Los invitados; después de la boda, pasaron directamente al salón donde se realizaría la recepción de la boda. Muchos de ellos veían desde lejos a la pareja oficial mientras se preguntaban quién era aquella mujer que había conquistado a Seitarou Akashi; un hombre que en sus años juró no volver a enamorarse después de la muerte de su esposa. Claro que no hacían comentarios frente a ellos solo mostraban una sonrisa y felicitaban su unión. La música empezó a sonar en tanto que un tono clásico y melodioso inundo el lugar dando un ambiente de armonía y perfecto para la celebración dada.
Kouki se sentó en la mesa juntó con los recién casados; junto con Yumi, Saito y por supuesto Seijuuro. Claro que el pelinegro hacía lo posible para mantener separados al castaño y al pelirrojo. Mientras que Seitarou iba respondiendo las preguntas de algunos reporteros; Naomi aprovechó para hablar con su hijo.
-Furi, querido.-
-Madre creo que ya no deberías llamarme así.- dijo Furihata sin ningún ápice de remordimiento.- ¿No crees?
-Te llamaré como yo quiera.- su madre podía ser algo extraña como daba el caso.- Dime ¿En qué piensas tanto?
El castaño dio un suspiró largo y se dispuso a contarle su plan.- Pienso regresar a Tokyo y estudiar en Seirin; si es necesario yo mismo trabajare y pagare la pensión de la escuela; pero no pienso quedarme aquí.- su mirada era decisiva y retaba directamente a su madre.- Si es posible regresó mañana con Kuroko y Kagami.
Su madre le acarició la mejilla y sonrió con nostalgia.- Me imaginé que pasaría esto.- suspiro.- Cariño no sé si sea una buena idea…
-Madre es lo único que te pido; además Saito y Kotei-kun vendrán conmigo ¿O no?- esta vez Saito había prestado atención a la conversación entre ambos.
-Por supuesto, no pienso dejar a mi pequeñito solo.- se aferró a Kouki.- pero nosotros regresaremos en unas dos semanas; debemos visitar a la familia de Kotei y después volveremos, aun así, Kou-chan tendría la casa para él solo.
Naomi solo asintió levemente.- Déjame pensarlo.- aunque ya tenía un plan en su mente.- Esta noche quiero ver a toda mi familia junta.- Y antes de poder decir algo más Seitarou la había invitado al centro de la pista para iniciar con el baile tradicional. Sus hijos solo se les quedaron viendo desde lejos y sonriendo al ver lo feliz que lucía su madre. Por fin la vida le había hecho justicia. Varios minutos después cada pareja invitada en la boda ya sacaba a bailar a sus respectivas parejas.
-¿Todo bien Furi-chan?- Takao apareció al lado del castaño con una sonrisa.- ¿Disfrutas la boda?
-Creo que ya no podemos llamarlo “Furi-chan”, Takaocchi.- dijo Kise con una sonrisa.- será… ¿Aka-chan?
Furihata se estremeció levemente al escuchar eso.- por favor, con Furi está bien.- se sonrojo.- no me acostumbro a la idea de que me llamen… Akashi…
-Es normal.- Takao bebió un poco del vino que servían los empleados.- No de la noche a la mañana llevas el apellido Akashi contigo; pero de seguro te adaptaras pronto, ten.- Takao le extendió una copa al castaño.- Brindemos por Kouki Akashi.-
-¡Que viva!- exclamó el rubio chocando su copa con la de Takao. Furihata se sonrojó al imaginarse otra cosa por escuchar ese nombre.- Suena como si nos hubiéramos casado.- Bajo la mirada y se animó a probar un poco del vino; después de todo no era la primera vez que tomaba algo de esa bebida.- Ne, ne ¿Quieren ir a bailar?
-Vamos que Kuro-chan y Himu-chan ya se nos adelantaron.- dijo Takao al ver a ciertas parejas bailando en el centro.- te vemos en un rato Aka-chan.- le guiño un ojo al castaño y se fue con dirección hacia un peliverde. Furihata solo suspiró y sin querer ya acababa esa primera copa de vino. Cogió de uno de los meseros que pasaba por allí.
-Te ves muy bien, Kouki.- escucho esa voz a sus espaldas y solo volteó para encontrarse con la mirada fija de Akashi.- ¿Te apetece bailar?
Kouki estaba por responder con un “mejor después Akashi-san” pero un pequeño jalón le hizo desviar la mirada hacía el suelo, viendo a su pequeña hermana aferrarse a su pierna izquierda. Se agachó hasta su altura y pudo ver un semblante triste en sus ojos cafés.- ¿Pasó algo Yumi?- La pequeña no dijo nada y solo señalo al jardín, donde había unos niños jugando y riendo entre los arbustos.- ¿Te hicieron algo? ¿Qué sucede?
-…agrado…- susurró la pequeña.- Me da miedo que no les agrade Kou-niichan.- Furihata suspiró y levanto el rostro de su hermana para verla a los ojos.-
-Son niños igual que tú, no tienes que preocuparte por eso pequeña.- le acarició la cabeza.- estoy seguro que les agradaras en cuanto te presentes; solo se tu misma.- sonrió.- anda ve a jugar y has muchos amigos.- Yumi sonrió ante las palabras de su hermano.
-¡Lo hare! gracias niichan.- le dio un abrazo y un beso en la mejilla y salió directo al jardín para conocer a aquellos niños que la recibieron con una sonrisa.
Akashi sonrió al ver tal escena.- Kouki sería una gran madre.-pensó de repente y soltó una risa al imaginarse eso; pero esa sonrisa desapareció al ver que cierto pelinegro abrazaba al castaño.- Saito…
-Kou-chan te ves tan lindo en traje, hace tiempo no te veía así.- el castaño solo se soltó del abrazo y le reclamó a su hermano, el cual solo rio; y antes de notarlo Akashi ya tenía en frente al muchacho.- Solo lo diré una vez Akashi-kun.- su sonrisa desapareció.- no dejare que le vuelvan a hacer daño a mi hermano; así que mejor te alejas de él.- ambas miradas chocaron.- te tendré muy vigilado.
Akashi ni se inmutó y respondió al instante.- No sé de qué me estás hablando, Saito.- se encogió de hombros.- pero no permito que me den órdenes.- Saito estaba por responder; pero algo lo hizo detenerse.
-Sa-Saito por favor cálmate…- Kotei respiraba con dificultad y se sostenía su vientre, el pelinegro rápidamente se olvidó por completo de Akashi y se dirigió junto con su esposo.- ¡AH!...demonios…se rompió la fuente…
-¿¡Qué!? Pero si el nacimiento sería en una semana más.- un sudor frío recorrió por completo a Saito que sentaba a su esposo para que se relajara; en ese momento Naomi y Kouki llegaron en ese instante.- Mamá…justo ahora…
-No quiero ninguna disculpa; mi nieto está por nacer y debemos ir directamente al hospital.- Naomi tomó del brazo a Kotei y lo ayudo a levantarse.- Kouki tómalo del otro brazo.- este asintió y sostuvo a su cuñado.- Querido el carro está afuera esperándonos; debemos irnos ya, debes soportar un poco.- Saito miró sorprendido a su madre.- He tenido tres hijos; creo saber cuándo uno está por venir o no, anticipe lo que podría pasar; así que quita esa cara de idiota y ayúdame a llevar a tu esposo al hospital.
Saito asintió y antes que nada, cargó cual princesa a su esposo.- Vamos cielo, nuestro bebé ya vendrá.- y como su madre dijo, afuera de la entrada principal una limosina los esperaba para llevarlos a la clínica correspondiente. Naomi ayudó a Kotei a acomodarse dentro del vehículo y a la vez subió con ellos.- Tienes que volver a la fiesta, es tu boda.
-Primero es el nacimiento de mi nieto.- exclamó Naomi.- además ya le dije a Sei porque me iría. – Sonrió.- Kouki cuida a tu hermana y mis disculpas a los invitados.- El castaño asintió y vio como la puerta se cerraba mientras que el vehículo ya iba en movimiento.-
-Qué noche.- Kouki suspiró y volvió a la fiesta donde recibió la mirada interrogante de algunas personas. Ignorándolas cogió otra copa de vino y se la tomo de un tiro, necesitaba relajarse después de tanto movimiento.- mucho mejor.
-Parece que esto se pondrá interesante.- dijo Takao viendo al castaño y a cierto pelirrojo desde lejos.- ¿Debería intervenir?... creo que no.- Takao no sabía cuál herradas estaban sus palabras.
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Dos horas después la fiesta estaba en pleno apogeo. Seitarou explicó las circunstancias de porque su esposa no estaba con él y muchas de las señoras presentes solo chillaron de la emoción al imaginarse todo aquello. Murasakibara y Himuro ya se habían retirado a dormir junto con Takao y Midorima; después de todo en la mañana debían de partir de vuelta a sus hogares para volver a las prácticas habituales.
Kagami y Aomine conversaban a un lado, o mejor dicho, competían por quien era mejor en la cama; mientras que Kuroko y Kise solo charlaban un poco de trivialidades y uno que otro partido. Entonces Kuroko notó algo importante al ver a cierto castaño tambalearse y yendo hacía ellos.- Furihata-kun…¿Está borracho?
-¿Eh? – el aludido solo sonrió y abrazó al peliceleste por los hombros.- Claro que no…hip… solo relajado… hip… -por su aliento con alcohol era claro que estaba mintiendo. Kuroko lo intentó sentar en una de las sillas; pero el castaño solo desistía.
-Furihatacchi debemos llevarlo a su cuarto.- dijo Kise y Kuroko asintió; Kise fue en busca de Kagami o Aomine para que los ayudaran con llevarlo, mientras que Kuroko le hacía aire con una servilleta que encontró sobre la mesa. Pero a lo lejos, ambos eran observados por un grupo de cinco jóvenes; uno de ellos miraba principalmente al castaño.
-Vaya, el nuevo integrante de los Akashi es muy lindo ¿No?- bebió un poco de su copa y se relamió los labios.- El castañito ese.- sus acompañantes asintieron.
-Parece que Jason ya le puso la mirada a uno.- dijo un ojivioleta sonriendo al ver la mirada de su hermano.- ¿Te interesa?
-Es algo simple; pero interesante.- Jason dejo su copa y se acomodó su cabello para atrás dándole un toque rebelde y atrevido al peliplata.- Si me disculpan iré por mi nueva conquista.- fue a paso lento hasta la mesa del castaño y se sentó junto a él.- Disculpa ¿Cómo te llamas?- Kouki volteó y solo rio al verlo.
-¿Eh? ¿Quién hip… eres?- Jason sonrió, sería más fácil conquistar a aquel muchacho.
-Por favor, mi amigo no se encuentra en condiciones de hablar.- se sorprendió al escuchar aquella voz y recién en ese momento se percató del peliceleste que estaba del otro lado del castaño. Rolo los ojos y tomó del brazo a Kouki.- espere…
-No te incumbe, pequeño.- Jason jaló de Kouki llevándolo hasta el jardín trasero donde Kouki solo se dejaba hacer por la falta de conciencia y el alcohol que ya se le había subido a la cabeza.- Jason Seika, un gusto conocerte.- sonrió al ver como el castaño asentía divertido.- Eres…Kouki ¿No?
-¿Eres…adivino, hip?- dijo sonriente.- Lindo nombre, Jason.- al peliplata le brillaron los ojos cuando lo escuchó decir su nombre.- Suena lindo…Jason…Jason…- lo continuo repitiendo y riendo sin saber lo que provocaba en este otro.
Jason solo sonrió al ver cual débil estaba el castaño, era su oportunidad.- ¿Eso es una invitación, Kouki?- lo abrazó por la cintura y su excitación aumentó cuando vio que este pasaba sus brazos alrededor de su cuello.- eres muy lindo…
Acercó sus labios hasta los del castaño; pero se vio interrumpido cuando sintió un chorro de agua fría caer sobre él. Soltó al castaño, que solo cayo sentado en el piso, y empezó a maldecir al idiota que le había hecho eso; pero al ver a la figura que sostenía una manguera a lo lejos, sonrió de manera irónica.- Pero miren, el emperador Akashi Seijuuro.- el pelirrojo le dirigió una mirada fría y luego vio al castaño que se había quedado dormido en el piso.- ¿Una caminata nocturna con una manguera? Siempre me sorprendes; pero si me disculpas estoy ocupado.- Sostuvo del brazo al castaño para levantarlo; pero en menos de lo que esperaba, Akashi se puso entre él y su presa.
-Quita tus manos de él, Jason.- dijo firme.- No es bueno aprovecharse así de la gente.- Jason solo rio al escuchar esas palabras; nadie le daría una lección en ese momento.
-Mira quien habla Seijuuro.- sonrió.- No te hagas el santo conmigo que tú tampoco de quedas atrás que digamos.- Akashi no mostró expresión alguna y Jason suspiró.- Como parece que no me vas a dejar terminar, te dejo al castañito.- Se acomodó su camisa y se dirigió de nuevo al salón no sin antes acariciar los cabellos del dormido.- No te sientas ganador Seijuuro; cuando quiero algo lo consigo.- y sin más entro desapareciendo de la vista del emperador.
Akashi no dijo nada y solo se fijó en el castaño que dormía a sus pies.- Eres un idiota, Kouki.- dijo sin más y lo levantó como si de un saco de papa se tratase.- Que liviano.- Para su suerte, muchos de los invitados seguían distraídos y no se percataron de su ingreso y mucho menos del acompañante que llevaba consigo, no tuvo inconvenientes llevando al castaño a su habitación donde lo recostó con suavidad y lo cubría con una pequeña manta.
-Sei…- dijo el castaño entre sueños, llamando la atención del pelirrojo.- Sei… - pronunció de nuevo y se acurrucó entre la manta.
-¿Soñando conmigo?- Akashi le acomodó los cabellos y le dio un beso en la frente.- Deja de seducirme, Kouki.- Le acomodó las ropas al castaño y salió de la habitación lanzando un suspiró.- cuando quiero algo lo consigo.- Conocía perfectamente a Jason Seika y si su chihuahua estaba en juego; entonces tendría que declararle la guerra.- Yo tampoco perderé.