-Queríamos pasar y ver a la estrenada madre.- dijo el pelinegro ingresando a aquel cuarto de hospital.- ¿Cómo te encuentras Kuroko-chan?
El peliceleste miró sorprendido a la puerta al ver a sus compañeros; no esperaba recibir visitas tan pronto.-Mucho mejor, gracias Takao-kun.- sonrió tranquilo mientras se sentaba sobre la cama con ayuda de Kagami; que había despertado una hora antes y seguía tratando de asimilar la noticia anterior, poniendo de respaldarte la almohada detrás de la espalda de Kuroko.- En un rato más me traen a los bebés…
-¿¡Bebés!?- exclamó Kise.- ¿¡Eran dos!?- Kuroko asintió.- Vaya, esto sí que es una sorpresa Kurokocchi.
-Mura-chan, Himuro-chan, Furi-chan y Momoi-chan están afuera, no nos permitieron entrar todos a la vez.- dijo Takao.- Oh, cierto, Shin-chan dale el regalo que trajiste para los pequeños.-
-Cállate Takao.- contestó el peliverde mientras del bolso, que traía consigo, sacaba una pequeña ranita de peluche y se la entregaba al pelirrojo desviando la mirada.- Es el objeto de la suerte para capricornio, lamento solo traer uno; pero no creí que tendrías dos nanodayo.
Kamagi asintió un tanto confundido; pero de todos modos agradeció el presente hecho por el as de shutoku, en ese preciso instante la enferma pasó mientras en sus brazos llevaba cargado a ambos pequeños envueltos en las mismas mantas color violeta de antes.- Llegaron los pequeños.- mencionó. A Kagami le entregó el niño; y a Kuroko, la niña.- Vendré más tarde por si necesitas algo Kuroko-kun.- el peliceleste sonrió y la enfermera se retiró.
-Oww que linda.- dijo Kise acercándose hasta Kuroko para ver a la pequeña pelirroja.- ¿Cómo se llaman?
-Ella es Shiori y él es Yudai.- Kuroko señalo al menor que trataba de levantar sus bracitos para alcanzar a su padre.- Una nueva luz y sombra…
-¡Felicidades, Tetsu!- dijo el moreno que se había quedado callado hasta ese momento.- esperó que tus hijos no salgan con el mismo cerebro que Bakagami.
El pelirrojo volteó molesto a encarar al peliazul mientras que Takao cargaba al pequeño peliceleste.- Y yo esperó que la hija de Kise no salga igual que tú, Ahomine.- ambas miradas que chocaban en ese momento eran potentes, como si el par de padres hubiera entrado en la zona tan solo por esa discusión. Kuroko suspiró y le lanzó una almohada a Kagami.- ¡Tetsuya! ¿¡Por qué fue eso!?
-Dejen de pelear al menos por hoy nanodayo.- contestó Midorima.- Kuroko debe descansar y no tiene por qué estresarse por ustedes.- se acercó hasta Takao para ver a Yudai y se sorprendió bastante del increíble parecido que había heredado de Kuroko.- Pero tú tienes más presencia que tu padre.- murmuró mientras se acomodaba el puente de sus lentes.
Takao asintió.- Yudai-chan tiene el aura de Kaga-chan mientras que Shiori, bueno, por el cabello creo que si la verán mucho.- rio; pero en eso su ojo de halcón se percató de algo importante.- Ki-Kise-chan… tus piernas… ¡Están mojadas!
Kise miró hacia abajo y pudo percatarse del charco que había debajo suyo y la humedad entre sus extremidades inferiores, justo en ese momento sintió una punzada en su parte abdominal.- Ahh…c-creo que ya nacerá…- todos se quedaron impactantes ante aquello.- ¡Hagan algo, por favor!
-Mierda, a la hora que se te ocurre romper fuentes Kise.- exclamó Midorima sorprendiendo a todos por tan repentina reacción.- Takao llama a los doctores, Kagami ayuda a Kise a recostarse en la camilla de al lado y por favor, Ahomine quita esa cara de póker que ese es el trabajo de Kuroko.- Todos hicieron caso a lo que el peliverde había dicho. Takao dejó al pequeño con Kuroko y salió apresurado del hospital ignorando las preguntas de sus compañeros, Kagami se apresuró en tomar de un brazo al rubio mientras lo llevaba hasta la camilla; sin embargo, este no podía moverse muy bien por el dolor de las punzadas que recibía. Mientras, Aomine seguía sin despertar de la sorpresa.- ¡Aomine!
-¿Qué sucede?- la doctora llegó corriendo con un pelinegro jadeando a su espalda.-Primero, querido…- llamó a Takao.- ayúdalo a cambiarse y ponerle la bata para que se sienta más cómodo mientras va dilatando, tú…- señalo a Midorima.- A menos que sepas que instrumento se utiliza, llama a una de las enfermeras.- este asintió y salió apresurado en lo que Takao terminaba de cambiar a Kise y recostarlo en la camilla.- Vamos querido, abre las piernas.
-Aominecchi… duele, duele mucho.- recién en ese momento Aomine reaccionó y se acercó hasta el rubio mientras le acariciaba los cabellos y tomaba su mano en muestra de apoyo.- no puedo…
El peliazul le dio un beso en su frente para que se relajara.- vamos Kise, tu puedes, hazlo por nuestra pequeña, estoy aquí contigo.- Kise sonrió levemente; pero una mueca de dolor se coló entre sus facciones al sentir otra punzada en su vientre.
-¡Resiste! Has dilatado más rápido de lo que pensé y ni siquiera llega la enfermera.- exclamó la doctora.- A la cuenta de tres, Kise-kun, tendras que pujar y si quieres grita; pero ya debemos comenzar.- suspiró.- Uno, dos… tres ¡Ahora!
-¡Ahhh! ¡Negro de mierda! ¡La próxima vez no dejare que me embaraces señor solo puedo vencerme yo mismo!- Kuroko y Kagami se encargaron de taparle los oídos a los bebés al escuchar aquellos gritos por parte de Kise, mientras que este iba destrozando la mano del moreno.- ¡Si quieres un hijo tú lo vas a parir!- antes de que Aomine pudiera decir algo o quejarse de la falta de sangre en su muñeca, un llanto inundó la habitación al tiempo que una enfermera de cabellos castaños entraba con una manta.- ¿Y-Ya nació?
-Anota… Disculpen ¿Cuál es el nombre de la pequeña?-
-Mei, Aomine Mei.- contestó Kise jadeante con una pequeña sonrisa en el rostro.
-Nació el once de enero a las ocho y treinta y dos.- dijo la enfermera terminando de anotar todo en la cartilla correspondientes. La doctora termino de limpiar a la recién nacida mientras la envolvía en una cobija color rosada con conejitos.- Saluda a tus padres, pequeña.- La niña abrió débilmente los ojos mostrando dos orbes color azul, en su cabeza había una pelusa amarilla y su tez era media morena; pero más clara que la de su padre.
-Es… perfecta…- dijo Aomine mientras recibía en sus brazos a su hija, cargándola como si estuviera hecha de un delicado cristal- Hola Mei, yo soy tu papá y esta de aquí es tu mamá Kise.- la pequeña solo hizo una mueca moviendo sus labios y tratando de acostumbrarse a ese ambiente. Aomine sonrió y la dejo en brazos del rubio.- es hermosa, gracias Kise.- le dio un beso en la mejilla.
-Hola Meicchi, eres tan hermosa como dice tu padre.- dijo el as de Kaijo.- imagínate como se pondrá y tienes la misma fama que tu madre en el mundo del modelaje.- rio un poco al ver que la pequeña solo se alborotaba un poco entre sus brazos.- ¿Quieres dormir pequeña?
Aomine frunció el entrecejo al escuchar aquello.- no dejare que ningún mocoso se le acerque a mi hija, no en mi guardia.- ni Kagami, ni Kuroko pudieron evitar reír al escuchar al moreno decir eso, teniendo la niña apenas diez minutos de nacida; la enfermera se acercó hasta Kise para informarle que debía llevársela a las incubadoras; este, un poco triste, le entregó a la bebé y la castaña le prometió que pronto la traería de vuelta para gusto del rubio.
-Tu hija es muy linda Kise-kun.- dijo Kuroko mientras arropaba a Yudai.- felicidades.
-Gracias Kurokocchi.- contestó Kise.- será una copia perfecta.- con eso, una amena risa inundó la estancia.
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Tres meses pasaron desde los nacimientos de ambos milagros. La madre y abuela de Kuroko recibieron con alegría a los nuevos integrantes de la familia y, después de los reproches dados por ambas, empezaron a engreír a los pequeños como si fueran sus propios hijos. Mientras que en la casa de Kise, sus hermanas habían gritado de la emoción al ver a la pequeña entrar por el pórtico de su hogar, la madre del rubio felicito a su hijo y, del mismo modo, lo reprochó por todo lo que le vendría desde ese momento, sin embargo, Kise prometió con una sonrisa dar lo mejor de sí, teniendo como apoyo a su pareja.
La primavera daba su entrada despidiendo al invierno, y con él, el último año de todos los jugadores que hasta ese momento eran leyenda en el mundo del básquet. La Winter Cup pasó rápidamente, ganó Rakuzan con su capitán dando su máximo potencial y en segundo lugar quedó Too; teniendo a Aomine con el apoyo de su pareja y su hija, que fue bien recibida por las cámaras en cuanto se supo la noticia. Para muchos fanáticos aquello era una abominación; pero para otros, una gran alegría que iluminaría a ambos ases. Todo el equipo de Kise había estado engriendo a la pequeña rubia desde que fue presentada ante ellos, recibiendo, del mismo modo, las felicitaciones. En Too fue lo mismo, Momoi no dejaba de abrazar a su “sobrina” mientras que los demás felicitaban a Aomine y a Kise por tal sorpresa.
En tercer lugar quedó Seirin ganándole por una canasta a Shutoku. Kagami había vuelto a entrar en la zona de la zona con todos los ánimos de sus compañeros, pareja e hijos; que siendo cuidados por Alex, lo alentaban desde el estrado principal. A pesar del reciente embarazo, Kuroko participó en ese último encuentro que los marcaría de por vida a todos ellos. Cuando ya había terminado el campeonato de invierno, se graduaron con buenos resultados; a excepción de Kagami, Kuroko, Kise y Aomine que tuvieron mucho que reforzar por los incidentes pasados.
La hora de buscar universidad comenzó. Kuroko y Kagami tuvieron complicaciones por el hecho de tener que cuidar a sus hijos; pero gracias a la madre de Kuroko y, sorpresivamente, de Naomi al enterarse del nacimiento, pudieron terminar los exámenes e ingresar a la universidad. Kagami se especializó en leyes y de pasó, iba de voluntariado a la estación de bomberos al ver que necesitaban ayuda, Kuroko se dedicó a estudiar sobre la educación infantil; ambos en la universidad de Tokyo; pero con diferentes horarios. Cabe decir que el tiempo para verse era limitado; mas aprovechaban cada segundo para estar juntos y con sus hijos aprendiendo poco a poco de la paternidad.
Aomine logró ingresar a la universidad de policías central y Kise decidió guiarse por la carrera de cinematografía al ser bueno con las cámaras y videos. Con el apoyo de los padres de ambos pudieron organizarse para estudiar, conseguir un trabajo de medio tiempo y, de igual forma, pasar tiempo con su princesa que poco a poco iba mostrando las características de su rubio padre. Por otro lado, Midorima ingresó a la universidad eligiendo la carrera de Medicina; pero con la especialización en cardiología y, gracias a sus calificaciones y su fama en el mundo del basquet, consiguió una beca deportiva completa que lo ayudo bastante con los gastos, aprovechando a sí, mudarse a un departamento cerca de la universidad junto con Takao. El pelinegro había elegido la carrera de biología en la misma universidad que el peliverde, ganándose media beca y con un trabajo de medio tiempo en una cafetería cercana, lastimosamente, el tiempo para ambos también era muy limitado.
En Akita, Murasakibara y Himuro ingresaron a la universidad directamente con una beca deportiva al 100 %, ambos habían escogido la carrera de repostería; para gusto del pelimorado, que para sorpresa de todos, era muy bueno en la elaboración y decoración de tartas y demás postres. Con el dinero ahorrado en el ingresó y los ahorros que llevaban teniendo, alquilaron un departamento cerca de la universidad e iban compartiendo los gastos del modo que les alcanzara hasta el medio ciclo de sus estudios. Teniendo, también, un trabajo mediado para ahorrar y solventar dichos gastos.
Kouki consiguió entrar en la universidad de Tokyo gracias a su buen rendimiento en sus exámenes, al final decidió por la carrera de literatura al tener esa afición por los libros y mangas que tanto adoraba leer, se sentía feliz hasta el momento de esos meses que llevaba estudiando; lastimosamente, su tiempo para encontrarse con el pelirrojo se había acortado mucho. Este último había recibido muchas invitaciones a distintas universidades; pero aún no podía elegir la mejor para sus estudios y, a la vez, estar cerca de su chihuahua. Su padre le había recomendado que probara estudiar el primer año de su carrera en américa; pero eso solo significaba una cosa, y no se encontraba dispuesto para hacer eso. Tenía esa duda carcomiéndolo por dentro desde que finalizó el instituto; pero hasta el momento no encontraba una respuesta exacta, aun siendo el absoluto.
-Seijuuro-kun creo que deberías intentarlo.- comentó Naomi una tarde de marzo.- Puedes probar en la universidad de Cambridge, sería lo mejor para ti.
-Naomi-san, ya hemos hablado sobre esto y no pienso-
-Es por Kouki ¿Cierto?- le cortó la pelinegra.- Si él se enterara de esto te diría lo mismo, se sentiría culpable al saber que desaprovecharías una oportunidad como esta.- suspiró.- Piénsalo bien, Seijuuro-kun, o por lo menos, inténtalo; pero la decisión que tomes, sabes que la apoyaremos.- le dio un beso en la mejilla al pelirrojo y lo dejó solo para que pudiera pensar sobre todo eso. Akashi dudó por unos instantes en contarle sobre su decisión a Kouki; cosa que no había hecho hasta el momento; pero tuvo una idea que creyó, sería la mejor para sus dudar y, aunque costara un poco, debería de hacerla.
-Esto va a ser difícil.
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El tiempo siguió pasando y con eso otros dos meses desaparecieron al tiempo que la primavera se despedía lentamente entre todos. Para sorpresa de la generación de los milagros, habían sido invitados aun torneo especial hecho por las universidades con conexiones con otros países. Al principio no aceptaron la idea por todo lo que debían hacer; pero al final terminaron aceptando para que, esta vez, jugaran todos en el mismo equipo. Esa noche de junio, en una habitación se podía encontrar a un castaño abrazado a cierto pelirrojo después de aquella sesión de sexo que tuvieron tras un mes sin poder tocarse.
-Kouki, tenemos que hablar.- dijo Akashi.
-Que no sea nada vergonzoso por favor.- contestó el castaño, si era después del sexo, no significaba nada bueno.- ¿Qué sucede?
El pelirrojo suspiró, tenía que ser firme y explicar todo con calma.- Estos mese he recibido propuestas a varias universidades y hasta ahora no me había decidido por una.- comenzó.- Pero, por varias fuentes que tengo e información que conseguí, decidí que estudiaría, al menos el primer ciclo, en la universidad de Cambridge en América-
-¿¡Qué!?- sin querer el castaño se sobresaltó por esa noticia tan repentina dada por el emperador.- ¿Primer ciclo? ¿En américa? P-Pero…- Kouki se quedó pensativo unos segundos al notar la reacción que había tenido, había sido muy infantil de su parte. Era una oportunidad tan sorprendente que su novio merecía tenerla, él no iba a dejar que sus sentimientos se interpusieran en la decisión que tomara; pero, a pesar de esos pensamientos, sentía un nudo en la garganta al pensar en la lejanía entre ambos.- ¿Cúanto tiempo?
-Por lo menos seis meses, según he leído eso dura el primer ciclo de mis estudios.- comentó.
-¿Es necesario? Te perderás el tornero y… no vendrás hasta después de las fiestas…- pensó Kouki mirando los orbes rojos tratando de que sus pensamientos no fueran descifrados.- Creo que sería lo mejor.- dijo.- es una gran oportunidad y-y además, s-son solo seis me…ses…- lejos… muy lejos…Vamos Kouki, debes ser fuerte, debes serlo por Akashi.- sonrió con dificultad, aun así dejando con cierta incertidumbre al pelirrojo.
-Lo lamento Kouki.- besó la frente del castaño.- pero debo hacer este viaje; prometo que volveré pronto.- y a pesar de aquella promesa, Kouki siguió intranquilo toda esa noche por la noticia dada por su pareja. No debía de ser egoísta y mucho menos en ese momento, solo le quedaba aceptar y esperar a que el tiempo pasara lo más rápido posible.-En una semana estaré viajando.- cerró los ojos con fuerza, no quería sentirse impotente; pero le era inevitable, solamente, fingió quedarse dormido para no tener que continuar hablando del tema.
Dos días después de aquello, Kouki se había encontrado con Takao por coincidencia en la cafetería de la universidad y le había contado todo lo sucedido.- vaya, no creí que el enano rojo se fuera a ir.- comentó.- Shin-chan me dijo que Akashi ya había pensado en eso.
-Lo comprendo de cierta forma; pero…- suspiró.- No quiero que se aleje de mi lado Takao, son seis meses… ¡Seis meses! ¿Cómo quieres que soporte eso?- el castaño se recostó en la mesa del cafetín mientras que Takao lo observaba con cierta compasión, realmente, tampoco soportaría eso si le dijeran que su Shin-chan se iría seis meses o más tiempo que eso.
-No sabríamos lo que podría pasar ahora; pero estás haciendo lo correcto ¿Sabes? Yo en tu caso no podría.- dijo.- pero es por algo bueno, Furi-chan, veras que el tiempo pasara rápido y con las llamadas y videollamadas creo que se les hará un poco más fácil.- Kouki se quedó pensando un rato, en el fondo sabía que era lo correcto; pero no le gustaba tanto la idea. Sin embargo, era verdad, era lo correcto y debía aceptarlo aunque le costara.
La semana pasó y con eso la despedida del emperador. Seitarou y Naomi fueron los primeros en despedirse del pelirrojo, Seitarou le dijo que por los gastos no se preocupara que el mismo campus otorgaría todo eso y que con la beca no se le haría problema. A Yumi le costó despedirse un poco más de su hermano mayor, la pequeña ya había cumplido nueve años y le dolía alejarse de Seijuuro. Este le prometió traerle muchos regalos cuando volviera. Se despidió de todos sus compañeros la noche anterior; por lo que ahora solo le quedaba cierta persona. Kouki se abrazó a Akashi sin querer soltarlo, este comprendió sus emociones y correspondió de la misma forma. Naomi veía con un poco de pena el hecho de que la pareja tuviera que separarse por todo ese tiempo.- Pasajeros del vuelo 135 con destino a Estados Unidos acercarse a la plataforma número 5, pasajeros del vuelo 135 con destino a Estados Unidos acercarse a la plataforma número 5.- La voz del aeropuerto interrumpió el momento y con cierta tristeza se separaron.
-Te esperare.- dijo Kouki con un notorio sonrojo, Akashi le dio un suave beso en los labios mientras lo volvía a apegar contra sí, ninguno quería separarse; pero necesitaban aire y, además, su familia estaba justo en frente.- Te amo.
-Y yo a ti Kouki, prometo llamar en cuanto llegue.- el castaño asintió y dejo que el emperador pasara hacía la puerta de embarque.- adiós, recuerda cuidar de ese minino.- Kouki rio al ver la expresión del pelirrojo al mencionar a Taki, sin decir nada más, Akashi desapareció tras la puerta número 5. Dejando a un castaño con las ansías contándolas segundo por segundo.
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-Kouki-kun que bueno verte.- escuchó esa voz tras su espalda y sonrió al ver quien era.- Ha pasado un tiempo.
-Seika-kun, vaya sorpresa.- dijo, después de aclarar las cosas y los sentimientos que sentían entre el uno y el otro, lograron entablar una buena amistad.- ¿Qué lo trae por aquí?
-Un asunto de negocios.- contestó Jason, en realidad venía a verlo a él; pero su mentira era un 60% cierto y eso era bueno.- Pero cuéntame ¿Cómo estás? Me enteré de que Seijuuro-kun viajó hace un mes ¿Eso es cierto?- Bingo.- pensó eso último al ver el rostro nostálgico del castaño con tan solo mencionar al pelirrojo, las noticias que había recibido eran verdad.- Disculpa no quería incomodarte.
Kouki negó.- no fue su culpa.-
-¿Te apetece un café? Podríamos hablar sobre eso.- el castaño lo pensó un poco y decidió aceptar, después de todo las cosas entre ambos ya se habían aclarado. Entraron al café sin saber que eran observados.
-¿Furi con el bombón de la otra vez?- exclamó Takao.- ¡No aceptare este engaño hasta que se demuestre lo contrario! He dicho.- dijo al ver esa escena un tanto comprometedora; pero conocía a su amigo y sabía lo suficientemente como para creerle; lo que ninguno de ellos estaba enterado era de cierta figura que a lo lejos fotografiaba aquel encuentro.
-Esto servirá para el jefe, todo esto servirá.- dijo en voz baja mientras continuaba con su trabajo.
Pero en Kyoto la situación era otra, Seitarou ya había podido descubrir una parte de la red que iba en su contra y planeaba matarlo, los mismos que provocaron el atentado en Francia tiempo atrás; ahora bien, resultaba que todo eso iban tras las mismas personas; y todo ellos, eran sus hijos. El pelirrojo llamó a la pelinegra de inmediato.- ¿¡Qué sucede Seitarou!?- exclamó al verlo tan serio.
-Naomi necesito que vigilen a Kouki, llama a Saito y Kotei, es necesario que vuelvan a Tokyo para una vigilancia exhaustiva.- Esta se sorprendió por eso; pero era mejor confiar en las palabras de su esposo.- No permitiré que ninguno de ellos salga lastimado, no lo hare.- lástima que todo eso sería incumplido pronto.