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Don't Cry por Hirra

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Notas del capitulo:

Holaaaaa, me alegró mucho de que esta pareja tuviera tan buenas respuestas.

Eso me hace feliz como una lombriz y una codorniz jejejeje

Bueno aqui estoy actualizando y no quiero hacerlo perder su tiempo asi que...

 

 

TERCERA LLAMADA, TERCERA LLAMADA...COMENZAMOS XD

Episodio 2

Aquí estas

 

Recuerdo sus gentiles palabras acariciando mi oído. Sus oscuros y profundos ojos que me miraban con intensidad. Sus roces. Sus manos. Su existencia. Todo, todo lo recuerdo. Cada uno de sus movimientos y caracteres.

 

Pequeñas cosas tan simples que quedaron en el pasado, ocultándose bajo el manto del olvido. Ya nada queda, todo se ha extinguido un susurro efímero.

 

Te extraño…Tadashi.

...

...

...

Los pasos presurosos en el pasillo lograron captar la atención del menor y el robot, un fuerte golpe hizo estruendo alertado a los dos individuos quienes permanecían inmóviles en la habitación. Salieron del cuarto en busca de la fuerte del alboroto y vasta fue sus sorpresa cuando al salir, encontraron el cuerpo de Honey en el suelo; según parece había caído al tratar de frenar y termino dándose de fauces contra algunas cajas. Desde el marco de la puerta, Hiro observaba como la mujer lo miraba con cara energética, una extraña mezcla de emociones eran demostradas en su rostro. Alegría, euforia, sorpresa, asombro, confusión,  curiosidad, duda. Todas ellas pintadas en sus facciones.

 

 -¿Qué sucede, Honey? –cuestionó Hiro desde el marco de la puerta.

 

 -¡Hiro! –calló por unos segundos mientras trataba de regular su respiración-¡Es Tadashi!

 

 -Sí, hoy es el aniversario de Tadashi ¿y? –su voz se tornó algo melancólica.

 

 -¡No es eso!... –exclamó a gritos y con dificultad. Finalmente terminó diciendo-¡Esta vivo!

 

El rostro de Hiro se tornó confundido y a la vez aturdido; sus ojos se abrieron como dos grandes aceitunas negras. No era eso posible ¿o si?

 

-¿Qué estas diciendo, Honey? –cuestionó saliendo de su trance.

 

-¡Tadashi! –exclamó -¡Esta vivo! ¡Vivo Hiro, vivo! –respondió levantándose del suelo y sujetando a Hiro con fuerza.

 

-Eso…eso es imposible.

 

-No es así, te lo juro… ¡Esta con vida! –habló al borde de la alegría.

 

-¿Dónde? Dime dónde esta, Honey –inconscientemente, pequeñas lagrimas comenzaron a surcar nuevamente sus mejillas. Sin darle tiempo de responder, la rubia lo tomó del brazo llevándolo a donde se supone estaría aquel hombre. Finalmente llegaron a un gran edificio al centro de la cuidad; las paredes eran blancas al igual que el entorno que lo rodeaba, todo aquello invitaba a la relajación total. Ninguno de los jóvenes se detuvieron a admirar el paisaje y rápidamente se encaminaron al interior del inmueble, entrando silenciosamente a una de las habitaciones del lugar. Era una suite enorme, con paredes en color hueso y una elegante cama en medio.

 

La mirada de Hiro viajó velozmente en busca de su hermano, lo primero que logró visualizar fue el rostro de GoGo, Wasabi y Fred.

 

-¿Qué hacen aquí? –cuestionó al entrar.

 

-Lo mismo que tú –respondió GoGo –Vinimos lo más rápido que pudimos.

 

-¿Dónde esta él? –la voz del castaño era alterada y con trabajos entendible.

 

-Allá –dijo Fred señalando la cama que se encontraba un par de metros al fondo de la habitación.

 

Sus pies tambaleaban conforme iba avanzando a la cama de su hermano, sus pasos eran lentos y a la vez ansiosos, su respiración agitada y sus manos sudorosas. Todo su cuerpo reaccionaba ante la presencia de su hermano; él no podía creer que estuviera vivo, necesitaba verlo con sus propios ojos.

 

Finalmente, llegó al pie de la cama; grandes cantidades de agua salada comenzaron a caer de sus ojos cuando al llegar, encontró el cuerpo de su hermano que yacía en un profundo sueño. Estaba cubierto de vendas y pequeñas cicatrices queloides se asomaban entre los tejidos, unas cuantas marcas en su rostro quizás, ninguna lo suficientemente grave.

 

Hiro se tiró al piso derrumbado, todas sus energías se habían ido de un momento a otro. De repente se sintió cansado y débil, no lo podía creer; esta vivo, su querido hermano, su amado Tadashi estaba vivo. Un gemido ahogado hizo levantar su vista encontrándose con un par de ojos marrones que lo miraban suavemente, con ternura y amor.

 

-Hola…Hiro –habló Tadashi con esa voz terciopelada que acaricio gentilmente los oídos del mencionado. Sin esperar ni un momento, se avanzó solo el hombre frente a sus ojos.

 

-¡Ta…Tadashi! –gritó entre llantos y suspiros -¡Tadashi, Tadashi, Tadashi! –repetía sin cesar una y otra vez.

 

Un abrazo unió el cuerpo de ambos, juntándolos en un gesto profundo y sin malicia, uno lleno de ese amor tan profundo que se tenían.

 

-Te…te extrañe tanto –exclamó Hiro estrechando aun mas el cuello de su hermano, necesitaba tocarlo, abrazarlo; saber que no era una ilusión, que estaba ahí, con él.

 

-Yo también te extrañe Hiro –mencionó cerrando sus ojos, encerrándose en su propia burbuja de felicidad, ignorando por completo a los demás presentes. Un sutil beso fue plantado en los labios del menor, fue un roce solamente pero fue suficiente para ellos. Los rostros de asombro de parte de sus compañeros le importaron poco, en su mente sólo estaba el sujetar el cuerpo ajeno con fuerza y no dejarlo ir.

 

-Pero… ¿Cómo? –susurró Hiro separándose un poco de su hermano, no obstante, las manos de este aun lo sujetaban por la cintura.

 

Un profundo silencio se instaló en el ambiente mientras los demás se acercaban de igual manera a la cama, interesados en escuchar el relato de Tadashi. Con calma se instalaron en las orillas del colchón rodeando a los jóvenes hermanos que permanecían abrazados. Tadashi miró a sus compañeros y con la mano secó algunas de las lágrimas que aun eran derramadas por Hiro, besó tenuemente su frente y dirigió de nuevo la mirada a los chicos. Carraspeó un poco la garganta mientras aclaraba sus ideas.

 

-Fue extraño –comenzó a hablar –Recuerdo muy bien cuando me aleje de Hiro para salvar al profesor Callaghan, me adentre al edificio titubeando un poco acerca de si era correcto o no, finalmente lo hice. El lugar esta ardiendo en llamas, el calor era insoportable y el humo llenaba mis pulmones impidiéndome respirar. Después de unos pocos minutos de seguir avanzando, una nueva oleada de calor golpeó con fuerza en mi espalda, fui arrojado varios metros hasta que me estrellé contra la pared, después de ello el suelo debajo de mi comenzó a abrirse enterrándome en la superficie. Caí al fondo de lo que se podría llamar un ático, se podría decir que gracias a ello estoy aquí. El hecho de que cayera al ático hizo que el fuego del lugar no me consumiera por completo. Perdí el conocimiento en cuando cerré mis ojos a causa del cansancio, desperté en el hospital hace poco; me dijeron que estaba entre los escombros, las llamas de la explosión no lograron alcanzarme pero aun así mi cuerpo estaba muy herido.

 

-P…pero ¿y en el funeral? Nosotros enterramos el cadáver –exclamó Honey confundida.

 

-Exacto –agregó –Ustedes enterraron un cadáver pero no era el mío. Los doctores permanecieron en silencio acerca de mi supervivencia ya que dudaban mucho que sobreviviera pero aquí estoy. Desperté hace unos días, fue el asombro de todos. Finalmente, después de todo lo ocurrido, decidieron diagnosticarme como sobreviviente. Es algo confuso ¿no es así?

 

-Demasiado loco diría yo –respondió GoGo.

 

-Extraño o no, eso no importa. Lo que importa es que estas aquí ¿no es así, Hiro? –comentó Wasabi mirando como el menor permanecía oculto en el pecho de su hermano.

 

-Es bueno tenerte de vuelta –habló Honey secando las lagrimas de sus ojos –Muy bueno.

 

Todos sonrieron felices observando como Tadashi se incorporaba lentamente. Esta aquí, no era una ilusión de su tonta y terca imaginación pensó Hiro.

 

Un toque en la puerta llamó la atención a todos, un hombre de bata de blanca se acercó a los jóvenes saludándolos cálidamente, respondieron el gesto.

 

-Vamos a ver como van tus heridas ¿vale Tadashi? –la voz del hombre era grácil y gentil. Poco a poco comenzó a retirar las vendas del castaño dejando al descubierto su torso desnudo; pidió con amabilidad que los invitados se retiraran pero Hiro no hizo caso y en contra de las órdenes del doctor se quedo al lado de su amado. Nadie iba a separarlo de su lado, no otra vez.

 

-Parece que han sanado correctamente –digo acariciando las cicatrices que se extendían por gran parte de su espalda –Siéntete afortunado muchacho, casi todas tus heridas fueron en una sola parte de tu cuerpo. Levanta lo brazos –ordenó haciendo que el joven volteara a su dirección e hiciera lo indicado. Su pecho tenia solo heridas leves, las pocas cicatrices eran casi invisibles al igual que las de su rostro –Según parece estas bien, la mayoría de las cicatrices no dejaran marca si las cuidas adecuadamente. Puedo asegurarte que llevaras una vida normal.

 

-Eso es bueno –sonrió alegre.

 

-Muy bien, te cambiare las vendas por unas nuevas –finalizó haciendo su trabajo. En ningún momento la mirada de Hiro se despejo de su hermano y los movimientos del doctor, observaba todo fijamente y sin perder detalle; un terrible dolor en su pecho se instaló al ver las grandes quemaduras en la espalda del mayor pero se alegró al saber que eso era lo más grave. Levanto la mirada y se topó con aquellos ojos marrones tan semejantes con los suyos, su aliento se vio atrapado ante la penetrante mirada de Tadashi. Su rostro seguía igual de hermoso como lo recordaba, sus facciones bien definidas seguían ahí mirándolo con cariño, pequeños mechones de cabellos sobresalían entre las vendas de la cabeza. Aun así, ante los ojos de Hiro, Tadashi era perfecto, un suspiro salió de sus labios haciendo que recobra el aire que le faltaba. El doctor salió de la habitación despidiéndose de ambos jóvenes.

 

Los días pasaron sin problema alguno, todas las tarde después de la escuela; Hiro y los muchachos salían corriendo a visitar a su amigo. Pocas semanas después lo dieron de alta.

 

En la casa de los Hamadas, todos se alistaban con globos, dulces y pasteles esperando el tan ansioso regreso de Tadashi. La tía Cass estaba tan feliz por la noticia que casi muere de un infarto mientras los demás simplemente sonrían esperando a que llegaran el par de hermanos, ya que Hiro se había encaprichado a ir a recogerlo.

 

-Bienvenido a casa –gritaron todos al entrar al Tadashi. Una mirada tierna se instaló en los ojos del recién llegado al ver a todos los seres que quería pero se engrandeció aun mas cuando Hiro se acerco a el abrazándolo con fuerza y susurrando suavemente a su oído.

 

-Te extrañe mucho…bienvenido a casa, Tadashi.

 

 

Notas finales:

Hasta aqui lo dejo

Les gustó? Saben algo, tengo mis dudas si continuarlo o no, o dejarlo asi con ese final o seguir metiendo historia.

Diganme que opinan sobre dejarlo asi o continuarlo. se los agradeceré.

Permanecerá como no finaliza hasta no obtener sus respuestas

bueno...

Hasta la proxima

Byeeeeee


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