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Encuentros Casuales por Kazumi Andy

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Notas del capitulo:

Hola, hola gentita lectora owo/ ¿Cómo han estado? n3n Sé que esto es raro, el que este actualizando temprano es como la llegada del cometa Halley :v okno xD Más tarde tengo asuntos pendientes y si no los subía ahora, entonces se quedaban sin cap hasta la próxima semana, en serio .-. y yo no quería eso uwu 

 

 ♥♥♥♥Saludos y abrazos especiales ♥♥♥♥

 

Tsuki no Megami, ale801, Alevass M. , madroj, DarkSweetLady, Patata Noemi, tatychan29, misaki nogi y Usami Tenshi 

 

Sus reviews como siempre son muy lindos mis amores >u< los hamo y de eso nunca se olviden ♥♥ Por cierto, en este capítulo no me hago responsable de las lágrimas, saben de por si que soy una loca amante del drama :v y que sus feels son mi fuente de juventud (?)

 

Sin más distracciones... ¡A leer! 

 

-¿Todo listo Kenshou? No podemos seguir esperando.- el susodicho dio media vuelta y asintió. Este quedó complacido por la eficacia con la que iba saliendo todo el plan.- Perfecto.

 

-La próxima semana debemos hacerle una pequeña visita a Furihata Kouki, oh debería decir Akashi Kouki.- ambos rieron, si todo lo que habían hecho hasta ese momento salía según lo planeado. No habría nadie quien pudiera detenerles o eso pensaba el jefe; sin darse cuenta de que cierta persona escucho todo eso detrás de la puerta de aquella oficina.

 

///////////////////////////////////////////

 

Yumi Akashi era una niña que había adoptado el sentido de la persuasión y observación gracias a las enseñanzas de su hermano y de su madre, podía ser tan tranquila como aventurera dependiendo de la situación en la que se encontrase. A sus 11 años era más de los que su madre esperaba; por eso, Naomi, al ver sentada a su hija a los pies de la escalera en el salón de la mansión, se preocupó por el semblante turbio y desconcertado de la castaña.

 

Pocas veces eran las que había visto ese rostro tan serio y circunspecto en la menor. La primera fue cuando Yumi dio por terminada la “relación” que había tenido hace ya tres años, al notar las verdaderas intenciones del niño, que en la noche de su fiesta, se le había declarado.  Jamás le dijo las causas de esa ruptura, simplemente un “No estaba preparada” salió de los labios de la castaña aquel día de otoño. La segunda vez fue en el viaje de Saito y Kotei a Francia, su hija le había advertido semanas posteriores al viaje sobre los riesgos que este conllevaba; pero había ignorado cualquier suposición al creer que solo eran ideas fantasiosas de Yumi. Cuanto se arrepintió al oír sobre el atentado.

 

Ahora bien, nuevamente su hija tenía esa mirada intranquila, unos nervios que por dentro la iban consumiendo y un aura que ya ni si quiera recordaba haber visto.- ¿Sucede algo?- se atrevió a interrumpir los pensamientos de la castaña, esta levanto la vista encontrándose con el ceño preocupado de su madre. ¿Sería bueno decirle sobre todo lo que iba sintiendo?

 

-No es nada.- respondió desviando la mirada. Grave error; con eso Naomi comprobó que su hija le mentía.

 

-Sabes que puedes tener confianza conmigo Yumi, no sé qué es lo que te tiene tan preocupada; pero sería bueno que me lo contaras ¿No lo crees?-

 

Se mordió el labio inferior sin saber que contestar, debía de confiar ¿No es así? Después de todo era su madre.- Yo… - antes de poder continuar tocaron la puerta y una de las amas de llave la abrió interrumpiendo la conversación entre ambas mujeres.- nii-san…

 

-Madre, Yumi ¿Cómo han estado?- el castaño ingresó con una sonrisa y agradeciendo a la señora que le había abierto.- Vine a quedarme por el fin de semana y… ¿Ha pasado algo?- Kouki se extrañó de ver las miradas entre su progenitora y su hermana, si bien había llegado de improvisto; pero no era para que ambas pusieran un rostro como ese.

 

-No nada, disculpa nii-san es bueno volver a verte.- Yumi tomó el estuche que estaba a su lado y se levantó de la escalera. Kouki se sorprendió de ver a su hermanita, que ya no lo era tanto, había cambiado, mucho, para creer que fuera la misma persona.- Llegó tarde a mi clase de guitarra, te veré más tarde.- le dio un beso en la mejilla al castaño y se retiró frente a la mirada sorprendida del castaño.

 

Su madre se acercó mientras le ayudaba con la pequeña mochila que traía.- debes disculparla, creo que las clases le han afectado un poco.- Entonces recordó que su hermana estaba pronto a ingresar a la secundaria y, si no mal recordaba, la castaña quería la escuela donde Akashi había estudiado, Teiko.- Furi me alegró que vinieras; pero ahora tengo una reunión importante, ¿Te importa si te dejo solo por un rato?- Kouki negó, sabía de sobra que su madre debía estar muy ocupada siendo la esposa de uno de las magnates más poderosos de todo Japón.- Seijuuro-kun está arriba en el estudio, tu habitación es la misma de siempre.- Naomi arregló su saco y se dirigió a la salida.- No hagan locuras cariño.- el castaño rio, las palabras de su madre ya no lo avergonzaban tanto.

 

Mientras que Kouki iba llevando su mochila y una pequeña maleta donde un gato venía durmiendo, después de todo no iba a dejar solo al pequeño en su casa. En el estudio, Akashi Seijuuro trataba de ordenar sus pensamientos y asimilar lo que acababa de recibir entre sus manos. Demonios, la duda se lo estaba carcomiendo vivo. Además…

 

Deberías de cuidar un poco más tus cosas Seijuuro-kun, te dije que si no prestabas atención podía llegar a robarte”.

 

Esa maldita nota con la que venían esas fotos; al parecer tomadas en el tiempo que estuvo de viaje e incluso antes de eso; pero ¿por qué sentía esa intranquilidad en su interior? Kouki y él estaban perfectamente bien, hasta ese momento. No podía creerlo, simplemente, trataba de ignorar lo que acababa de ver; aunque, aquellas fotografías daban a entender el comportamiento de su chihuahua en los últimos días que estuvieron hablando después de su regreso, lo sentía más distante y un poco ansioso. Sin embargo, la causa de esa ansiedad en Kouki era otra y ese era el motivo por el cual había llegado de visita. Volviendo con el emperador, este estaba al borde del colapso, tiro todo lo que estaba en su escritorio dejando tan solo el sobre amarillo y las ocho fotos sobre esta.

 

¿Por qué sus pensamientos jugaban en su contra? ¿Por qué sentía que todo eso era real? Debía de confiar en el castaño ¿No es así? Debía de hacerlo aunque todo eso pareciera una vil mentira en la cual estuvo involucrado y el responsable haya sido, desde un principio, Kouki.- Caí en su juego… engañaron al emperador ¿Todo esto era lo que querían? – su mente ya se iba alejando de la realidad y los celos, sentimientos traicioneros, se fueron apoderando de su cuerpo. Le dolía el pecho; pero no iba a caer, no iba a dejar que nadie lo viera derrotado. Él era absoluto y nadie pasaba sobre el emperador.

 

-Seijuuro.- Kouki tocó la puerta del estudio y al no escuchar respuesta se preocupó.- ¿Todo bien?- al abrirla se sorprendió de ver el escritorio del pelirrojo desordenado y con varios papeles en el suelo. Algo extraño estaba pasando.- Sei…

 

-Adelante Kouki.- en vez de hacer eso, el castaño dio un paso atrás. ¿Por qué su novio tenía el ojo izquierdo color dorado? ¿Qué estaba pasando? – Verás, justo ahora estaba pensando en ti.- Kouki sintió su garganta seca, trataba de hablar; pero no podía.- Recibí una hoy muy interesante, con un contenido algo peculiar que quisiera me expliques.- Seijuuro le entregó las fotografías, y Kouki, perplejo, no supo que contestar frente a eso. Todas y cada una de ellas eran de momentos donde estaba él junto con Seika; no había nada raro, según Kouki, simplemente eran salidas casuales o coincidencias donde ambos se habían encontrado; pero la última era un poco más comprometedora. Era un beso, o eso creería cualquiera que no había estado presente en ese momento.

 

Kouki recordaba que esa tarde se había sentido enfermo, al parecer la gripe quería invadir su cuerpo; pero el actuaba como si nada le sucediera para no preocupar a sus amigos o familiares. Había salido a comprar el alimento para Taki, nevaba, ese fue su error de ese día. En el centro de mascotas la temperatura le había aumentado y, antes de desmayarse en plena vía pública, el peligris lo había alcanzado y sostenido antes de dar contra el frío pavimento. Si bien no llegaron a algo más que eso, sus rostros en ese momento estaban cerca y cualquiera confundiría la escena con un toque más romántico. Kouki no sabía que las personas que lo iban siguiendo eran unos expertos en el uso del Photoshop. De ahí que la foto que tenía en sus manos parecía que en verdad estuviera engañando a Seijuuro en lo que este estaba por América. Trago fuertemente, debía de dar explicaciones antes de que el pelirrojo pensara lo peor, lástima que ya era tarde.

 

-¡Esto no es cierto! Y borra cualquier idea que este en tu mente.- Arrogó las fotos a un lado, no tenía por qué seguir viendo eso.- ¡No debes creer lo que acabas de ver!- sentía una opresión en el pecho.- Seijuuro…

 

-Solo los que están a mi altura pueden hablarme así Kouki y tú, no lo estas.- Akashi tomó de un brazo al castaño haciendo más fuerte el agarre.- ¿¡Qué le está pasando!?- pensó preocupado al ver su fría mirada.- ¿Siempre fui un juego? Todo este tiempo al parecer tú y ese bastardo trataron de engañarme ¿No es así?- Kouki negaba, su voz no salía con claridad, además su cabeza la había empezado a palpitar incansablemente. –Ahora comprendo tus verdaderos sentimientos, debí esperarme algo como esto de personas como tú, seguro Naomi-san uso los mismos trucos con mi pa-

 

Sus palabas fueron calladas por un sonido sordo a causa del golpe dado por Kouki.- Estas enojado, lo entiendo; pero no te atrevas a hablar así de mi madre.- No iba a tolerar esos insultos solo por los celos del pelirrojo.- No tienes razones para estar de este modo sin antes oírme.-

 

-No tengo nada que escuchar Kouki.- por esa vez iba a perdonar el atrevimiento del castaño.- Parece que ya dejaste en claro todo lo que sentías desde un principio y no te preocupes, me asegurare de no interferir más en su “relación”- hizo énfasis en la última palabra.- ¡Desaparece!- volvió a tomar del brazo al castaño y lo sacó del estupio a tropezones. Cerrando la puerta en su cara.

 

-¡Abre la puerta! ¡Seijuuro, abre la puerta!- las personas que estaban en la casa se sorprendieron de la actitud de ambos, sabían a la perfección que la relación entre el joven amo y Kouki era un poco más especial; entonces ¿Por qué estaban armando tal escándalo? Ninguno decidió intervenir, seguro eran problemas de momento.- ¡Bien! ¡Es tu problema si no quieres escucharme!- Kouki tenía orgullo y si el emperador era capaz de desconfiar de tal modo, prefería dejarlo pensar hasta que los humos se le bajasen. Pero sus sentimientos eran fuertes y por dentro llevaba una frustración e impotencia total al no poder decir o explicar la situación.

 

-¡Kouki-chan! ¿Qué está pasando?- una de las amas de llave que tenía una amistad con el castaño se preocupó de verlo en ese estado; pero este bajo corriendo las escaleras ignorando cualquier mirada curiosa que asomara por ahí, no necesitaba ser interrogado o cuestionado por su comportamiento, salió de la casa sin decir nada. Necesitaba relajarse  o al menos despejarse un poco por los problemas recientes. Su cabeza le había empezado a dar vueltas y en su situación actual era mejor no crear tantas preocupaciones; pero le era inevitable. Se detuvo junto a un árbol de un parque, había corrido un par de minutos antes de percatarse que estaba en Kyoto y no en Tokio y, si bien no era la primera vez que iba, se había alejado más de lo que esperaba.

 

- Mierda, con este dolor ni si quiera puedo pensar.- su cuerpo pedía descanso, la universidad, su trabajo de medio tiempo, la noticia que había recibido una semana atrás.- ¿Por qué tenía que decir eso?... tal vez debí explicarle y no irme corriendo…- sus pensamientos se iban apagando, necesitaba dormir. Sonrió, los efectos del mareo iban llegando.-Tonto Akashi…- balbuceaba cosas y sin percatarse su mirada se apagó y su mente se fue tras ella, quedando desmayado a los pies de un tobogán. La persona que lo iba siguiendo se acercó lentamente, midió su temperatura, para su suerte no tenía fiebre.  

 

Sacó su teléfono y esperó a que contestaran del otro lado.- Kenshou cancela el viaje a Tokyo, me he encontrado con un perrito sin hogar.- Kenshou captó rápidamente la indirecta y sonrió, el novato que habían contratado había hecho muy bien su trabajo.- ¿En el aeropuerto? Bien, 10 minutos, debemos actuar rápido.- cortó la llamada y cargó al castaño cual saco de verduras se tratase. No había muchas personas en ese lugar y llevarlo hasta su auto fue más fácil de lo que esperaba.

 

-Sei…juuro…- dijo Kouki entre sueños, su atacante sonrió.

 

-Sería mejor que te olvidaras de el por un tiempo, creo que él hará lo mismo contigo.- cerró la cajuela del auto y subió en la parte delantera, debía llegar hasta su destino.- Bienvenido a tu nuevo hogar, espero disfrutes el sufrimiento.- sonrió para sí mismo. El juego comenzaba.

 

Horas después de eso, nadie sabía sobre el paradero del castaño. Akashi tampoco estaba. Cuando Naomi regresó de la reunión importante que había tenido, había pensado que ambos habían salido, el estudio estaba en perfecto orden cuando llegó y en el cuarto de su hijo seguían su mochila y aquel minino que había conocido meses antes; pero otra vez la preocupación le invadió al ver que el gato no dejaba de maullar con dirección hacia la salida, de la misma manera, su hija había llegado con otro rostro, con un semblante más frío y preguntando por sus dos hermanos. Naomi no entendía la reacción de esos dos. Fue ahí que se dirigió hasta el cuarto del pelirrojo y solo encontró una nota sobre el escritorio.

 

Naomi-san tuve que volver a América antes, tengo que terminar una tesis importante y ya no tuve el tiempo de despedirme. Usé el avión privado de la familia, explíquele a mi padre. No pienso volver hasta terminar mis estudios.

Una carta les será enviada en cuanto haya llegado al campus, mucha suerte a todos. Akashi Seijuuro.

 

Esta vez la pelinegra sintió un vació en su interior, aún faltaban tres días para que Akashi volviera ¿Por qué lo hacía tan de repente? Necesitaba respuestas; pero principalmente, si el pelirrojo había regresado a américa… entonces ¿Dónde estaba Kouki?

 

/////////////////////////////////////////

 

En tokyo las cosas eran distintas, para Kise, Kuroko, Takao y Himuro; Kouki estaba en Kyoto disfrutando el tiempo con su familia mientras que ellos se encargaban de sus tareas diarias; pero para la familia de Kouki, el castaño había desaparecido una semana y no tenían ningún rastro o pista que los ayudara. Fue entonces que Kuroko recibió una llamada de Naomi preguntando por Kouki; pero el peliceleste dio la negativa sobre donde se encontraba el castaño. La preocupación también llego hasta ellos en cuanto se enteraron de eso.

 

Kise, que fue quien se enteró de eso por medio de Naomi, llamó de urgencia a los demás para poder ordenar un poco las ideas o suposiciones que podían tener. El restaurante donde estaban era uno local por lo que no habría problema en encontrar a sus amigos. Su hija estaba dormida entre sus brazos, la pequeña de seis meses no había podido quedarse con su padre, ya que este debía completar su examen en la academia de policías. -¡Kurokocchi! ¡Himurocchi! Por aquí.- gritó al ver a sus dos amigos entrar, Kuroko llevaba en un coche a su hija mientras que Himuro entre sus brazos a su sobrino, es decir, Yudai. - ¿Eh? ¿Takaocchi no venía con ustedes?

 

Ambos negaron.- Takao me dijo que iba saliendo cuando lo llamé; pero se le escuchaba extraño.- mencionó el pelinegro.- Mencionó algo de Midorima; pero no lo entendí bien.-

 

-¿Creen que será sobre…?- antes de terminar vieron como Takao aparecía frente a su mesa con un semblante taciturno y cabizbajo, no significaba nada bueno.- Takao-kun ¿Qué paso?- el pelinegro no pudo contenerse y se abrazó a Kuroko, necesitaba apoyo, algo que lo animara o que lo hiciera olvidar.

 

-¡Takaocchi!- Kise dejo a su hija en el coche y fue hasta el pelinegro para ayudarlo a sentarse, este solo murmura cosas sin sentido para sus amigos.- ¿De qué estás hablando? No logro entenderte.- Takao levantó la mirada y el rubio vio las ojeras en el rostro de su amigo.

 

-Shin-chan….él no lo quiere…- señalo su vientre y todos pudieron entender.- no nos quiere…- su cabeza le dolía, había estado con ese malestar desde que salió del departamento del peliverde hasta la casa de sus padres. Aún recordaba las palabras del futuro doctor, seguía sin creerlo.- C-Cuando le mencioné sobre el bebé sus palabras fueron claras “Takao deja de bromear con esas cosas, sabes bien mi respuesta” ¡Si le hubiera dicho en ese momento seguro nos rechazaría!- todos miraron con sorpresa al pelinegro, jamás creyeron que Midorima tuviera ese tipo de sentimientos sobre aquella situación.- No pienso volver, hace tres días me fui del departamento…

 

-¿No se ha contactado contigo?- preguntó Himuro.

 

-Lo ha intentado; pero mi madre ha negado mi paradero.- comentó.- No puedo mirarlo a los ojos de nuevo, imagínate como se pondría si se entera.- no lagrimeaba, no mostraba ningún signo de querer dar su brazo a torcer.

 

Kuroko suspiró.- Takao-kun en algún momento tendrás que darle la cara a Midorima-kun y decir la verdad ¿No crees que sería lo mejor? No puedes asegurar nada, Midorima-kun será frío, tsundere, torpe al querer expresarse; pero te ama.- En ese instante Takao recordó las palabras del castaño cuando se lo comentó por primera vez, de eso ya habían pasado dos meses y no había hablado de nuevo con él.- Sin embargo ahora tenemos algo que solucionar ¿Has tenido noticias de Furihata-kun?- el pelinegro miró sorprendido a sus amigos y negó por lo bajo.- Demonios…

 

-Takaocchi, Furihatacchi… lleva desaparecido hace más de una semana.- confesó Kise cabizbajo. Se sorprendió, no podía creer lo que estaba escuchando.

 

Pero era cierto, aunque al grupo que se encontraba reunido ahí le costara asimilar esa noticia. Tanto Seitarou como Saito habían mandado un equipo de búsqueda para el castaño, claro con la mayor discreción posible. Los policías buscaban en todo el país queriendo encontrar alguna señal del castaño; pero en cada lugar que iban, no encontraban ninguna señal que diera con su ubicación. Por otra parte Seika, que había estado al tanto de la conversación de sus supuestos socios, también estaba buscando a Kouki por su propia cuenta.

 

Tenía un sentimiento de culpa al no haber detenido a esos sujetos cuando tuvo la oportunidad, ahora bien, necesitaba arreglar todo eso encontrado de una vez al castaño. La única persona, en todo ese círculo, que no estaba enterado sobre eso, era Seijuuro. Había decidido cortar alguna relación con su familia por el momento para no interrumpir sus clases, no quería pensar en Kouki o posiblemente se distraería; por eso, cuando su padre lo llamó una noche, decidió ignorarlo y dejar que su teléfono se perdiera entre los arbustos del campus de la universidad. Después de todo, podía comprarse otro.  

 

~Un mes después~

**Sobre el secuestro de Kouki y lo sucedido posterior a eso**

 

-Come, en tu estado es mejor que no nos des la contraria.- dejaron la bandeja por debajo de la puerta y se fueron. Era la rutina que llevaba desde hace un tiempo, ya ni recordaba cuanto era que llevaba encerrado ahí ¿Uno? ¿Dos meses? No lo sabía y tampoco ponía atención a aquello. Su cuerpo se había debilitado; sus energías ya no eran las mismas. Sabía que en cada comida le ponían una droga para adormecerlo; pero no podía exponerse a ese riesgo de tal modo.

 

Necesitaba comer; mas le era imposible o perdería algo importante y no estaba dispuesto a hacerlo. En su mente se preguntaba como estarían su madre, su hermana ¿Se habrían percatado de su desaparición?  O ¿pensarían que volvió a Tokyo? Su hermano ya de por sí lo estaría buscando, a veces exageraba mucho. Seijuuro ¿Él estaría preocupado por encontrarlo? Quizás si, quizás no. Tal vez haya vuelto a américa sin saber de él. No lo sabía y tampoco lo interesaba. Se frotó el vientre con algo de dificultad, la cadena que tenía en la muñeca izquierda le ardía demasiado.

 

Sabía que estaba en un almacén abandonado, las cajas que estaban en ese cuarto se lo comprobaban; pero no sabía si seguía en Japón o en algún otro lugar del planeta. Posiblemente estaba fuera del país y ni siquiera lo sabía, necesitaba respuestas, muchas, aunque claro, no sabía cómo encontrarlas. Volvió a golpear su cabeza contra la pared, fue un golpe suave; pero al menos eso basto para aclarar sus pensamientos. No debía caer en la negación, necesitaba escapar de alguna manera u otra; ya había tenido un plan, ahora solo necesitaba ponerlo en acción.

 

-Deberías dejar tus intentos de escape.- esa voz no le sorprendió, en esas últimas semanas había podido entender quiénes eran los que lo tenían ahí.- No te encontraran a menos que cumplan con lo que queremos y eso lo sabes, Furi-chan, o debería decir Akashi ¿No?

 

-No lo conseguirán, se han metido con el emperador.- escuchó su risa, no la toleraba.- ¿Qué es tan gracioso?

 

-¿El emperador? Tonterías.- suspiró.- Nosotros fuimos los que enviamos las fotos, y me siento orgulloso por el trabajo que hice, a que esa edición esta estaba perfecta ¿No lo crees? – Volvió a reír.- El dolor de un corazón roto es peor que la misma muerte y eso es lo único que deberías entender, porque después de todo, así se sintió Seijuuro al verlos.- y sin más cerró se fue. Kouki odiaba con toda su alma a Kenshou Tarikawa. Necesitaba escapar y solo sería cuestión de unos minutos más.

 

Tal como pensó, al poco rato el chico que siempre le dejaba la comida vino a recoger la bandeja. Se lamentaría de aquello; pero era su última oportunidad.- Necesito ir al baño.- murmuró casi en silencio. El chico alzó una ceja interrogante y le señalo la botella que había a un costado.- No para eso.- roló los ojos, no le quedaba más opción que quitarle la cadena al chico ese. Sacó la llave de su bolsillo y apenas Kouki escuchó la cerradura abrirse, le quitó la bandeja de las manos y con esta, le golpeo en la cabeza y después en el estómago. El chico era de contextura delgada y podía pensar que tenían la misma edad, por eso no se sorprendió de que no se moviera después de esos golpes. Respiraba agitado, no quería hacerle daño a nadie; pero era la única opción que tenía.

 

Agradeció internamente de que el chico siguiera respirando y de que en su cinturón llevara un arma cargada. Kouki la tomó y se aseguró de preparar el gatillo si era necesario. Sus manos temblaban, no se había sentido así desde la segunda Winter cup donde había encarado a Akashi. Algunos hábitos no cambiaban. Suspiró, era ahora o nunca. Se asomó con cuidado por fuera de la habitación y notó que estaba en un pasillo largo, al final de este pudo ver unas escaleras y una tenue luz que iluminaba el lugar. Seguro era de noche. A paso lento siguió caminando sin bajar la guardia, no podía fiarse del movimiento que había hecho minutos atrás. Debía ser discreto y prudente en todo lo que haría; pero en realidad ¿¡Qué era lo que haría exactamente!? No creyó llegar tan lejos. Estuvo dudando unos minutos hasta que escucho unos pasos en la escalera.

 

-Mierda.- pensó.

 

-Ese estúpido de Ryuoku debió bajar hace rato.- dijo una voz, cada vez más cerca y él sin saber que hacer.- ¿Habrá tenido problemas con el chico?

 

-No lo creo, es solo un debilucho.- se referían a él y eso no era cierto. Había logrado salir de ahí, no del todo; pero había salido de la estancia donde lo encerraban. Al verlos, no les otorgo el tiempo de actuar. Disparó sin dirección alguna esperando apuntarles, claro que sin herirlos o matarlos. Al primero le atinó en la pierna, cosa que causo que cayera y al otro cerca del estómago. Kouki corrió sin mirar atrás, no debía perder más tiempo. Los que estaban en el primer piso se asombraron por el alboroto y, aún más, al ver al castaño a mitad de la escalera. Kouki apuntaba a todos lados, su arma seguía cargada, aprovecharía eso.

 

-Baja el arma Kouki.- dijo uno.- No tenemos tiempo de tus juegos.- Antes de que el castaño respondiera o se desmayara; porque la falta de comida, sueño y la ansiedad, habían reaccionado muy mal en su cuerpo, una figura entró por la ventana del almacén rompiendo los vidrios y llamando la atención de todos. Este se levantó lo más rápido que pudo y dio un disparo directo al atacante de Kouki, matándolo al instante.

 

Sonrió, lo había conseguido.- Es algo tonto de tu parte arriesgarte de este forma Kenshou.- habló.- Creo que a los reporteros les encantara esta noticia.- El castaño seguía sin moverse, más aún por ver esa figura frente a él.- No lo toquen, no lo hagan o tendré que matarlos.- dijo al ver a las dos figuras que querían atrapar al castaño.

 

-S-Seika ¿Qué haces aquí?- decir que no estaba nervioso sería mentir, no creyó que el peligris lo encontraría.- No importa, este era nuestro plan y tu colaboraste de una manera u otra.

 

-Si lo supiera jamás hubiera dejado que nuestras empresas se conectaran.- no podía disparar si la vida de Kouki estaba en juego, debía de ser precavido; debía esperar para decir la frase oculta.- ¿Esto era todo lo que planeaste desde un inicio?

 

-Por supuesto, tus encuentros con Kouki, la información reunida mediante su hermana y los ataques contra Saito ¿Crees que fueron coincidencias? ¡Claro que no! – un duelo de miradas se dio después de eso.- Necesitaba que el imperio Akashi cayera y que mejor forma de atacar directamente a sus hijos, además con ese matrimonio nos beneficiamos teniendo en nuestras manos a este niño.- Kouki no movió ni un músculo al ver que el arma lo apuntaba.- Es una pena tener que matarte; pero fue un gusto trabajar contigo.

 

Seika sonrió.- Opino lo mismo; pero déjame decirte una cosa antes de morir.- dejó el arma en el suelo y se arrodilló ante los ojos sorprendidos del castaño.- el rey no cae hasta que el general de oro lo haga (*)- Kenshou no comprendió eso hasta que sintió un disparo en su brazo derecho. Todo había sido una trampa, lo supo al ver a un francotirador a lo lejos. Los demás se alarmaron, la cabeza del grupo había caído, estaban perdidos.- se acabó el juego.

 

-¿Crees que es todo Seika? ¿Me crees tan ingenuo?- de su bolsillo izquierdo sacó lo que parecía un teléfono cualquiera; pero el peligris notó la diferencia, era un detonador.- Dile adiós a Kouki-chan.- lo apretó y todo pasó en cámara lenta ante los ojos de Seika y Kouki. Las vigas principales que sostenían el techo fueron las primeras en estallar provocando un fuerte estruendo y un movimiento impredecible en las capas tectónicas, los que lograron salir antes de eso fueron capturados por la policía; pero dos de ellos no se salvaron del fuego que estaba consumiendo toda la parte delantera del local. Cuando Seika estaba por ir tras Kouki, la parte superior de la escalera también estallo, el castaño cayó de espaldas entre los escombros de la escalera y se había golpeado en la nuca con uno de los fierros, su mente quedó borrosa y poco a poco todo se fue tornando oscuro.- No…no puedo… morir…- fue lo último que pensó.

 

-¡Kouki!- Seika corrió sin importarle el humo que invadía sus pulmones, debía sacar al castaño de entre los cascotes de la escalera.- ¡No! ¡Kouki, muévete!- la viga superior cayó justo por donde este se encontraba desmayado, no lo aplastó; pero si Seika no se movía pronto, Kouki quedaría sepultado entre el techo y los restos de ese almacén. Era tarde, el fuego se fue acercando más rápido que él.

 

/////////////////////////////////////////////

 

Cuando Saito y Kotei llegaron hasta el lugar a órdenes de Seitarou, el rubio tuvo que controlar a su esposo de que este no entrara en las llamas. El almacén, que estuvo en un bosque escondido en la ciudad de Ishikawa, ardía en un fuego vivo dejando solo los rastros y cenizas a su paso. Kotei habló con la policía, el jefe le respondió que habían sido avisados por una llamada anónima, un francotirador ya se encontraba en escena apenas llegaron y que habían aparecido segundos antes de la explosión y antes de poder entrar. Saito preguntó directamente por el cuerpo de su hermano.

 

Con mucha pena, el policía le contestó que no habían encontrado ningún cuerpo entre los escombros donde se podía pasar. El pelinegro cayó de rodillas apretando los puños y conteniendo sus gritos, no podía creer que su hermano estuviera muerto, no iba a creérselo hasta, aunque sea, ver  el cadáver que lo comprobara.  Otra mala noticia dada fue que el jefe que había planeado todo eso, había escapado. Los demás integrantes no dieron nombres, porque nunca lo supieron; pero solo contestaron que entre todos ellos, su jefe no estaba.

 

Una búsqueda más tendrían que hacer por el área; pero en ese momento Saito solo quería matar a todos los que causaron eso. ¿¡Cómo explicarle eso a su familia!? ¿Cómo dar la cara después de haber fallado? Su celular vibró y no tuvo el valor de contestar, Kotei lo hizo en su nombre. – Es Naomi-san, debes decirle.-

 

Sin poder calmar su respiración, acercó el aparato hasta su oreja y escuchar los sollozos de su madre y de su hermana.- ¡Mamá! ¡Yumi! – no quería llorar, no podía caer, aún no.- No pudimos hacer nada… el almacén se incendió… no hay rastros de Kouki…- los gritos de sus seres más queridos fueron lo suficientes para romper lo que quedaba de su fuerza. Creer que su hermano estaba muerto le era imposible; sentía que estaba vivo; pero también era algo utópico pensar de esa manera. Entre lágrimas solo le costaba asimilar la despedida de Furihata Kouki.

 

.

.

.

 

~~4 años después~~

**California-E.E.U.U**

 

Iba conduciendo tranquilo hasta donde era su departamento, no podía perder más tiempo. A causa de esa extensa reunión se le había complicado mucho poder salir en la hora prevista, si no llegaba en ese momento seguro perdería el vuelo programado. Habían pasado ya cerca de cuatro años desde que sucedió todo aquello y era hora de que todo volviera a ser como antes, o eso intentaría por el bien de ambos, no por el suyo, sino por el de las personas que lo esperaban en su hogar. Estacionó su auto y rápidamente subió hasta el quinto piso de aquel edificio. Ya estaba preparándose para recibir los gritos por parte de su compañero.

 

-¡Jason!- un pequeño de cuatro años corrió para recibirlo, él lo cargó con gusto y sonrió al ver como un castaño lo esperaba con los brazos cruzados en la sala junto a un par de maletas.- Papi y yo te estábamos esperando.-

 

-Ya se ha hecho tarde y debimos salir hace veinte minutos.- suspiró.- Seiji ven, tengo que colocarte tu abrigo.- el menor hizo un puchero y se bajó de los brazos del peligris.- ¿Tienes todo listo?

 

Asintió, sin que el otro lo supiera, en el fondo se sentía ansioso de lo que fuera a pasar.- Es hora de irnos ¿Te sientes bien, verdad?- el castaño dio una afirmativa mientras cargaba a su hijo y con la otra mano llevaba su maleta.- Ve al auto, en seguida bajo, Kouki. 

Notas finales:

¿Les gustó? ¿Lo odiaron? Dejen sus reviews para saber de sus opiniones n.n Este cap ha sido el más largo de todos ¡En serio! Más de 5000 palabras y yo así de...¡Santa virgen de la papaya! No me lo podía creer; pero el resultado salió mejor de lo que esperaba ewe 

 (*) En el juego de Shogi, cuando el rey se queda sin su general de oro ,ya queda desprotegido y libre al alcanze de cualquier movimiento. 

 

~~Avances del próximo capítulo~~

 


-Ha pasado tiempo ¿No? ¿Cómo te sientes?-

 

-Es extraño, después de ver a Saito-kun y Kotei-kun, fue algo... interesante.- 

 

-¡Kouki-chan! ¡Has vuelto! 

 

-¿Qué? ¡Kurokocchi no nos mientas!- 

 

-Esto es insólito, despiadado; pero insólito.- 

 

-Le ha costado asimilar la noticia, no tienes porque ser tan directo en todo Saito.- 

 

-¿Yumi? ¿Eres tú? 

 

-¿Amo? ¿Es usted? ¡No puedo creerlo! ¡Sabía que volvería!- 

 

-Papi ¿Quiénes son ellos? 

 

-Son tu familia, Saito-kun vino cuando tú apenas tenía un año de edad, y el es tu primo Kai-chan.- 

 

-Ha regresado hace unos meses no sé como se lo tomara al verlo.- 

 

-Eres tú... Kouki...-

¡Que tengan un buen fin de semana! ¡Y una buena semana! ¡Mañana sale nuestro chihuahua a escena!  ♥w♥ Esta vez contra el emperador ewe ¡No se lo pierdan! ¡Saludos! 

¡Nos leemos pronto! ¡Actualizo el viernes! 

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