesto no quería acordarse de ese gato que era otro problema a parte de Saito y Jason.- ¿A qué viene eso?
-Nada.- sabía bien que el castaño sentía un gran cariño por ese animal; no podía decir que se deshiciera de él o sino se molestaría.- Bueno, mejor hay que volver a dormir Kouki.
-¡Akashi!- exclamó Kouki.- Debo volver a mi habitación, si mi madre o hermano se dan cuenta de que no estoy, ellos… no será muy bueno lo que hagan.- Akashi suspiró y decidió dejar libre a su prisionero, no sin antes tomarlo de la camisa que llevaba puesta para dormir y robarle un beso en los labios, algo más demandante que un simple roce, a Kouki le sorprendió tan repentina acción; pero de todas maneras correspondió gustoso por sentir sobre sus labios los del emperador. Los extrañaba mucho a pesar de haberlo besado tan solo unas horas atrás. Y antes de separarse la puerta se abrió en ese preciso instante.
-Seijuuro-kun el desayuno está servido, por cierto ¿Has visto a Kou…?- Naomi se quedó viendo aquella escena unos segundos en los sintieron como el tiempo se detuvo, la sonrisa continuo en su rostro y a pesar de estar sorprendida no cambió de expresión. Rápidamente una pequeña luz se posó en el cuarto, después otra y otra.- ¡Perfecto! Ya conseguí una de todos los miembros, bueno queridos terminen lo que hacían y bajen a desayunar, Furi hablaremos antes de que te vayas.- cerró la puerta y tras varios segundos Kouki cayó sobre la cama cubriendo sus gritos con una almohada.
No hay porque decir que estaba más rojo que el cabello de Kagami.- Mierda, mierda ¡Mierda!- empezó a gritar.- Mi madre está loca…
-A mí me parece interesante.- mencionó Akashi tranquilo mientras trataba de contener la risa por las reacciones de su amado.- ¿No exageras respecto a esto?
-No lo hago, siempre ha sido así; pero… a veces no creo que ella sea mi madre.- Kouki suspiró ya un poco más calmado y se levantaba de la cama.- Me voy a mi habitación…
-Como quieras Kouki.- Akashi también se levantó dispuesto a cambiarse mientras el castaño salía de su cuarto.- Por cierto, yo que tú me cubriría esa marca en la espalda, no querrás que tu hermano te diga algo, hermanito.- la puerta se cerró para el momento en que Kouki exclamaba un: ¡Akashi! y este solo sonreía con gracia.
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En una oficina cerca del distrito de Ishikawa, el cual quedaba a unas horas de Kyoto, un par de hombres se reunían con su jefe para poder coordinar el plan que llevaban formando exactamente un año. Un castaño fue el primero en hablar.- Kenshou esperó que ya tengan todo listo.- mencionó dándole una rápida mirada a los expediente que llevaba consigo.
-Ya tenemos información suficiente.- dijo el nombrado.- Seitarou Akashi se casó con Naomi Furihata; hace exactamente un mes cumplieron un año de casados. Ella tiene tres hijos, Saito, Kouki y Yumi Furihata; que junto con Seijuuro pasan a ser los herederos de las compañías Akashi.- abrió una carpeta y le enseñó las fotos correspondientes de cada uno al castaño.- El tal Saito está casado con Kotei y tienen un hijo de apenas un año, nombre aún no reconocido.- pasó a mostrar la foto de Kotei mientras cargaba un pequeño bebé rubio.- Con la menor de todos ya nos encargamos…
-¿Hicieron lo que les ordene?- preguntó.
-Exacto, convencimos a Ryo de declarársele a le pequeña en su fiesta, ahora bien, esa relación deberá durar hasta que el chico consiga sacarle información a la niña.- Su jefe asintió complacido, todo estaba saliendo de acuerdo al plan.- Por último, Kouki sigue viviendo en Tokyo, el prefirió quedarse en el instituto Seirin y, según esto, cursa su último año, está en el equipo de básquet y mantiene una relación con el otro heredero, Akashi Seijuuro.- el castaño mostró una expresión sorprendida al ver una fotografía de Kouki y Akashi besándose a fuera de la casa de Kouki.- Que hermanos tan cariñosos.
-Esto sería carne fresca para la prensa si se llega a saber ¿No crees Kenshou?- este asintió.- Pero eso no es parte del plan, al menos ya sabemos que Seijuuro tiene algo importante en su vida y con mucha más razón para cuidar.- soltó una carcajada y lanzó la fotografía contra la mesa.
-Y bueno, esa es toda la información necesaria, ¡ah! y según los datos médicos de Kouki, resulta que es uno de los pocos casos de ser un doncel.- alzó una ceja algo confundido.- es capaz de tener sus propios hijos, puede quedar embarazado.- esta vez risas salieron de los labios del jefe.- esto será perfecto.
El castaño se levantó del escritorio y pasó a caminar por toda la estancia.- Todo va de acuerdo al plan, aún no atacaremos claro, esperaremos a que Kouki entre a la universidad.- Kenshou estaba por reclamar por esa cantidad de tiempo; pero este continuo.- Sé que es mucho tiempo; pero es él necesario, te lo aseguro.- tomó un poco del café en la cafetera.- Seitarou Akashi pronto será destronado de la peor manera.- Ambos rieron mucho más fuerte.- Veamos cuánto dura sin uno de sus hijos.- y con un marcador rojo hizo una pequeña marca sobre el rostro de Furihata Kouki.
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Los meses pasaron, para ser exactos cuatro meses, y con esto su última Inter high se fue con ellos. Para sorpresa de todos ganó Seirin a pesar de que Kuroko estuvo en la banca en los cuarto de final. Sus sempais habían estado desde las gradas animándolos con su típica frase: “Seirin fights”. Todos ellos, cuando terminó el campeonato, se preguntaron el porqué de la falta del peliceleste en los últimos partidos y como respuesta obtuvieron un abultado vientre de unos cinco meses de embarazo en Kuroko. A pesar de la sorpresa inicial, Kagami y Kuroko fueron felicitados por la llegada de su bebé; pero también ganándose un buen regaño por parte de Riko y más para el pelirrojo por no haberse cuidado desde el inicio.
El segundo lugar lo había obtenido Rakuzan, aun teniendo a su as, Akashi Seijuuro. El cual le declaró la guerra a su chihuahua en cuanto lo vio en la cancha. Al castaño ya no le afectaba tanto eso; pero aun así, se sintió nervioso cada vez que le tocó marcar al emperador, por no decir que este le hacía toques indebidos en cada oportunidad que tenía en pleno partido. Ganándose varios reclamos por parte del castaño cuando habían terminado de jugar. Y en tercer lugar quedó Too, teniendo a un Aomine inspirado y con la energía de jugar el doble por él y por Kise que, al estar con seis meses de embarazo, no pudo participar en casi todos los partidos y, a la vez, ganándose un reclamo enorme de su senpai y varios golpes en lugares que no lastimaran al bebé. El rubio había quedado adolorido de todas maneras, por no decir que su bebé también mostraba su presencia con varias patadas en su zona abdominal.
Esa tarde de verano en el mes de Julio se encontraban reunidos Takao, Himuro, Furihata, Kuroko y Kise para conversar un poco y a la vez, engreír a las dos futuras mamás.- Qué rápido pasó el tiempo, en unos meses más llegaran los bebes.- decía Takao emocionado.
-¿Saben que sexo será? –preguntó Kouki mientras comía de su hamburguesa.
-Kagami-kun y yo queremos sea sorpresa, él ha estado muy nervioso últimamente.- comentó el peliceleste, y eso era cierto ya que el pelirrojo lo había tenido al 100% vigilado desde que tuvo unas pequeñas contracciones en su cuarto mes, además por el hecho de que su panza estaba mucho más grande de lo que debía estar.
-Será niña.- contestó Kise sonriendo.- Yo no pude contenerme y quise saberlo de inmediato, Aominecchi está un poco preocupado; pero ya se le pasara de seguro.- continuo bebiendo de su refresco hasta que afuera del Maji vio una figura que reconocía a la perfección y que no creyó volver a ver.- Mierda.- vio la hora con disimuló y supo el porqué de su visita. A esa misma hora el castaño debía irse a trabajar a la librería de enfrente.- Etto… ¿Quieren ir al centro comercial? Vi unos mamelucos muy lindos.-rio nervioso.
-Me parece una buena idea, aún es algo temprano ¿Vamos?- dijo Kuroko con una pequeña sonrisa en el rostro. En ese momento Takao sintió un golpe en el abdomen y antes de quejarse vio la mirada de Kise.
-Cofcof bombóngris cofcof.- dijo mientras hacía un par de señas con su cabeza. El pelinegro vio a donde apuntaba y casi se cae de la silla al ver a Seika en la tienda de en frente.
Se levantó de un salto y se puso detrás de donde estaba Kouki.- Es una gran idea, vamos todos juntos y así ayudamos a Kuroko-chan y Kise-chan.- Kouki estaba por reclamar ya que en ese momento debía de ir a trabajar; pero una llamada los interrumpió.- ¿Quién es Furi-chan?
-Saito.- murmuró.- ¿Hola? ¿Qué sucede nii-san?- tuvo que alejar el auricular al escuchar el grito de su hermano.-¿Eh? ¿Cuidar de Kai?
-¡Kou-chan! ¡Necesitamos tu ayuda!- decía el pelinegro.- Kai y yo debemos hacer un viaje de negocios; pero no podemos llevar a Kai con nosotros, por favor.
-Pero ¿¡Cómo quieres que cuide de un niño?... sí, sé que tiene un año; pero…nii-san… no puedo…- suspiró.- está bien, voy a casa ahora, te espero ahí.- cortó la llamada y tomó rápidamente sus cosas.- Chicos sucedió una emergencia los veo luego.- sin esperar más salió disparado con rumbo a su hogar sin saber lo que pasaría en ese momento.
Fue Himuro quien escupió de su bebida.- Por los dulces de Atsushi.- exclamó.- El encuentro entre dos leones y lo tenemos en primera fila.- todos voltearon hacía el mostrador y se quedaron con la boca abierta al ver al pelirrojo frente a frente a Seika.- Uno tiene que ir y grabar todo.- en ese momento se lamentaron no tener sus pelucas o lentes junto a ellos.
Mientras tanto una charla un poco peculiar se llevaba a cabo.- Que sorpresa verte por aquí Seijuuro.- dijo Seika tan tranquilo como siempre.- Veo que tus ojos volvieron a ser como antes.- dijo al ver un ojo dorado en Akashi.
-¿Qué haces aquí Jason?- Akashi tan directo como siempre.- Tú nunca lees.
-Que no lo haga frente a ti es diferente; pero bueno… digamos que vine a buscar a un libro y porque no…adoptar un chihuahua.- sonrió con sorna al ver como los hombros de Akashi se tensaban.- Sé que me ganaste Seijuuro, tú te ganaste el corazón de Kouki; pero no creas que me rendiré…
-Debería hacerlo ¿No crees? Kouki es mío.-
-Él no es un objeto Seijuuro, la vida puede dar giros inesperados y cuando menos te des cuenta…- se acercó hasta el pelirrojo y lo miró a los ojos mostrando un brillo en sus ojos violetas.- tendré al pequeño entre mis brazos.- Akashi logró mantener la calma; pero no la suficiente como para no darle un golpe al peligris, el cual retrocedió unos pasos ante eso.- Buen golpe; pero creí que resistirías un poco más…
-No te metas conmigo Jason.- dijo recuperando la compostura.- aléjate de Kouki.-
-¡Cuidado! ¡El león atacó!- exclamó Takao nervioso viendo a través del mostrador y escondiéndose entre los asientos.- Denme más palomitas, esto se está poniendo bueno.
-¡Cállate Takao!- exclamaron todos, tenían que ser precavidos en ese momento; por no decir que la emoción también los carcomía.-
-Recuerda mis palabras Seijuuro, la vida da giros inesperados, veamos cuanto tiempo sigues haciendo feliz a Kouki-kun.- con una sonrisa en el rostro y un ojo morado, Jason se dio media vuelta y se retiró complacido de haber logrado su cometido. Akashi ignoró las palabras del peligris y se dispuso a ir al hogar del castaño.
-Yo nunca permitiría que Kouki fuera infeliz, no lo haría.- se dijo así mismo sin saber que talvez rompería aquella promesa.